El Pacto Santo,…

 

Versión 2.0.38

 

 

Para entender cuál es el Pacto Santo,… estudiaremos los pactos que encontramos en las Sagradas Escrituras que ha hecho Dios con los hombres,…

 

¿Por qué es importante guardar el pacto de Jesús,… y ponerlo por obra,…?

 

10Todas las sendas de Jesús son misericordia y verdad, para los que guardan su pacto y sus testimonios.” (Sal. 25:10)

 

17Mas la misericordia de Jesús es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos de los hijos; 18Sobre los que guardan su pacto, y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.” (Sal. 103:17-18)

 

¿Los que son santos y han hecho pacto con sacrificio cuando el juzgue los juntará,…?1El Dios de dioses, Jesús, ha hablado, y convocado la tierra, Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone. 2De Sion, perfección de hermosura, Dios ha resplandecido. 3Vendrá nuestro Dios, y no callará; Fuego consumirá delante de él, y tempestad poderosa le rodeará. 4Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo. 5Juntadme mis santos, los que hicieron conmigo pacto con sacrificio. 6Y los cielos declararán su justicia, porque Dios es el juez.” (Sal. 50:1-6)

 

¿Por qué Dios tiene que acordarse de su pacto,…?

 

18Acuérdate de esto: que el enemigo ha afrentado a Jesús, y pueblo insensato ha blasfemado tu nombre. 19No entregues a las fieras el alma de tu tórtola, y no olvides para siempre la congregación de tus afligidos. 20Mira al pacto, porque los lugares tenebrosos de la tierra están llenos de habitaciones de violencia. 21No vuelva avergonzado el abatido; El afligido y el menesteroso alabarán tu nombre. 22Levántate, oh Dios, aboga tu causa; Acuérdate de cómo el insensato te injuria cada día. 23No olvides las voces de tus enemigos; El alboroto de los que se levantan contra ti sube continuamente.” (Sal. 74:18-23)

 

¿A Quiénes Jesús hace conocer su pacto,…?

 

14La comunión íntima de Jesús es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto.” (Sal. 25:14)

 

¿A quienes entrego Jesús su pacto,…?

 

1Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo, 2que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. 3Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne; 4que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas; 5de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.” (Rom. 9:1-5)

 

¿Quiénes no quieren someterse al pacto de Dios,… o se olvidan del pacto,…?

 

16Pero al malo dijo Dios: ¿Qué tienes que hablar de mis leyes, y que tomar mi pacto en tu boca? 17Pues tú aborreces la corrección, y hechas a tu espalda mis palabras. 18Si veías al ladrón, tú corrías con él, y con los adúlteros era tu parte. 19Tu boca metías en mal, y tu lengua componía engaño. 20Tomabas asiento, y hablabas contra tu hermano; Contra el hijo de tu madre ponías infamia. 21Estas cosas hiciste, y yo he callado; Pensabas que de cierto sería yo como ; Pero te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos. 22Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios, no sea que os despedace, y no haya quien os libre. 23El que sacrifica alabanza me honrará; y al que ordenare su camino, le mostraré la salvación de Dios.” (Sal. 50:16-23)

 

16Serás librado de la mujer extraña, de la ajena que halaga con sus palabras, 17La cual abandona al compañero de su juventud, y se olvida del pacto de su Dios.” (Prov. 2:16-17)

 

¿Cuánto puede durar un pacto,…?

 

            15Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade.” (Gál. 3:15)

 

Los Pactos de Dios con los hombres

 

PRIMER PACTO. <<Pacto de protección,…>>

 

        El PACTO DE DIOS EN LOS DIAS DE NOE.

 

8Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo: 9He aquí que yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros; 10y con todo ser viviente que está con vosotros; aves, animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra. 11Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra. 12Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos: 13Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. 14Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. 15Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne. 16Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra. 17Dijo, pues, Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre y toda carne que está sobre la tierra.” (Gén. 9:8-17)

 

¿Objetivo que tiene Dios al hacer este pacto,…?

 

11Estableceré mi pacto con vosotros, no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra  (Gén. 9:8-17) El objetivo es no volver a destruir la tierra,… con un diluvio

 

¿Cuál es el beneficio del pacto para los hombres,…?

 

11Estableceré mi pacto con vosotros, no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra  (Gén. 9:8-17) El beneficio para los hombres es no tener nunca más un diluvio,…

 

¿Cuál es la Señal del pacto,…?

 

12Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos: 13Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. 14Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. 15Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne. 16Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra. 17Dijo, pues, Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre y toda carne que está sobre la tierra.” (Gén. 9:12-16) La señal del pacto es el arco iris,…

 

¿Involucrados en este pacto,…?

 

9He aquí que yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros; 10y con todo ser viviente que está con vosotros; aves, animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra.” (Gén. 9:9-10) 17Dijo, pues, Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre y toda carne que está sobre la tierra.” (Gén. 9:17)

 

¿Promesa de Dios con el hombre en el pacto,…?

 

Que no exterminara ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra” (Gén. 9:8-17)

 

¿Qué condición puso Dios para que Dios cumpla este pacto,…?

 

No especifica condición,…

 

¿Tiempo que dura el pacto,…?

 

11Estableceré mi pacto con vosotros, no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra  (Gén. 9:8-17) La duración es hasta que dure la tierra,… 

 

SEGUNDO PACTO <<Pacto de prosperidad,…>>

 

        El PACTO DE DIOS EN LOS DIAS DE ABRAM

 

1Después de estas cosas vino la palabra de Jesús a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. 2Y respondió Abram: Señor Jesús, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer? 3Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. 4Luego vino a él palabra de Jesús, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. 5Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. 6Y creyó a Jesús, y le fue contado por justicia. 7Y le dijo: Yo soy Jesús, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra. 8Y él respondió: Señor Jesús, ¿en qué conoceré que la he de heredar? 9Y le dijo: Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino. 10Y tomó él todo esto, y los partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de la otra; mas no partió las aves. 11Y descendían aves de rapiña sobre los cuerpos muertos, y Abram las ahuyentaba. 12Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él. 13Entonces Jesús dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. 14Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. 15Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. 16Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí. 17Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos. 18En aquel día hizo Jesús un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; 19la tierra de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, 20los heteos, los ferezeos, los refaítas, 21los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.” (Gén. 15:1-21)

 

1Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jesús y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de y sé perfecto. 2Y pondré mi pacto entre y ti, y te multiplicaré en gran manera. 3Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: 4He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. 5Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. 6Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. 7Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. 8Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos. 9Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones. 10Este es mi pacto, que guardaréis entre y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros. 11Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros. 12Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generaciones; el nacido en casa, y el comprado por dinero a cualquier extranjero, que no fuere de tu linaje. 13Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por pacto perpetuo. 14Y el varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto. 15Dijo también Dios a Abraham: A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara será su nombre. 16Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella. 17Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir? 18Y dijo Abraham a Dios: Ojalá Ismael viva delante de ti. 19Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él. 20Y en cuanto a Ismael, también te he oído; he aquí que le bendeciré, y le haré fructificar y multiplicar mucho en gran manera; doce príncipes engendrará, y haré de él una gran nación. 21Mas yo estableceré mi pacto con Isaac, el que Sara te dará a luz por este tiempo el año que viene. 22Y acabó de hablar con él, y subió Dios de estar con Abraham.” (Gén. 17:1-21)

 

¿Objetivo que tiene Dios al hacer este pacto,…?

 

7Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti.” (Gén. 17:7) El objetivo es ser Dios de Abraham y su descendencia perpetuamente,…

 

¿Cuál es el beneficio del pacto para los hombres,…?

 

18En aquel día hizo Jesús un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; 19la tierra de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, 20los heteos, los ferezeos, los refaítas, 21los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos  (Gén. 9:15-18)

 

2Y pondré mi pacto entre y ti, y te multiplicaré en gran manera.” (Gén. 17:2)

 

4He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes.” (Gén. 17:4)

 

¿Cuál es la Señal del pacto,…?

 

9Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones. 10Este es mi pacto, que guardaréis entre y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros. 11Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros. 12Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generaciones; el nacido en casa, y el comprado por dinero a cualquier extranjero, que no fuere de tu linaje. 13Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por pacto perpetuo. 14Y el varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto. (Gén. 17:9-14)

 

¿Involucrados en este pacto,…?

 

18En aquel día hizo Jesús un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; 19la tierra de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, 20los heteos, los ferezeos, los refaítas, 21los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos  (Gén. 9:15-18) Están involucrados en este pacto: Jesús, Abram, su descendencia, la tierra de os ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, los heteos, los ferezeos, los refaítas, los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.

 

¿Promesa de Dios con el hombre en el pacto,…?

 

“…A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; 19la tierra de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, 20los heteos, los ferezeos, los refaítas, 21los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos” (Gén. 15:18)

 

2Y pondré mi pacto entre y ti, y te multiplicaré en gran manera.” (Gén. 17:2)

 

4He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. 5Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. 6Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. 7Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. 8Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos. 9Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones.” (Gén. 17:4-9)

 

¿Confirmación de este pacto con David,…?

 

1Las misericordias de Jesús cantaré perpetuamente; De generación en generación haré notoria tu fidelidad con mi boca. 2Porque dije: Para siempre será edificada misericordia; En los cielos mismos afirmarás tu verdad. 3Hice pacto con mi escogido; Juré a David mi siervo, diciendo: 4Para siempre confirmaré tu descendencia, y edificaré tu trono por todas las generaciones. 5Celebrarán los cielos tus maravillas, oh Jesús, Tu verdad también en la congregación de los santos. 6Porque ¿quién en los cielos se igualará a Jesús? ¿Quién será semejante a Jesús entre los hijos de los potentados? 7Dios temible en la gran congregación de los santos, y formidable sobre todos cuantos están alrededor de él. 8Oh Jesús, Dios de los ejércitos, ¿Quién como tú? Poderoso eres, Jesús, y tu fidelidad te rodea. 9Tú tienes dominio sobre la braveza del mar; Cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas. 10Tú quebrantaste a Rahab como a herido de muerte; Con tu brazo poderoso esparciste a tus enemigos. 11Tuyos son los cielos, tuya también la tierra; El mundo y su plenitud, tú lo fundaste. 12El norte y el sur, tú los creaste; El Tabor y el Hermón cantarán en tu nombre. 13Tuyo es el brazo potente; Fuerte es tu mano, exaltada tu diestra. 14Justicia y juicio son el cimiento de tu trono; Misericordia y verdad van delante de tu rostro. 15Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte; andará, oh Jesús, a la luz de tu rostro. 16En tu nombre se alegrará todo el día, y en tu justicia será enaltecido. 17Porque tú eres la gloria de su potencia, y por tu buena voluntad acrecentarás nuestro poder. 18Porque Jesús es nuestro escudo, y nuestro rey es el Santo de Israel. 19Entonces hablaste en visión a tu santo, y dijiste: He puesto el socorro sobre uno que es poderoso; He exaltado a un escogido de mi pueblo. 20Hallé a David mi siervo; Lo ungí con mi santa unción. 21Mi mano estará siempre con él, Mi brazo también lo fortalecerá. 22No lo sorprenderá el enemigo, ni hijo de iniquidad lo quebrantará; 23Sino que quebrantaré delante de él a sus enemigos, y heriré a los que le aborrecen. 24Mi verdad y mi misericordia estarán con él, y en mi nombre será exaltado su poder. 25Asimismo pondré su mano sobre el mar, y sobre los ríos su diestra. 26El me clamará: Mi padre eres tú, Mi Dios, y la roca de mi salvación. 27Yo también le pondré por primogénito, El más excelso de los reyes de la tierra. 28Para siempre le conservaré mi misericordia, y mi pacto será firme con él. 29Pondré su descendencia para siempre, y su trono como los días de los cielos. 30Si dejaren sus hijos mi ley, y no anduvieren en mis juicios, 31Si profanaren mis estatutos, y no guardaren mis mandamientos, 32Entonces castigaré con vara su rebelión, y con azotes sus iniquidades. 33Mas no quitaré de él mi misericordia, ni falsearé mi verdad. 34No olvidaré mi pacto, ni mudaré lo que ha salido de mis labios. 35Una vez he jurado por mi santidad, y no mentiré a David. 36Su descendencia será para siempre, y su trono como el sol delante de mí. 37Como la luna será firme para siempre, y como un testigo fiel en el cielo.” (Sal. 89:1-37)

 

¿Qué hizo Abram antes del pacto,…?

 

1Después de estas cosas vino la palabra de Jesús a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. 2Y respondió Abram: Señor Jesús, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer? 3Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. 4Luego vino a él palabra de Jesús, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. 5Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. 6Y creyó a Jesús, y le fue contado por justicia. 7Y le dijo: Yo soy Jesús, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra. 8Y él respondió: Señor Jesús, ¿en qué conoceré que la he de heredar? 9Y le dijo: Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino. 10Y tomó él todo esto, y los partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de la otra; mas no partió las aves. 11Y descendían aves de rapiña sobre los cuerpos muertos, y Abram las ahuyentaba. 12Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él. 13Entonces Jesús dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. 14Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. 15Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. 16Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí. 17Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos.” (Gén. 15:1-17)

 

¿Qué hace Dios para cumplir el pacto,…? Obsérvese aquí que el hacer que el pacto se cumpla en su totalidad puede durar mucho tiempo,…

 

8Y él respondió: Señor Jesús, ¿en qué conoceré que la he de heredar? 9Y le dijo: Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino. 10Y tomó él todo esto, y los partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de la otra; mas no partió las aves. 11Y descendían aves de rapiña sobre los cuerpos muertos, y Abram las ahuyentaba. 12Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él. 13Entonces Jesús dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. 14Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. 15Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. 16Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí. 17Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir? 18Y dijo Abraham a Dios: Ojalá Ismael viva delante de ti. 19Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él. 20Y en cuanto a Ismael, también te he oído; he aquí que le bendeciré, y le haré fructificar y multiplicar mucho en gran manera; doce príncipes engendrará, y haré de él una gran nación. 21Mas yo estableceré mi pacto con Isaac, el que Sara te dará a luz por este tiempo el año que viene.” (Gén. 15:8-21)

 

23Aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. 24Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. 25Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios.” (Exo. 2:23-25) “1Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. 2Y se le apareció el Ángel de Jesús en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. 3Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. 4Viendo Jesús que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. 5Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. 6Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios. 7Dijo luego Jesús: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, 8y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. 9El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de , y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. 10Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. 11Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? 12Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte.” (Exo. 3:1-12)

 

1Jesús respondió a Moisés: Ahora verás lo que yo haré a Faraón; porque con mano fuerte los dejará ir, y con mano fuerte los echará de su tierra. 2Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy Jesús. 3Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre Jesús no me di a conocer a ellos. 4También establecí mi pacto con ellos, de darles la tierra de Canaán, la tierra en que fueron forasteros, y en la cual habitaron. 5Asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mí pacto. 6Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy Jesús; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes; 7y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jesús vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto. 8Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo Jesús.” (Exo. 6:1-8)

 

10Vosotros todos estáis hoy en presencia de Jesús vuestro Dios; los cabezas de vuestras tribus, vuestros ancianos y vuestros oficiales, todos los varones de Israel; 11vuestros niños, vuestras mujeres, y tus extranjeros que habitan en medio de tu campamento, desde el que corta tu leña hasta el que saca tu agua; 12para que entres en el pacto de Jesús tu Dios, y en su juramento, que Jesús tu Dios concierta hoy contigo, 13para confirmarte hoy como su pueblo, y para que él te sea a ti por Dios, de la manera que él te ha dicho, y como lo juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob. 14Y no solamente con vosotros hago yo este pacto y este juramento, 15sino con los que están aquí presentes hoy con nosotros delante de Jesús nuestro Dios, y con los que no están aquí hoy con nosotros.” (Deut. 29:10-15)

 

7El es Jesús nuestro Dios; En toda la tierra están sus juicios. 8Se acordó para siempre de su pacto; De la palabra que mandó para mil generaciones, 9La cual concertó con Abraham, y de su juramento a Isaac. 10La estableció a Jacob por decreto, a Israel por pacto sempiterno, 11Diciendo: A ti te daré la tierra de Canaán como porción de vuestra heredad. 12Cuando ellos eran pocos en número, y forasteros en ella, 13Y andaban de nación en nación, de un reino a otro pueblo, 14No consintió que nadie los agraviase, y por causa de ellos castigó a los reyes. 15No toquéis, dijo, a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas. 16Trajo hambre sobre la tierra, y quebrantó todo sustento de pan. 17Envió un varón delante de ellos; A José, que fue vendido por siervo. 18Afligieron sus pies con grillos; En cárcel fue puesta su persona. 19Hasta la hora que se cumplió su palabra, El dicho de Jesús le probó. 20Envió el rey, y le soltó; El señor de los pueblos, y le dejó ir libre. 21Lo puso por señor de su casa, y por gobernador de todas sus posesiones, 22Para que reprimiera a sus grandes como él quisiese, y a sus ancianos enseñara sabiduría. 23Después entró Israel en Egipto, y Jacob moró en la tierra de Cam. 24Y multiplicó su pueblo en gran manera, y lo hizo más fuerte que sus enemigos. 25Cambió el corazón de ellos para que aborreciesen a su pueblo, Para que contra sus siervos pensasen mal. 26Envió a su siervo Moisés, y a Aarón, al cual escogió. 27Puso en ellos las palabras de sus señales, y sus prodigios en la tierra de Cam. 28Envió tinieblas que lo oscurecieron todo; No fueron rebeldes a su palabra. 29Volvió sus aguas en sangre, y mató sus peces. 30Su tierra produjo ranas hasta en las cámaras de sus reyes. 31Habló, y vinieron enjambres de moscas, Y piojos en todos sus términos. 32Les dio granizo por lluvia, y llamas de fuego en su tierra. 33Destrozó sus viñas y sus higueras, y quebró los árboles de su territorio. 34Habló, y vinieron langostas, y pulgón sin número; 35Y comieron toda la hierba de su país, y devoraron el fruto de su tierra. 36Hirió de muerte a todos los primogénitos en su tierra, Las primicias de toda su fuerza. 37Los sacó con plata y oro; Y no hubo en sus tribus enfermo. 38Egipto se alegró de que salieran, Porque su terror había caído sobre ellos. 39Extendió una nube por cubierta, y fuego para alumbrar la noche. 40Pidieron, e hizo venir codornices; y los sació de pan del cielo. 41Abrió la peña, y fluyeron aguas; Corrieron por los sequedales como un río. 42Porque se acordó de su santa palabra dada a Abraham su siervo. 43Sacó a su pueblo con gozo; con júbilo a sus escogidos. 44Les dio las tierras de las naciones, y las labores de los pueblos heredaron; 45Para que guardasen sus estatutos, y cumpliesen sus leyes. Aleluya.” (Sal. 105:7-44)

 

24Y todos los profetas desde Samuel en adelante, cuantos han hablado, también han anunciado estos días. 25Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que Dios hizo con nuestros padres, diciendo a Abraham: En tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra. 26A vosotros primeramente, Dios, habiendo levantado a su Hijo, lo envió para que os bendijese, a fin de que cada uno se convierta de su maldad.” (Hech. 3:24-26)

 

¿Qué condición puso Dios para que Dios cumpla este pacto,…?

 

1Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jesús y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de y sé perfecto. 2Y pondré mi pacto entre y ti, y te multiplicaré en gran manera.” (Gén. 17:1-2)

 

9Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones. 10Este es mi pacto, que guardaréis entre y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros. 11Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros. 12Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generaciones; el nacido en casa, y el comprado por dinero a cualquier extranjero, que no fuere de tu linaje. 13Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por pacto perpetuo. 14Y el varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto. (Gén. 17:9-14)

 

¿Tiempo que dura el pacto,…?

 

7Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti.” (Gén. 17:7)

 

13Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por pacto perpetuo. 14Y el varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto.” (Gén. 17:13-14)

 

14Jesús, él es nuestro Dios; Sus juicios están en toda la tierra. 15El hace memoria de su pacto perpetuamente, y de la palabra que él mandó para mil generaciones; 16Del pacto que concertó con Abraham, y de su juramento a Isaac; 17El cual confirmó a Jacob por estatuto, Y a Israel por pacto sempiterno,” (1Cron. 16:14-17)

 

15Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade. 16Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo. 17Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa. 18Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa.” (Gál. 3:15-18) Observe que la ley no abroga el pacto que es por las promesas que fue dado a Abraham,..

 

TERCER PACTO  <<Pacto de paz con los hijos de Israel>>

 

        El PACTO DE DIOS EN LOS DIAS DE MOISES

 

1En el mes tercero de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mismo día llegaron al desierto de Sinaí. 2Habían salido de Refidim, y llegaron al desierto de Sinaí, y acamparon en el desierto; y acampó allí Israel delante del monte. 3Y Moisés subió a Dios; y Jesús lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel: 4Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí. 5Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. 6Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.” (Exo. 19:1-6)

 

¿Objetivo que tiene Dios al hacer este pacto,…?

 

5Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. 6Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel (Exo. 19:5-6) El objetivo del pacto es a los que oye la voz de Jesús guardan su pacto,… hacerles especial tesoro sobre todos los pueblos,… y hacerles reino de sacerdotes, y gente santa,… para él,…

 

¿Cuál es el beneficio del pacto para los hombres,…?

 

5Y envió jóvenes de los hijos de Israel, los cuales ofrecieron holocaustos y becerros como sacrificios de paz a Jesús. 6Y Moisés tomó la mitad de la sangre, y la puso en tazones, y esparció la otra mitad de la sangre sobre el altar. 7Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que Jesús ha dicho, y obedeceremos. 8Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jesús ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas.” (Exo. 24:7-8) El beneficio de este pacto era tener paz para con Dios,… veamos otra cita que colabora lo anterior: 10Entonces Jesús habló a Moisés, diciendo: 11Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha hecho apartar mi furor de los hijos de Israel, llevado de celo entre ellos; por lo cual yo no he consumido en mi celo a los hijos de Israel. 12Por tanto diles: He aquí yo establezco mi pacto de paz con él; 13y tendrá él, y su descendencia después de él, el pacto del sacerdocio perpetuo, por cuanto tuvo celo por su Dios e hizo expiación por los hijos de Israel.” (Núm. 25:10-12)

 

¿Cuál es la Señal del pacto,…?

 

5Y envió jóvenes de los hijos de Israel, los cuales ofrecieron holocaustos y becerros como sacrificios de paz a Jesús. 6Y Moisés tomó la mitad de la sangre, y la puso en tazones, y esparció la otra mitad de la sangre sobre el altar. 7Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que Jesús ha dicho, y obedeceremos. 8Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jesús ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas.” (Exo. 24:7-8)

 

27Y Jesús dijo a Moisés: Escribe tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel. 28Y él estuvo allí con Jesús cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos.” (Exo. 34:27-28) ¿Cuáles son las palabras que pronuncio Jesús para hacer pacto con Israel,…? 1Llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio hoy en vuestros oídos; aprendedlos, y guardadlos, para ponerlos por obra. 2Jesús nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb. 3No con nuestros padres hizo Jesús este pacto, sino con nosotros todos los que estamos aquí hoy vivos. 4Cara a cara habló Jesús con vosotros en el monte de en medio del fuego. 5Yo estaba entonces entre Jesús y vosotros, para declararos la palabra de Jesús; porque vosotros tuvisteis temor del fuego, y no subisteis al monte. Dijo: 6Yo soy Jesús tu Dios, que te saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre. 7No tendrás dioses ajenos delante de . 8No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 9No te inclinarás a ellas ni las servirás; porque yo soy Jesús tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 10y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. 11No tomarás el nombre de Jesús tu Dios en vano; porque Jesús no dará por inocente al que tome su nombre en vano. 12Guardarás el día de sábado para santificarlo, como Jesús tu Dios te ha mandado. 13Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; 14mas el séptimo día es sábado a Jesús tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como tú. 15Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jesús tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jesús tu Dios te ha mandado que guardes el día de sábado. 16Honra a tu padre y a tu madre, como Jesús tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jesús tu Dios te da. 17No matarás. 18No cometerás adulterio. 19No hurtarás. 20No dirás falso testimonio contra tu prójimo. 21o codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.” (Deut. 5:1-21)

 

15Seis días se trabajará, mas el día séptimo es día de sábado consagrado a Jesús; cualquiera que trabaje en el día de sábado, ciertamente morirá. 16Guardarán, pues, el día de sábado los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. 17Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jesús los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó.” (Exo. 31:15-17)

 

¿Involucrados en este pacto,…?

 

…Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel” (Exo. 20:) Están involucrados Jesús y los hijos de Israel,…

 

1Llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio hoy en vuestros oídos; aprendedlos, y guardadlos, para ponerlos por obra. 2Jesús nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb. 3No con nuestros padres hizo Jesús este pacto, sino con nosotros todos los que estamos aquí hoy vivos. 4Cara a cara habló Jesús con vosotros en el monte de en medio del fuego.” (Deut. 5:1-4)

 

8En Horeb provocasteis a ira a Jesús, y se enojó Jesús contra vosotros para destruiros. 9Cuando yo subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del pacto que Jesús hizo con vosotros, estuve entonces en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua,… 11Sucedió al fin de los cuarenta días y cuarenta noches, que Jesús me dio las dos tablas de piedra, las tablas del pacto,… 15Y volví y descendí del monte, el cual ardía en fuego, con las tablas del pacto en mis dos manos.” (Deut. 9:8-15) Los diez mandamientos están involucrados en el pacto,…

 

¿Quiénes cumplieron este pacto en los días de Moisés,…? 8A Leví dijo: Tu Tumim y tu Urim sean para tu varón piadoso, a quien probaste en Masah, con quien contendiste en las aguas de Meriba, 9Quien dijo de su padre y de su madre: Nunca los he visto; Y no reconoció a sus hermanos, ni a sus hijos conoció; Pues ellos guardaron tus palabras, y cumplieron tu pacto. 10Ellos enseñarán tus juicios a Jacob, y tu ley a Israel; Pondrán el incienso delante de ti, y el holocausto sobre tu altar.” (Deut. 33:8-10)

 

¿Promesa de Dios con el hombre en el pacto,…?

 

Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. 6Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa” (Exo. 19:5-6) La promesa consiste en que los que oye la voz de Jesús guardan su pacto,… hacerles especial tesoro sobre todos los pueblos,… y hacerles reino de sacerdotes, y gente santa,…

 

3Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, 4yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el árbol del campo dará su fruto. 5Vuestra trilla alcanzará a la vendimia, y la vendimia alcanzará a la sementera, y comeréis vuestro pan hasta saciaros, y habitaréis seguros en vuestra tierra. 6Y yo daré paz en la tierra, y dormiréis, y no habrá quien os espante; y haré quitar de vuestra tierra las malas bestias, y la espada no pasará por vuestro país. 7Y perseguiréis a vuestros enemigos, y caerán a espada delante de vosotros. 8Cinco de vosotros perseguirán a ciento, y ciento de vosotros perseguirán a diez mil, y vuestros enemigos caerán a filo de espada delante de vosotros. 9Porque yo me volveré a vosotros, y os haré crecer, y os multiplicaré, y afirmaré mi pacto con vosotros. 10Comeréis lo añejo de mucho tiempo, y pondréis fuera lo añejo para guardar lo nuevo. 11Y pondré mi morada en medio de vosotros, y mi alma no os abominará; 12y andaré entre vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo. 13Yo Jesús vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para que no fueseis sus siervos, y rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con el rostro erguido.” (Lev. 26:3-13)

 

11En verdad juró Jesús a David, y no se retractará de ello: De tu descendencia pondré sobre tu trono. 12Si tus hijos guardaren mi pacto, y mi testimonio que yo les enseñaré, sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre.” (Sal. 132:11-12)

 

¿Qué hace Dios para cumplir el pacto,…?

 

9Y dijo: Si ahora, Señor, he hallado gracia en tus ojos, vaya ahora el Señor en medio de nosotros; porque es un pueblo de dura cerviz; y perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y tómanos por tu heredad. 10Y él contestó: He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo; haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás , la obra de Jesús; porque será cosa tremenda la que yo haré contigo.” (Exo. 34:9-10)

 

12Y por haber oído estos decretos y haberlos guardado y puesto por obra, Jesús tu Dios guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres. 13Y te amará, te bendecirá y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto, tu aceite, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría. 14Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá en ti varón ni hembra estéril, ni en tus ganados. 15Y quitará Jesús de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren. 16Y consumirás a todos los pueblos que te da Jesús tu Dios; no los perdonará tu ojo, ni servirás a sus dioses, porque te será tropiezo. 17Si dijeres en tu corazón: Estas naciones son mucho más numerosas que yo; ¿cómo las podré exterminar? 18No tengas temor de ellas; acuérdate bien de lo que hizo Jesús tu Dios con Faraón y con todo Egipto; 19de las grandes pruebas que vieron tus ojos, y de las señales y milagros, y de la mano poderosa y el brazo extendido con que Jesús tu Dios te sacó; así hará Jesús tu Dios con todos los pueblos de cuya presencia tú temieres. 20También enviará Jesús tu Dios avispas sobre ellos, hasta que perezcan los que quedaren y los que se hubieren escondido de delante de ti. 21No desmayes delante de ellos, porque Jesús tu Dios está en medio de ti, Dios grande y temible. 22Y Jesús tu Dios echará a estas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás acabar con ellas en seguida, para que las fieras del campo no se aumenten contra ti. 23Mas Jesús tu Dios las entregará delante de ti, y él las quebrantará con grande destrozo, hasta que sean destruidas. 24El entregará sus reyes en tu mano, y tú destruirás el nombre de ellos de debajo del cielo; nadie te hará frente hasta que los destruyas. 25Las esculturas de sus dioses quemarás en el fuego; no codiciarás plata ni oro de ellas para tomarlo para ti, para que no tropieces en ello, pues es abominación a Jesús tu Dios; 26y no traerás cosa abominable a tu casa, para que no seas anatema; del todo la aborrecerás y la abominarás, porque es anatema.” (Deut. 7:12-26)

 

11En verdad juró Jesús a David, y no se retractará de ello: De tu descendencia pondré sobre tu trono. 12Si tus hijos guardaren mi pacto, y mi testimonio que yo les enseñaré, sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre. 13Porque Jesús ha elegido a Sion; La quiso por habitación para sí. 14Este es para siempre el lugar de mi reposo; aquí habitaré, porque la he querido. 15Bendeciré abundantemente su provisión; a sus pobres saciaré de pan. 16Asimismo vestiré de salvación a sus sacerdotes, y sus santos darán voces de júbilo. 17Allí haré retoñar el poder de David; He dispuesto lámpara a mi ungido. 18A sus enemigos vestiré de confusión, mas sobre él florecerá su corona.” (Sal. 132:11-17)

 

17Porque así ha dicho Jesús: No faltará a David varón que se siente sobre el trono de la casa de Israel. 18Ni a los sacerdotes y levitas faltará varón que delante de mí ofrezca holocausto y encienda ofrenda, y que haga sacrificio todos los días. 19Vino palabra de Jesús a Jeremías, diciendo: 20Así ha dicho Jesús: Si pudiereis invalidar mi pacto con el día y mi pacto con la noche, de tal manera que no haya día ni noche a su tiempo, 21podrá también invalidarse mi pacto con mi siervo David, para que deje de tener hijo que reine sobre su trono, y mi pacto con los levitas y sacerdotes, mis ministros. 22Como no puede ser contado el ejército del cielo, ni la arena del mar se puede medir, así multiplicaré la descendencia de David mi siervo, y los levitas que me sirven. 23Vino palabra de Jesús a Jeremías, diciendo: 24¿No has echado de ver lo que habla este pueblo, diciendo: Dos familias que Jesús escogiera ha desechado? Y han tenido en poco a mi pueblo, hasta no tenerlo más por nación. 25Así ha dicho Jesús: Si no permanece mi pacto con el día y la noche, si yo no he puesto las leyes del cielo y la tierra, 26también desecharé la descendencia de Jacob, y de David mi siervo, para no tomar de su descendencia quien sea señor sobre la posteridad de Abraham, de Isaac y de Jacob. Porque haré volver sus cautivos, y tendré de ellos misericordia.” (Jer. 33:17-26)

 

8Y pasé yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto contigo, dice Jesús el Señor, y fuiste mía. 9Te lavé con agua, y lavé tus sangres de encima de ti, y te ungí con aceite; 10y te vestí de bordado, te calcé de tejón, te ceñí de lino y te cubrí de seda. 11Te atavié con adornos, y puse brazaletes en tus brazos y collar a tu cuello. 12Puse joyas en tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza. 13Así fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido era de lino fino, seda y bordado; comiste flor de harina de trigo, miel y aceite; y fuiste hermoseada en extremo, prosperaste hasta llegar a reinar. 14Y salió tu renombre entre las naciones a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice Jesús el Señor.” (Eze. 16:8-14)

 

33Vivo yo, dice Jesús el Señor, que con mano fuerte y brazo extendido, y enojo derramado, he de reinar sobre vosotros; 34y os sacaré de entre los pueblos, y os reuniré de las tierras en que estáis esparcidos, con mano fuerte y brazo extendido, y enojo derramado; 35y os traeré al desierto de los pueblos, y allí litigaré con vosotros cara a cara. 36Como litigué con vuestros padres en el desierto de la tierra de Egipto, así litigaré con vosotros, dice Jesús el Señor. 37Os haré pasar bajo la vara, y os haré entrar en los vínculos del pacto; 38y apartaré de entre vosotros a los rebeldes, y a los que se rebelaron contra ; de la tierra de sus peregrinaciones los sacaré, mas a la tierra de Israel no entrarán; y sabréis que yo soy Jesús. 39Y a vosotros, oh casa de Israel, así ha dicho Jesús el Señor: Andad cada uno tras sus ídolos, y servidles, si es que a no me obedecéis; pero no profanéis más mi santo nombre con vuestras ofrendas y con vuestros ídolos. 40Pero en mi santo monte, en el alto monte de Israel, dice Jesús el Señor, allí me servirá toda la casa de Israel, toda ella en la tierra; allí los aceptaré, y allí demandaré vuestras ofrendas, y las primicias de vuestros dones, con todas vuestras cosas consagradas. 41Como incienso agradable os aceptaré, cuando os haya sacado de entre los pueblos, y os haya congregado de entre las tierras en que estáis esparcidos; y seré santificado en vosotros a los ojos de las naciones. 42Y sabréis que yo soy Jesús, cuando os haya traído a la tierra de Israel, la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a vuestros padres. 43Y allí os acordaréis de vuestros caminos, y de todos vuestros hechos en que os contaminasteis; y os aborreceréis a vosotros mismos a causa de todos vuestros pecados que cometisteis. 44Y sabréis que yo soy Jesús, cuando haga con vosotros por amor de mi nombre, no según vuestros caminos malos ni según vuestras perversas obras, oh casa de Israel, dice Jesús el Señor.” (Eze. 20:33-44)

 

44He aquí, todo el que usa de refranes te aplicará a ti el refrán que dice: Cual la madre, tal la hija. 45Hija eres tú de tu madre, que desechó a su marido y a sus hijos; y hermana eres tú de tus hermanas, que desecharon a sus maridos y a sus hijos; vuestra madre fue hetea, y vuestro padre amorreo. 46Y tu hermana mayor es Samaria, ella y sus hijas, que habitan al norte de ti; y tu hermana menor es Sodoma con sus hijas, la cual habita al sur de ti. 47Ni aun anduviste en sus caminos, ni hiciste según sus abominaciones; antes, como si esto fuera poco y muy poco, te corrompiste más que ellas en todos tus caminos. 48Vivo yo, dice Jesús el Señor, que Sodoma tu hermana y sus hijas no han hecho como hiciste tú y tus hijas. 49He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso. 50Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de , y cuando lo vi las quité. 51Y Samaria no cometió ni la mitad de tus pecados; porque tú multiplicaste tus abominaciones más que ellas, y has justificado a tus hermanas con todas las abominaciones que tú hiciste. 52Tú también, que juzgaste a tus hermanas, lleva tu vergüenza en los pecados que tú hiciste, más abominables que los de ellas; más justas son que tú; avergüénzate, pues, tú también, y lleva tu confusión, por cuanto has justificado a tus hermanas. 53Yo, pues, haré volver a sus cautivos, los cautivos de Sodoma y de sus hijas, y los cautivos de Samaria y de sus hijas, y haré volver los cautivos de tus cautiverios entre ellas, 54para que lleves tu confusión, y te avergüences de todo lo que has hecho, siendo tú motivo de consuelo para ellas. 55Y tus hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas, volverán a su primer estado; tú también y tus hijas volveréis a vuestro primer estado. 56No era tu hermana Sodoma digna de mención en tu boca en el tiempo de tus soberbias, 57antes que tu maldad fuese descubierta. Así también ahora llevas tú la afrenta de las hijas de Siria y de todas las hijas de los filisteos, las cuales por todos lados te desprecian. 58Sufre tú el castigo de tu lujuria y de tus abominaciones, dice Jesús. 9Pero más ha dicho Jesús el Señor: ¿Haré yo contigo como tú hiciste, que menospreciaste el juramento para invalidar el pacto? 60Antes yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto sempiterno. 61Y te acordarás de tus caminos y te avergonzarás, cuando recibas a tus hermanas, las mayores que y las menores que , las cuales yo te daré por hijas, mas no por tu pacto, 62sino por mi pacto que yo confirmaré contigo; y sabrás que yo soy Jesús; 63para que te acuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca, a causa de tu vergüenza, cuando yo perdone todo lo que hiciste, dice Jesús el Señor.” (Eze. 16:44-63)

 

19diles: Así ha dicho Jesús el Señor: He aquí, yo tomo el palo de José que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel sus compañeros, y los pondré con el palo de Judá, y los haré un solo palo, y serán uno en mi mano. 20Y los palos sobre que escribas estarán en tu mano delante de sus ojos, 21y les dirás: Así ha dicho Jesús el Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra; 22y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel, y un rey será a todos ellos por rey; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos en dos reinos. 23Ni se contaminarán ya más con sus ídolos, con sus abominaciones y con todas sus rebeliones; y los salvaré de todas sus rebeliones con las cuales pecaron, y los limpiaré; y me serán por pueblo, y yo a ellos por Dios. 24Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor; y andarán en mis preceptos, y mis estatutos guardarán, y los pondrán por obra. 25Habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David será príncipe de ellos para siempre. 26Y haré con ellos pacto de paz, pacto perpetuo será con ellos; y los estableceré y los multiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para siempre. 27Estará en medio de ellos mi tabernáculo, y seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 28Y sabrán las naciones que yo Jesús santifico a Israel, estando mi santuario en medio de ellos para siempre.” (Eze. 37:19-28)

 

13Y la castigaré por los días en que incensaba a los baales, y se adornaba de sus zarcillos y de sus joyeles, y se iba tras sus amantes y se olvidaba de mí, dice Jesús. 14Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón. 15Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto. 16En aquel tiempo, dice Jesús, me llamarás Ishi,  y nunca más me llamarás Baali. 17Porque quitaré de su boca los nombres de los baales, y nunca más se mencionarán sus nombres. 18En aquel tiempo haré para ti pacto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con las serpientes de la tierra; y quitaré de la tierra arco y espada y guerra, y te haré dormir segura. 19Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. 20Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jesús. 21En aquel tiempo responderé, dice Jesús, yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra. 22Y la tierra responderá al trigo, al vino y al aceite, y ellos responderán a Jezreel. 23Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío.” (Oseas 2:13-23)

 

¿Qué hace Jesús para que 7000 hombres de Israel no quebranten el pacto con él,… de tal manera que no sirvan a dioses ajenos,…?

 

13Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías? 14El respondió: He sentido un vivo celo por Jesús Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida. 15Y le dijo Jesús: Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco; y llegarás, y ungirás a Hazael por rey de Siria. 16A Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta en tu lugar. 17Y el que escapare de la espada de Hazael, Jehú lo matará; y el que escapare de la espada de Jehú, Eliseo lo matará. 18Y yo haré que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron.” (1Rey. 19:13-18)

 

¿Qué condición puso Dios para que Dios cumpla este pacto,…?

 

Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. 6Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel (Exo. 19:5-6) La condición para cumplir este pacto es oír la voz de Jesús y guardar su pacto

 

15Seis días se trabajará, mas el día séptimo es día de sábado consagrado a Jesús; cualquiera que trabaje en el día de sábado, ciertamente morirá. 16Guardarán, pues, el día de sábado los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. 17Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jesús los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó.” (Exo. 31:15-17) “7Pondrás también sobre cada hilera incienso puro, y será para el pan como perfume, ofrenda encendida a Jesús. 8Cada día de sábado lo pondrá continuamente en orden delante de Jesús, en nombre de los hijos de Israel, como pacto perpetuo. 9Y será de Aarón y de sus hijos, los cuales lo comerán en lugar santo; porque es cosa muy santa para él, de las ofrendas encendidas a Jesús, por derecho perpetuo.” (Lev. 24:7-9)

 

11Ninguna ofrenda que ofreciereis a Jesús será con levadura; porque de ninguna cosa leuda, ni de ninguna miel, se ha de quemar ofrenda para Jesús. 12Como ofrenda de primicias las ofreceréis a Jesús; mas no subirán sobre el altar en olor grato. 13Y sazonarás con sal toda ofrenda que presentes, y no harás que falte jamás de tu ofrenda la sal del pacto de tu Dios; en toda ofrenda tuya ofrecerás sal.” (Lev. 2:11-13) “17Mas el primogénito de vaca, el primogénito de oveja y el primogénito de cabra, no redimirás; santificados son; la sangre de ellos rociarás sobre el altar, y quemarás la grosura de ellos, ofrenda encendida en olor grato a Jesús. 18Y la carne de ellos será tuya; como el pecho de la ofrenda mecida y como la espaldilla derecha, será tuya. 19Todas las ofrendas elevadas de las cosas santas, que los hijos de Israel ofrecieren a Jesús, las he dado para ti, y para tus hijos y para tus hijas contigo, por estatuto perpetuo; pacto de sal perpetuo es delante de Jesús para ti y para tu descendencia contigo. 20Y Jesús dijo a Aarón: De la tierra de ellos no tendrás heredad, ni entre ellos tendrás parte. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel.” (Núm. 18:17-20) Complementemos las citas anteriores viendo que la sal era parte del pacto,… 5¿No sabéis vosotros que Jesús Dios de Israel dio el reino a David sobre Israel para siempre, a él y a sus hijos, bajo pacto de sal?” (2Cron. 13:5)

 

12y habló Jesús con vosotros de en medio del fuego; oísteis la voz de sus palabras, mas a excepción de oír la voz, ninguna figura visteis. 13Y él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra; los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra. 14A mí también me mandó Jesús en aquel tiempo que os enseñase los estatutos y juicios, para que los pusieseis por obra en la tierra a la cual pasáis a tomar posesión de ella.” (Deut. 4:12-14)

 

23Guardaos, no os olvidéis del pacto de Jesús vuestro Dios, que él estableció con vosotros, y no os hagáis escultura o imagen de ninguna cosa que Jesús tu Dios te ha prohibido. 24Porque Jesús tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso. 25Cuando hayáis engendrado hijos y nietos, y hayáis envejecido en la tierra, si os corrompiereis e hiciereis escultura o imagen de cualquier cosa, e hiciereis lo malo ante los ojos de Jesús vuestro Dios, para enojarlo; 26yo pongo hoy por testigos al cielo y a la tierra, que pronto pereceréis totalmente de la tierra hacia la cual pasáis el Jordán para tomar posesión de ella; no estaréis en ella largos días sin que seáis destruidos. 27Y Jesús os esparcirá entre los pueblos, y quedaréis pocos en número entre las naciones a las cuales os llevará Jesús. 28Y serviréis allí a dioses hechos de manos de hombres, de madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen. 29Mas si desde allí buscares a JesúsDios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma. 30Cuando estuvieres en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si en los postreros días te volvieres a Jesús tu Dios, y oyeres su voz; 31porque Dios misericordioso es Jesús tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres.” (Deut. 4:23-31)

 

11Cuídate de no olvidarte de Jesús tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; 12no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, 13y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; 14y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jesús tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre; 15que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal; 16que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien; 17y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. 18Sino acuérdate de JesúsDios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día. 19Mas si llegares a olvidarte de Jesús tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis. 20Como las naciones que Jesús destruirá delante de vosotros, así pereceréis, por cuanto no habréis atendido a la voz de Jesús vuestro Dios.” (Deut. 8:11-20)

 

¿Debían de derribar los altares de dioses ajenos para no quebrantar el pacto,…?1El ángel de Jesús subió de Gilgal a Boquim, y dijo: Yo os saqué de Egipto, y os introduje en la tierra de la cual había jurado a vuestros padres, diciendo: No invalidaré jamás mi pacto con vosotros, 2con tal que vosotros no hagáis pacto con los moradores de esta tierra, cuyos altares habéis de derribar; mas vosotros no habéis atendido a mi voz. ¿Por qué habéis hecho esto? 3Por tanto, yo también digo: No los echaré de delante de vosotros, sino que serán azotes para vuestros costados, y sus dioses os serán tropezadero. 4Cuando el ángel de Jesús habló estas palabras a todos los hijos de Israel, el pueblo alzó su voz y lloró. 5Y llamaron el nombre de aquel lugar Boquim, y ofrecieron allí sacrificios a Jesús.” (Jue. 2:1-5)

 

¿Tiempo que dura el pacto,…?

 

5Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto,…” (Exo. 19:5) El pacto dura mientras oigan los hijos de Israel la voz de Jesús y guarden su pacto,… confirmemos lo dicho,… veámoslo: 22Luego se puso Salomón delante del altar de Jesús, en presencia de toda la congregación de Israel, y extendiendo sus manos al cielo, 23dijo: Jesús Dios de Israel, no hay Dios como , ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón; 24que has cumplido a tu siervo David mi padre lo que le prometiste; lo dijiste con tu boca, y con tu mano lo has cumplido, como sucede en este día.” (1Rey. 8:22-24) “4Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos. 5Y dije: Te ruego, oh Jesús, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos” (Neh. 1:4-5)

 

14Jesús Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti en el cielo ni en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia con tus siervos que caminan delante de ti de todo su corazón” (2Cron. 6:14)

 

15Seis días se trabajará, mas el día séptimo es día de sábado consagrado a Jesús; cualquiera que trabaje en el día de sábado, ciertamente morirá. 16Guardarán, pues, el día de sábado los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. 17Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jesús los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó.” (Exo. 31:15-17) El pacto es perpetuo para los hijos de Israel,…

 

9Conoce, pues, que Jesús tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones; 10y que da el pago en persona al que le aborrece, destruyéndolo; y no se demora con el que le odia, en persona le dará el pago. 11Guarda, por tanto, los mandamientos, estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas.” (Deut. 7:9-11)

 

14Jesús, él es nuestro Dios; Sus juicios están en toda la tierra. 15El hace memoria de su pacto perpetuamente, y de la palabra que él mandó para mil generaciones; 16Del pacto que concertó con Abraham, y de su juramento a Isaac; 17El cual confirmó a Jacob por estatuto, Y a Israel por pacto sempiterno,” (1Cron. 16:14-17)

 

¿Qué remplaza en la actualidad de este pacto el velo de Moisés,…?

 

12Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; 13y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido. 14Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado.” (2Cor. 3:12-14)

 

¿Qué remplaza en la actualidad de este pacto a los cultos,… y al santuario,…?

 

1Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal. 2Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición. 3Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo, 4el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto; 5y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio; de las cuales cosas no se puede ahora hablar en detalle. 6Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto; 7pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo; 8dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. 9Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, 10ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas. 11Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 12y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. 13Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, 14¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? 15Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. 16Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. 17Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive. 18De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre. 19Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo, 20diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado. 21Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio. 22Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.” (Heb. 9:1-22)

 

¿Cuándo el arca del pacto,… se ve en el cielo o en el trono de Dios (Mat. 5:34),…?

 

15El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos. 16Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, 17diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado. 18Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra. 19Y el templo de Dios fue abierto en el cielo [en el trono de Dios (Mat. 5:34)], y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.” (Apoc. 11:15-19)

 

15Καὶ ὁ ἕβδομος ἄγγελος ἐσάλπισεν· καὶ ἐγένοντο φωναὶ μεγάλαι ἐν τῳ̂ οὐρανῳ̂ λέγοντες· ἐγένετο ἡ βασιλεία του̂ κόσμου του̂ κυρίου ἡμω̂ν καὶ του̂ χριστου̂ αὐτου̂, καὶ βασιλεύσει εἰς τοὺς αἰω̂νας τω̂ν αἰώνων. 16Καὶ οἱ εἴκοσι τέσσαρες πρεσβύτεροι [οἳ] ἐνώπιον του̂ θεου̂ καθήμενοι ἐπὶ τοὺς θρόνους αὐτω̂ν ἔπεσαν ἐπὶ τὰ πρόσωπα αὐτω̂ν καὶ προσεκύνησαν τῳ̂ θεῳ̂ 17λέγοντες· εὐχαριστου̂μεν σοι, κύριε ὁ θεὸς ὁ παντοκράτωρ, ὁ ὢν καὶ ὁ ἠ̂ν, ὅτι εἴληφας τὴν δύναμιν σου τὴν μεγάλην καὶ ἐβασίλευσας. 18καὶ τὰ ἔθνη ὠργίσθησαν, καὶ ἠ̂λθεν ἡ ὀργή σου καὶ ὁ καιρὸς τω̂ν νεκρω̂ν κριθη̂ναι καὶ δου̂ναι τὸν μισθὸν τοι̂ς δούλοις σου τοι̂ς προφήταις καὶ τοι̂ς ἁγίοις καὶ τοι̂ς φοβουμένοις τὸ ὄνομα σου, τοὺς μικροὺς καὶ τοὺς μεγάλους, καὶ διαφθει̂ραι τοὺς διαφθείροντας τὴν γη̂ν. 19Καὶ ἠνοίγη [fue abrió (Apoc. 15:5)] ὁ ναὸς [templo (Juan 2:20)] του̂ [de (Mat. 12:28)] θεου̂ [Dios (Mat. 12:28)] ὁ ἐν τῳ̂ οὐρανῳ̂ [en el cielo (Luc. 6:23) también se puede traducir como el trono de Dios (Mat. 5:34)] καὶ [Y (Mat. 17:3)] ὤφθη [apareció (Mar. 9:4)] ἡ [vuestra (Mat 6:10; Mat. 10:13)]κιβωτὸς [arca (Heb. 9:4 si se considera que κιβωτς deriva de κιβωτν que se traduce como arca] τη̂ς [del (Heb. 9:4)] διαθήκης [pacto (Heb. 9:4)]  αὐτου̂ ἐν τῳ̂ ναῳ̂ αὐτου̂ [estaba en este lugar (Juan 12:25; Juan 13:23; Apoc 13:8)], καὶ ἐγένοντο ἀστραπαὶ καὶ φωναὶ καὶ βρονταὶ καὶ σεισμὸς καὶ χάλαζα μεγάλη.” (Apoc. 11:15-19) Este templo que habla aquí es el templo que dijo Dios que si le derivan en tres días lo levantare (Juan 2:20 en esta cita se utiliza la palabra ἠνοίγη que se utiliza también aquí) ya que recuerde que en Jerusalén no hay templo alguno (Apoc. 21:22)

 

¿Hizo promesas los Israelitas a Jesús que cumplirían el pacto,…?

 

1Entonces el rey mandó reunir con él a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. 2Y subió el rey a la casa de Jesús con todos los varones de Judá, y con todos los moradores de Jerusalén, con los sacerdotes y profetas y con todo el pueblo, desde el más chico hasta el más grande; y leyó, oyéndolo ellos, todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de Jesús. 3Y poniéndose el rey en pie junto a la columna, hizo pacto delante de Jesús, de que irían en pos de Jesús, y guardarían sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo el corazón y con toda el alma, y que cumplirían las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro. Y todo el pueblo confirmó el pacto.” (2Rey. 23:1-3) “29Entonces el rey envió y reunió a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. 30Y subió el rey a la casa de Jesús, y con él todos los varones de Judá, y los moradores de Jerusalén, los sacerdotes, los levitas y todo el pueblo, desde el mayor hasta el más pequeño; y leyó a oídos de ellos todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de Jesús. 31Y estando el rey en pie en su sitio, hizo delante de Jesús pacto de caminar en pos de Jesús y de guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo su corazón y con toda su alma, poniendo por obra las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro. 32E hizo que se obligaran a ello todos los que estaban en Jerusalén y en Benjamín; y los moradores de Jerusalén hicieron conforme al pacto de Dios, del Dios de sus padres. 33Y quitó Josías todas las abominaciones de toda la tierra de los hijos de Israel, e hizo que todos los que se hallaban en Israel sirviesen a Jesús su Dios. No se apartaron de en pos de Jesús el Dios de sus padres, todo el tiempo que él vivió.” (2Cron. 34:29-33)

 

                   Consecuencias de no cumplir este pacto

 

4Pero si no me oyereis, ni hiciereis todos estos mis mandamientos, 15y si desdeñareis mis decretos, y vuestra alma menospreciare mis estatutos, no ejecutando todos mis mandamientos, e invalidando mi pacto, 16yo también haré con vosotros esto:

 

Enviaré sobre vosotros terror, extenuación y calentura, que consuman los ojos y atormenten el alma; y sembraréis en vano vuestra semilla, porque vuestros enemigos la comerán. 17Pondré mi rostro contra vosotros, y seréis heridos delante de vuestros enemigos; y los que os aborrecen se enseñorearán de vosotros, y huiréis sin que haya quien os persiga.

 

18Y si aun con estas cosas no me oyereis, yo volveré a castigaros siete veces más por vuestros pecados. 19Y quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo, y haré vuestro cielo como hierro, y vuestra tierra como bronce. 20Vuestra fuerza se consumirá en vano, porque vuestra tierra no dará su producto, y los árboles de la tierra no darán su fruto. 

 

21Si anduviereis conmigo en oposición, y no me quisiereis oír, yo añadiré sobre vosotros siete veces más plagas según vuestros pecados. 22Enviaré también contra vosotros bestias fieras que os arrebaten vuestros hijos, y destruyan vuestro ganado, y os reduzcan en número, y vuestros caminos sean desiertos. 

 

23Y si con estas cosas no fuereis corregidos, sino que anduviereis conmigo en oposición, 24yo también procederé en contra de vosotros, y os heriré aún siete veces por vuestros pecados. 25Traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto; y si buscareis refugio en vuestras ciudades, yo enviaré pestilencia entre vosotros, y seréis entregados en mano del enemigo. 26Cuando yo os quebrante el sustento del pan, cocerán diez mujeres vuestro pan en un horno, y os devolverán vuestro pan por peso; y comeréis, y no os saciaréis. 

 

27Si aun con esto no me oyereis, sino que procediereis conmigo en oposición, 28yo procederé en contra de vosotros con ira, y os castigaré aún siete veces por vuestros pecados. 29Y comeréis la carne de vuestros hijos, y comeréis la carne de vuestras hijas. 30Destruiré vuestros lugares altos, y derribaré vuestras imágenes, y pondré vuestros cuerpos muertos sobre los cuerpos muertos de vuestros ídolos, y mi alma os abominará. 31Haré desiertas vuestras ciudades, y asolaré vuestros santuarios, y no oleré la fragancia de vuestro suave perfume. 32Asolaré también la tierra, y se pasmarán por ello vuestros enemigos que en ella moren; 33y a vosotros os esparciré entre las naciones, y desenvainaré espada en pos de vosotros; y vuestra tierra estará asolada, y desiertas vuestras ciudades. 34Entonces la tierra gozará sus días de reposo, todos los días que esté asolada, mientras vosotros estéis en la tierra de vuestros enemigos; la tierra descansará entonces y gozará sus días de reposo. 35Todo el tiempo que esté asolada, descansará por lo que no reposó en los días de reposo cuando habitabais en ella. 36Y a los que queden de vosotros infundiré en sus corazones tal cobardía, en la tierra de sus enemigos, que el sonido de una hoja que se mueva los perseguirá, y huirán como ante la espada, y caerán sin que nadie los persiga. 37Tropezarán los unos con los otros como si huyeran ante la espada, aunque nadie los persiga; y no podréis resistir delante de vuestros enemigos. 38Y pereceréis entre las naciones, y la tierra de vuestros enemigos os consumirá. 39Y los que queden de vosotros decaerán en las tierras de vuestros enemigos por su iniquidad; y por la iniquidad de sus padres decaerán con ellos. 40Y confesarán su iniquidad, y la iniquidad de sus padres, por su prevaricación con que prevaricaron contra ; y también porque anduvieron conmigo en oposición, 41yo también habré andado en contra de ellos, y los habré hecho entrar en la tierra de sus enemigos; y entonces se humillará su corazón incircunciso, y reconocerán su pecado.

 

42Entonces yo me acordaré de mi pacto con Jacob, y asimismo de mi pacto con Isaac, y también de mi pacto con Abraham me acordaré, y haré memoria de la tierra. 43Pero la tierra será abandonada por ellos, y gozará sus días de reposo, estando desierta a causa de ellos; y entonces se someterán al castigo de sus iniquidades; por cuanto menospreciaron mis ordenanzas, y su alma tuvo fastidio de mis estatutos. 44Y aun con todo esto, estando ellos en tierra de sus enemigos, yo no los desecharé, ni los abominaré para consumirlos, invalidando mi pacto con ellos; porque yo Jesús soy su Dios. 45Antes me acordaré de ellos por el pacto antiguo, cuando los saqué de la tierra de Egipto a los ojos de las naciones, para ser su Dios. Yo Jesús.” (Lev. 26:42-45)

 

2Cuando se hallare en medio de ti, en alguna de tus ciudades que Jesús tu Dios te da, hombre o mujer que haya hecho mal ante los ojos de Jesús tu Dios traspasando su pacto, 3que hubiere ido y servido a dioses ajenos, y se hubiere inclinado a ellos, ya sea al sol, o a la luna, o a todo el ejército del cielo, lo cual yo he prohibido; 4y te fuere dado aviso, y después que oyeres y hubieres indagado bien, la cosa pareciere de verdad cierta, que tal abominación ha sido hecha en Israel; 5entonces sacarás a tus puertas al hombre o a la mujer que hubiere hecho esta mala cosa, sea hombre o mujer, y los apedrearás, y así morirán.” (Deut. 17:2-5) “16si traspasareis el pacto de Jesús vuestro Dios que él os ha mandado, yendo y honrando a dioses ajenos, e inclinándoos a ellos. Entonces la ira de Jesús se encenderá contra vosotros, y pereceréis prontamente de esta buena tierra que él os ha dado.” (Jos. 23:16)

 

16Y Jesús dijo a Moisés: He aquí, tú vas a dormir con tus padres, y este pueblo se levantará y fornicará tras los dioses ajenos de la tierra adonde va para estar en medio de ella; y me dejará, e invalidará mi pacto que he concertado con él; 17y se encenderá mi furor contra él en aquel día; y los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro, y serán consumidos; y vendrán sobre ellos muchos males y angustias, y dirán en aquel día: ¿No me han venido estos males porque no está mi Dios en medio de mí? 18Pero ciertamente yo esconderé mi rostro en aquel día, por todo el mal que ellos habrán hecho, por haberse vuelto a dioses ajenos. 19Ahora pues, escribíos este cántico, y enséñalo a los hijos de Israel; ponlo en boca de ellos, para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel.” (Deut. 31:16-19)

 

10Y Jesús dijo a Josué: Levántate; ¿por qué te postras así sobre tu rostro? 11Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les mandé; y también han tomado del anatema, y hasta han hurtado, han mentido, y aun lo han guardado entre sus enseres. 12Por esto los hijos de Israel no podrán hacer frente a sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán la espalda, por cuanto han venido a ser anatema; ni estaré más con vosotros, si no destruyereis el anatema de en medio de vosotros. 13Levántate, santifica al pueblo, y di: Santificaos para mañana; porque Jesús el Dios de Israel dice así: Anatema hay en medio de ti, Israel; no podrás hacer frente a tus enemigos, hasta que hayáis quitado el anatema de en medio de vosotros. 14Os acercaréis, pues, mañana por vuestras tribus; y la tribu que Jesús tomare, se acercará por sus familias; y la familia que Jesús tomare, se acercará por sus casas; y la casa que Jesús tomare, se acercará por los varones; 15y el que fuere sorprendido en el anatema, será quemado, él y todo lo que tiene, por cuanto ha quebrantado el pacto de Jesús, y ha cometido maldad en Israel.” (Jos. 7:10-15)

 

16Y Jesús levantó jueces que los librasen de mano de los que les despojaban; 17pero tampoco oyeron a sus jueces, sino que fueron tras dioses ajenos, a los cuales adoraron; se apartaron pronto del camino en que anduvieron sus padres obedeciendo a los mandamientos de Jesús; ellos no hicieron así. 18Y cuando Jesús les levantaba jueces, Jesús estaba con el juez, y los libraba de mano de los enemigos todo el tiempo de aquel juez; porque Jesús era movido a misericordia por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían. 19Mas acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás, y se corrompían más que sus padres, siguiendo a dioses ajenos para servirles, e inclinándose delante de ellos; y no se apartaban de sus obras, ni de su obstinado camino. 20Y la ira de Jesús se encendió contra Israel, y dijo: Por cuanto este pueblo traspasa mi pacto que ordené a sus padres, y no obedece a mi voz, 21tampoco yo volveré más a arrojar de delante de ellos a ninguna de las naciones que dejó Josué cuando murió; 22para probar con ellas a Israel, si procurarían o no seguir el camino de Jesús, andando en él, como lo siguieron sus padres. 23Por esto dejó Jesús a aquellas naciones, sin arrojarlas de una vez, y no las entregó en mano de Josué.” (Jue. 2:16-23)

 

9Y se enojó Jesús contra Salomón, por cuanto su corazón se había apartado de Jesús Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces, 10y le había mandado acerca de esto, que no siguiese a dioses ajenos; mas él no guardó lo que le mandó Jesús. 11Y dijo Jesús a Salomón: Por cuanto ha habido esto en ti, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que yo te mandé, romperé de ti el reino, y lo entregaré a tu siervo. 12Sin embargo, no lo haré en tus días, por amor a David tu padre; lo romperé de la mano de tu hijo. 13Pero no romperé todo el reino, sino que daré una tribu a tu hijo, por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, la cual yo he elegido.” (1Rey. 11:9-13)

 

13Jesús amonestó entonces a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y de todos los videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos y mis ordenanzas, conforme a todas las leyes que yo prescribí a vuestros padres, y que os he enviado por medio de mis siervos los profetas. 14Mas ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales no creyeron en Jesús su Dios. 15Y desecharon sus estatutos, y el pacto que él había hecho con sus padres, y los testimonios que él había prescrito a ellos; y siguieron la vanidad, y se hicieron vanos, y fueron en pos de las naciones que estaban alrededor de ellos, de las cuales Jesús les había mandado que no hiciesen a la manera de ellas. 16Dejaron todos los mandamientos de Jesús su Dios, y se hicieron imágenes fundidas de dos becerros, y también imágenes de Asera, y adoraron a todo el ejército de los cielos, y sirvieron a Baal; 17e hicieron pasar a sus hijos y a sus hijas por fuego; y se dieron a adivinaciones y agüeros, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos de Jesús, provocándole a ira. 18Jesús, por tanto, se airó en gran manera contra Israel, y los quitó de delante de su rostro; y no quedó sino sólo la tribu de Judá. 9Mas ni aun Judá guardó los mandamientos de Jesús su Dios, sino que anduvieron en los estatutos de Israel, los cuales habían ellos hecho. 20Y desechó Jesús a toda la descendencia de Israel, y los afligió, y los entregó en manos de saqueadores, hasta echarlos de su presencia. 21Porque separó a Israel de la casa de David, y ellos hicieron rey a Jeroboam hijo de Nabat; y Jeroboam apartó a Israel de en pos de Jesús, y les hizo cometer gran pecado. 22Y los hijos de Israel anduvieron en todos los pecados de Jeroboam que él hizo, sin apartarse de ellos, 23hasta que Jesús quitó a Israel de delante de su rostro, como él lo había dicho por medio de todos los profetas sus siervos; e Israel fue llevado cautivo de su tierra a Asiria, hasta hoy,… 34Hasta hoy hacen como antes: ni temen a Jesús, ni guardan sus estatutos ni sus ordenanzas, ni hacen según la ley y los mandamientos que prescribió Jesús a los hijos de Jacob, al cual puso el nombre de Israel; 35con los cuales Jesús había hecho pacto, y les mandó diciendo: No temeréis a otros dioses, ni los adoraréis, ni les serviréis, ni les haréis sacrificios. 36Mas a Jesús, que os sacó de tierra de Egipto con grande poder y brazo extendido, a éste temeréis, y a éste adoraréis, y a éste haréis sacrificio. 37Los estatutos y derechos y ley y mandamientos que os dio por escrito, cuidaréis siempre de ponerlos por obra, y no temeréis a dioses ajenos. 38No olvidaréis el pacto que hice con vosotros, ni temeréis a dioses ajenos; 39mas temed a Jesús vuestro Dios, y él os librará de mano de todos vuestros enemigos. 40Pero ellos no escucharon; antes hicieron según su costumbre antigua. 41Así temieron a Jesús aquellas gentes, y al mismo tiempo sirvieron a sus ídolos; y también sus hijos y sus nietos, según como hicieron sus padres, así hacen hasta hoy.” (2Rey. 17:13-41)

 

11Y el rey de Asiria llevó cautivo a Israel a Asiria, y los puso en Halah, en Habor junto al río Gozán, y en las ciudades de los medos; 12por cuanto no habían atendido a la voz de Jesús su Dios, sino que habían quebrantado su pacto; y todas las cosas que Moisés siervo de Jesús había mandado, no las habían escuchado, ni puesto por obra.” (2Rey. 18:11-12)

 

9Los hijos de Efraín, arqueros armados, volvieron las espaldas en el día de la batalla. 10No guardaron el pacto de Dios, ni quisieron andar en su ley; 11Sino que se olvidaron de sus obras, y de sus maravillas que les había mostrado. 12Delante de sus padres hizo maravillas en la tierra de Egipto, en el campo de Zoán. 13Dividió el mar y los hizo pasar; detuvo las aguas como en un montón. 14Les guió de día con nube, y toda la noche con resplandor de fuego. 15Hendió las peñas en el desierto, y les dio a beber como de grandes abismos, 16Pues sacó de la peña corrientes, e hizo descender aguas como ríos. 17Pero aún volvieron a pecar contra él, rebelándose contra el Altísimo en el desierto; 18Pues tentaron a Dios en su corazón, pidiendo comida a su gusto. 19Y hablaron contra Dios, Diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto? 20He aquí ha herido la peña, y brotaron aguas, y torrentes inundaron la tierra; ¿Podrá dar también pan? ¿Dispondrá carne para su pueblo? 21Por tanto, oyó Jesús, y se indignó; Se encendió el fuego contra Jacob, y el furor subió también contra Israel, 22Por cuanto no habían creído a Dios, ni habían confiado en su salvación. 23Sin embargo, mandó a las nubes de arriba, y abrió las puertas de los cielos, 24E hizo llover sobre ellos maná para que comiesen, y les dio trigo de los cielos. 25Pan de nobles comió el hombre; Les envió comida hasta saciarles. 26Movió el solano en el cielo, y trajo con su poder el viento sur, 27E hizo llover sobre ellos carne como polvo, como arena del mar, aves que vuelan. 28Las hizo caer en medio del campamento, alrededor de sus tiendas. 29Comieron, y se saciaron; Les cumplió, pues, su deseo. 30No habían quitado de sí su anhelo, aún estaba la comida en su boca, 31Cuando vino sobre ellos el furor de Dios, E hizo morir a los más robustos de ellos, y derribó a los escogidos de Israel. 32Con todo esto, pecaron aún, y no dieron crédito a sus maravillas. 33Por tanto, consumió sus días en vanidad, y sus años en tribulación. 34Si los hacía morir, entonces buscaban a Dios; Entonces se volvían solícitos en busca suya, 35Y se acordaban de que Dios era su refugio, y el Dios Altísimo su redentor. 36Pero le lisonjeaban con su boca, y con su lengua le mentían; 37Pues sus corazones no eran rectos con él, ni estuvieron firmes en su pacto. 38Pero él, misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía; y apartó muchas veces su ira, y no despertó todo su enojo. 39Se acordó de que eran carne, soplo que va y no vuelve. 40¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto, lo enojaron en el yermo! 41Y volvían, y tentaban a Dios, y provocaban al Santo de Israel. 42No se acordaron de su mano, del día que los redimió de la angustia; 43Cuando puso en Egipto sus señales, y sus maravillas en el campo de Zoán; 44Y volvió sus ríos en sangre, y sus corrientes, para que no bebiesen. 45Envió entre ellos enjambres de moscas que los devoraban, Y ranas que los destruían. 46Dio también a la oruga sus frutos, y sus labores a la langosta. 47Sus viñas destruyó con granizo, y sus higuerales con escarcha; 48Entregó al pedrisco sus bestias, y sus ganados a los rayos. 49Envió sobre ellos el ardor de su ira; Enojo, indignación y angustia, un ejército de ángeles destructores. 50Dispuso camino a su furor; No eximió la vida de ellos de la muerte, Sino que entregó su vida a la mortandad. 51Hizo morir a todo primogénito en Egipto, Las primicias de su fuerza en las tiendas de Cam. 52Hizo salir a su pueblo como ovejas, y los llevó por el desierto como un rebaño. 53Los guió con seguridad, de modo que no tuvieran temor; y el mar cubrió a sus enemigos. 54Los trajo después a las fronteras de su tierra santa, a este monte que ganó su mano derecha. 55Echó las naciones de delante de ellos; Con cuerdas repartió sus tierras en heredad, E hizo habitar en sus moradas a las tribus de Israel. 56Pero ellos tentaron y enojaron al Dios Altísimo, y no guardaron sus testimonios; 57Sino que se volvieron y se rebelaron como sus padres; Se volvieron como arco engañoso. 58Le enojaron con sus lugares altos, y le provocaron a celo con sus imágenes de talla. 59Lo oyó Dios y se enojó, y en gran manera aborreció a Israel. 60Dejó, por tanto, el tabernáculo de Silo, la tienda en que habitó entre los hombres, 61Y entregó a cautiverio su poderío, y su gloria en mano del enemigo. 62Entregó también su pueblo a la espada, y se irritó contra su heredad. 63El fuego devoró a sus jóvenes, y sus vírgenes no fueron loadas en cantos nupciales. 64Sus sacerdotes cayeron a espada, y sus viudas no hicieron lamentación. 65Entonces despertó el Señor como quien duerme, como un valiente que grita excitado del vino, 66E hirió a sus enemigos por detrás; Les dio perpetua afrenta. 67Desechó la tienda de José, y no escogió la tribu de Efraín, 68Sino que escogió la tribu de Judá, El monte de Sion, al cual amó. 69Edificó su santuario a manera de eminencia, como la tierra que cimentó para siempre. 70Eligió a David su siervo, y lo tomó de las majadas de las ovejas; 71De tras las paridas lo trajo, para que apacentase a Jacob su pueblo, y a Israel su heredad. 72Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón, los pastoreó con la pericia de sus manos.” (Sal. 78:9-72)

 

1Aleluya. Alabad a Jesús, porque él es bueno; Porque para siempre es su misericordia. 2¿Quién expresará las poderosas obras de Jesús? ¿Quién contará sus alabanzas? 3Dichosos los que guardan juicio, los que hacen justicia en todo tiempo. 4Acuérdate de , oh Jesús, según tu benevolencia para con tu pueblo; Visítame con tu salvación, 5Para que yo vea el bien de tus escogidos, para que me goce en la alegría de tu nación, y me gloríe con tu heredad. 6Pecamos nosotros, como nuestros padres; Hicimos iniquidad, hicimos impiedad. 7Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas; No se acordaron de la muchedumbre de tus misericordias, sino que se rebelaron junto al mar, el Mar Rojo. 8Pero él los salvó por amor de su nombre, para hacer notorio su poder. 9Reprendió al Mar Rojo y lo secó, y les hizo ir por el abismo como por un desierto. 10Los salvó de mano del enemigo, y los rescató de mano del adversario. 11Cubrieron las aguas a sus enemigos; No quedó ni uno de ellos. 12Entonces creyeron a sus palabras y cantaron su alabanza. 13Bien pronto olvidaron sus obras; No esperaron su consejo. 14Se entregaron a un deseo desordenado en el desierto; Y tentaron a Dios en la soledad. 15Y él les dio lo que pidieron; mas envió mortandad sobre ellos. 16Tuvieron envidia de Moisés en el campamento, y contra Aarón, el santo de Jesús. 17Entonces se abrió la tierra y tragó a Datán, y cubrió la compañía de Abiram. 18Y se encendió fuego en su junta; La llama quemó a los impíos. 19Hicieron becerro en Horeb, se postraron ante una imagen de fundición. 20Así cambiaron su gloria por la imagen de un buey que come hierba. 21Olvidaron al Dios de su salvación, que había hecho grandezas en Egipto, 22Maravillas en la tierra de Cam, cosas formidables sobre el Mar Rojo. 23Y trató de destruirlos, de no haberse interpuesto Moisés su escogido delante de él, a fin de apartar su indignación para que no los destruyese. 24Pero aborrecieron la tierra deseable; No creyeron a su palabra, 25Antes murmuraron en sus tiendas, y no oyeron la voz de Jesús. 26Por tanto, alzó su mano contra ellos para abatirlos en el desierto, 27Y humillar su pueblo entre las naciones, y esparcirlos por las tierras. 28Se unieron asimismo a Baal-peor, y comieron los sacrificios de los muertos. 29Provocaron la ira de Dios con sus obras, y se desarrolló la mortandad entre ellos. 30Entonces se levantó Finees e hizo juicio, y se detuvo la plaga; 31Y le fue contado por justicia de generación en generación para siempre. 32También le irritaron en las aguas de Meriba; Y le fue mal a Moisés por causa de ellos, 33Porque hicieron revelar a su espíritu, y habló precipitadamente con sus labios. 34No destruyeron a los pueblos que Jesús les dijo; 35Antes se mezclaron con las naciones, y aprendieron sus obras, 36Y sirvieron a sus ídolos, los cuales fueron causa de su ruina. 37Sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios, 38Y derramaron la sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, que ofrecieron en sacrificio a los ídolos de Canaán, y la tierra fue contaminada con sangre. 39Se contaminaron así con sus obras, y se prostituyeron con sus hechos. 40Se encendió, por tanto, el furor de Jesús sobre su pueblo, y abominó su heredad; 41Los entregó en poder de las naciones, y se enseñorearon de ellos los que les aborrecían. 42Sus enemigos los oprimieron, y fueron quebrantados debajo de su mano. 43Muchas veces los libró; Mas ellos se rebelaron contra su consejo, y fueron humillados por su maldad. 44Con todo, él miraba cuando estaban en angustia, y oía su clamor; 45Y se acordaba de su pacto con ellos, y se arrepentía conforme a la muchedumbre de sus misericordias. 46Hizo asimismo que tuviesen de ellos misericordia todos los que los tenían cautivos. 47Sálvanos, Jesús Dios nuestro, y recógenos de entre las naciones, para que alabemos tu santo nombre, para que nos gloriemos en tus alabanzas. 48Bendito Jesús Dios de Israel, desde la eternidad y hasta la eternidad; Y diga todo el pueblo, Amén. Aleluya.” (Sal. 106:1-48)

 

4Se destruyó, cayó la tierra; enfermó, cayó el mundo; enfermaron los altos pueblos de la tierra. 5Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno. 6Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres. 7Se perdió el vino, enfermó la vid, gimieron todos los que eran alegres de corazón. 8Cesó el regocijo de los panderos, se acabó el estruendo de los que se alegran, cesó la alegría del arpa. 9No beberán vino con cantar; la sidra les será amarga a los que la bebieren. 10Quebrantada está la ciudad por la vanidad; toda casa se ha cerrado, para que no entre nadie. 11Hay clamores por falta de vino en las calles; todo gozo se oscureció, se desterró la alegría de la tierra. 12La ciudad quedó desolada, y con ruina fue derribada la puerta. 13Porque así será en medio de la tierra, en medio de los pueblos, como olivo sacudido, como rebuscos después de la vendimia. 14Estos alzarán su voz, cantarán gozosos por la grandeza de Jesús; desde el mar darán voces. 15Glorificad por esto a Jesús en los valles; en las orillas del mar sea nombrado Jesús Dios de Israel. 16De lo postrero de la tierra oímos cánticos: Gloria al justo. Y yo dije: ¡Mi desdicha, mi desdicha, ay de mí! Prevaricadores han prevaricado; y han prevaricado con prevaricación de desleales. 17Terror, foso y red sobre ti, oh morador de la tierra. 18Y acontecerá que el que huyere de la voz del terror caerá en el foso; y el que saliere de en medio del foso será preso en la red; porque de lo alto se abrirán ventanas, y temblarán los cimientos de la tierra. 19Será quebrantada del todo la tierra, enteramente desmenuzada será la tierra, en gran manera será la tierra conmovida. 20Temblará la tierra como un ebrio, y será removida como una choza; y se agravará sobre ella su pecado, y caerá, y nunca más se levantará. 21Acontecerá en aquel día, que Jesús castigará al ejército de los cielos en lo alto, y a los reyes de la tierra sobre la tierra. 22Y serán amontonados como se amontona a los encarcelados en mazmorra, y en prisión quedarán encerrados, y serán castigados después de muchos días. 23La luna se avergonzará, y el sol se confundirá, cuando Jesús de los ejércitos reine en el monte de Sion y en Jerusalén, y delante de sus ancianos sea glorioso.” (Isa. 24:4-12) ¿Cuál es el pacto sempiterno,…?7El es Jesús nuestro Dios; En toda la tierra están sus juicios. 8Se acordó para siempre de su pacto; De la palabra que mandó para mil generaciones, 9La cual concertó con Abraham, y de su juramento a Isaac. 10La estableció a Jacob por decreto, a Israel por pacto sempiterno, 11Diciendo: A ti te daré la tierra de Canaán como porción de vuestra heredad. 12Cuando ellos eran pocos en número, y forasteros en ella, 13Y andaban de nación en nación, de un reino a otro pueblo, 14No consintió que nadie los agraviase, y por causa de ellos castigó a los reyes. 15No toquéis, dijo, a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas. 16Trajo hambre sobre la tierra, y quebrantó todo sustento de pan. 17Envió un varón delante de ellos; A José, que fue vendido por siervo. 18Afligieron sus pies con grillos; En cárcel fue puesta su persona. 19Hasta la hora que se cumplió su palabra, El dicho de Jesús le probó. 20Envió el rey, y le soltó; El señor de los pueblos, y le dejó ir libre. 21Lo puso por señor de su casa, y por gobernador de todas sus posesiones, 22Para que reprimiera a sus grandes como él quisiese, y a sus ancianos enseñara sabiduría. 23Después entró Israel en Egipto, y Jacob moró en la tierra de Cam. 24Y multiplicó su pueblo en gran manera, y lo hizo más fuerte que sus enemigos. 25Cambió el corazón de ellos para que aborreciesen a su pueblo, Para que contra sus siervos pensasen mal. 26Envió a su siervo Moisés, y a Aarón, al cual escogió. 27Puso en ellos las palabras de sus señales, y sus prodigios en la tierra de Cam. 28Envió tinieblas que lo oscurecieron todo; No fueron rebeldes a su palabra. 29Volvió sus aguas en sangre, y mató sus peces. 30Su tierra produjo ranas hasta en las cámaras de sus reyes. 31Habló, y vinieron enjambres de moscas, Y piojos en todos sus términos. 32Les dio granizo por lluvia, y llamas de fuego en su tierra. 33Destrozó sus viñas y sus higueras, y quebró los árboles de su territorio. 34Habló, y vinieron langostas, y pulgón sin número; 35Y comieron toda la hierba de su país, y devoraron el fruto de su tierra. 36Hirió de muerte a todos los primogénitos en su tierra, Las primicias de toda su fuerza. 37Los sacó con plata y oro; Y no hubo en sus tribus enfermo. 38Egipto se alegró de que salieran, Porque su terror había caído sobre ellos. 39Extendió una nube por cubierta, y fuego para alumbrar la noche. 40Pidieron, e hizo venir codornices; y los sació de pan del cielo. 41Abrió la peña, y fluyeron aguas; Corrieron por los sequedales como un río. 42Porque se acordó de su santa palabra dada a Abraham su siervo. 43Sacó a su pueblo con gozo; con júbilo a sus escogidos. 44Les dio las tierras de las naciones, y las labores de los pueblos heredaron; 45Para que guardasen sus estatutos, y cumpliesen sus leyes. Aleluya.” (Sal. 105:7-44)

 

1Palabra que vino de Jesús a Jeremías, diciendo: 2Oíd las palabras de este pacto, y hablad a todo varón de Judá, y a todo morador de Jerusalén. 3Y les dirás tú: Así dijo Jesús Dios de Israel: Maldito el varón que no obedeciere las palabras de este pacto, 4el cual mandé a vuestros padres el día que los saqué de la tierra de Egipto, del horno de hierro, diciéndoles: Oíd mi voz, y cumplid mis palabras, conforme a todo lo que os mando; y me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios; 5para que confirme el juramento que hice a vuestros padres, que les daría la tierra que fluye leche y miel, como en este día. Y respondí y dije: Amén, oh Jesús. 6Y Jesús me dijo: Pregona todas estas palabras en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, diciendo: Oíd las palabras de este pacto, y ponedlas por obra. 7Porque solemnemente protesté a vuestros padres el día que les hice subir de la tierra de Egipto, amonestándoles desde temprano y sin cesar hasta el día de hoy, diciendo: Oíd mi voz. 8Pero no oyeron, ni inclinaron su oído, antes se fueron cada uno tras la imaginación de su malvado corazón; por tanto, traeré sobre ellos todas las palabras de este pacto, el cual mandé que cumpliesen, y no lo cumplieron. 9Y me dijo Jesús: Conspiración se ha hallado entre los varones de Judá, y entre los moradores de Jerusalén. 10Se han vuelto a las maldades de sus primeros padres, los cuales no quisieron escuchar mis palabras, y se fueron tras dioses ajenos para servirles; la casa de Israel y la casa de Judá invalidaron mi pacto, el cual había yo concertado con sus padres. 11Por tanto, así ha dicho Jesús: He aquí yo traigo sobre ellos mal del que no podrán salir; y clamarán a , y no los oiré. 12E irán las ciudades de Judá y los moradores de Jerusalén, y clamarán a los dioses a quienes queman ellos incienso, los cuales no los podrán salvar en el tiempo de su mal. 13Porque según el número de tus ciudades fueron tus dioses, oh Judá; y según el número de tus calles, oh Jerusalén, pusiste los altares de ignominia, altares para ofrecer incienso a Baal.” (Jer. 11:1-13)

 

8Y muchas gentes pasarán junto a esta ciudad, y dirán cada uno a su compañero: ¿Por qué hizo así Jesús con esta gran ciudad? 9Y se les responderá: Porque dejaron el pacto de Jesús su Dios, y adoraron dioses ajenos y les sirvieron. 10No lloréis al muerto, ni de él os condoláis; llorad amargamente por el que se va, porque no volverá jamás, ni verá la tierra donde nació.” (Jer. 22:8-10)

 

8Y pasé yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto contigo, dice Jesús el Señor, y fuiste mía. 9Te lavé con agua, y lavé tus sangres de encima de ti, y te ungí con aceite; 10y te vestí de bordado, te calcé de tejón, te ceñí de lino y te cubrí de seda. 11Te atavié con adornos, y puse brazaletes en tus brazos y collar a tu cuello. 12Puse joyas en tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza. 13Así fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido era de lino fino, seda y bordado; comiste flor de harina de trigo, miel y aceite; y fuiste hermoseada en extremo, prosperaste hasta llegar a reinar. 14Y salió tu renombre entre las naciones a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice Jesús el Señor. 15Pero confiaste en tu hermosura, y te prostituiste a causa de tu renombre, y derramaste tus fornicaciones a cuantos pasaron; suya eras. 16Y tomaste de tus vestidos, y te hiciste diversos lugares altos, y fornicaste sobre ellos; cosa semejante nunca había sucedido, ni sucederá más. 17Tomaste asimismo tus hermosas alhajas de oro y de plata que yo te había dado, y te hiciste imágenes de hombre y fornicaste con ellas; 18y tomaste tus vestidos de diversos colores y las cubriste; y mi aceite y mi incienso pusiste delante de ellas. 19Mi pan también, que yo te había dado, la flor de la harina, el aceite y la miel, con que yo te mantuve, pusiste delante de ellas para olor agradable; y fue así, dice Jesús el Señor. 20Además de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que habías dado a luz para , y los sacrificaste a ellas para que fuesen consumidos. ¿Eran poca cosa tus fornicaciones, 21para que degollases también a mis hijos y los ofrecieras a aquellas imágenes como ofrenda que el fuego consumía? 22Y con todas tus abominaciones y tus fornicaciones no te has acordado de los días de tu juventud, cuando estabas desnuda y descubierta, cuando estabas envuelta en tu sangre. 23Y sucedió que después de toda tu maldad (¡ay, ay de ti! dice Jesús el Señor), 24te edificaste lugares altos, y te hiciste altar en todas las plazas. 25En toda cabeza de camino edificaste lugar alto, e hiciste abominable tu hermosura, y te ofreciste a cuantos pasaban, y multiplicaste tus fornicaciones. 26Y fornicaste con los hijos de Egipto, tus vecinos, gruesos de carnes; y aumentaste tus fornicaciones para enojarme. 27Por tanto, he aquí que yo extendí contra ti mi mano, y disminuí tu provisión ordinaria, y te entregué a la voluntad de las hijas de los filisteos, que te aborrecen, las cuales se avergüenzan de tu camino deshonesto. 28Fornicaste también con los asirios, por no haberte saciado; y fornicaste con ellos y tampoco te saciaste. 29Multiplicaste asimismo tu fornicación en la tierra de Canaán y de los caldeos, y tampoco con esto te saciaste. 30¡Cuán inconstante es tu corazón, dice Jesús el Señor, habiendo hecho todas estas cosas, obras de una ramera desvergonzada, 31edificando tus lugares altos en toda cabeza de camino, y haciendo tus altares en todas las plazas! Y no fuiste semejante a ramera, en que menospreciaste la paga, 32sino como mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a ajenos. 33A todas las rameras les dan dones; mas tú diste tus dones a todos tus enamorados; y les diste presentes, para que de todas partes se llegasen a ti en tus fornicaciones. 34Y ha sucedido contigo, en tus fornicaciones, lo contrario de las demás mujeres: porque ninguno te ha solicitado para fornicar, y tú das la paga, en lugar de recibirla; por esto has sido diferente. 35Por tanto, ramera, oye palabra de Jesús. 36Así ha dicho Jesús el Señor: Por cuanto han sido descubiertas tus desnudeces en tus fornicaciones, y tu confusión ha sido manifestada a tus enamorados, y a los ídolos de tus abominaciones, y en la sangre de tus hijos, los cuales les diste; 37por tanto, he aquí que yo reuniré a todos tus enamorados con los cuales tomaste placer, y a todos los que amaste, con todos los que aborreciste; y los reuniré alrededor de ti y les descubriré tu desnudez, y ellos verán toda tu desnudez. 38Y yo te juzgaré por las leyes de las adúlteras, y de las que derraman sangre; y traeré sobre ti sangre de ira y de celos. 39Y te entregaré en manos de ellos; y destruirán tus lugares altos, y derribarán tus altares, y te despojarán de tus ropas, se llevarán tus hermosas alhajas, y te dejarán desnuda y descubierta. 40Y harán subir contra ti muchedumbre de gente, y te apedrearán, y te atravesarán con sus espadas. 41Quemarán tus casas a fuego, y harán en ti juicios en presencia de muchas mujeres; y así haré que dejes de ser ramera, y que ceses de prodigar tus dones. 42Y saciaré mi ira sobre ti, y se apartará de ti mi celo, y descansaré y no me enojaré más. 43Por cuanto no te acordaste de los días de tu juventud, y me provocaste a ira en todo esto, por eso, he aquí yo también traeré tu camino sobre tu cabeza, dice Jesús el Señor; pues ni aun has pensado sobre toda tu lujuria. 44He aquí, todo el que usa de refranes te aplicará a ti el refrán que dice: Cual la madre, tal la hija. 45Hija eres tú de tu madre, que desechó a su marido y a sus hijos; y hermana eres tú de tus hermanas, que desecharon a sus maridos y a sus hijos; vuestra madre fue hetea, y vuestro padre amorreo. 46Y tu hermana mayor es Samaria, ella y sus hijas, que habitan al norte de ti; y tu hermana menor es Sodoma con sus hijas, la cual habita al sur de ti. 47Ni aun anduviste en sus caminos, ni hiciste según sus abominaciones; antes, como si esto fuera poco y muy poco, te corrompiste más que ellas en todos tus caminos. 48Vivo yo, dice Jesús el Señor, que Sodoma tu hermana y sus hijas no han hecho como hiciste tú y tus hijas. 49He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso. 50Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de , y cuando lo vi las quité. 51Y Samaria no cometió ni la mitad de tus pecados; porque tú multiplicaste tus abominaciones más que ellas, y has justificado a tus hermanas con todas las abominaciones que tú hiciste. 52Tú también, que juzgaste a tus hermanas, lleva tu vergüenza en los pecados que tú hiciste, más abominables que los de ellas; más justas son que tú; avergüénzate, pues, tú también, y lleva tu confusión, por cuanto has justificado a tus hermanas. 53Yo, pues, haré volver a sus cautivos, los cautivos de Sodoma y de sus hijas, y los cautivos de Samaria y de sus hijas, y haré volver los cautivos de tus cautiverios entre ellas, 54para que lleves tu confusión, y te avergüences de todo lo que has hecho, siendo tú motivo de consuelo para ellas. 55Y tus hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas, volverán a su primer estado; tú también y tus hijas volveréis a vuestro primer estado. 56No era tu hermana Sodoma digna de mención en tu boca en el tiempo de tus soberbias, 57antes que tu maldad fuese descubierta. Así también ahora llevas tú la afrenta de las hijas de Siria y de todas las hijas de los filisteos, las cuales por todos lados te desprecian. 58Sufre tú el castigo de tu lujuria y de tus abominaciones, dice Jesús. 9Pero más ha dicho Jesús el Señor: ¿Haré yo contigo como tú hiciste, que menospreciaste el juramento para invalidar el pacto? 60Antes yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto sempiterno. 61Y te acordarás de tus caminos y te avergonzarás, cuando recibas a tus hermanas, las mayores que y las menores que , las cuales yo te daré por hijas, mas no por tu pacto, 62sino por mi pacto que yo confirmaré contigo; y sabrás que yo soy Jesús; 63para que te acuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca, a causa de tu vergüenza, cuando yo perdone todo lo que hiciste, dice Jesús el Señor.” (Eze. 16:8-63)

 

11Y vino a mí palabra de Jesús, diciendo: 12Di ahora a la casa rebelde: ¿No habéis entendido qué significan estas cosas? Diles: He aquí que el rey de Babilonia vino a Jerusalén, y tomó a tu rey y a sus príncipes, y los llevó consigo a Babilonia. 13Tomó también a uno de la descendencia real e hizo pacto con él, y le hizo prestar juramento; y se llevó consigo a los poderosos de la tierra, 14para que el reino fuese abatido y no se levantase, a fin de que guardando el pacto, permaneciese en pie. 15Pero se rebeló contra él, enviando embajadores a Egipto para que le diese caballos y mucha gente. ¿Será prosperado, escapará el que estas cosas hizo? El que rompió el pacto, ¿podrá escapar? 16Vivo yo, dice Jesús el Señor, que morirá en medio de Babilonia, en el lugar donde habita el rey que le hizo reinar, cuyo juramento menospreció, y cuyo pacto hecho con él rompió. 17Y ni con gran ejército ni con mucha compañía hará Faraón nada por él en la batalla, cuando se levanten vallados y se edifiquen torres para cortar muchas vidas. 18Por cuanto menospreció el juramento y quebrantó el pacto, cuando he aquí que había dado su mano, y ha hecho todas estas cosas, no escapará. 19Por tanto, así ha dicho Jesús el Señor: Vivo yo, que el juramento mío que menospreció, y mi pacto que ha quebrantado, lo traeré sobre su misma cabeza. 20Extenderé sobre él mi red, y será preso en mi lazo, y lo haré venir a Babilonia, y allí entraré en juicio con él por su prevaricación con que contra mí se ha revelado. 21Y todos sus fugitivos, con todas sus tropas, caerán a espada, y los que queden serán esparcidos a todos los vientos; y sabréis que yo Jesús he hablado. 22Así ha dicho Jesús el Señor: Tomaré yo del cogollo de aquel alto cedro, y lo plantaré; del principal de sus renuevos cortaré un tallo, y lo plantaré sobre el monte alto y sublime. 23En el monte alto de Israel lo plantaré, y alzará ramas, y dará fruto, y se hará magnífico cedro; y habitarán debajo de él todas las aves de toda especie; a la sombra de sus ramas habitarán. 24Y sabrán todos los árboles del campo que yo Jesús abatí el árbol sublime, levanté el árbol bajo, hice secar el árbol verde, e hice reverdecer el árbol seco. Yo Jesús lo he dicho, y lo haré.” (Eze. 17:11-24)

 

CUARTO PACTO <<Pacto de Paz que hace Jesús con sus siervos,…>>

 

        El PACTO DE DIOS EN LOS DIAS DE LOS PROFETAS

 

¿Objetivo que tiene Dios al hacer este pacto,…? 

 

El objetivo de este pacto es dar Jesús herencia a sus siervos,… veámoslo:  9Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré. 10Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jesús, el que tiene misericordia de ti. 11Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo; he aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundaré. 12Tus ventanas pondré de piedras preciosas, tus puertas de piedras de carbunclo, y toda tu muralla de piedras preciosas. 13Y todos tus hijos serán enseñados por Jesús; y se multiplicará la paz de tus hijos. 14Con justicia serás adornada; estarás lejos de opresión, porque no temerás, y de temor, porque no se acercará a ti. 15Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin ; el que contra ti conspirare, delante de ti caerá. 16He aquí que yo hice al herrero que sopla las ascuas en el fuego, y que saca la herramienta para su obra; y yo he creado al destruidor para destruir. 17Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jesús, y su salvación de mí vendrá, dijo Jesús.” (Isa. 54:9-17)

 

¿Cuál es el beneficio de este pacto para sus siervos,…?

 

1Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jesús. 2Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. 3Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tú descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas. 4No temas, pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria. 5Porque tu marido es tu Hacedor; Jesús de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado. 6Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jesús, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo. 7Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias. 8Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jesús tú Redentor. 9Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré. 10Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jesús, el que tiene misericordia de ti. 11Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo; he aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundaré. 12Tus ventanas pondré de piedras preciosas, tus puertas de piedras de carbunclo, y toda tu muralla de piedras preciosas. 13Y todos tus hijos serán enseñados por Jesús; y se multiplicará la paz de tus hijos. 14Con justicia serás adornada; estarás lejos de opresión, porque no temerás, y de temor, porque no se acercará a ti. 15Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin ; el que contra ti conspirare, delante de ti caerá. 16He aquí que yo hice al herrero que sopla las ascuas en el fuego, y que saca la herramienta para su obra; y yo he creado al destruidor para destruir. 17Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jesús, y su salvación de mí vendrá, dijo Jesús.” (Isa. 54:1-17)

 

¿Cuál es la Señal del pacto,…?

 

“3Inclinad vuestro oído, y venid a ; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David. 4He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones. 5He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti, por causa de Jesús tu Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado. 10Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, 11así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. 12Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso. 13En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y será a Jesús por nombre, por señal eterna que nunca será raída.” (Isa. 55:3-5) Observe que la señal del pacto es Jesús,…

 

¿Involucrados en este pacto,…?

 

1He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones. 2No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles. 3No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia. 4No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley. 5Así dice Jesús Dios, Creador de los cielos, y el que los despliega; el que extiende la tierra y sus productos; el que da aliento al pueblo que mora sobre ella, y espíritu a los que por ella andan: 6Yo Jesús te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones, 7para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas. 8Yo Jesús; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas. 9He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, yo os las haré notorias.” (Isa. 42:1-9)

 

8Así dijo Jesús: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé; y te guardaré, y te daré por pacto al pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades; 9para que digas a los presos: Salid; y a los que están en tinieblas: Mostraos. En los caminos serán apacentados, y en todas las alturas tendrán sus pastos. 10No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas. 11Y convertiré en camino todos mis montes, y mis calzadas serán levantadas. 12He aquí éstos vendrán de lejos; y he aquí éstos del norte y del occidente, y éstos de la tierra de Sinim. 13Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes; porque Jesús ha consolado a su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia. 14Pero Sion dijo: Me dejó Jesús, y el Señor se olvidó de . 15¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. 16He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de están siempre tus muros. 17Tus edificadores vendrán aprisa; tus destruidores y tus asoladores saldrán de ti. 18Alza tus ojos alrededor, y mira: todos estos se han reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Jesús, que de todos, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia. 19Porque tu tierra devastada, arruinada y desierta, ahora será estrecha por la multitud de los moradores, y tus destruidores serán apartados lejos. 20Aun los hijos de tu orfandad dirán a tus oídos: Estrecho es para este lugar; apártate, para que yo more. 21Y dirás en tu corazón: ¿Quién me engendró éstos? Porque yo había sido privada de hijos y estaba sola, peregrina y desterrada; ¿quién, pues, crió éstos? He aquí yo había sido dejada sola; ¿dónde estaban éstos? 22Así dijo Jesús el Señor: He aquí, yo tenderé mí mano a las naciones, y a los pueblos levantaré mi bandera; y traerán en brazos a tus hijos, y tus hijas serán traídas en hombros. 23Reyes serán tus ayos, y sus reinas tus nodrizas; con el rostro inclinado a tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies; y conocerás que yo soy Jesús, que no se avergonzarán los que esperan en . 24¿Será quitado el botín al valiente? ¿Será rescatado el cautivo de un tirano? 25Pero así dice Jesús: Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos. 26Y a los que te despojaron haré comer sus propias carnes, y con su sangre serán embriagados como con vino; y conocerá todo hombre que yo Jesús soy Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.” (Isa. 49:8-26)

 

¿Promesa de Dios con sus siervos en el pacto,…?

 

9Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré. 10Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jesús, el que tiene misericordia de ti” (Isa. 54:9-10)

 

1Así dijo Jesús: Guardad derecho, y haced justicia; porque cercana está mi salvación para venir, y mi justicia para manifestarse. 2Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día de sábado para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal. 3Y el extranjero que sigue a Jesús no hable diciendo: Me apartará totalmente Jesús de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco. 4Porque así dijo Jesús: A los eunucos que guarden mis días de sábado, y escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto, 5yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá. 6Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jesús para servirle, y que amen el nombre de Jesús para ser sus siervos; a todos los que guarden el día de sábado para no profanarlo, y abracen mi pacto, 7yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos. 8Dice Jesús el Señor, el que reúne a los dispersos de Israel: Aún juntaré sobre él a sus congregados.” (Isa. 57:1-8)

 

15Y la verdad fue detenida, y el que se apartó del mal fue puesto en prisión; y lo vio Jesús, y desagradó a sus ojos, porque pereció el derecho. 16Y vio que no había hombre, y se maravilló que no hubiera quien se interpusiese; y lo salvó su brazo, y le afirmó su misma justicia. 17Pues de justicia se vistió como de una coraza, con yelmo de salvación en su cabeza; tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto, 18como para vindicación, como para retribuir con ira a sus enemigos, y dar el pago a sus adversarios; el pago dará a los de la costa. 19Y temerán desde el occidente el nombre de Jesús, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jesús levantará bandera contra él. 20Y vendrá el Redentor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Jesús. 21Y este será mi pacto con ellos, dijo Jesús: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jesús, desde ahora y para siempre.” (Isa. 59:15-21)

 

¿Qué hace Dios para cumplir el pacto,…?

 

8Así dijo Jesús: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé; y te guardaré, y te daré por pacto al pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades; 9para que digas a los presos: Salid; y a los que están en tinieblas: Mostraos. En los caminos serán apacentados, y en todas las alturas tendrán sus pastos. 10No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas. 11Y convertiré en camino todos mis montes, y mis calzadas serán levantadas. 12He aquí éstos vendrán de lejos; y he aquí éstos del norte y del occidente, y éstos de la tierra de Sinim. 13Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes; porque Jesús ha consolado a su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia. 14Pero Sion dijo: Me dejó Jesús, y el Señor se olvidó de . 15¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. 16He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de están siempre tus muros. 17Tus edificadores vendrán aprisa; tus destruidores y tus asoladores saldrán de ti. 18Alza tus ojos alrededor, y mira: todos estos se han reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Jesús, que de todos, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia. 19Porque tu tierra devastada, arruinada y desierta, ahora será estrecha por la multitud de los moradores, y tus destruidores serán apartados lejos. 20Aun los hijos de tu orfandad dirán a tus oídos: Estrecho es para este lugar; apártate, para que yo more. 21Y dirás en tu corazón: ¿Quién me engendró éstos? Porque yo había sido privada de hijos y estaba sola, peregrina y desterrada; ¿quién, pues, crió éstos? He aquí yo había sido dejada sola; ¿dónde estaban éstos? 22Así dijo Jesús el Señor: He aquí, yo tenderé mí mano a las naciones, y a los pueblos levantaré mi bandera; y traerán en brazos a tus hijos, y tus hijas serán traídas en hombros. 23Reyes serán tus ayos, y sus reinas tus nodrizas; con el rostro inclinado a tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies; y conocerás que yo soy Jesús, que no se avergonzarán los que esperan en . 24¿Será quitado el botín al valiente? ¿Será rescatado el cautivo de un tirano? 25Pero así dice Jesús: Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos. 26Y a los que te despojaron haré comer sus propias carnes, y con su sangre serán embriagados como con vino; y conocerá todo hombre que yo Jesús soy Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.” (Isa. 49:8-26)

 

1Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jesús. 2Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. 3Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tú descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas. 4No temas, pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria. 5Porque tu marido es tu Hacedor; Jesús de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado. 6Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jesús, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo. 7Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias. 8Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jesús tú Redentor. 9Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré. 10Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jesús, el que tiene misericordia de ti. 11Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo; he aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundaré. 12Tus ventanas pondré de piedras preciosas, tus puertas de piedras de carbunclo, y toda tu muralla de piedras preciosas. 13Y todos tus hijos serán enseñados por Jesús; y se multiplicará la paz de tus hijos. 14Con justicia serás adornada; estarás lejos de opresión, porque no temerás, y de temor, porque no se acercará a ti. 15Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin ; el que contra ti conspirare, delante de ti caerá. 16He aquí que yo hice al herrero que sopla las ascuas en el fuego, y que saca la herramienta para su obra; y yo he creado al destruidor para destruir. 17Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jesús, y su salvación de mí vendrá, dijo Jesús.” (Isa. 54:1-17)

 

3a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jesús, para gloria suya. 4Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones. 5Y extranjeros apacentarán vuestras ovejas, y los extraños serán vuestros labradores y vuestros viñadores. 6Y vosotros seréis llamados sacerdotes de Jesús, ministros de nuestro Dios seréis llamados; comeréis las riquezas de las naciones, y con su gloria seréis sublimes. 7En lugar de vuestra doble confusión y de vuestra deshonra, os alabarán en sus heredades; por lo cual en sus tierras poseerán doble honra, y tendrán perpetuo gozo. 8Porque yo Jesús soy amante del derecho, aborrecedor del latrocinio para holocausto; por tanto, afirmaré en verdad su obra, y haré con ellos pacto perpetuo. 9Y la descendencia de ellos será conocida entre las naciones, y sus renuevos en medio de los pueblos; todos los que los vieren, reconocerán que son linaje bendito de Jesús. 10En gran manera me gozaré en Jesús, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas. 11Porque como la tierra produce su renuevo, y como el huerto hace brotar su semilla, así Jesús el Señor hará brotar justicia y alabanza delante de todas las naciones.” (Isa. 61:3-11)

 

9Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna. 10Y de Efraín destruiré los carros, y los caballos de Jerusalén, y los arcos de guerra serán quebrados; y hablará paz a las naciones, y su señorío será de mar a mar, y desde el río hasta los fines de la tierra. 11Y tú también por la sangre de tu pacto serás salva; yo he sacado tus presos de la cisterna en que no hay agua. 12Volveos a la fortaleza, oh prisioneros de esperanza; hoy también os anuncio que os restauraré el doble. 13Porque he entesado para mí a Judá como arco, e hice a Efraín su flecha, y despertaré a tus hijos, oh Sion, contra tus hijos, oh Grecia, y te pondré como espada de valiente. 14Y Jesús será visto sobre ellos, y su dardo saldrá como relámpago; y Jesús el Señor tocará trompeta, e irá entre torbellinos del austro. 15Jesús de los ejércitos los amparará, y ellos devorarán, y hollarán las piedras de la honda, y beberán, y harán estrépito como tomados de vino; y se llenarán como tazón, o como cuernos del altar. 16Y los salvará en aquel día Jesús su Dios como rebaño de su pueblo; porque como piedras de diadema serán enaltecidos en su tierra. 17Porque ¡cuánta es su bondad, y cuánta su hermosura! El trigo alegrará a los jóvenes, y el vino a las doncellas.” (Zac. 9:9-17)

 

¿Qué condición puso Dios para que Dios cumpla este pacto,…?

 

4Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jesús; esfuérzate también, Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jesús, y trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice Jesús de los ejércitos. 5Según el pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará en medio de vosotros, no temáis. 6Porque así dice Jesús de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; 7y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jesús de los ejércitos. 8Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jesús de los ejércitos. 9La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jesús de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jesús de los ejércitos.” (Hag. 2:4-9)

 

4Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese mi pacto con Leví, ha dicho Jesús de los ejércitos. 5Mi pacto con él fue de vida y de paz, las cuales cosas yo le di para que me temiera; y tuvo temor de , y delante de mi nombre estuvo humillado. 6La ley de verdad estuvo en su boca, e iniquidad no fue hallada en sus labios; en paz y en justicia anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de la iniquidad. 7Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de Jesús de los ejércitos. 8Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jesús de los ejércitos. 9Por tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley hacéis acepción de personas.” (Mal. 2:4-9)

 

¿Tiempo que dura el pacto,…?

 

5Ha dado alimento a los que le temen; para siempre se acordará de su pacto. 6El poder de sus obras manifestó a su pueblo, Dándole la heredad de las naciones. 7Las obras de sus manos son verdad y juicio; Fieles son todos sus mandamientos, 8Afirmados eternamente y para siempre, Hechos en verdad y en rectitud. 9Redención ha enviado a su pueblo; Para siempre ha ordenado su pacto; Santo y temible es su nombre. 10El principio de la sabiduría es el temor de Jesús; Buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; Su loor permanece para siempre.” (Sal. 113:5-9)

 

                   Consecuencias de no cumplir este pacto

 

4Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese mi pacto con Leví, ha dicho Jesús de los ejércitos. 5Mi pacto con él fue de vida y de paz, las cuales cosas yo le di para que me temiera; y tuvo temor de , y delante de mi nombre estuvo humillado. 6La ley de verdad estuvo en su boca, e iniquidad no fue hallada en sus labios; en paz y en justicia anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de la iniquidad. 7Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de Jesús de los ejércitos. 8Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jesús de los ejércitos. 9Por tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley hacéis acepción de personas. 10¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando el pacto de nuestros padres? 11Prevaricó Judá, y en Israel y en Jerusalén se ha cometido abominación; porque Judá ha profanado el santuario de Jesús que él amó, y se casó con hija de dios extraño. 12Jesús cortará de las tiendas de Jacob al hombre que hiciere esto, al que vela y al que responde, y al que ofrece ofrenda a Jesús de los ejércitos. 13Y está otra vez haréis cubrir el altar de Jesús de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano. 14Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jesús ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto. 15¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud. 16Porque Jesús Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jesús de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.” (Mal. 2:4-15)

 

QUINTO PACTO <<Pacto de Paz con las personas que oyen a Jesús y comen del bien o el pacto con sus ovejas… para vivificarlas,…>>

 

        El PACTO DE DIOS EN LOS DIAS DE LOS PROFETAS

 

¿Objetivo que tiene Dios al hacer este pacto,…? 

 

El objetivo de este pacto es que Jesús sea por señal eternamente,… “3Inclinad vuestro oído, y venid a ; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David. 4He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones. 5He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti, por causa de Jesús tu Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado. 10Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, 11así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. 12Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso. 13En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y será a Jesús por nombre, por señal eterna que nunca será raída.” (Isa. 55:3-5)

 

¿Poner las leyes de Jesús en la mente y escribir en su corazón,…?27He aquí vienen días, dice Jesús, en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá de simiente de hombre y de simiente de animal. 28Y así como tuve cuidado de ellos para arrancar y derribar, y trastornar y perder y afligir, tendré cuidado de ellos para edificar y plantar, dice Jesús. 29En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera, 30sino que cada cual morirá por su propia maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera. 31He aquí que vienen días, dice Jesús, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jesús. 33Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jesús: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jesús; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jesús; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado” (Jer. 31:27-34) ¿Qué acontece cuando Jesús perdona los pecados,…? 25Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; 26y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad. 27Y este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados. 28Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres. 29Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios. 30Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos, 31así también éstos ahora han sido desobedientes, para que por la misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia. 32Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos. 33¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! 34Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? 35¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? 36Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.” (Rom. 11:25-36)

 

24Y todos los profetas desde Samuel en adelante, cuantos han hablado, también han anunciado estos días. 25Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que Dios hizo con nuestros padres, diciendo a Abraham: En tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra. 26A vosotros primeramente, Dios, habiendo levantado a su Hijo, lo envió para que os bendijese, a fin de que cada uno se convierta de su maldad.” (Hech. 3:24-26)

 

Obsérvese en la siguiente cita que en este pacto,… que hace con sus ovejas en el cual uno de sus fundamentos es el espíritu,… tiene como objetivo vivificar,…4Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; 5no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, 6el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica. 7Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, 8¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? (2Cor. 3:4-8) Esta obra que hace el espíritu en el hombre,… que la llama Jesús “vivificar,..” Dios también le ha encerrado en el ministerio del espíritu,… que también se llama el ministerio de la justificación,… para ello sigamos leyendo 2Corintios,… 7Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, 8¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? 9Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación. 10Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente. 11Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece.” (2Cor. 3:7-11)

 

¿En este pacto se pone a Cristo como sumo Sacerdote,… y pone Dios sus leyes en su mente y sobre su corazón las escribe,…?1Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, 2ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre. 3Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer. 4Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley; 5los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte. 6Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. 7Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo. 8Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, en que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto; 9No como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi pacto, y yo me desentendí de ellos, dice el Señor. 10Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo; 11Y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos. 12Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades. 13Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.” (Heb. 8:1-13)

 

¿Cuál es el beneficio que tienen los hombres que hacen este pacto con Dios,…?

 

1A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. 2¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura. 3Inclinad vuestro oído, y venid a ; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David. 4He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones. 5He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti, por causa de Jesús tu Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado.” (Isa. 55:1-5)

 

¿Los que hagan este pacto con Dios,… él tendrá cuido de ellos para edificar y plantar,…?27He aquí vienen días, dice Jesús, en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá de simiente de hombre y de simiente de animal. 28Y así como tuve cuidado de ellos para arrancar y derribar, y trastornar y perder y afligir, tendré cuidado de ellos para edificar y plantar, dice Jesús. 29En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera, 30sino que cada cual morirá por su propia maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera. 31He aquí que vienen días, dice Jesús, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jesús. 33Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jesús: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jesús; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jesús; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado” (Jer. 31:27-34)

 

20Por tanto, así les dice Jesús el Señor: He aquí yo, yo juzgaré entre la oveja engordada y la oveja flaca, 21por cuanto empujasteis con el costado y con el hombro, y acorneasteis con vuestros cuernos a todas las débiles, hasta que las echasteis y las dispersasteis. 22Yo salvaré a mis ovejas, y nunca más serán para rapiña; y juzgaré entre oveja y oveja. 23Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor. 24Yo Jesús les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jesús he hablado. 25Y estableceré con ellos pacto de paz, y quitaré de la tierra las fieras; y habitarán en el desierto con seguridad, y dormirán en los bosques. 26Y daré bendición a ellas y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán. 27Y el árbol del campo dará su fruto, y la tierra dará su fruto, y estarán sobre su tierra con seguridad; y sabrán que yo soy Jesús, cuando rompa las coyundas de su yugo, y los libre de mano de los que se sirven de ellos. 28No serán más por despojo de las naciones, ni las fieras de la tierra las devorarán; sino que habitarán con seguridad, y no habrá quien las espante. 29Y levantaré para ellos una planta de renombre, y no serán ya más consumidos de hambre en la tierra, ni ya más serán avergonzados por las naciones. 30Y sabrán que yo Jesús su Dios estoy con ellos, y ellos son mi pueblo, la casa de Israel, dice Jesús el Señor. 31Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi pasto, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice Jesús el Señor.” (Eze. 34:20-31)

 

Obsérvese en la siguiente cita que en este pacto,… los que se acercan a Dios por Cristo,… los puede salvar perpetuamente y además intercede por ellos,… 22Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto. 23Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; 24mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable. 25por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. 26Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; 27que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. 28Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.” (Heb. 7:22-28)

 

22sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, 23a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, 24a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel. 25Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos. 26La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo. 27Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles. 28Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; 29porque nuestro Dios es fuego consumidor.” (Heb. 12:22-24) Obsérvese que estar en el nuevo pacto es acercarse también al monte de Sion,… la ciudad del Dios vivo y a la Jerusalén la celestial,… que son inconmovibles,…

 

¿Cuál son las promesas de este nuevo pacto,… que involucra a Cristo,…?

 

1Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, 2ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre. 3Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer. 4Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley; 5los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte. 6Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. 7Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo. 8Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, en que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto; 9No como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi pacto, y yo me desentendí de ellos, dice el Señor. 10Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo; 11Y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos. 12Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.  13Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.” (Heb. 8:1-13)

 

¿Cuál es la Señal del pacto,…?

 

“3Inclinad vuestro oído, y venid a ; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David. 4He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones. 5He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti, por causa de Jesús tu Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado. 10Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, 11así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. 12Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso. 13En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y será a Jesús por nombre, por señal eterna que nunca será raída.” (Isa. 55:3-5) Observe que la señal del pacto es Jesús,… cuya fundamento es la sangre de Cristo, veámoslo: 26Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. 27Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; 28porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.” (Mat. 26:26) veamos otra cita que nos aclara la cita anterior: “25Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. 26Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.” (1Cor. 11:23-26) Observe que el nuevo pacto que hace Jesús con su pueblo hasta que el venga,… anuncia que Cristo murió pero resucito,… ya que termina diciendo este pasaje de las Sagradas Escrituras diciendo “hasta que él venga”

 

Obsérvese además en la siguiente cita que en este nuevo pacto que es mediante Cristo,… no está basado en la letra sino en el espíritu: 4Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; 5no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, 6el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica. (2Cor. 3:4-6) Por tanto, hoy en día Cristo es la señal visible de este nuevo pacto,... ya que él es hoy el tabernáculo que era en tiempos de Moisés,… entre otros elementos,… veámoslo: “1Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal. 2Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición. 3Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo, 4el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto; 5y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio; de las cuales cosas no se puede ahora hablar en detalle. 6Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto; 7pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo; 8dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. 9Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, 10ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas. 11Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 12y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. 13Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, 14¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? 15Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. 16Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. 17Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive. 18De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre. 19Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo, 20diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado. 21Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio. 22Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.” (Heb. 9:1-22)

 

¿Es Cristo fiador de un mejor pacto,…? 4Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín. 5Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham. 6Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas. 7Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor. 8Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive. 9Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos; 10porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro. 11Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? 12Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley; 13y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar. 14Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio. 15Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote distinto, 16no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible. 17Pues se da testimonio de él: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec. 18Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia 19(pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios. 20Y esto no fue hecho sin juramento; 21porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero éste, con el juramento del que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.  22Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.” (Heb. 7:4-22)

 

¿Involucrados en este pacto,…?

 

1A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. 2¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura. 3Inclinad vuestro oído, y venid a ; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David. 4He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones. 5He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti, por causa de Jesús tu Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado.” (Isa. 55:1-5)

 

“4Porque así dijo Jesús: A los eunucos que guarden mis días de sábado, y escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto, 5yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá” (Isa. 57:4-5)

 

27He aquí vienen días, dice Jesús, en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá de simiente de hombre y de simiente de animal. 28Y así como tuve cuidado de ellos para arrancar y derribar, y trastornar y perder y afligir, tendré cuidado de ellos para edificar y plantar, dice Jesús. 29En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera, 30sino que cada cual morirá por su propia maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera. 31He aquí que vienen días, dice Jesús, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jesús. 33Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jesús: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jesús; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jesús; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado” (Jer. 31:27-34) Veamos como Dios siembra a la casa de Israel y a la casa de Judá de simiente de hombre,… 3Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos; 4y brotarán entre hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas. 5Este dirá: Yo soy de Jesús; el otro se llamará del nombre de Jacob, y otro escribirá con su mano: A Jesús, y se apellidará con el nombre de Israel.” (Isa. 44:3-5) Obsérvese aquí que Israel no es un pedazo de tierra son personas,…

 

20Por tanto, así les dice Jesús el Señor: He aquí yo, yo juzgaré entre la oveja engordada y la oveja flaca, 21por cuanto empujasteis con el costado y con el hombro, y acorneasteis con vuestros cuernos a todas las débiles, hasta que las echasteis y las dispersasteis. 22Yo salvaré a mis ovejas, y nunca más serán para rapiña; y juzgaré entre oveja y oveja. 23Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor. 24Yo Jesús les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jesús he hablado. 25Y estableceré con ellos pacto de paz, y quitaré de la tierra las fieras; y habitarán en el desierto con seguridad, y dormirán en los bosques. 26Y daré bendición a ellas y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán. 27Y el árbol del campo dará su fruto, y la tierra dará su fruto, y estarán sobre su tierra con seguridad; y sabrán que yo soy Jesús, cuando rompa las coyundas de su yugo, y los libre de mano de los que se sirven de ellos. 28No serán más por despojo de las naciones, ni las fieras de la tierra las devorarán; sino que habitarán con seguridad, y no habrá quien las espante. 29Y levantaré para ellos una planta de renombre, y no serán ya más consumidos de hambre en la tierra, ni ya más serán avergonzados por las naciones. 30Y sabrán que yo Jesús su Dios estoy con ellos, y ellos son mi pueblo, la casa de Israel, dice Jesús el Señor. 31Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi pasto, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice Jesús el Señor.” (Eze. 34:20-31)

 

13Y la castigaré por los días en que incensaba a los baales, y se adornaba de sus zarcillos y de sus joyeles, y se iba tras sus amantes y se olvidaba de mí, dice Jesús. 14Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón. 15Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto. 16En aquel tiempo, dice Jesús, me llamarás Ishi,  y nunca más me llamarás Baali. 17Porque quitaré de su boca los nombres de los baales, y nunca más se mencionarán sus nombres. 18En aquel tiempo haré para ti pacto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con las serpientes de la tierra; y quitaré de la tierra arco y espada y guerra, y te haré dormir segura. 19Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. 20Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jesús. 21En aquel tiempo responderé, dice Jesús, yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra. 22Y la tierra responderá al trigo, al vino y al aceite, y ellos responderán a Jezreel. 23Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío.” (Oseas 2:13-23)

 

Obsérvese que en este nuevo pacto está involucrado Cristo, el espíritu y los gentiles,…4Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; 5no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, 6el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica. 7Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, 8¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? (2Cor. 3:4-8) Veamos otra cita que nos aclara la cita anterior: 11Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. 12En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. 13Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. 14Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, 15aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, 16y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. 17Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; 18porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. 19Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, 20edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, 21en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; 22en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.” (Efe. 2:11-22)

 

¿Cristo interviene en este pacto,…?22Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto. 23Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; 24mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable. 25por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. 26Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; 27que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. 28Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.” (Heb. 7:22-28)

 

¿Por qué Cristo interviene en este nuevo pacto,…?1Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal. 2Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición. 3Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo, 4el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto; 5y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio; de las cuales cosas no se puede ahora hablar en detalle. 6Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto; 7pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo; 8dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. 9Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, 10ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas. 11Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 12y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. 13Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, 14¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? 15Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. 16Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. 17Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive. 18De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre. 19Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo, 20diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado. 21Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio. 22Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.” (Heb. 9:1-22)

 

¿En este pacto interviene la ley de Dios,… pero puesta en la mente y escrita en el corazón,…?1Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, 2ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre. 3Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer. 4Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley; 5los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte. 6Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. 7Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo. 8Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, en que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto; 9No como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi pacto, y yo me desentendí de ellos, dice el Señor. 10Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo; 11Y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos. 12Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades. 13Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.” (Heb. 8:1-13) Obsérvese que este pacto está vigente desde cuando Cristo estuvo en esta tierra y murió por nosotros en adelante,… ya que dice Heb. 8:6  Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido”,… pero algo interesante encontramos en este pacto que la ley de Dios no está escrito en tablas de piedra sino está escrito en el corazón,…

 

Veamos otra cita que nos aclara aún más la cita anterior: 1Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. 2De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. 3Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; 4porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. 5Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. 6Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. 7Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mí. 8Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), 9y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. 10En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. 11Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; 12pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; 14porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. 15Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: 16Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré, 17añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. 18Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado. 19Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, 21y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. 23Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. 24Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 25no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.” (Heb. 10:1-25)

 

¿Promesa de Dios en este pacto,…?

 

Dios tiene cuidado con los que hace pacto,… para edificarlos y plantarlos, es decir estará en paz con ellos,… ya que todos en este pacto que hace Dios con Israel,…  pondrá en su mente su ley y la escribirá en su corazón,… y conocerán quien es Jesús,…27He aquí vienen días, dice Jesús, en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá de simiente de hombre y de simiente de animal. 28Y así como tuve cuidado de ellos para arrancar y derribar, y trastornar y perder y afligir, tendré cuidado de ellos para edificar y plantar, dice Jesús. 29En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera, 30sino que cada cual morirá por su propia maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera. 31He aquí que vienen días, dice Jesús, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jesús. 33Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jesús: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jesús; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jesús; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado” (Jer. 31:27-34) Recuérdese aquí que Israel en este pacto no es un pedazo de tierra son personas,…3Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos; 4y brotarán entre hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas. 5Este dirá: Yo soy de Jesús; el otro se llamará del nombre de Jacob, y otro escribirá con su mano: A Jesús, y se apellidará con el nombre de Israel.” (Isa. 44:3-5) Obsérvese aquí que Israel no es un pedazo de tierra son personas,…

 

Algo más sobre cuál es la promesa de este pacto de Paz:

 

Las palabras de Jesús no faltarán, porque el Espíritu de Dios estará con ellos,…15Y la verdad fue detenida, y el que se apartó del mal fue puesto en prisión; y lo vio Jesús, y desagradó a sus ojos, porque pereció el derecho. 16Y vio que no había hombre, y se maravilló que no hubiera quien se interpusiese; y lo salvó su brazo, y le afirmó su misma justicia. 17Pues de justicia se vistió como de una coraza, con yelmo de salvación en su cabeza; tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto, 18como para vindicación, como para retribuir con ira a sus enemigos, y dar el pago a sus adversarios; el pago dará a los de la costa. 19Y temerán desde el occidente el nombre de Jesús, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jesús levantará bandera contra él. 20Y vendrá el Redentor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Jesús. 21Y este será mi pacto con ellos, dijo Jesús: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jesús, desde ahora y para siempre.” (Isa. 59:15-21)

 

20Por tanto, así les dice Jesús el Señor: He aquí yo, yo juzgaré entre la oveja engordada y la oveja flaca, 21por cuanto empujasteis con el costado y con el hombro, y acorneasteis con vuestros cuernos a todas las débiles, hasta que las echasteis y las dispersasteis. 22Yo salvaré a mis ovejas, y nunca más serán para rapiña; y juzgaré entre oveja y oveja. 23Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor. 24Yo Jesús les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jesús he hablado. 25Y estableceré con ellos pacto de paz, y quitaré de la tierra las fieras; y habitarán en el desierto con seguridad, y dormirán en los bosques. 26Y daré bendición a ellas y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán. 27Y El árbol del campo dará su fruto, y la tierra dará su fruto, y estarán sobre su tierra con seguridad; y sabrán que yo soy Jesús, cuando rompa las coyundas de su yugo, y los libre de mano de los que se sirven de ellos. 28No serán más por despojo de las naciones, ni las fieras de la tierra las devorarán; sino que habitarán con seguridad, y no habrá quien las espante. 29Y levantaré para ellos una planta de renombre, y no serán ya más consumidos de hambre en la tierra, ni ya más serán avergonzados por las naciones. 30Y sabrán que yo Jesús su Dios estoy con ellos, y ellos son mi pueblo, la casa de Israel, dice Jesús el Señor. 31Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi pasto, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice Jesús el Señor.” (Eze. 34:20-31)

 

¿Qué hace Dios para cumplir el pacto,…?

 

1A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. 2¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura. 3Inclinad vuestro oído, y venid a ; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David. 4He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones. 5He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti, por causa de JesúsDios, y del Santo de Israel que te ha honrado. 10Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, 11así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. 12Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso. 13En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y será a Jesús por nombre, por señal eterna que nunca será raída.” (Isa. 55:1-13)

 

27He aquí vienen días, dice Jesús, en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá de simiente de hombre y de simiente de animal. 28Y así como tuve cuidado de ellos para arrancar y derribar, y trastornar y perder y afligir, tendré cuidado de ellos para edificar y plantar, dice Jesús. 29En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera, 30sino que cada cual morirá por su propia maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera. 31He aquí que vienen días, dice Jesús, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jesús. 33Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jesús: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jesús; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jesús; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado,… 38He aquí que vienen días, dice Jesús, en que LA CIUDAD SERÁ EDIFICADA A Jesús, desde la torre de Hananeel hasta la puerta del Angulo. 39Y SALDRÁ MÁS ALLÁ EL CORDEL de la medida delante de él sobre el collado de Gareb [o el collado de los sarnosos,…], y rodeará a Goa [es decir a los que están mugiendo]. 40Y todo el valle de los cuerpos muertos y de la ceniza, y todas las llanuras hasta el arroyo de Cedrón [arroyo de los sucios, tristes,...], hasta la esquina de la puerta de los caballos al oriente, SERÁ SANTO A Jesús; NO SERÁ ARRANCADA NI DESTRUIDA MÁS PARA SIEMPRE.” (Jer. 31:27-40) veamos otra cita que nos aclara desde cuando los seres humanos,… habitarán en aquella ciudad,…10Toda la tierra se volverá como llanura desde Geba [territorio donde David comenzó a derrotar a los filisteos (2Sam 5:25)] hasta Rimón [Se encontraba en el Valle deMeguido  que se traduce como “el lugar de las tropas” en griego Meguido se traduce al español como “monte de reunión” o Armagedon] al sur de Jerusalén; y ésta será enaltecida [alabada], y HABITADA EN SU LUGAR [es decir, de aquel monte de reunión que existió en el pasado,…] desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la puerta primera, hasta la puerta del Angulo, y desde la torre de Hananeel hasta los lagares del rey [La palabra de Dios,…]. 11Y MORARÁN EN ELLA, y no habrá nunca más maldición, SINO QUE JERUSALÉN será habitada confiadamente.” (Zac. 14:10-11) Observe que cuando los seres humanos moran en esta ciudad,… Dios quitará la maldición,…

 

37He aquí que yo los reuniré de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo e indignación grande; y los haré volver a este lugar, y los haré habitar seguramente; 38y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios. 39Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos. 40Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de . 41Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma. 42Porque así ha dicho Jesús: Como traje sobre este pueblo todo este gran mal, así traeré sobre ellos todo el bien que acerca de ellos hablo. 43Y poseerán heredad en esta tierra de la cual vosotros decís: Está desierta, sin hombres y sin animales, es entregada en manos de los caldeos. 44Heredades comprarán por dinero, y harán escritura y la sellarán y pondrán testigos, en tierra de Benjamín y en los contornos de Jerusalén, y en las ciudades de Judá; y en las ciudades de las montañas, y en las ciudades de la Sefela, y en las ciudades del Neguev; porque yo haré regresar sus cautivos, dice Jesús.” (Jer. 33:37-44)

 

21Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley? 22Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. 23Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa. 24Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar. 25Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud. 26Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre. 27Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz; Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto; Porque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene marido. 28Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa. 29Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora. 30Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre. 31De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre. 1Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. 2He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. 3Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley. 4De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído. 5Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia; 6porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor. 7Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad? 8Esta persuasión no procede de aquel que os llama. 9Un poco de levadura leuda toda la masa. 10Yo confío respecto de vosotros en el Señor, que no pensaréis de otro modo; mas el que os perturba llevará la sentencia, quienquiera que sea. 11Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? En tal caso se ha quitado el tropiezo de la cruz. 12¡Ojalá se mutilasen los que os perturban! 13Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. 14Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 15Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros.” (Gál. 4:21-30; Gál. 5:1-15)

 

¿Qué condición puso Dios para que Dios cumpla este pacto,…?

 

1A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. 2¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura. 3Inclinad vuestro oído, y venid a ; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David. 4He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones. 5He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti, por causa de Jesús tu Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado.” (Isa. 55:1-5)

 

1Así dijo Jesús: Guardad derecho, y haced justicia; porque cercana está mi salvación para venir, y mi justicia para manifestarse. 2Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día de sábado para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal. 3Y el extranjero que sigue a Jesús no hable diciendo: Me apartará totalmente Jesús de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco. 4Porque así dijo Jesús: A los eunucos que guarden mis días de sábado, y escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto, 5yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá. 6Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jesús para servirle, y que amen el nombre de Jesús para ser sus siervos; a todos los que guarden el día de sábado para no profanarlo, y abracen mi pacto, 7yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos. 8Dice Jesús el Señor, el que reúne a los dispersos de Israel: Aún juntaré sobre él a sus congregados.” (Isa. 57:1-8)

 

Otro de los requisitos es volverse de la iniquidad en Jacob,…15Y la verdad fue detenida, y el que se apartó del mal fue puesto en prisión; y lo vio Jesús, y desagradó a sus ojos, porque pereció el derecho. 16Y vio que no había hombre, y se maravilló que no hubiera quien se interpusiese; y lo salvó su brazo, y le afirmó su misma justicia. 17Pues de justicia se vistió como de una coraza, con yelmo de salvación en su cabeza; tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto, 18como para vindicación, como para retribuir con ira a sus enemigos, y dar el pago a sus adversarios; el pago dará a los de la costa. 19Y temerán desde el occidente el nombre de Jesús, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jesús levantará bandera contra él. 20Y vendrá el Redentor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Jesús. 21Y este será mi pacto con ellos, dijo Jesús: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jesús, desde ahora y para siempre.” (Isa. 59:15-21)

 

El estar en este nuevo pacto,… no es la licencia que Dios nos ha dado para pecar,… sino es permitir que sus leyes Dios nos escriba en el corazón,…9y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. 10En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. 11Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; 12pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; 14porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. 15Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: 16Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré, 17añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. 18Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado. 19Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, 21y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. 23Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. 24Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 25no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca. 26Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 27sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. 28El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. 29¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? 30Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. 31¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” (Heb. 10:26-31)

 

¿Tiempo que dura el pacto,…?

 

37He aquí que yo los reuniré de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo e indignación grande; y los haré volver a este lugar, y los haré habitar seguramente; 38y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios. 39Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos. 40Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de . 41Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma. 42Porque así ha dicho Jesús: Como traje sobre este pueblo todo este gran mal, así traeré sobre ellos todo el bien que acerca de ellos hablo. 43Y poseerán heredad en esta tierra de la cual vosotros decís: Está desierta, sin hombres y sin animales, es entregada en manos de los caldeos. 44Heredades comprarán por dinero, y harán escritura y la sellarán y pondrán testigos, en tierra de Benjamín y en los contornos de Jerusalén, y en las ciudades de Judá; y en las ciudades de las montañas, y en las ciudades de la Sefela, y en las ciudades del Neguev; porque yo haré regresar sus cautivos, dice Jesús.” (Jer. 33:37-44)

 

¿Cuándo los hijos de Israel harán pacto con Dios que jamás se ponga en olvido,…? 2Anunciad en las naciones, y haced saber; levantad también bandera, publicad, y no encubráis; decid: Tomada es Babilonia, Bel es confundido, deshecho es Merodac; destruidas son sus esculturas, quebrados son sus ídolos. 3Porque subió contra ella una nación del norte, la cual pondrá su tierra en asolamiento, y no habrá ni hombre ni animal que en ella more; huyeron, y se fueron. 4En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jesús, vendrán los hijos de Israel, ellos y los hijos de Judá juntamente; e irán andando y llorando, y buscarán a Jesús su Dios. 5Preguntarán por el camino de Sion, hacia donde volverán sus rostros, diciendo: Venid, y juntémonos a Jesús con pacto eterno que jamás se ponga en olvido.” (Jer. 50:2-5)

 

20Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, 21os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (Heb. 13:20-21)

 

                   Consecuencias de el hombre no cumplir este pacto

 

27He aquí vienen días, dice Jesús, en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá de simiente de hombre y de simiente de animal. 28Y así como tuve cuidado de ellos para arrancar y derribar, y trastornar y perder y afligir, tendré cuidado de ellos para edificar y plantar, dice Jesús. 29En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera, 30sino que cada cual morirá por su propia maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera. 31He aquí que vienen días, dice Jesús, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jesús. 33Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jesús: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jesús; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jesús; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado” (Jer. 31:27-34)

 

Precauciones que hay que tener para los que cumplen los pactos de Dios,… 

 

1Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado, La obra que hiciste en sus días, en los tiempos antiguos. 2Tú con tu mano echaste las naciones, y los plantaste a ellos; Afligiste a los pueblos, y los arrojaste. 3Porque no se apoderaron de la tierra por su espada, Ni su brazo los libró; Sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, Porque te complaciste en ellos. 4Tú, oh Dios, eres mi rey; Manda salvación a Jacob. 5Por medio de ti sacudiremos a nuestros enemigos; En tu nombre hollaremos a nuestros adversarios. 6Porque no confiaré en mi arco, ni mi espada me salvará; 7Pues tú nos has guardado de nuestros enemigos, y has avergonzado a los que nos aborrecían. 8En Dios nos gloriaremos todo el tiempo, y para siempre alabaremos tu nombre. 9Pero nos has desechado, y nos has hecho avergonzar; Y no sales con nuestros ejércitos. 10Nos hiciste retroceder delante del enemigo, y nos saquean para sí los que nos aborrecen. 11Nos entregas como ovejas al matadero, y nos has esparcido entre las naciones. 12Has vendido a tu pueblo de balde; No exigiste ningún precio. 13Nos pones por afrenta de nuestros vecinos, por escarnio y por burla de los que nos rodean. 14Nos pusiste por proverbio entre las naciones; Todos al vernos menean la cabeza. 15Cada día mi vergüenza está delante de , y la confusión de mi rostro me cubre, 16Por la voz del que me vitupera y deshonra, por razón del enemigo y del vengativo. 17Todo esto nos ha venido, y no nos hemos olvidado de ti, y no hemos faltado a tu pacto. 18No se ha vuelto atrás nuestro corazón, Ni se han apartado de tus caminos nuestros pasos, 19Para que nos quebrantases en el lugar de chacales, y nos cubrieses con sombra de muerte. 20Si nos hubiésemos olvidado del nombre de nuestro Dios, O alzado nuestras manos a dios ajeno, 21¿No demandaría Dios esto? Porque él conoce los secretos del corazón. 22Pero por causa de ti nos matan cada día; Somos contados como ovejas para el matadero. 23Despierta; ¿por qué duermes, Señor? Despierta, no te alejes para siempre. 24¿Por qué escondes tu rostro, y te olvidas de nuestra aflicción, y de la opresión nuestra? 25Porque nuestra alma está agobiada hasta el polvo, y nuestro cuerpo está postrado hasta la tierra. 26Levántate para ayudarnos, y redímenos por causa de tu misericordia.” (Sal. 44:1-26)

 

1Y yo mismo, en el año primero de Darío el medo, estuve para animarlo y fortalecerlo. 2Y ahora yo te mostraré la verdad. He aquí que aún habrá tres reyes en Persia, y el cuarto se hará de grandes riquezas más que todos ellos; y al hacerse fuerte con sus riquezas, levantará a todos contra el reino de Grecia. 3Se levantará luego un rey valiente, el cual dominará con gran poder y hará su voluntad. 4Pero cuando se haya levantado, su reino será quebrantado y repartido hacia los cuatro vientos del cielo; no a sus descendientes, ni según el dominio con que él dominó; porque su reino será arrancado, y será para otros fuera de ellos. 5Y se hará fuerte el rey del sur; mas uno de sus príncipes será más fuerte que él, y se hará poderoso; su dominio será grande. 6Al cabo de años harán alianza, y la hija del rey del sur vendrá al rey del norte para hacer la paz. Pero ella no podrá retener la fuerza de su brazo, ni permanecerá él, ni su brazo; porque será entregada ella y los que la habían traído, asimismo su hijo, y los que estaban de parte de ella en aquel tiempo. 7Pero un renuevo de sus raíces se levantará sobre su trono, y vendrá con ejército contra el rey del norte, y entrará en la fortaleza, y hará en ellos a su arbitrio, y predominará. 8Y aun a los dioses de ellos, sus imágenes fundidas y sus objetos preciosos de plata y de oro, llevará cautivos a Egipto; y por años se mantendrá él contra el rey del norte. 9Así entrará en el reino el rey del sur, y volverá a su tierra. 10Mas los hijos de aquél se airarán, y reunirán multitud de grandes ejércitos; y vendrá apresuradamente e inundará, y pasará adelante; luego volverá y llevará la guerra hasta su fortaleza. 11Por lo cual se enfurecerá el rey del sur, y saldrá y peleará contra el rey del norte; y pondrá en campaña multitud grande, y toda aquella multitud será entregada en su mano. 12Y al llevarse él la multitud, se elevará su corazón, y derribará a muchos millares; mas no prevalecerá. 13Y el rey del norte volverá a poner en campaña una multitud mayor que la primera, y al cabo de algunos años vendrá apresuradamente con gran ejército y con muchas riquezas. 14En aquellos tiempos se levantarán muchos contra el rey del sur; y hombres turbulentos de tu pueblo se levantarán para cumplir la visión, pero ellos caerán. 15Vendrá, pues, el rey del norte, y levantará baluartes, y tomará la ciudad fuerte; y las fuerzas del sur no podrán sostenerse, ni sus tropas escogidas, porque no habrá fuerzas para resistir. 16Y el que vendrá contra él hará su voluntad, y no habrá quien se le pueda enfrentar; y estará en la tierra gloriosa, la cual será consumida en su poder. 17Afirmará luego su rostro para venir con el poder de todo su reino; y hará con aquél convenios, y le dará una hija de mujeres para destruirle; pero no permanecerá, ni tendrá éxito. 18Volverá después su rostro a las costas, y tomará muchas; mas un príncipe hará cesar su afrenta, y aun hará volver sobre él su oprobio. 19Luego volverá su rostro a las fortalezas de su tierra; mas tropezará y caerá, y no será hallado. 20Y se levantará en su lugar uno que hará pasar un cobrador de tributos por la gloria del reino; pero en pocos días será quebrantado, aunque no en ira, ni en batalla. 21Y le sucederá en su lugar un hombre despreciable, al cual no darán la honra del reino; pero vendrá sin aviso y tomará el reino con halagos. 22Las fuerzas enemigas serán barridas delante de él como con inundación de aguas; serán del todo destruidos, junto con el príncipe del pacto. 23Y después del pacto con él, engañará y subirá, y saldrá vencedor con poca gente. 24Estando la provincia en paz y en abundancia, entrará y hará lo que no hicieron sus padres, ni los padres de sus padres; botín, despojos y riquezas repartirá a sus soldados, y contra las fortalezas formará sus designios; y esto por un tiempo. 25Y despertará sus fuerzas y su ardor contra el rey del sur con gran ejército; y el rey del sur se empeñará en la guerra con grande y muy fuerte ejército; mas no prevalecerá, porque le harán traición. 26Aun los que coman de sus manjares le quebrantarán; y su ejército será destruido, y caerán muchos muertos. 27El corazón de estos dos reyes será para hacer mal, y en una misma mesa hablarán mentira; mas no servirá de nada, porque el plazo aún no habrá llegado. 28Y volverá a su tierra con gran riqueza, y su corazón será contra el pacto santo; hará su voluntad, y volverá a su tierra. 29Al tiempo señalado volverá al sur; mas no será la postrera venida como la primera. 30Porque vendrán contra él naves de Quitim, y él se contristará, y volverá, y se enojará contra el pacto santo, y hará según su voluntad; volverá, pues, y se entenderá con los que abandonen el santo pacto. 31Y se levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora. 32Con lisonjas seducirá a los violadores del pacto; mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará. 33Y los sabios del pueblo instruirán a muchos; y por algunos días caerán a espada y a fuego, en cautividad y despojo. 34Y en su caída serán ayudados de pequeño socorro; y muchos se juntarán a ellos con lisonjas. 35También algunos de los sabios caerán para ser depurados y limpiados y emblanquecidos, hasta el tiempo determinado; porque aun para esto hay plazo. 36Y el rey hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios de los dioses hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea consumada la ira; porque lo determinado se cumplirá. 37Del Dios de sus padres no hará caso, ni del amor de las mujeres; ni respetará a dios alguno, porque sobre todo se engrandecerá. 38Mas honrará en su lugar al dios de las fortalezas, dios que sus padres no conocieron; lo honrará con oro y plata, con piedras preciosas y con cosas de gran precio. 39Con un dios ajeno se hará de las fortalezas más inexpugnables, y colmará de honores a los que le reconozcan, y por precio repartirá la tierra. 40Pero al cabo del tiempo el rey del sur contenderá con él; y el rey del norte se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y muchas naves; y entrará por las tierras, e inundará, y pasará. 41Entrará a la tierra gloriosa, y muchas provincias caerán; mas éstas escaparán de su mano: Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón. 42Extenderá su mano contra las tierras, y no escapará el país de Egipto. 43Y se apoderará de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto; y los de Libia y de Etiopía le seguirán. 44Pero noticias del oriente y del norte lo atemorizarán, y saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos. 45Y plantará las tiendas de su palacio entre los mares y el monte glorioso y santo; mas llegará a su fin, y no tendrá quien le ayude.” (Dan. 11:1-45) Para mayor aclaración de este pasaje de las Sagradas Escrituras ver  Daniel 11 y 12, el reloj y calendario del pueblo de Dios en el tiempo del fin,…

 

Consecuencias de que Jesús anule el pacto,…

 

5Será exaltado Jesús, el cual mora en las alturas; llenó a Sion de juicio y de justicia. 6Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y abundancia de salvación; el temor de Jesús será su tesoro. 7He aquí que sus embajadores darán voces afuera; los mensajeros de paz llorarán amargamente. 8Las calzadas están deshechas, cesaron los caminantes; ha anulado el pacto, aborreció las ciudades, tuvo en nada a los hombres. 9Se enlutó, enfermó la tierra; el Líbano se avergonzó, y fue cortado; Sarón se ha vuelto como desierto, y Basán y el Carmelo fueron sacudidos. 10Ahora me levantaré, dice Jesús; ahora seré exaltado, ahora seré engrandecido. 11Concebisteis hojarascas, rastrojo daréis a luz; el soplo de vuestro fuego os consumirá. 12Y los pueblos serán como cal quemada; como espinos cortados serán quemados con fuego. 13Oíd, los que estáis lejos, lo que he hecho; y vosotros los que estáis cerca, conoced mi poder. 14Los pecadores se asombraron en Sion, espanto sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas? 15El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala; 16éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras. 17Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos. 18Tu corazón imaginará el espanto, y dirá: ¿Qué es del escriba? ¿Qué del pesador del tributo? ¿Qué del que pone en lista las casas más insignes? 19No verás a aquel pueblo orgulloso, pueblo de lengua difícil de entender, de lengua tartamuda que no comprendas. 20Mira a Sion, ciudad de nuestras fiestas solemnes; tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será desarmada, ni serán arrancadas sus estacas, ni ninguna de sus cuerdas será rota. 21Porque ciertamente allí será Jesús para con nosotros fuerte, lugar de ríos, de arroyos muy anchos, por el cual no andará galera de remos, ni por él pasará gran nave. 22Porque Jesús es nuestro juez, Jesús es nuestro legislador, Jesús es nuestro Rey; él mismo nos salvará. 23Tus cuerdas se aflojaron; no afirmaron su mástil, ni entesaron la vela; se repartirá entonces botín de muchos despojos; los cojos arrebatarán el botín. 24No dirá el morador: Estoy enfermo; al pueblo que more en ella le será perdonada la iniquidad.” (Isa. 33:5-24) ¿Qué hace Jesús con los ciegos,… cuando Jesús asola y devora juntamente,… y seca los estanques,… y son confundidos en extremo los que confían en imágenes,…?10Cantad a Jesús un nuevo cántico, su alabanza desde el fin de la tierra; los que descendéis al mar, y cuanto hay en él, las costas y los moradores de ellas. 11Alcen la voz el desierto y sus ciudades, las aldeas donde habita Cedar; canten los moradores de Sela, y desde la cumbre de los montes den voces de júbilo. 12Den gloria a Jesús, y anuncien sus loores en las costas. 13Jesús saldrá como gigante, y como hombre de guerra despertará celo; gritará, voceará, se esforzará sobre sus enemigos. 14Desde el siglo he callado, he guardado silencio, y me he detenido; daré voces como la que está de parto; asolaré y devoraré juntamente. 15Convertiré en soledad montes y collados, haré secar toda su hierba; los ríos tornaré en islas, y secaré los estanques. 16Y guiaré a los ciegos por camino que no sabían, les haré andar por sendas que no habían conocido; delante de ellos cambiaré las tinieblas en luz, y lo escabroso en llanura. Estas cosas les haré, y no los desampararé. 17Serán vueltos atrás y en extremo confundidos los que confían en ídolos, y dicen a las imágenes de fundición: Vosotros sois nuestros dioses.” (Isa. 42:10-17)

 

Consecuencias de que venga el Ángel del pacto

 

1He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de ; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jesús de los ejércitos. 2¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿O quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. 3Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jesús ofrenda en justicia. 4Y será grata a Jesús la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, y como en los años antiguos. 5Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de , dice Jesús de los ejércitos.” (Mal. 3:1-5)

 

Consecuencias de hacer pacto con Dios

 

¿Los que son santos y han hecho pacto con sacrificio cuando el juzgue los juntará,…?1El Dios de dioses, Jesús, ha hablado, y convocado la tierra, desde el nacimiento del sol hasta donde se pone. 2De Sion, perfección de hermosura, Dios ha resplandecido. 3Vendrá nuestro Dios, y no callará; Fuego consumirá delante de él, y tempestad poderosa le rodeará. 4Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo. 5Juntadme mis santos, los que hicieron conmigo pacto con sacrificio. 6Y los cielos declararán su justicia, porque Dios es el juez.” (Sal. 50:1-6)

 

 

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