La condenación
Versión 2.0.16
Aquí los cantores
encontraran lo que se ha encontrado en las sagradas Escrituras sobre
condenación, para que así los cantores descubran entre otras cosas si podemos
ser o no condenados por Dios,…
¿En qué
consiste la condenación,…?
“19Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20Porque todo aquel que hace lo
malo, aborrece
la luz y no
viene a la luz,
para que sus obras no sean reprendidas. 21Mas el
que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.” (Juan 3:19-21)
¿Qué es la
condenación,…?
¿La
condenación es un ministerio,…? “9Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación.”
(2Cor. 3:9)
¿Qué acontece a la nación que escucha la voz de Jesús, pero no admite
corrección,… y por tanto perece la verdad,…?
“27Tú, pues, les dirás todas
estas palabras,
pero no te oirán; los llamarás, y no te responderán. 28Les
dirás, por tanto: Esta es la nación que no escuchó la voz de Jesús su Dios, ni admitió corrección; pereció la verdad, y de la boca de ellos fue cortada.” (Jer. 7:27-28)
¿Qué
acontece con los que esperan en Jesús y guardan sus caminos, cuando son
destruidos los pecadores,…?
“34Espera en Jesús, y guarda su camino, y él te exaltará
para heredar la tierra; Cuando sean destruidos los pecadores, lo verás.” (Sal. 37:34)
¿Qué
acontece a los que condenan sangre inocente,…?
“21Se
juntan contra la vida del justo, y condenan la sangre inocente. 22Mas Jesús me ha sido por refugio, y mi Dios por roca de mi confianza. 23Y él hará volver sobre ellos su iniquidad, Y los destruirá
en su propia maldad; Los destruirá Jesús nuestro Dios.”
(Sal. 94:21-23)
¿Qué acontece a los que condenan al que Jesús le
ayuda,… y andan a la luz de vuestro fuego y de las teas que encienden,…?
“7Porque Jesús el Señor me ayudará, por tanto
no me avergoncé; por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado. 8Cercano
está de mí el
que me salva; ¿quién contenderá conmigo? Juntémonos. ¿Quién es el adversario de mi causa?
Acérquese a mí.
9He aquí que Jesús el Señor me ayudará; ¿quién hay que me condene? He aquí que todos ellos se envejecerán como ropa de vestir, serán comidos por la polilla. 10¿Quién hay entre vosotros que teme a Jesús, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jesús, y apóyese en su Dios. 11He
aquí que todos vosotros encendéis fuego, y os rodeáis de
teas; andad a la luz de vuestro fuego, y de las teas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis sepultados.” (Isa. 50:7-11)
¿Qué se ve que acontece cuando Jesús quebranta el báculo de los impíos,…?
“3Y en el día que Jesús te dé reposo de tu trabajo y de tu temor, y de la dura
servidumbre en que te hicieron servir, 4pronunciarás
este proverbio contra el rey de Babilonia, y dirás: ¡Cómo paró el opresor, cómo acabó la ciudad codiciosa de oro! 5Quebrantó Jesús el báculo de los impíos, el cetro de los señores; 6el
que hería a los pueblos con furor, con llaga permanente, el que se enseñoreaba de
las naciones
con ira, y las
perseguía con crueldad. 7Toda la tierra está en reposo y en paz; se cantaron alabanzas.
8Aun los cipreses se regocijaron a causa de ti, y los cedros del Líbano, diciendo: Desde que
tú pereciste, no ha subido cortador contra nosotros. 9El Seol abajo se espantó de ti; despertó muertos que en tu venida
saliesen a recibirte, hizo levantar de sus sillas a todos los príncipes de la tierra, a todos los reyes de las naciones. 10Todos ellos darán voces, y te
dirán: ¿Tú también te debilitaste como nosotros, y llegaste a ser como nosotros? 11Descendió al Seol tu soberbia, y el
sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán.” (Isa. 14:3-11)
¿Qué puede condenar,…?
“18Ahora, pues, ¿qué tienes tú en el camino de Egipto, para que bebas agua del Nilo? ¿Y qué tienes tú en el camino de Asiria, para que bebas agua del Éufrates? 19Tu
maldad te castigará, y tus rebeldías te condenarán; sabe, pues, y ve
cuán malo y amargo es el haber dejado tú a Jesús tu Dios, y faltar mi temor en ti, dice el Señor, Jesús de los ejércitos.
20Porque desde muy atrás rompiste tu yugo y tus ataduras, y dijiste: No
serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso te echabas como ramera.
21Te
planté de vid
escogida, simiente verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has vuelto sarmiento de vid extraña? ”
(Jer. 2:18-21)
¿Qué ayuda a que no seamos condenados,…?
“32mas siendo
juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.” (1Cor. 11:32)
¿Por qué no hay que condenar al justo,…?
“15El
que justifica al impío, y el que condena al justo, Ambos son igualmente abominación a Jesús.” (Prov. 17:15)
“26Ciertamente
no es bueno condenar al justo, Ni herir a los nobles que hacen lo recto.”
(Prov. 17:26)
¿Por qué no hay que condenar a los inocentes,…?
“5¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de sábado los sacerdotes en el templo profanan el día de sábado, y son sin culpa?
6Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí. 7Y si supieseis qué
significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes; 8porque el Hijo del Hombre es Señor del día de sábado.” (Mat. 12:5-7)
¿Por qué pódenos ser condenados,…?
“37Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.”
(Mat. 12:37)
¿Por qué vino la
condenación a todos los hombres?
“18Así que, como por la
transgresión
de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.” (Rom. 5:15)
¿Por qué no hay que condenar,…?
“37No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis
condenados; perdonad, y seréis perdonados” (Luc. 6:37)
¿Quién Jesús condena a beber el cáliz,… y que le acontece?
“10Mas yo desnudaré a Esaú, descubriré sus escondrijos, y no podrá
esconderse; será destruida su descendencia, sus hermanos y sus vecinos, y dejará de ser. 11Deja tus
huérfanos, yo los criaré; y en mí confiarán tus viudas. 12Porque así ha dicho Jesús: He aquí que los que
no estaban condenados a beber el cáliz, beberán ciertamente; ¿y serás tú absuelto del todo? No
serás absuelto, sino que ciertamente beberás. 13Porque
por mí he jurado, dice Jesús, que asolamiento, oprobio, soledad y maldición será Bosra, y todas sus ciudades serán desolaciones
perpetuas. 14La noticia
oí, que de Jesús había sido enviado mensajero a las naciones, diciendo: Juntaos y venid contra ella, y subid a la batalla. 15He
aquí que te haré pequeño entre las naciones, menospreciado entre los hombres. 16Tu arrogancia te engañó, y la soberbia de tu corazón. Tú que habitas en cavernas de peñas, que tienes la altura
del monte,
aunque alces como águila tu nido, de allí te haré descender, dice Jesús.” (Jer. 49:10-16)
¿Quién condena a la generación mala y adultera,…?
“38Entonces
respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: Maestro, deseamos ver de ti señal. 39El
respondió y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. 40Porque como estuvo Jonás en el vientre del
gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.
41Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con
esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás, y he aquí más que Jonás en este lugar. 42La reina del Sur se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar.” (Mat. 12:38-42)
¿Quién vino al mundo para salvar y no para condenar,…?
“17Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.”
(Juan 3:17)
¿Quién está condenado por
su propio juicio,…?
“8Palabra fiel es esta, y en estas cosas
quiero que insistas con firmeza, para que los
que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres. 9Pero
evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho. 10Al
hombre que
cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, 11sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y
está condenado por su propio juicio.” (Tit. 3:8-11)
¿Quién por fe condeno al mundo,…?
“7Por la fe Noé, cuando fue advertido
por Dios
acerca de cosas
que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.”
(Heb. 11:7)
¿Quiénes son condenados,…?
“21Matará al malo la maldad, Y los que aborrecen
al justo serán
condenados.” (Sal. 34:21)
“16El que creyere y fuere bautizado, será salvo;
mas el que no creyere, será condenado. 17Y estas señales seguirán a los que
creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; 18tomarán en las manos serpientes, y si
bebieren cosa
mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.” (Mar. 16:16-18)
“18El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha
creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” (Juan
3:18)
“1Por lo cual eres
inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú
que juzgas haces lo mismo. 2Mas
sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. 3¿Y
piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? 4¿O
menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?
5Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, 6el
cual pagará a cada uno conforme a sus obras: 7vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad,
8pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; 9tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y
también el griego, 10pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo
bueno, al judío
primeramente y también al griego; 11porque no hay acepción de personas para con Dios.” (Rom.
2:1-11)
¿Quiénes acarrean condenación para sí mismos,…? “1Sométase toda persona a las autoridades superiores;
porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. 2De modo
que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.”
(Rom. 13:1-2)
“22¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que
no se condena
a sí mismo en lo que aprueba. 23Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe;
y todo lo que no proviene de fe, es pecado.”
(Rom. 14:22-23)
“11Por esto Dios les envía un poder engañoso,
para que crean la mentira, 12a
fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.” (2Tes. 2:11)
¿Cuándo
las viudas pueden incurrir en condenación,…? “11Pero viudas más jóvenes no
admitas; porque cuando, impulsadas por sus deseos, se rebelan contra Cristo, quieren casarse, 12incurriendo
así en condenación, por haber quebrantado su primera fe. 13Y
también aprenden a ser ociosas, andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también chismosas y entremetidas, hablando lo
que no debieran. 14Quiero,
pues, que las viudas jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen su casa; que no den al adversario ninguna
ocasión de maledicencia. 15Porque ya algunas se han
apartado en pos de Satanás. 16Si algún creyente o alguna
creyente tiene viudas, que las mantenga, y no sea gravada la iglesia, a fin de que haya
lo suficiente para las que en verdad son viudas.”
(1Tim. 5:11-16)
“1Hermanos míos, no os hagáis
maestros
muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.” (Sant. 3:1)
“9Hermanos, no os quejéis
unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí, el juez está delante de la puerta.”
(Sant. 5:9)
“12Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis,
ni por el cielo,
ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que
no caigáis en condenación.” (Sant.
5:12)
“3Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido
necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada
a los santos.
4Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían
sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a
nuestro Señor Jesucristo.” (Judas
1:3-4)
¿Quiénes reciben mayor condenación,…?
“13Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!
porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando. 14¡Ay
de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!
porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto
recibiréis mayor condenación.”
(Mat. 23:13-14)
“38Y les decía en su doctrina: Guardaos de los escribas, que gustan de
andar con largas ropas, y aman las salutaciones en las plazas, 39y
las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; 40que devoran las casas de las viudas, y por pretexto
hacen largas oraciones. Estos recibirán mayor condenación.”
(Mar. 12:38-40)
¿Quiénes condenaban a los
discípulos por no lavarse las manos,… porque respetan las tradiciones,… y que
les respondía Cristo,…?
“1Se juntaron a Jesús los fariseos, y algunos de los escribas, que habían venido
de Jerusalén;
2los cuales, viendo a
algunos de los discípulos de Jesús comer pan
con manos inmundas, esto es, no lavadas, los condenaban. 3Porque los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas veces
no se lavan
las manos, no
comen. 4Y volviendo de la plaza, si no se lavan, no
comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, y de los jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos. 5Le
preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas?
6Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, Mas su corazón está lejos de mí. 7Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. 8Porque
dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes. 9Les
decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.
9Les
decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. 10Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al
padre o a la madre, muera
irremisiblemente. 11Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corbán (que quiere decir,
mi ofrenda a Dios) todo aquello con que
pudiera ayudarte, 12y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre, 13invalidando
la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis
transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a estas. 14Y llamando a sí a toda la
multitud, les dijo: Oídme todos, y entended: 15Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre. 16Si alguno tiene oídos para oír, oiga.
17Cuando se alejó de la multitud y entró en casa, le preguntaron sus discípulos sobre la parábola. 18El
les dijo: ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede
contaminar, 19porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto decía,
haciendo limpios todos los alimentos. 20Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina
al hombre.
21Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, 22los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. 23Todas
estas maldades
de dentro salen, y contaminan al hombre.” (Mar. 7:1-16)
¿Quiénes condenaron a muerte a Cristo,…?
“33He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los
principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte, y le entregarán a los gentiles; 34y le escarnecerán, le
azotarán, y escupirán en él, y le matarán; mas al tercer día resucitará.” (Mar.
10:33-34) Veamos ahora el cumplimiento de esta profecía,… “63Entonces el sumo sacerdote, rasgando su
vestidura, dijo: ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? 64Habéis oído la blasfemia; ¿qué os parece?
Y todos ellos le condenaron, declarándole ser digno de muerte. 65Y algunos
comenzaron a escupirle, y a cubrirle el rostro y a darle de puñetazos, y a decirle: Profetiza. Y los alguaciles le daban de bofetadas.” (Mar. 14:63-65)
¿Quiénes condenan a los circuncisos,… que no guardan la ley,…?
“25Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser
incircuncisión. 26Si, pues, el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como circuncisión?
27Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda
perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley.” (Rom. 2:25-27)
¿Quién condena toda lengua que se levante contra él en juicio,…?
“15Si alguno conspirare
contra ti, lo
hará sin mí;
el que contra ti conspirare, delante de ti caerá. 16He aquí que yo hice al herrero que sopla las ascuas en el fuego, y que saca la herramienta para su obra; y yo he creado al destruidor para destruir. 17Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás
toda lengua
que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jesús, y su salvación de mí vendrá, dijo Jesús.”
(Isa. 14:15-17)
¿Quiénes no son condenados,…?
“18El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha
creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” (Juan
318)
“24De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me
envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. 25De cierto, de cierto os digo:
Viene la hora,
y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.” (Juan
5:24-25)
¿Quiénes resucitan a
resurrección de condenación,…?
“26Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo;
27y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre. 28No os maravilléis de esto;
porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 29y los que
hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.” (Juan 5:26-29)
¿Quiénes han condenado al justo,…?
1¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán. 2Vuestras riquezas están podridas, y
vuestras ropas
están comidas de polilla. 3Vuestro oro y plata están enmohecidos; y
su moho
testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como fuego.
Habéis acumulado tesoros para los días postreros. 4He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado
vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos. 5Habéis
vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza. 6Habéis condenado y dado muerte al justo, y él no os hace
resistencia.” (Sant. 5:1-6)
¿Quiénes han sido condenados para ejemplo,…?
“4Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser
reservados al juicio; 5y si no perdonó al mundo antiguo, sino que
guardó a Noé,
pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos; 6y si condenó por destrucción
a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente, 7y
libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados 8(porque este
justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos)”
(2Ped. 2:4-8)
¿Quién no es condenado por Jesús, cuando el impío le juzga,…?
“32Acecha el impío al justo, y procura matarlo. 3Jesús no lo dejará en sus manos, ni lo condenará cuando le juzgaren.” (Sal.
37:32-33)
¿Quiénes no son condenados,…?
“22Jesús redime el alma de sus siervos, y no serán condenados cuantos en él confían.”
(Sal. 34:19)
¿A quienes condena Jesús,…?
“2El
bueno
alcanzará favor de Jesús; mas él condenará al hombre de malos pensamientos. 3El
hombre no se
afirmará por medio de la impiedad; Mas la raíz de los justos no será removida.” (Prov. 12:2-3)
¿A quienes Jesús profetizo, cómo podrán escapar de la condenación del
infierno,…?
“31Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. 32¡Vosotros también llenad la medida de vuestros padres! 33¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis
de la condenación del infierno? 34Por tanto, he aquí yo os
envío profetas
y sabios y escribas; y de ellos, a
unos mataréis y crucificaréis, y a otros azotaréis en vuestras sinagogas, y
perseguiréis de ciudad en ciudad; 35para que venga sobre vosotros
toda la sangre
justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matasteis entre el templo y el altar. 36De cierto os digo que todo
esto vendrá sobre esta generación.”
(Mat. 23:31-36)
¿A quienes la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme,…?
“1Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán
encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató,
atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. 2Y
muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, 3y por avaricia harán mercadería
de vosotros
con palabras
fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.”
(2Ped. 2:1-3)
¿Para quienes la condenación es justa,…?
“8¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos, cuya condenación es justa,
afirman que nosotros decimos): Hagamos males para que vengan bienes?” (Rom. 3:8)
¿Para quienes no hay ninguna condenación,…?
“1Ahora, pues, ninguna
condenación hay para los que están en Cristo
Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado
de la ley del pecado y de la muerte. 3Porque
lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; 4para
que la justicia
de la ley se
cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 5Porque
los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. 6Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el
ocuparse del Espíritu es vida y paz. 7Por cuanto los designios de la
carne son
enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8y los que
viven según la carne no pueden agradar a Dios. 9Mas vosotros no vivís
según la carne,
sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. 10Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa
del pecado,
mas el espíritu
vive a causa de la justicia. 11Y si el Espíritu de aquel que
levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. 12Así que, hermanos, deudores
somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; 13porque
si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. 14Porque todos los que son
guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. 15Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra
vez en temor,
sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16El
Espíritu mismo
da testimonio
a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17Y si hijos, también herederos;
herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con
él seamos
glorificados.” (Rom. 8:1-17)
¿Puede Cristo perdonar de la condenación a una adultera,…?
“1y Jesús se fue al monte de los Olivos. 2Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les
enseñaba. 3Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en
medio, 4le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. 5Y
en la ley nos
mandó Moisés
apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? 6Mas esto decían
tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. 7Y como insistieran en
preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. 8E inclinándose de
nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. 9Pero ellos, al oír esto,
acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio.
10Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que
te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11Ella dijo:
Ninguno, Señor.
Entonces Jesús
le dijo: Ni yo
te condeno; vete, y no peques más.” (Juan 8:1-11)
¿Los Romanos tenían la costumbre,… de que el acusado se defienda antes de
condenarle a muerte,…?
“15respecto al cual, cuando fui a Jerusalén, se me
presentaron los principales sacerdotes y los ancianos de los judíos, pidiendo condenación contra él. 16A éstos respondí que no es
costumbre de los romanos entregar alguno a la muerte antes que el acusado tenga delante a sus acusadores, y pueda
defenderse de la acusación.”
(Hech. 25:15-16)
¿Cómo se puede caer en la condenación del diablo,…?
“1Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. 2Pero es
necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar;
3no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino
amable, apacible, no avaro; 4que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad 5(pues
el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); 6no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga
en la condenación del diablo. 7También
es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo
del diablo.” (1Tim. 3:1-7)
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