Los Valles en las Sagradas Escrituras
Cuando estudiamos en las Sagradas
Escrituras respecto a los valles, encontramos que las Sagradas Escrituras
nombra a cuarenta valles en los cuales ha actuado Dios para destruir al impío o
purificar a su pueblo, pero es también interesante ver que también ha utilizo
Dios cuarenta días para salvar a Noé en el arca y destruir a los impíos que
existieron en aquella época (Gén 7:4) Otra cosa que podemos ver que cuarenta
años estuvieron el pueblo de Israel en el desierto para destruir y los impíos y
para purificar a su pueblo. (Sal. 95:10) También podemos ver que cuarenta días
estuvo Jesús en el desierto ayunando, es decir purificándose para una gran
obra. (Mat. 4:2) ¿Por qué utiliza Dios cuarenta valles o cuarenta días para
destruir o purificar? La contestación a esta pregunta lo encontramos cuando
estudiemos sobre los valles.
Pero, algo aún más curioso sucede
cuando se estudia los valles en las Sagradas Escrituras, y se quiere exaltar a
los valles se ve que estos son opacados y lo único que resalta es la gloria de
Dios. ¿A qué se debe esto? La repuesta a esta pregunta lo encontramos en la
siguiente porción de las Sagradas Escrituras:
“3Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jesús; enderezad calzada en
la soledad a nuestro Dios.
4Todo
valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y
lo torcido se enderece, y lo áspero se allane.
5Y se
manifestará la gloria de Jesús, y
toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jesús
ha hablado.” (Isa. 40:3-5)
Entre las muchas
cosas que puede hacer Dios en los valles, las cuales las estudiaremos cuando
estudiemos cada uno de ellos, destaquemos las siguientes:
Dios puede hacer
en los valles estanques, es decir fuentes de aguas.
“14Y Eliseo dijo: Vive Jesús de los ejércitos, en cuya
presencia estoy, que si no tuviese respeto al rostro de Josafat rey de Judá, no
te mirara a ti, ni te viera. 15Mas ahora traedme un tañedor. Y mientras
el tañedor tocaba, la mano de Jesús vino sobre Eliseo, 16quien
dijo: Así ha dicho Jesús: Haced en este valle muchos estanques. 17Porque
Jesús ha
dicho así: No veréis viento, ni veréis lluvia; pero este valle será lleno de agua, y beberéis vosotros, y vuestras bestias y vuestros ganados. 18Y esto es cosa ligera en
los ojos de Jesús; entregará también a los moabitas en vuestras manos. 19Y
destruiréis toda ciudad fortificada y toda villa hermosa, y talaréis todo buen
árbol, cegaréis todas las fuentes de aguas, y destruiréis con piedras toda
tierra fértil. 20Aconteció, pues, que
por la mañana,
cuando se ofrece el sacrificio, he aquí vinieron aguas por el camino de Edom, y la tierra se
llenó de aguas.” (2Rey. 3:13-20)
“17Los afligidos y menesterosos buscan las aguas, y no
las hay; seca está de sed su lengua; yo Jesús los oiré, yo el Dios de Israel no los
desampararé. 18En las alturas abriré ríos, y fuentes en medio de los valles; abriré en el
desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas
en la tierra
seca. 19Daré en el
desierto cedros, acacias, arrayanes y olivos; pondré en la soledad cipreses,
pinos y bojes juntamente, 20para que vean y conozcan, y adviertan y
entiendan todos, que la mano de Jesús hace esto, y que el Santo de Israel lo
creó.” (Isa. 41:17.20)
Dios puede quitar
las aguas de los valles
“5El fundó la tierra sobre sus cimientos; No será jamás
removida. 6Con el abismo, como con vestido, la cubriste; Sobre los montes estaban las aguas. 7A tu reprensión huyeron; Al sonido de tu trueno se apresuraron; 8Subieron
los montes,
descendieron los valles, Al lugar que tú les fundaste. 9Les pusiste
término, el cual no traspasarán, Ni volverán a cubrir la tierra.” (Sal. 104:5-9)
Dios de
los valles quita todos los dioses, esto ocasiona que haya en la
tierra asolamiento y
devastación como en el desierto hacia Diblat; ya que hace venir sobre ellos
espada.
“1Vino a mí
palabra de Jesús, diciendo: 2Hijo de hombre, pon tu rostro hacia
los montes de Israel, y profetiza contra ellos. 3Y dirás: Montes de
Israel, oíd palabra de Jesús el Señor: Así ha dicho Jesús el Señor a los
montes y a los collados, a los arroyos y a los valles: He aquí que yo, yo haré venir sobre vosotros espada, y destruiré
vuestros lugares altos. 4Vuestros altares serán asolados, y
vuestras imágenes del sol serán quebradas; y
haré que caigan vuestros muertos delante de vuestros ídolos. 5Y pondré
los cuerpos muertos de los hijos de Israel delante de sus ídolos, y vuestros
huesos esparciré en derredor de vuestros altares. 6Dondequiera que habitéis, serán
desiertas las ciudades, y los lugares altos serán asolados, para que sean
asolados y se hagan desiertos vuestros altares; y
vuestros ídolos serán quebrados y acabarán, vuestras imágenes del sol serán
destruidas, y vuestras obras serán deshechas. 7Y los muertos caerán
en medio de vosotros; y sabréis que yo soy Jesús. 8Mas dejaré un resto, de modo que
tengáis entre las naciones algunos que escapen de la espada, cuando seáis
esparcidos por las tierras. 9Y los que de vosotros escaparen se
acordarán de mí entre las naciones en las cuales serán cautivos; porque yo me
quebranté a causa de su corazón fornicario que se apartó de mí, y a causa de
sus ojos que fornicaron tras sus ídolos; y se avergonzarán de sí mismos, a causa
de los males que hicieron en todas sus abominaciones. 10Y sabrán que
yo soy Jesús; no en vano dije que les había de hacer este mal. 11Así
ha dicho Jesús el Señor: Palmotea con tus manos, y golpea con tu pie, y di:
¡Ay, por todas las grandes abominaciones de la casa de Israel! porque con
espada y con hambre y con pestilencia caerán. 12El que esté lejos
morirá de pestilencia, el que esté cerca caerá a espada, y el que quede y sea
asediado morirá de hambre; así cumpliré en ellos mi enojo. 13Y
sabréis que yo soy Jesús, cuando sus muertos estén en medio de sus ídolos, en
derredor de sus altares, sobre todo collado alto, en todas las cumbres de los
montes, debajo de todo árbol frondoso y debajo de toda encina espesa, lugares
donde ofrecieron incienso a todos sus ídolos. 14Y extenderé mi mano contra ellos, y dondequiera que habiten haré la tierra más asolada y
devastada que el desierto hacia Diblat; y conocerán que yo soy Jesús.” (Eze. 6:1-14)
En los valles en los
días del Rey David hicieron huir a sus enemigos de todos ellos.
“1Estos son
los que vinieron a David en Siclag, estando él aún encerrado por causa de Saúl
hijo de Cis, y eran de los valientes que le ayudaron en la guerra. 2Estaban
armados de arcos, y usaban de ambas manos para tirar piedras con honda y saetas
con arco. De los hermanos de Saúl de Benjamín: 3El principal
Ahiezer, después Joás, hijos de Semaa gabaatita; Jeziel y Pelet hijos de
Azmavet, Beraca, Jehú anatotita, 4Ismaías gabaonita, valiente entre
los treinta, y más que los treinta; Jeremías, Jahaziel, Johanán, Jozabad
gederatita, 5Eluzai, Jerimot, Bealías, Semarías, Sefatías harufita,
6Elcana, Isías, Azareel, Joezer y Jasobeam, coreítas, 7y Joela
y Zebadías hijos de Jeroham de Gedor. 8También de los de Gad huyeron y
fueron a David, al lugar fuerte en el desierto, hombres de guerra muy valientes
para pelear, diestros con escudo y pavés; sus rostros eran como rostros de
leones, y eran ligeros como las gacelas sobre las montañas. 9Ezer el
primero, Obadías el segundo, Eliab el tercero, 10Mismana el cuarto,
Jeremías el quinto, 11Atai el sexto, Eliel el séptimo, 12Johanán
el octavo, Elzabad el noveno, 13Jeremías el décimo y Macbanai el
undécimo. 14Estos fueron capitanes del ejército de los hijos de Gad.
El menor tenía cargo de cien hombres, y el mayor de mil. 15Estos pasaron el Jordán en el mes primero, cuando se había desbordado por todas sus riberas; e hicieron huir
a todos los de los valles al oriente y al poniente.” (1Cron. 12:1-15)
A pesar que
estudiaremos más detenido lo que debemos hacer en los valles cuando veamos cada
uno de los valles que menciona las Sagradas Escrituras, a continuación pongamos
varias obras que debemos hacer en los valles:
Hay que glorificar
a Dios en los valles
“4Se destruyó, cayó la tierra; enfermó, cayó el mundo; enfermaron los altos
pueblos de la tierra. 5Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno. 6Por esta causa la maldición
consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron
los hombres. 7Se perdió el
vino, enfermó la vid, gimieron todos los que eran alegres de corazón. 8Cesó
el regocijo de los panderos, se acabó el estruendo de los que se alegran, cesó
la alegría del arpa. 9No beberán vino con cantar; la sidra les será amarga a los que la bebieren. 10Quebrantada
está la ciudad por la vanidad; toda casa se ha cerrado, para que no entre
nadie. 11Hay clamores por falta de vino en las calles; todo gozo se
oscureció, se desterró la alegría de la tierra. 12La ciudad quedó
desolada, y con ruina fue derribada la puerta. 13Porque así será en medio de la tierra, en medio de los
pueblos, como olivo sacudido, como rebuscos después de la vendimia. 14Estos alzarán
su voz,
cantarán gozosos por la grandeza de Jesús; desde el mar darán voces. 15Glorificad por
esto a Jesús en los valles; en las orillas del mar sea nombrado Jesús Dios
de Israel.
16De lo postrero de la tierra oímos cánticos: Gloria al justo.
Y yo dije: ¡Mi desdicha, mi desdicha, ay de mí! Prevaricadores han prevaricado;
y han prevaricado con prevaricación de desleales.” (Isa. 24:9-16)
En los valles
debemos hacer juicio y librar al oprimido de manos del opresor, para que la ira
de Jesús no salga como fuego y se encienda y no haya quien la apague, por la
maldad.
“11Y a la casa del rey de Judá dirás: Oíd palabra de Jesús: 12Casa de
David, así dijo Jesús: Haced de mañana juicio, y librad al oprimido
de mano del opresor, para que mi ira no
salga como fuego, y se encienda y no haya quien lo
apague, por la maldad de vuestras obras. 13He aquí yo estoy
contra ti, moradora del valle, y de la piedra de la llanura, dice Jesús; los
que decís: ¿Quién subirá contra nosotros, y quién entrará en nuestras moradas? 14Yo os castigaré conforme al fruto de vuestras obras, dice Jesús, y haré encender fuego en su bosque, y consumirá todo
lo que está alrededor de él.” (Jer. 21:11-14)
El proceder en
los valles fue el de torcer el camino haciéndose ídolos a los cuales les llamaban
padre mío, y también se dedicaban a la prostitución, por esto sus ciudades
quedaron sin moradores
“14¿Es Israel siervo? ¿Es esclavo? ¿Por qué ha venido a
ser presa? 15Los cachorros del león
rugieron contra él, alzaron su voz, y asolaron su tierra; quemadas están sus ciudades, sin morador. 16Aun los hijos de
Menfis y de Tafnes te quebrantaron la coronilla. 17¿No te acarreó
esto el haber dejado a Jesús tu Dios, cuando te conducía por el camino? 18Ahora,
pues, ¿qué tienes tú en el camino de Egipto, para que bebas agua del Nilo? ¿Y
qué tienes tú en el camino de Asiria, para que bebas agua del Éufrates? 19Tu maldad te castigará, y
tus rebeldías te
condenarán; sabe, pues, y ve cuán malo y amargo es el haber dejado tú a Jesús tu Dios, y faltar mi temor en ti, dice el Señor, Jesús de los ejércitos. 20Porque desde muy atrás
rompiste tu yugo y tus ataduras, y dijiste: No serviré. Con todo eso, sobre
todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso te echabas como ramera. 21Te
planté de vid escogida, simiente verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has
vuelto sarmiento de vid extraña? 22Aunque te laves con lejía, y
amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí,
dijo Jesús el Señor. 23¿Cómo puedes decir: No soy inmunda, nunca anduve tras los baales? Mira tu proceder
en el valle,
conoce lo que has hecho, dromedaria
ligera que tuerce su camino, 24asna montés acostumbrada al desierto, que en su ardor olfatea el viento. De su lujuria, ¿quién
la detendrá? Todos los que la buscaren no se fatigarán, porque en el tiempo de su celo la hallarán.
25Guarda tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas
dijiste: No hay remedio en ninguna manera, porque a extraños he amado, y tras
ellos he de ir. 26Como se avergüenza el ladrón cuando es descubierto, así
se avergonzará la casa de Israel, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas, 27que dicen a un leño: Mi padre eres tú; y a una piedra: Tú me has
engendrado. Porque me volvieron la cerviz, y no el rostro; y en el tiempo de su calamidad dicen: Levántate, y líbranos. 28¿Y
dónde están tus dioses que hiciste para ti? Levántense ellos, a ver si te podrán librar en el tiempo de tu aflicción; porque según
el número de tus ciudades, oh Judá, fueron tus dioses.” (Jer. 2:14-28)
Debemos aclarar
que la prostitución en Israel no es un hecho del pasado, esto se dijo en el
2010 y 2012 respecto a la prostitución en Israel.
“Según datos del reporte anual hecho por la Knéset sobre el tema, hay en
Israel cerca de 10 mil prostitutas en el 2010 en
el 2012 se dice que son 15.000 de los cuales 5.000 son menores, que
trabajan en más de 400 prostíbulos a lo largo del país, pero principalmente en
la zona centro, en Tel Aviv y sus alrededores. Y como tema aún más preocupante,
es el tráfico de sexo hacia Israel. Según este mismo reporte, en los últimos
años entre 3000 y 5000 mujeres, muchas de ellas menores de edad, han sido
“ingresadas” ilegalmente a Israel, y son “vendidas” a la fuerte industria de la
prostitución de Israel, que se cree mueve cifras de más de un billón de dólares
al año en el 2010 y
en el 2012 es más de 2.4 billones de dólares. Muchas de estas “esclavas del
sexo”, traficadas a Israel desde Egipto, hacen largos recorridos por la
frontera en camellos, y muchas veces los compradores “prueban la mercancía”
antes de comprarla. Ellas son comercializadas por un valor que varía según las
“cualidades de la mercancía” entre $8.000 a $10.000 dólares. Y cuando llegan a
sus trabajos, las obligan a trabajar hasta 18 horas al día. Según los reportes
de la Knéset, las prostitutas que son “propiedad” de los traficantes de
mujeres, cobran cerca de 200 shékels a sus clientes, pero de este dinero, ellas
reciben solamente algo más de 30 shékels, mientras sus proxenetas se quedan con
el resto del dinero. Estos “dueños de mujeres” cobran así el pago que hicieron
al “comprarlas”, pero la situación es tan cruda con estas “esclavas sexuales”
que muchas veces son “revendidas” y deben entonces seguir “pagando” su
propiedad al nuevo dueño.” (La
prostitución en Israel)
La aflicción es
para los idolatras
“1Perece el justo, y no hay quien piense en ello; y los piadosos mueren, y no hay quien entienda que
de delante de la aflicción es quitado el justo. 2Entrará en la paz; descansarán en sus lechos todos los que andan
delante de Dios. 3Mas vosotros llegaos acá, hijos de la hechicera, generación del adúltero y de la
fornicaria. 4¿De quién
os habéis burlado? ¿Contra quién ensanchasteis la boca, y alargasteis la
lengua? ¿No sois vosotros hijos rebeldes, generación mentirosa, 5que os enfervorizáis con los ídolos debajo de todo árbol frondoso, que sacrificáis los hijos en los valles, debajo de los peñascos? 6En las
piedras lisas del valle está tu parte; ellas, ellas son tu suerte; y a ellas
derramaste libación, y ofreciste presente. ¿No habré de castigar estas cosas?
7Sobre el monte alto y empinado pusiste tu cama; allí también subiste a
hacer sacrificio. 8Y tras la puerta y el umbral pusiste tu recuerdo;
porque a otro, y no a mí, te descubriste, y subiste, y ensanchaste tu cama, e hiciste con ellos pacto; amaste su cama dondequiera que la veías. 9Y fuiste
al rey con ungüento, y multiplicaste tus perfumes, y enviaste tus embajadores
lejos, y te abatiste hasta la profundidad del Seol. 10En la multitud
de tus caminos te cansaste, pero no dijiste: No hay remedio; hallaste nuevo
vigor en tu mano, por tanto, no te desalentaste. 11¿Y de quién te asustaste y temiste,
que has faltado a la fe, y no te has acordado de mí, ni te vino al pensamiento?
¿No he guardado silencio
desde tiempos
antiguos, y nunca me has temido? 12Yo
publicaré tu justicia y tus obras, que no te aprovecharán. 13Cuando clames,
que te libren tus ídolos; pero a todos ellos llevará el viento, un soplo los arrebatará; mas
el que en mí confía tendrá la tierra por
heredad, y poseerá mi santo monte. 14Y dirá:
Allanad, allanad; barred el camino, quitad los tropiezos del camino de mi pueblo. 15Porque así dijo el Alto y Sublime,
el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y
la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el
espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. 16Porque
no contenderé para siempre, ni para siempre me enojaré; pues decaería ante mí
el espíritu, y las almas que yo he creado. 17Por la iniquidad de su codicia
me enojé, y le herí, escondí mi rostro y me indigné; y
él siguió rebelde por el camino de su corazón.
18He
visto sus caminos; pero le sanaré, y le pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus
enlutados; 19produciré fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y
al cercano, dijo Jesús; y lo sanaré. 20Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas
arrojan cieno y lodo. 21No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos.” (Isa. 57:1-21)
También la aflicción
es para los que practican la maldad
“1Aconteció
en el año undécimo, en el mes tercero, el día primero del mes, que vino a mí
palabra de Jesús, diciendo: 2Hijo de hombre, di a
Faraón rey de Egipto, y a su pueblo: ¿A quién te comparaste
en tu grandeza? 3He aquí era el asirio cedro en el Líbano, de hermosas ramas, de
frondoso ramaje y de grande altura, y su copa estaba entre densas ramas. 4Las
aguas lo hicieron crecer, lo encumbró el abismo; sus ríos corrían alrededor de
su pie, y a todos los árboles del campo enviaba sus corrientes. 5Por
tanto, se encumbró su altura sobre todos los árboles del campo, y se
multiplicaron sus ramas, y a causa de las muchas aguas se alargó su ramaje que
había echado. 6En sus ramas hacían nido todas las aves del cielo, y
debajo de su ramaje parían todas las bestias del campo, y a su sombra habitaban
muchas naciones. 7Se hizo, pues, hermoso en su grandeza con la
extensión de sus ramas; porque su raíz estaba junto a muchas aguas. 8Los
cedros no lo cubrieron en el huerto de Dios; las hayas no fueron semejantes a
sus ramas, ni los castaños fueron semejantes a su ramaje; ningún árbol en el
huerto de Dios fue semejante a él en su hermosura. 9Lo hice hermoso con la multitud de sus ramas; y todos los árboles del Edén, que estaban en el huerto de Dios, tuvieron de él envidia. 10Por tanto, así dijo Jesús el Señor:
Ya que por ser encumbrado en altura, y haber levantado su cumbre entre densas
ramas, su corazón se elevó con su altura, 11yo lo entregaré en manos
del poderoso de las naciones, que de cierto
le tratará según su maldad. Yo lo he desechado. 12Y lo
destruirán extranjeros, los poderosos de las naciones, y lo derribarán; sus ramas
caerán sobre los montes y por todos los valles, y por todos los arroyos de la tierra será quebrado su ramaje; y se irán de su
sombra todos los pueblos de la tierra, y lo dejarán. 13Sobre su ruina
habitarán todas las aves del cielo, y sobre sus ramas estarán todas las bestias
del campo, 14para que no se exalten en su altura todos los árboles
que crecen junto a las aguas, ni levanten su copa entre la espesura, ni confíen
en su altura todos los que beben aguas; porque todos están destinados a muerte,
a lo profundo de la tierra, entre los hijos de los hombres, con los que
descienden a la fosa. 15Así ha dicho Jesús el Señor: El día que
descendió al Seol, hice hacer luto, hice cubrir por él el abismo, y detuve sus
ríos, y las muchas aguas fueron detenidas; al Líbano cubrí de tinieblas por él,
y todos los árboles del campo se desmayaron. 16Del estruendo de su
caída hice temblar a las naciones, cuando las hice descender al Seol con todos
los que descienden a la sepultura; y todos los árboles escogidos del Edén, y
los mejores del Líbano, todos los que beben aguas, fueron consolados en lo profundo
de la tierra. 17También ellos descendieron con él al Seol, con los
muertos a espada, los que fueron su brazo, los que estuvieron a su sombra en
medio de las naciones. 18¿A quién te has comparado así en gloria y
en grandeza entre los árboles del Edén? Pues derribado serás con los árboles
del Edén en lo profundo de la tierra; entre los incircuncisos yacerás, con los
muertos a espada. Este es Faraón y todo su pueblo, dice Jesús el Señor.” (Eze. 31:1-18)
“1Aconteció en
el año duodécimo, en el mes duodécimo, el día primero del mes, que vino a mí
palabra de Jesús, diciendo: 2Hijo de hombre, levanta endechas sobre
Faraón rey de Egipto, y dile: A leoncillo de naciones eres semejante, y eres
como el dragón en los mares; pues secabas tus ríos, y enturbiabas las aguas con
tus pies, y hollabas sus riberas. 3Así ha dicho Jesús el Señor: Yo extenderé sobre ti mi red con reunión de muchos pueblos, y te harán subir con mi red. 4Y te dejaré en tierra, te echaré sobre la faz del campo, y haré posar sobre ti todas las aves del cielo, y saciaré de ti a las fieras de toda la tierra. 5Pondré tus carnes
sobre los montes, y llenaré los valles de tus cadáveres. 6Y regaré
de tu sangre la tierra donde nadas, hasta los montes; y los arroyos se llenarán
de ti. 7Y cuando te haya extinguido, cubriré los cielos, y haré
entenebrecer sus estrellas; el sol cubriré con nublado, y la luna no hará
resplandecer su luz. 8Haré entenebrecer todos los astros brillantes
del cielo por ti, y pondré tinieblas sobre tu tierra, dice Jesús el Señor. 9Y entristeceré el corazón de muchos
pueblos, cuando lleve al cautiverio a los tuyos entre las naciones, por las
tierras que no conociste. 10Y dejaré atónitos por ti a muchos pueblos,
y sus reyes tendrán horror grande a causa de ti, cuando haga resplandecer mi
espada delante de sus rostros; y todos se sobresaltarán en sus ánimos a cada
momento en el día de tu caída. 11Porque así ha dicho Jesús el
Señor: La espada del rey de Babilonia vendrá sobre ti. 12Con espadas
de fuertes haré caer tu pueblo; todos ellos serán los poderosos de las
naciones; y destruirán la soberbia de Egipto, y toda su multitud será deshecha.
13Todas sus bestias destruiré de sobre las muchas aguas; ni más las
enturbiará pie de hombre, ni pezuña de bestia las enturbiará. 14Entonces
haré asentarse sus aguas, y haré correr sus ríos como aceite, dice Jesús el
Señor. 15Cuando asuele la tierra de Egipto, y la tierra quede
despojada de todo cuanto en ella hay, cuando mate a todos los que en ella
moran, sabrán que yo soy Jesús. 16Esta es la endecha, y la
cantarán; las hijas de las naciones la cantarán; endecharán sobre Egipto y
sobre toda su multitud, dice Jesús el Señor.” (Eze. 32:1-16)
“3Y él fue por toda la región contigua al Jordán, predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados, 4como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías, que dice: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; Enderezad sus
sendas. 5Todo valle se rellenará, Y se bajará todo monte y collado;
Los caminos torcidos serán enderezados, Y los caminos ásperos allanados; 6Y
verá toda carne la salvación de Dios.” (Luc. 3:3-6)
Dios se comporta
con misericordia a pesar que sea en un tiempo son como bestias
“7De las misericordias de Jesús haré memoria, de las
alabanzas de Jesús, conforme a todo lo que Jesús nos ha dado, y de la
grandeza de sus beneficios hacia la casa de Israel, que les ha hecho según sus
misericordias, y según la multitud de sus piedades. 8Porque dijo: Ciertamente mi pueblo son, hijos que no mienten; y fue
su Salvador. 9En toda angustia
de ellos él fue angustiado, y el ángel de su faz los salvó; en su amor y en su
clemencia los redimió, y los trajo, y los levantó todos los días de la
antigüedad. 10Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo
espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos. 11Pero se acordó de los
días antiguos, de Moisés y de su pueblo, diciendo: ¿Dónde está el que les hizo
subir del mar con el pastor de su rebaño? ¿dónde el que puso en medio de él su
santo espíritu, 12el que los guío por la diestra de Moisés con el
brazo de su gloria; el que dividió las aguas delante de ellos, haciéndose así
nombre perpetuo, 13el que los condujo por los abismos, como un
caballo por el desierto, sin que tropezaran? 14El Espíritu de Jesús los pastoreó, como a una bestia
que desciende al valle; así pastoreaste a tu
pueblo,
para hacerte nombre glorioso.” (Isa. 63:7-14)
Estarán los que escapen
de la destrucción en los montes gimiendo como palomas de los valles por sus
iniquidad.
“10He aquí el día, he aquí que viene;
ha salido la mañana; ha florecido la vara, ha reverdecido la soberbia. 11La violencia se ha levantado en vara de maldad; ninguno quedará de ellos, ni de su multitud, ni uno de los suyos, ni habrá entre
ellos quien se lamente. 12El tiempo ha venido, se acercó el día; el que compra, no se alegre, y el que vende, no llore, porque la ira
está sobre toda la multitud. 13Porque
el que vende no
volverá a lo vendido, aunque queden vivos; porque la visión sobre toda la multitud no se revocará,
y a causa de su iniquidad ninguno podrá amparar su vida. 14Tocarán trompeta, y prepararán todas las cosas, y no habrá quien vaya a la batalla; porque mi ira está sobre toda la multitud. 15De fuera espada, de dentro pestilencia y hambre; el que esté en el campo
morirá a espada, y al que esté en la ciudad
lo consumirá el hambre y la pestilencia. 16Y
los que escapen de ellos huirán y estarán sobre los montes
como palomas
de los valles, gimiendo todos, cada uno por su iniquidad. 17Toda mano se
debilitará, y toda rodilla será débil como el agua. 18Se
ceñirán también de cilicio, y les cubrirá terror; en todo rostro habrá
vergüenza, y todas sus cabezas estarán rapadas. 19Arrojarán su plata
en las calles, y su oro será desechado; ni su plata ni su oro podrá librarlos
en el día del furor de Jesús; no saciarán su alma, ni llenarán sus entrañas,
porque ha sido tropiezo para su maldad. 20Por cuanto convirtieron la
gloria de su ornamento en soberbia, e hicieron de ello las imágenes de sus
abominables ídolos, por eso se lo convertí en cosa repugnante. 21En
mano de extraños la entregué para ser saqueada, y será presa de los impíos de
la tierra, y la profanarán. 22Y apartaré de ellos mi rostro, y será
violado mi lugar secreto; pues entrarán en él invasores y lo profanarán. 23Haz
una cadena, porque la tierra está llena de delitos de sangre, y la ciudad está
llena de violencia. 24Traeré, por tanto, los más perversos de las
naciones, los cuales poseerán las casas de ellos; y haré cesar la soberbia de
los poderosos, y sus santuarios serán profanados. 25Destrucción
viene; y buscarán la paz, y no la habrá. 26Quebrantamiento vendrá
sobre quebrantamiento, y habrá rumor sobre rumor; y buscarán respuesta del
profeta, más la ley se alejará del sacerdote, y de los ancianos el consejo. 27El rey se enlutará, y el príncipe se vestirá de tristeza, y las manos del pueblo de la tierra temblarán; según
su camino haré
con ellos, y con los juicios de ellos los juzgaré; y sabrán que yo soy Jesús.” (Eze. 7:10-27)
“1Jesús
es mi pastor; nada me faltará. 2En lugares de delicados pastos me
hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. 3Confortará
mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. 4Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú
estarás conmigo; Tu vara y tu
cayado me infundirán aliento.” (Sal. 23:1-4)
Para que conozcan
que Jesús es un Dios no solo en los montes, sino también en los valles con
pocos hombres Israel que parecían a dos rebañuelos de cabras frente a los sirios
que llenaban la tierra, estos Israelitas mataron de los sirios en un solo día a
cien mil hombres de a pie.
“19Salieron, pues, de la ciudad los
siervos de los príncipes de las provincias, y en pos de ellos el ejército. 20Y
mató cada uno al que venía contra él; y huyeron
los sirios,
siguiéndoles los de Israel. Y el
rey de Siria, Ben-adad, se escapó en un caballo con alguna gente de caballería.
21Y salió el rey de Israel, e hirió la gente de a caballo, y los
carros, y deshizo a los sirios causándoles gran estrago. 22Vino
luego el profeta al rey de Israel y le dijo: Ve, fortalécete, y considera y
mira lo que hagas; porque pasado un año, el rey de Siria vendrá contra ti. 23Y los siervos del rey de Siria le
dijeron: Sus dioses son dioses de los montes, por eso nos han vencido; más si
peleáremos con ellos en la llanura, se verá si no los vencemos. 24Haz,
pues, así: Saca a los reyes cada uno de su puesto, y pon capitanes en lugar de
ellos. 25Y tú fórmate otro ejército como el ejército que perdiste,
caballo por caballo, y carro por carro; luego pelearemos con ellos en campo
raso, y veremos si no los vencemos. Y él les dio oído, y lo hizo así. 26Pasado un año, Ben-adad pasó revista
al ejército de los sirios, y vino a Afec para pelear contra Israel.
27Los hijos de Israel fueron también inspeccionados, y tomando
provisiones fueron al encuentro de ellos; y
acamparon los hijos de Israel delante de ellos como dos rebañuelos
de cabras, y los sirios llenaban la tierra. 28Vino entonces
el varón de Dios al rey de Israel, y le habló diciendo: Así dijo Jesús: Por cuanto los sirios han dicho: Jesús
es Dios de
los montes,
y no Dios de
los valles,
yo entregaré toda esta gran multitud en tu mano, para que conozcáis que yo soy Jesús. 29Siete días estuvieron
acampados los unos frente a los otros, y al séptimo día se dio la batalla; y los hijos de Israel mataron de los sirios en un solo día
cien mil hombres de a pie. 30Los demás huyeron a
Afec, a la ciudad; y el muro cayó sobre veintisiete mil hombres que habían
quedado. También Ben-adad vino huyendo a la ciudad, y se escondía de aposento
en aposento.” (1Rey.
20:19-30)
En este valle
Jesús se volvió del ardor de su ira cuando apedrearon y quemaron todo las
cosas impuras, es decir al que metía en problemas al pueblo de Israel con su
impiedad.
“22Josué entonces envió mensajeros, los
cuales fueron corriendo a la tienda; y he aquí estaba escondido en su tienda, y
el dinero debajo de ello. 23Y tomándolo de en medio de la tienda, lo
trajeron a Josué y a todos los hijos de Israel, y lo pusieron delante de
Jesús. 24Entonces Josué, y todo Israel con él, tomaron a Acán hijo de Zera, el dinero, el manto, el lingote de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes, sus asnos, sus ovejas, su tienda y todo cuanto tenía, y
lo llevaron todo al valle de Acor. 25Y le
dijo Josué: ¿Por qué nos has turbado? Túrbete Jesús en este día. Y todos los israelitas los apedrearon, y los
quemaron después de apedrearlos. 26Y levantaron sobre él un gran montón de
piedras, que permanece hasta hoy. Y Jesús se volvió del ardor de su ira. Y por
esto aquel lugar se llama el Valle de Acor, hasta hoy.” (Jos. 7:24-26)
El valle de Acor
fue dado en posesión a la tribu de Judá, en los tiempos de Josué.
“1La parte que tocó en suerte a la tribu de los hijos de Judá, conforme a sus familias, llegaba hasta la frontera de Edom, teniendo el desierto
de Zin al sur como extremo meridional. 2Y su límite por el lado del sur
fue desde la costa del Mar Salado, desde la bahía que mira hacia el sur; 3y
salía hacia el sur de la subida de Acrabim, pasando hasta Zin; y subiendo por
el sur hasta Cades-barnea, pasaba a Hezrón, y subiendo por Adar daba vuelta a
Carca. 4De allí pasaba a Asmón, y salía al arroyo de Egipto, y
terminaba en el mar. Este, pues, os será el límite del sur. 5El
límite oriental es el Mar Salado hasta la desembocadura del Jordán. Y el límite
del lado del norte, desde la bahía del mar en la desembocadura del Jordán;
6y sube este límite por Bet-hogla, y pasa al norte de Bet-arabá, y de
aquí sube a la piedra de Bohán hijo de Rubén. 7Luego sube a Debir desde el valle de Acor; y al norte mira sobre
Gilgal, que está enfrente de la subida de Adumín, que está al sur del arroyo; y
pasa hasta las aguas de En-semes, y sale a la fuente de Rogel.” (Jos.
15:1-7)
El Profeta Isaías
oyó de Jesús que este valle es dado en posesión al pueblo que busco a
Jesús, al resto de personas que se olvidan del santo monte de Dios, que ponen
mesa para la fortuna,… Dios les destina a la espada ya que igual que Acán no
oyó el llamado de Dios, estos dejan a Jesús y no oyen su llamado, sino que hacen lo malo delante de los ojos de Jesús.
“8Así ha dicho Jesús: Como si alguno hallase mosto en un racimo, y dijese: No lo
desperdicies, porque bendición hay en él; así haré yo por mis siervos, que no lo
destruiré todo. 9Sacaré descendencia de Jacob, y de Judá heredero de mis montes; y mis escogidos poseerán por heredad la tierra, y mis siervos habitarán allí.
10Y
será Sarón para
habitación de ovejas, y el valle de Acor para majada de vacas, para mi pueblo que me buscó. 11Pero
vosotros los que dejáis a Jesús, que olvidáis mi santo monte, que ponéis mesa para la Fortuna, y suministráis libaciones para el Destino; 12yo
también os destinaré a la espada, y todos vosotros os arrodillaréis al degolladero, por cuanto llamé, y no respondisteis; hablé, y no
oísteis, sino que hicisteis lo malo delante de mis ojos, y escogisteis lo que me desagrada. 13Por
tanto, así dijo Jesús el Señor: He aquí que mis siervos comerán, y vosotros
tendréis hambre; he aquí que mis siervos beberán, y vosotros tendréis sed; he
aquí que mis siervos se alegrarán, y vosotros seréis avergonzados; 14he
aquí que mis siervos cantarán por júbilo del corazón, y vosotros clamaréis por
el dolor del corazón, y por el quebrantamiento de espíritu aullaréis. 15Y
dejaréis vuestro nombre por maldición a mis escogidos, y Jesús el Señor te
matará, y a sus siervos llamará por otro nombre. 16El que se
bendijere en la tierra, en el Dios de verdad se bendecirá; y el que jurare en
la tierra, por el Dios de verdad jurará; porque las angustias primeras serán
olvidadas, y serán cubiertas de mis ojos.” (Isa. 65:8-16)
El valle de Acor
es puesto por puerta de esperanza para los que son llevados al desierto donde
Jesús hablara a su corazón para que canten como en los días de su juventud
para tener de ellos misericordia para siempre, en aquel tiempo Dios quitara de
la boca los nombres de los baales, y nunca
más se mencionarán sus nombres, también en aquel tiempo hace pacto con las
bestias del campo, con las aves del cielo y con las serpientes de la tierra; y
quita de la tierra arco y espada y guerra, y le hace dormir en lugar seguro a
su pueblo.
“1Decid a
vuestros hermanos: Ammi; y a vuestras hermanas: Ruhama. 2Contended con vuestra madre, contended; porque ella no es mi mujer, ni yo su marido; aparte, pues, sus
fornicaciones de su rostro, y sus adulterios de entre sus pechos; 3no
sea que yo la despoje y desnude, la ponga como el día en que nació, la haga
como un desierto, la deje como tierra seca, y la mate de sed. 4Ni
tendré misericordia de sus hijos, porque son hijos de prostitución. 5Porque
su madre se prostituyó; la que los dio a luz se deshonró, porque dijo: Iré tras
mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi
bebida. 6Por tanto, he aquí yo rodearé de espinos su camino, y la cercaré con
seto, y no hallará sus caminos. 7Seguirá a sus amantes, y no los alcanzará; los buscará, y
no los hallará. Entonces dirá: Iré y me volveré a mi primer marido; porque mejor me iba entonces que
ahora. 8Y ella no reconoció que yo le daba el trigo, el vino y
el aceite, y que le multipliqué la plata y el oro que ofrecían a Baal. 9Por
tanto, yo volveré y tomaré mi trigo a su tiempo, y mi vino a su sazón, y
quitaré mi lana y mi lino que había dado para cubrir su desnudez. 10Y
ahora descubriré yo su locura delante de los ojos de sus amantes, y nadie la
librará de mi mano. 11Haré cesar todo su gozo, sus fiestas, sus
nuevas lunas y sus días de reposo, y todas sus festividades. 12Y
haré talar sus vides y sus higueras, de las cuales dijo: Mi salario son,
salario que me han dado mis amantes. Y las reduciré a un matorral, y las
comerán las bestias del campo. 13Y la castigaré por los días
en que incensaba a los baales, y se adornaba de
sus zarcillos y
de sus joyeles,
y se iba tras sus amantes y se olvidaba de mí, dice Jesús. 14Pero he aquí que yo la
atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón. 15Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el
día de su subida de la tierra de Egipto. 16En aquel tiempo, dice Jesús, me llamarás Ishi, y nunca más me llamarás Baali. 17Porque quitaré de su boca los
nombres de los baales, y nunca más se mencionarán sus nombres. 18En
aquel tiempo haré para ti pacto con las bestias del campo, con las aves del
cielo y con las serpientes de la tierra; y quitaré de la tierra arco y espada y
guerra, y te haré dormir segura. 19Y
te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. 20Y
te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jesús. 21En aquel tiempo responderé, dice Jesús, yo responderé a
los cielos,
y ellos responderán a la tierra. 22Y la tierra responderá al trigo, al vino y al aceite, y ellos
responderán a Jezreel. 23Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá:
Dios mío.” (Oseas 2:1-23)
Observe en este
valle que mientras por el un lado Dios destruye al impío por el otro lado
purifica a su pueblo, cumpliendo lo que está escrito en la siguiente porción de
las Sagradas Escrituras:
“8Y acontecerá en toda la tierra, dice Jesús, que las dos terceras partes serán
cortadas en ella, y se perderán; más la tercera quedará en ella. 9Y
meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré
como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y
diré: Pueblo mío; y él dirá: Jesús es mi Dios.” (Zac. 13:8-9)
Josué en este
valle pide a Dios que se detenga la luna y en Gabaón el Sol y Dios le oyó, ya que el sol se detuvo y la luna se
paró, Hasta que la gente de Israel se
hubo vengado de sus enemigos los amorreos, también en esta batalla Jesús
mando piedras de granizo sobre los amorreos y fueron más las piedras de granizo
los que murieron que por los hijos de Israel.
“11Y mientras iban huyendo de los
israelitas, a la bajada de Bet-horón, Jesús arrojó desde el cielo grandes piedras sobre ellos hasta Azeca, y murieron; y fueron más los que murieron por las piedras del granizo, que los que los
hijos de Israel mataron a espada. 12Entonces Josué habló a Jesús el día
en que Jesús entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en
presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón; Y tú, luna, en el valle de Ajalón. 13Y el sol se detuvo y la luna se paró, Hasta que la gente se hubo vengado de
sus enemigos. ¿No está escrito esto en el libro de Jaser? Y el sol se paró en
medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero. 14Y no
hubo día como aquel, ni antes ni después de él, habiendo atendido Jesús a la
voz de un hombre; porque Jesús peleaba por Israel.” (Jos. 10:12-14)
¿Por qué Dios
permitió caer al amorreo delante de Josué y su ejército? Lo hizo porque en esos
tiempos la maldad de ellos había llegado a los límites, entre una de sus
maldades que hacían era que tenían a otros dioses y no a Jesús, veámoslo:
“13Entonces
Jesús dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena,
y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. 14Mas
también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán
con gran riqueza. 15Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás
sepultado en buena vejez. 16Y en la cuarta
generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.” (Gén.
15:13-16)
Veamos
que una de las maldades de los amorreos era la idolatría:
“11Guarda lo que yo te mando hoy; he aquí
que yo echo de delante de tu presencia al amorreo, al cananeo, al heteo, al
ferezeo, al heveo y al jebuseo. 12Guárdate de hacer alianza con los moradores de la tierra donde has de
entrar, para que no sean tropezadero en medio de ti. 13Derribaréis
sus altares,
y quebraréis sus estatuas, y cortaréis sus imágenes
de Asera. 14Porque no te has de inclinar a ningún otro
dios, pues Jesús, cuyo nombre es
Celoso, Dios celoso
es.” (Exo. 34:11-14)
“25(A la verdad ninguno fue como Acab,
que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jesús; porque Jezabel su
mujer lo incitaba. 26El fue en gran manera abominable, caminando en pos de los
ídolos,
conforme a todo lo que hicieron los amorreos,
a los cuales lanzó Jesús de delante de los hijos de Israel.)” (1Rey. 21:25-26)
Hay que
aclarar aquí que los Israelitas no buscaron la guerra a los amorreos sino que
desde los tiempos de Moisés ellos le buscaron guerra, veamos:
“21Entonces envió Israel embajadores a
Sehón rey de los amorreos, diciendo: 22Pasaré por tu tierra; no nos
iremos por los sembrados, ni por las viñas; no beberemos las aguas de los
pozos; por el camino real iremos, hasta que pasemos tu territorio. 23Mas Sehón no dejó pasar a Israel por su territorio, sino que
juntó Sehón todo
su pueblo y
salió contra Israel en el desierto, y vino a Jahaza
y peleó contra Israel. 24Y lo hirió Israel a filo de
espada, y tomó su tierra desde Arnón hasta Jaboc, hasta los hijos de Amón;
porque la frontera de los hijos de Amón era fuerte. 25Y tomó Israel
todas estas ciudades, y habitó Israel en todas las ciudades del amorreo, en
Hesbón y en todas sus aldeas. 26Porque Hesbón era la ciudad de Sehón
rey de los amorreos, el cual había tenido guerra antes con el rey de Moab, y
tomado de su poder toda su tierra hasta Arnón.” (Núm. 21:21-26)
Por otro lado,
Recuerde que el único que puede tener el Sol es Jesús para que no salga como
está registrado en el libro de Job, veamos:
“7El manda al sol, y no sale; Y sella las estrellas;” (Job. 9:7)
“8buscad al que hace las Pléyades y el Orión, y
vuelve las tinieblas en mañana, y
hace oscurecer el día como noche; el que llama a las aguas del mar, y las
derrama sobre la faz de la tierra; Jesús es su nombre” (Amos. 5:7-8)
Prueba la NASA que
el sol se detuvo un día en comparación a la rotación de los astros.
“Hace unos poco años atrás la NASA
confirmó con su poderosa computadora falta aproximadamente 1 día en el
Universo, algo que solo leemos en la Biblia,
específicamente en el libro de Josué, donde Dios detiene
el tiempo, están involucradas personas de alto nivel científico, político con nombre y
apellido, el texto publicado es el siguiente:
"Sabía usted que el programa Espacial de la NASA en los Estados Unidos
recientemente comprobó la veracidad de un hecho en la BIBLIA la cual se le
había considerado como un mito?... El señor Harold Hill, presidente de la
compañía automotora Curtis de Baltimore, Maryland y consejero del programa
espacial, relata el siguiente suceso: Una de las cosas más asombrosas que DIOS
ha hecho entre nosotros sucedió recientemente con nuestros astronautas y
científicos espaciales en Green Belt, Maryland. Estaban verificando la posición
del sol, la luna y los planetas para saber dónde se encontrarían dentro de cien
años y en los próximos mil años. Es indispensable saber esto para poder enviar
satélites al espacio y evitar que choque con algo una vez que han entrado en
órbita. Se debe proyectar la órbita en términos de la vida del satélite y saber
la posición de los planetas para que no destruyan los satélites. Se hizo que la
computadora corriera a través de los siglos y de repente se detuvo. La
computadora empezó a dar una señal roja de alerta indicando que había algún
error en la información con la que había sido alimentada o con los resultados
al ser comparados con las normas establecidas. Decidieron entonces llamar a la
oficina de mantenimiento para revisarla; los técnicos encontraron que la
computadora estaba en perfectas condiciones. El director de operaciones de IBM
pregunto cuál era el problema y para su sorpresa la respuesta fue: "Hemos
encontrado que falta un día en el universo del tiempo transcurrido en la
historia." Empezaron a rascarse la cabeza...! No había respuesta! En el
equipo había un cristiano que dijo, "Una vez escuche en un estudio bíblico
en la iglesia que el sol se detuvo." Ellos no le creyeron, pero como no
tenían ninguna respuesta, le dijeron, "Muéstranos." El entonces tomo
su BIBLIA y leyó en el libro de Josué algo bastante ridículo para alguien con
"sentido común." En ese pasaje DIOS decía a Josué: "No tengas
miedo, porque los he entregado en tus manos ninguno de ellos te podrá
resistir." Josué estaba preocupado porque el enemigo los había rodeado y
si oscurecía, el enemigo podría derrotarlos. Entonces Josué pidió al Señor que
detuviera al sol. Y así sucedió. "El sol se detuvo y la luna se paró... y
no se apresuró a ponerse casi un día entero." Los ingenieros del Programa
Espacial dijeron: "Ese es el día que falta!" Rápidamente verificaron
en la computadora retrocediendo en el tiempo a la época descrita en la BIBLIA y
descubrieron que se aproximaba mas no era el lapso de tiempo exacto. El lapso
que faltaba en la época de Josué era de 23 horas y 20 minutos, no era un día
completo. Leyeron nuevamente en la BIBLIA y allí decía: "CASI un día
entero" (Josué 10:13). Estas "palabritas" en la BIBLIA son muy
importantes. Parte del problema había sido solucionado. No obstante, faltaban
40 minutos. Esto ocasionaba un grande problema. Si no aparecían esos 40
minutos, había grandes discrepancias en los cálculos espaciales debido a que
los minutos se multiplican muchas veces en órbitas. Este cristiano recordó que
hay un lugar en la BIBLIA donde se menciona que el sol RETROCEDIO. Sus
compañeros le dijeron que estaba loco. Sin embargo, permitieron que les
mostrara en el segundo libro de Reyes, capitulo 20: 8-10, donde la BIBLIA narra
que Ezequías, quien estaba a punto de morir, fue visitado por el profeta
Isaías, el cual le dijo que no moriría. Ezequías no creyó y le pidió por tanto una
señal diciendo: "Avanzara la sombra diez grados o retrocederá diez
grados?.. Y Ezequías respondió: Fácil cosa es que la sombra decline diez grados
pero no que la sombra vuelva diez grados. Diez grados son exactamente 40
minutos. 23 horas y 20 minutos en Josué, más 40 minutos en Segunda de Reyes
completan las 24 horas que los hombres del Programa Espacial tuvieron que
añadir a la historia como el día que faltaba en el universo” (http://es.ciencia.misc.narkive.com/z1FfU9at/nasa-confirma-que-el-sol-se-detuvo)
Hay algo que
sobresale en esta historia de Josué que él hace detener al sol y no a la
tierra, esto no parece lógico si consideramos lo que nos han enseñado en las
escuelas que la tierra se mueve alrededor del sol a 30k/s o 108.000k/hora.
¿Pero es esto cierto?
Si la tierra se
mueve a esa velocidad porque cuando un avión viaja de la china a Ecuador se
hace el mimo tiempo que de regreso
Porque los satélites
que están en el espacio siempre están en el Ecuador.
Además sabias que
los GPS que utilizan los Satélites le consideran a la tierra como algo estático
y no movible para hacer sus cálculos.
Por otro lado,
sabemos que Dios reina desde Sion que está en la tierra y este no se mueve, y
si reina desde Sion que es la tierra entonces la tierra es el centro del
universo y alrededor de él se mueven los astros. (Sal. 125:1; Isa. 24.23; Miq. 4.7)
El valle de Ajalón
fue dado en posesión a la tribu de Dan
“40La séptima suerte correspondió a la tribu de los hijos de Dan conforme a sus familias. 41Y fue el territorio
de su heredad, Zora, Estaol, Ir-semes, 42Saalabín, Ajalón, Jetla, 43Elón, Timnat, Ecrón,
44Elteque, Gibetón, Baalat, 45Jehúd, Bene-berac, Gat-rimón,” (Jos. 19:40-45)
Este valle en los
días de Acaz que prevarico gravemente contra Jesús fue tomado por los
filisteos
“18Asimismo los filisteos se habían extendido
por las ciudades de la Sefela y del Neguev de Judá, y habían tomado
Bet-semes, Ajalón, Gederot, Soco con sus aldeas, Timna también con sus aldeas,
y Gimzo con sus aldeas; y habitaban en ellas. 19Porque Jesús había humillado a Judá por causa de Acaz rey de Israel, por cuanto él había actuado desenfrenadamente en Judá, y había prevaricado
gravemente contra Jesús.” (2Cron. 28:18-19)
De igual manera
que Jesús hizo con los amorreos destruyéndoles día y noche, cuando ajustaré el juicio a cordel, y a nivel la justicia manda piedras de granizo para destruirlos, mañana tras mañana noche tras
noche manda el turbión, es decir manda sobre toda la tierra granizo para barrer el refugio de la mentira, y
aguas para arrollar el escondrijo, porque Jesús se levantará como en el monte
Perazim, como en el valle de Gabaón donde hizo detener el sol se enojará; para
hacer su obra, su extraña obra, y para hacer su operación, su extraña
operación, ahora, pues, no os burléis, para que no se aprieten más vuestras
ataduras, esto es lo que profetizo el profeta Isaías sobre que le acontecerá a
toda la tierra, veámoslo:
“1¡Ay de la corona de soberbia de los ebrios de Efraín, y de la flor caduca de la hermosura de su gloria, que está sobre la cabeza del valle fértil de los
aturdidos del vino! 2He aquí, Jesús
tiene uno que es fuerte y poderoso; como turbión de granizo y como torbellino
trastornador, como ímpetu de recias aguas que inundan, con fuerza derriba a
tierra. 3Con los pies será pisoteada la corona de soberbia de los ebrios de Efraín. 4Y será la flor caduca de la hermosura de su gloria que está sobre la cabeza del valle fértil, como la fruta temprana, la primera del verano, la cual, apenas la ve el que la
mira, se la traga tan luego como la tiene a mano. 5En aquel día Jesús de los ejércitos será por corona de gloria y diadema de hermosura al remanente de su pueblo; 6y por espíritu de juicio al que se sienta
en juicio,
y por fuerzas a los que rechacen la batalla en la puerta.
7Pero también éstos erraron con el vino, y con sidra se entontecieron;
el sacerdote y el profeta erraron con sidra, fueron trastornados por el vino;
se aturdieron con la sidra, erraron en la visión, tropezaron en el juicio. 8Porque
toda mesa está llena de vómito y suciedad, hasta no haber lugar limpio. 9¿A
quién se enseñará ciencia, o a quién se hará entender doctrina? ¿A los
destetados? ¿A los arrancados de los pechos? 10Porque mandamiento
tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre
línea, un poquito allí, otro poquito allá; 11porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo, 12a los cuales él dijo: Este es el reposo; dad reposo al cansado; y
este es el refrigerio; mas no quisieron oír. 13La palabra, pues, de Jesús les será mandamiento tras mandamiento, mandato
sobre mandato,
renglón tras
renglón, línea sobre línea, un poquito allí,
otro poquito allá; hasta que vayan y caigan de espaldas, y sean quebrantados, enlazados y presos. 14Por
tanto, varones burladores que gobernáis a este pueblo que está en Jerusalén,
oíd la palabra de Jesús. 15Por cuanto habéis dicho: Pacto
tenemos hecho con la muerte, e hicimos
convenio con el Seol; cuando pase el turbión
del azote, no llegará a nosotros, porque hemos puesto nuestro refugio en la mentira, y en la falsedad nos
esconderemos; 16por tanto, Jesús el Señor dice así: He aquí que yo
he puesto en Sion
por fundamento una piedra, piedra probada, angular,
preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure.
17Y
ajustaré el juicio a cordel, y a nivel la justicia; y granizo
barrerá el refugio
de la mentira, y aguas arrollarán el escondrijo. 18Y será anulado vuestro pacto
con la muerte, y vuestro convenio con el Seol no será firme; cuando pase el turbión del azote, seréis de él pisoteados. 19Luego
que comience a pasar, él os arrebatará; porque de mañana en mañana pasará, de día y de noche; y será
ciertamente espanto el entender lo oído. 20La cama será corta para
poder estirarse, y la manta estrecha para poder envolverse. 21Porque Jesús se levantará como
en el monte Perazim,
como en el valle de Gabaón se enojará; para hacer su obra, su extraña obra, y para hacer su
operación, su extraña operación. 22Ahora, pues, no os burléis, para
que no se aprieten más vuestras ataduras; porque destrucción ya determinada sobre toda la tierra he oído del Señor, Jesús de los ejércitos. 23Estad
atentos, y oíd mi voz; atended, y oíd mi dicho. 24El que ara para
sembrar, ¿arará todo el día? ¿Romperá y quebrará los terrones de la tierra? 25Cuando
ha igualado su superficie, ¿no derrama el eneldo, siembra el comino, pone el
trigo en hileras, y la cebada en el lugar señalado, y la avena en su borde
apropiado? 26Porque su Dios le instruye, y le enseña lo recto; 27que
el eneldo no se trilla con trillo, ni sobre el comino se pasa rueda de carreta;
sino que con un palo se sacude el eneldo, y el comino con una vara. 28El
grano se trilla; pero no lo trillará para siempre, ni lo comprime con la rueda
de su carreta, ni lo quebranta con los dientes de su trillo. 29También
esto salió de Jesús de los ejércitos, para hacer maravilloso el consejo y
engrandecer la sabiduría.” (Isa.
28:1-29)
Veamos algunas imágenes del granizo variando el refugio de la mentira en la tierra:
Imágenes de E.E U.U Tennessee, Kentucky, Indiana, Ohio, Misisipí, Alabama y Virginia Occidental afectado por el turbión y el
granizo a la
fecha 23/01/2012 al 19/04/2012
Más de 100 Tornados azotaron en esta
época a Estados Unidos en solo 24 horas,…
Tornado y granizo en Texas Mayo/2013
Tornado y Granizo en Oklahoma en el 21 de Mayo del 2013
Mortal Tornado golpea a Misisipi
11/Abril/2013 (Obsérvese que primero cayo granizo y
luego un tornado)
31/Agt/2013 Cae
granizo en Acapulco luego el 15/09/2013 cae el turbión
Molestias y juegos
por granizo en Quito-Ecuador
16 de Febrero 2015
17 de abril 2015
14 Junio 2015 Fuerte granizada se registró entre Pichincha y Cotopaxi
¡ALERTA MAXIMA, habitantes de
Ecuador! Arrepiéntanse los
que tienen que arrepentirse, y barran toda la inmundicia de sus corazones y de
sus casas los ídolos, para no ser quebrantados. Aclaremos esto viendo el
siguiente párrafo de las Sagradas Escrituras:
“20Bien que os dará el Señor pan de congoja y agua de angustia, con todo, tus maestros nunca más
te serán quitados, sino que tus ojos verán a tus maestros. 21Entonces
tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por
él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda. 22Entonces
profanarás la cubierta de tus esculturas de plata, y la vestidura de tus imágenes fundidas de oro; las apartarás como trapo asqueroso; ¡Sal
fuera! les dirás. 23Entonces dará el Señor
lluvia a tu sementera, cuando siembres la tierra, y dará pan del fruto de la tierra, y será abundante
y pingüe; tus ganados en aquel tiempo serán apacentados en espaciosas dehesas. 24Tus bueyes y tus asnos que labran la
tierra comerán grano limpio, aventado con pala y criba. 25Y sobre
todo monte alto, y sobre todo collado elevado, habrá ríos y corrientes de aguas
el día de la gran matanza, cuando caerán las torres. 26Y la luz de
la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la
luz de siete días, el día que vendare Jesús la herida de su pueblo, y curare
la llaga que él causó.” (Isa.
30:20-26)
03 Junio 2015
! Volcán Cotopaxi en Ecuador entra en
posible erupción!
La erupción de este volcán causaría inundaciones
catastróficas, ya que inundaría zonas sumamente pobladas.
Este valle fue
tomado por la tribu de Judá cuando Jesús estaba con ellos.
“18Tomó también Judá a Gaza con su territorio, Ascalón con su territorio y Ecrón con su territorio. 19Y Jesús estaba con Judá, quien arrojó a los de las
montañas; mas no pudo arrojar a los que habitaban en los llanos, los cuales
tenían carros herrados.” (Jue. 1:18-20)
Sansón en este
valle mato a 30 personas cuando el Espíritu de Jesús estaba con él.
“19Y el Espíritu de Jesús vino sobre él, y
descendió a Ascalón y mató a treinta hombres de ellos; y tomando sus despojos, dio las
mudas de vestidos a los que habían explicado el enigma; y encendido en enojo se
volvió a la casa de su padre.” (Jue. 14:19)
En este valle y en
las costas del mar está la espada de Jesús para destruir a toda
filistea y a sus aliados, por lo cual toda la tierra lamentara por el sonido de los cascos de sus caballos, por el alboroto de sus carros, por el
estruendo de sus ruedas, ya que los padres no cuidaron a los hijos por la
debilidad de sus manos.
“2Así ha dicho Jesús: He aquí que suben
aguas del norte, y se harán torrente; inundarán la tierra y su plenitud, la ciudad y los moradores de ella; y los hombres clamarán, y lamentará
todo morador de la tierra. 3Por el sonido de los cascos de sus caballos, por el alboroto de
sus carros, por el estruendo de sus ruedas, los padres no
cuidaron a los hijos por la debilidad de sus manos; 4a causa
del día que viene para destrucción de todos
los filisteos, para destruir a Tiro y a Sidón todo aliado que les
queda todavía; porque Jesús destruirá a los filisteos, al resto de la costa de Caftor. 5Gaza fue rapada, Ascalón ha perecido, y
el resto de su valle; ¿hasta cuándo te sajarás? 6Oh espada de Jesús, ¿hasta cuándo
reposarás? Vuelve a tu vaina, reposa y sosiégate. 7¿Cómo reposarás?
pues Jesús te
ha enviado contra Ascalón, y contra la costa del mar, allí te puso.” (Jer. 47:2-7)
¿Cómo no ser
consumidos por la espada?
“15Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de
vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas
están de sangre vuestras manos. 16Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; 17aprended
a hacer el bien;
buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia
al huérfano, amparad a la viuda. 18Venid luego, dice Jesús, y
estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán
emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca
lana. 19Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra; 20si
no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jesús lo ha dicho.” (Isa. 1:15-19)
¿Quiénes son
juzgados con espada y fuego?
“16Porque Jesús juzgará con fuego y con su espada a todo hombre; y los muertos de Jesús serán multiplicados. 17Los que se santifican
y los que se purifican en los huertos, unos tras otros, los que comen carne de
cerdo y abominación y ratón, juntamente serán talados, dice Jesús. 18Porque
yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendrá para juntar a todas las
naciones y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria. 19Y pondré entre ellos señal,
y enviaré de los escapados de ellos a las naciones, a Tarsis, a Fut y Lud que
disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas
lejanas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones. 20Y
traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a
Jesús, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo
monte de Jerusalén, dice Jesús, al modo que los hijos de Israel traen la
ofrenda en utensilios limpios a la casa de Jesús. 21Y tomaré
también de ellos para sacerdotes y levitas, dice Jesús. 22Porque
como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de
mí, dice Jesús, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre. 23Y
de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar
delante de mí, dijo Jesús.” (Isa. 66:16-23)
¿Cuándo los
hombres sus espadas convertirán en rejas de arado?
“2Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será
confirmado el monte de la casa de Jesús como cabeza de los montes, y será
exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. 3Y
vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y
subamos al monte de Jesús, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jesús. 4Y juzgará entre
las naciones,
y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada
nación contra nación, ni se adiestrarán más para la
guerra.” (Isa. 2:2-4) Aquí considere que las rejas de arado
sirven para sacar la paja y dejar al grano limpio, pero estas rejas de arado no
quebrantan al trigo,…
¿Quiénes utilizan
sus espadas como trillos?
“1Escuchadme,
costas, y esfuércense los pueblos; acérquense, y entonces hablen; estemos
juntamente a juicio. 2¿Quién despertó del oriente al justo, lo llamó para que le
siguiese, entregó delante de él naciones, y le hizo enseñorear de reyes; los entregó a su espada como polvo, como hojarasca que su arco arrebata? 3Los
siguió, pasó en paz por camino por donde sus pies nunca habían entrado. 4¿Quién
hizo y realizó esto? ¿Quién llama las generaciones desde el principio? Yo
Jesús, el primero, y yo mismo con los postreros. 5Las costas
vieron, y tuvieron temor; los confines de la tierra se espantaron; se
congregaron, y vinieron. 6Cada cual ayudó a su vecino, y a su
hermano dijo: Esfuérzate. 7El carpintero animó al platero, y el que
alisaba con martillo al que batía en el yunque, diciendo: Buena está la
soldadura; y lo afirmó con clavos, para que no se moviese. 8Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú,
Jacob, a quien yo escogí, descendencia de
Abraham mi amigo. 9Porque te tomé de los
confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché. 10No
temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te
esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te
sustentaré con la diestra de mi justicia.
11He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y
confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo. 12Buscarás
a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como
cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra. 13Porque yo Jesús
soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te
ayudo. 14No temas, gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy tu socorro, dice Jesús; el Santo de Israel es tu Redentor. 15He aquí que yo te he puesto
por trillo,
trillo nuevo,
lleno de dientes; trillarás montes y los molerás, y collados reducirás a tamo. 16Los
aventarás, y los llevará el viento, y los esparcirá el torbellino; pero tú te regocijarás en Jesús, te gloriarás en
el Santo de
Israel.” (Isa. 41:1-16)
Este valle sus
moradores reciben la
copa de la mano de Jesús
“17Y tomé la copa de la mano de
Jesús, y di de beber a todas las naciones, a las cuales me
envió Jesús: 18a Jerusalén, a las ciudades de Judá y a sus reyes, y a sus príncipes, para ponerlos en ruinas, en escarnio y en
burla y en maldición, como hasta hoy; 19a Faraón rey de Egipto,
a sus siervos, a sus príncipes y a todo su pueblo; 20y a toda la
mezcla de naciones, a todos los reyes de tierra de Uz, y a todos los reyes de
la tierra de Filistea, a Ascalón, a
Gaza, a Ecrón y al remanente de Asdod; 21a Edom, a Moab y a los
hijos de Amón; 22a todos los reyes de Tiro, a todos los reyes de
Sidón, a los reyes
de las costas
que están de ese lado del mar; 23a Dedán, a Tema y a Buz, y a
todos los que se rapan las sienes; 24a todos los reyes de Arabia, a
todos los reyes de pueblos mezclados que habitan en el desierto; 25a
todos los reyes de Zimri, a todos los reyes de Elam, a todos los reyes de
Media; 26a todos los reyes del norte, los de cerca y los de lejos,
los unos con los otros, y a todos los reinos del mundo que están sobre la faz de
la tierra; y el rey de Babilonia beberá después de ellos.” (Jer. 25:17-26)
Los moradores de
este valle comenten el cuarto pecado ante los ojos de Jesús, ya que llevó cautivo a todo un pueblo para entregarlo a Edom, por ello Dios
destruye a los gobernadores de Ascalón y queda deshabitada.
“6Así ha dicho Jesús: Por tres pecados de Gaza, y por el cuarto, no
revocaré su castigo; porque llevó cautivo a todo un pueblo para entregarlo a Edom. 7Prenderé fuego en el
muro de Gaza, y consumirá sus palacios. 8Y destruiré a los moradores
de Asdod, y a los gobernadores de Ascalón; y
volveré mi mano contra Ecrón, y el resto de los filisteos perecerá, ha dicho
Jesús el Señor.” (Amós 1.6–8)
“1La profecía de la palabra de Jesús está contra la tierra de Hadrac y sobre Damasco; porque a
Jesús deben mirar los ojos de los hombres, y de todas las tribus de Israel.
2También Hamat será
comprendida en el territorio de éste; Tiro y Sidón, aunque sean muy sabias.
3Bien que Tiro se edificó fortaleza, y amontonó plata como polvo, y oro
como lodo de las calles, 4he aquí, el Señor la empobrecerá, y herirá
en el mar su poderío, y ella será consumida de fuego. 5Verá Ascalón, y temerá; Gaza
también, y se dolerá en gran manera; asimismo Ecrón, porque su esperanza será
confundida; y perecerá el rey de Gaza, y Ascalón no será habitada.” (Zac. 9:1-5)
En este valle se
hizo la primera cruzada donde se enfrentaron alrededor de 50.000 hombres (La primera Cruzada)
Veamos imágenes
de Ascalón cumpliendo la profecía de no ser habitada
En este valle
comprenden el pueblo de damasco y son destruidos por mandato de Dios sus
moradores, por sus pecados y especialmente por el cuarto que consiste: en
trillar a Gallad con trillo de hierro, esta profecía se cumple cuando Jesús
rugue desde Sion.
“2Dijo: Jesús rugirá desde Sion, y dará
su voz desde Jerusalén, y los campos de los pastores se enlutarán, y se secará la cumbre del Carmelo. 3Así ha dicho Jesús: Por tres pecados de Damasco, y por el cuarto, no
revocaré su castigo; porque trillaron a Galaad con trillos de hierro. 4Prenderé
fuego en la casa de Hazael, y consumirá los palacios de Ben-adad. 5Y
quebraré los cerrojos de Damasco, y destruiré a los
moradores del valle de Avén, y los gobernadores
de Bet-edén; y el pueblo de Siria será transportado a Kir, dice Jesús.” (Amos 1:3-5)
Este párrafo
comienza diciendo que Jesús ruge desde Sión para ver como ruje ver la página
web www.elmontedesion.com
Además la profecía
en el versículo de Amos 1:3-5, no solo dice que Jesús rugirá desde Sión, sino
que dice que la cumbre del monte Carmelo se secara, lo cual en nuestros días se
ha cumplido cumpliendo esto también de esta profecía, veamos:
Aquí se aprecia el lado
sur del Monte Carmelo cerca a la costa.
Ahora, Veamos
imágenes de Damasco y sus alrededores es decir el valle de Avén, siendo
destruido cumpliendo la profecía de Amos 1:3-5.
También el profeta
Amos dice que el pueblo de Siria es transportado a Kir que pertenece a Turquía,
veamos imágenes de como se ha cumplido también esto de ser transportados el
pueblo de Siria al 7 de julio del 2015:
Como hay que
trillar
“23Estad atentos, y oíd mi voz;
atended, y oíd mi dicho. 24El que ara para sembrar, ¿arará todo el
día? ¿Romperá y quebrará los terrones de la tierra? 25Cuando ha
igualado su superficie, ¿no derrama el eneldo, siembra el comino, pone el trigo
en hileras, y la cebada en el lugar señalado, y la avena en su borde apropiado?
26Porque su Dios le instruye, y le enseña lo recto; 27que el eneldo no se trilla
con trillo, ni sobre el comino se pasa rueda de carreta; sino que con un
palo se
sacude el eneldo, y el comino con una vara. 28El grano se trilla; pero no lo trillará para
siempre, ni lo comprime con la rueda de su carreta, ni lo quebranta con los dientes
de su trillo.
29También esto salió de Jesús de los ejércitos, para hacer
maravilloso el consejo y engrandecer la sabiduría.” (Isa. 28:23-29)
¿Qué profetizo el
profeta Isaías de Damasco y de su reinado?
“1Profecía sobre Damasco. He aquí que Damasco dejará de ser ciudad, y será montón de ruinas. 2Las
ciudades de Aroer están desamparadas, en majadas se convertirán; dormirán allí,
y no habrá quien los espante. 3Y cesará el socorro de Efraín, y el reino de Damasco; y lo que quede de Siria será como la gloria de los hijos de Israel, dice Jesús de los
ejércitos.” (Isa. 17:1-3)
Anteriormente
vimos como Damasco hoy a la fecha del 17/09/2015 se está convirtiendo en montón
de ruinas tal como profetizo el profeta Isaías, ahora veamos si las ciudades de
Aroer que hoy en la actualidad corresponden a Jordania están desamparadas y se
han convertido en majada de ganado:
¿Qué profetizo
Isaías y Jeremías que ocurre en los tiempos que Damasco deje de ser ciudad?
“4En aquel tiempo la gloria de Jacob se atenuará, y se
enflaquecerá la grosura de su carne. 5Y
será como cuando el segador recoge la mies, y con su brazo siega las espigas; será también como el que recoge espigas en el valle de Refaim. 6Y quedarán en
él rebuscos, como cuando sacuden
el olivo; dos o tres frutos en la punta de la rama, cuatro o cinco en sus ramas más fructíferas, dice Jesús Dios de Israel. 7En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel. 8Y no mirará a los altares que hicieron
sus manos, ni mirará a lo que hicieron sus dedos, ni a los símbolos de Asera,
ni a las imágenes del sol. 9En aquel día sus ciudades fortificadas serán como los frutos que quedan en los
renuevos y en las ramas, los cuales fueron dejados a causa de los hijos de Israel; y habrá
desolación. 10Porque te olvidaste del Dios
de tu salvación, y no te acordaste de la roca de tu refugio; por
tanto, sembrarás plantas hermosas, y plantarás sarmiento extraño. 11El día que las plantes, las
harás crecer, y harás que su simiente brote de mañana; pero la cosecha será arrebatada en el día
de la angustia, y del dolor desesperado.” (Isa. 17:4-11)
Observe que en los
tiempos que Damasco deja de ser ciudad Isaías profetizo lo siguiente:
-
La gloria de Jacob se atenuará y la
grosura de su carne se enflaquecerá. (Isa. 17:4) Es decir, hay recesión
económica,…
-
En aquel tiempo se termina la idolatría
como David termino la Idolatría en el valle de Refaim, y los hombres que quedan
miran a su hacedor, es decía a Dios,… (Isa. 17:7-8)
-
En aquel tiempo no todas las ciudades
serán destruidas a causa de los hijos de Israel, pero habrá desolación. (Isa.
17:9)
-
En aquel tiempo hay personas que
siembran plantas hermosas y las hacen crecer, pero su cosecha será en el día de
la angustia y del dolor desesperado. (Isa. 17:10-11)
También Jeremías profetizo, que todos los hombres de
guerra morirán aquel día, veamos:
“23Acerca de
Damasco. Se confundieron Hamat y Arfad, porque oyeron malas nuevas; se
derritieron en aguas de desmayo, no pueden sosegarse.
24Se desmayó Damasco, se volvió para huir, y le tomó
temblor y angustia, y dolores le tomaron, como de mujer que está de parto. 25¡Cómo
dejaron a la ciudad tan alabada, la ciudad de mi gozo! 26Por tanto, sus jóvenes caerán en sus plazas, y todos los hombres de guerra morirán en aquel día,
ha dicho Jesús de los ejércitos. 27Y
haré encender fuego en el muro de Damasco, y consumirá las casas de Ben-adad.” (Jer. 49:23-27)
¿Qué hace Dios para salvar al remanente que queda de
Damasco y sus alrededores?
Para comprender que hace Dios para salvar al remanente
que queda de Damasco y sus alrededores hay que tener presente en que los
versículos siguientes hablan de Hamat la cual es una ciudad Siria como podemos
ver en el mapa siguiente:
Ahora, veamos que hace Dios para salvar al remanente de Hamat
o de Siria y de otros pueblos, viendo el siguiente pasaje de las Sagradas
Escrituras:
“9No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jesús, como las aguas cubren el mar. 10Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa. 11Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jesús alzará otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat [Limite de Damasco (Eze. 47:16)], y en las costas del mar. 12Y levantará pendón a las naciones, y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra. 13Y se disipará la envidia de Efraín, y los enemigos de Judá serán destruidos. Efraín no tendrá envidia de Judá, ni Judá afligirá a Efraín; 14sino que volarán sobre los hombros de los filisteos al occidente, saquearán también a los de oriente; Edom y Moab les servirán, y los hijos de Amón los obedecerán. 15Y secará Jesús la lengua del mar de Egipto; y levantará su mano con el poder de su espíritu sobre el río, y lo herirá en sus siete brazos, y hará que pasen por él con sandalias. 16Y habrá camino para el remanente de su pueblo, el que quedó de Asiria, de la manera que lo hubo para Israel el día que subió de la tierra de Egipto.” (Isa. 11:11-16)
Es algo sorprendente ver en la cita anterior que Isaías
profetiza que cuando toda la tierra se llene del conocimiento de Jesús, no se
hará ningún daño al monte santo de Jesús, es decir esto incluye a su pueblo,
esto incluye a los sirios entre otros, como podemos ver en las siguientes
citas:
“24En aquel tiempo Israel será tercero con Egipto y con Asiria para bendición en
medio de la tierra; 25porque Jesús de los ejércitos los bendecirá
diciendo: Bendito el pueblo mío Egipto, y el asirio obra de mis manos, e Israel mi heredad.” (Isa. 19:24-25)
Con este antecedente y recordando que Hamat es una ciudad
Siria, veamos que hace Jesús para recobrar a su remanente que tiene en Siria
y en otros países analizando la cita de Isaías 11:11-16:
-
Primero podemos
ver en esta cita que Jesús levanta pendón a los pueblos para juntar a los
desterrados de Israel. (Isa.11:12) Esto se ve en nuestra época cumplido en la
fecha del
29/11/1947 al darle la Asamblea Nacional de las Naciones Unidas (ONU) una
porción de territorio a los Israelitas en aquel entonces Palestina, al año
siguiente el 14 de mayo de 1948, horas antes de
que expirase el Mandato
británico sobre Palestina, el Estado de Israel fue proclamado en el
territorio otorgado por el plan de las Naciones Unidas, aboliendo como primera
medida las leyes anti inmigratorias británicas que impedían desde hacía años la
entrada legal de nuevos judíos a Palestina. No hubo ningún intento por parte de
la ONU de evitar la intervención armada que había proclamado la Liga Árabe
meses atrás y, al día siguiente
de la declaración de independencia, los cinco países árabes vecinos declararon
la guerra al naciente Estado de Israel y trataron de invadirlo. En la guerra
intermitente que tuvo lugar durante los siguientes 15 meses (con varias treguas
promovidas por la ONU), Israel conquistó un 26% de terreno adicional al del
antiguo mandato, mientras que Transjordania ocupó
las áreas de Judea y Samaria,
actualmente conocidas como Cisjordania, y Egipto ocupó
el territorio correspondiente a la actual Franja de Gaza.
Hay que tener presente aquí, que a Jerusalén no se le
debe tomar por las armas como podemos ver en la siguiente cita, ya que ello
lleva a más violencia, como analizaremos a continuación:
“Si alguno tiene oído, oiga. 10Si alguno lleva
en cautividad, va en cautividad; si alguno mata a espada, a espada debe ser muerto.
Aquí está la paciencia y la fe de los santos.” (Apoc. 13:9-10)
“…Pero a las dos casas de Israel, Yo Jesús he dado por piedra para tropezar, y por tropezadero para caer, y por lazo y por red al morador de Jerusalén. 15Y muchos
tropezarán entre ellos, y caerán, y serán quebrantados; y se enredarán y serán apresados.” (Isa.
8:14-15) Hoy en día podemos ver como esta profecía se ha ido
cumpliendo al pie del detalle,… ya que todos los que quieren morar en
Jerusalén,… tarde o temprano tropiezan, caen y son quebrantados,…
Sería
bueno preguntarnos:
¿En que han sido enredados los que quieren morar en Jerusalén,… para que
tropiecen, caigan, y sean quebrantados,…?
Leamos Ezequiel 25:15-17 que nos dará una pauta para ver: En que han sido
enlazadas algunas naciones para caer presos,… y que han querido morar en
Jerusalén, en el pasado,…
“15Así ha dicho Jesús el Señor: Por lo que hicieron los filisteos con venganza, cuando se vengaron con despecho de ánimo, destruyendo por antiguas enemistades; 16por tanto, así ha dicho Jesús: He aquí yo extiendo mi mano contra los filisteos, y cortaré a los cereteos, y destruiré el resto que queda en la costa del mar. 17Y haré en ellos grandes venganzas con reprensiones de ira; y sabrán que yo soy Jesús, cuando haga mi venganza en ellos.” (Eze. 25:15-17)
Al observar la cita anterior, podemos ver que cuando los filisteos una
nación la cual hoy ya no existe como nación quisieron morar en Jerusalén,… lo
hicieron con venganza para destruirlos,… Esto ocasiono, que Dios extienda su
mano sobre ellos para cortarlos y destruirlos, con su ira,… Pero, esto de
querer tomar a Jerusalén con venganza para destruirlo, no es el único caso que
podemos ver en la historia,… que podríamos decir de los asirios, Babilónicos,
egipcios, romanos, entre otros,… las cuales tarde o temprano Dios los holla en
sus montes,… por querer tomar las dos casas de Israel con violencia,… como nos
confirman de sobra las siguientes citas de las Sagradas Escrituras:
“24Jesús de los ejércitos juró diciendo: Ciertamente se hará de la manera que lo he pensado, y será
confirmado como lo he determinado; 25que quebrantaré al asirio en mi tierra, y en mis montes lo hollaré; y
su yugo será apartado de ellos, y su carga será quitada de su hombro. 26Este es el consejo que está acordado sobre toda la tierra, y esta, la mano extendida
sobre todas las naciones. 27Porque Jesús de los ejércitos lo ha determinado, ¿y quién lo impedirá? Y su mano extendida,
¿quién la hará retroceder?” (Isa. 14:24-27) Obsérvese
algo muy importante en esta cita que no solo el asirio es hollado en los montes
de Dios,… sino todas las naciones a las cuales Dios extiende su mano,…
Veamos
otras citas que nos confirman que Dios castiga a los que toman a Jerusalén con
violencia:
“17Rebaño descarriado es Israel; leones lo dispersaron; el rey de Asiria lo devoró primero, Nabucodonosor rey de Babilonia lo deshuesó después. 18Por tanto, así
ha dicho Jesús de los ejércitos, Dios de Israel: Yo castigo al rey de Babilonia y a su tierra, como castigué al rey de Asiria.” (Jer. 50:17-18)
“20Anda, pueblo mío, entra en
tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación. 21Porque he aquí que Jesús sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos.” (Isa. 26:20-21)
Si los cantores han leído las citas anteriores, se pueden dar cuenta que lo
que han sido enredados las naciones que quieren morar en Jerusalén,… es la violencia,… ocasionándoles tarde o
temprano la destrucción de estas naciones,…
-
Como segunda cosa que podemos ver que hace Jesús para salvar a Hamat es que
la enemistad de las doce tribus llega a su fin. Para ver cómo puede acabarse
este conflicto, ver es siguiente enlace:
¿Cómo poner fin a las enemistades entre
palestinos y judíos para siempre?
También observamos que los Israelitas se
vuelven sobre los hombros de los filisteos al occidente, saquearán también a
los de oriente; Edom y Moab les
servirán, y los hijos de Amón los obedecerán. (Isa. 11:14) Esto también
podemos ver que se ha cumplido de esta profecía en forma parcial ya que
desde 1948 han saqueado a los que les han saqueado pero no les han enseñado a
servirles y obedecer como manda las Sagradas Escrituras veamos cual es esta
forma:
“23Estad atentos, y oíd mi voz; atended, y oíd mi dicho. 24El que ara para sembrar, ¿arará
todo el día? ¿Romperá y quebrará los terrones de la tierra? 25Cuando ha igualado su superficie, ¿no derrama el
eneldo, siembra el comino, pone el trigo en hileras, y la cebada en el lugar señalado, y la avena en su borde apropiado? 26Porque su Dios le instruye, y le enseña lo recto; 27que el eneldo no se trilla con trillo, ni sobre el comino se pasa rueda de carreta; sino que con un palo se sacude el eneldo, y el comino con una vara. 28El grano se trilla; pero no lo trillará para siempre,
ni lo comprime con la rueda de su carreta, ni lo quebranta con los dientes de
su trillo. 29También esto salió de Jesús de los ejércitos, para hacer maravilloso el consejo y engrandecer la sabiduría.” (Isa.
28:23-29)
Tienen que considerar aquí los judíos, de no
caer en el cuarto pecado que pronuncio el profeta Amos ya que esto puede ser
desastroso como lo está pasando Damasco, veamos en que consiste este pecado de
Judá:
“4Así ha dicho Jesús: Por
tres pecados de Judá, y por el cuarto, no revocaré su castigo;
porque menospreciaron la ley de Jesús, y no guardaron sus ordenanzas, y les hicieron errar
sus mentiras, en
pos de las cuales anduvieron sus padres. 5Prenderé, por
tanto, fuego en Judá, el cual consumirá los palacios de Jerusalén.” (Amos 2:4-5)
Entre unos ejemplos de cómo han trillado los
Israelitas desde hace unos años atrás, podemos ver los siguientes enlaces:
La guerra de los 6 días en
1967
La guerra de Yom Kippur
en 1973
Imágenes como los Israelitas
trillan a los palestinos
Recopilación por fechas de los
acontecimientos:
·
1970: Septiembre Negro - la expulsión de la OLP de Jordania al Líbano
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1978: Operación Litani - campaña militar de Israel que empujó
a las fuerzas de la OLP al norte del río Litani
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1982: Primera Guerra del Líbano - la invasión israelí de Líbano para
expulsar a las fuerzas de la OLP en el país
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1987: Primera Intifada levantamiento palestino contra Israel
en los territorios palestinos
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2002:
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29 de marzo - 3 de mayo de 2002: Operación Escudo Defensivo
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22 de junio de 2002: Operación Camino Firme
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2004:
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Mayo de 2004: Operación Arcoiris
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septiembre y octubre de 2004: Operación Días de Penitencia
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2005: plan de retirada unilateral de Israel
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2006: Operación Lluvia de Verano
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2007: Batalla de Gaza de 2007
·
Enero de 2008: Crisis de Gaza5
·
Febrero de 2008: Operación Invierno Caliente
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2008-2009:Conflicto de la Franja de Gaza de
2008-2009
·
2011: Atentados
terroristas en el sur de Israel de 2011
·
2012:
·
14-21 de noviembre de 2012: Operación Pilar Defensivo
·
29 de noviembre de 2012: Reconocimiento
por parte de la ONU de Palestina como Estado observador no miembro
·
2014:
·
12 de junio de 2014: Asesinato de
tres adolescentes israelíes de 2014
·
2 de julio de 2014: Asesinato de Mohamed Abú Judeir
·
8 de julio de 2014: Conflicto entre
la Franja de Gaza e Israel de 2014
-
Como tercera cosa que podemos ver que hace Jesús para salvar a Hamat es
que seca
la lengua del mar de Egipto; y levantará
su mano con el poder de su espíritu sobre el río, y le hiere en sus
siete brazos, y hace que pasen por él con sandalias. (Isa. 11:15)
Para comprender la porción
anterior de las Sagradas Escrituras, es necesario comprender que las sandalias
son algo humano o no santificado, ya que recordemos que a Moisés Jesús le
hizo sacar las sandalias de sus pies porque estaba pisando suelo santo:
“5Y dijo: No te acerques;
quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.” (Exo. 3:5)
Para descubrir cuáles son estos
siete brazos que riegan a Egipto, recordemos que Egipto en la profecía no tan solo
puede señalar a lo que conocemos hoy como Egipto, sino a todos los pueblos que
sacrificaron a Jesús veamos:
“8Y sus cadáveres estarán en la plaza
de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también
nuestro Señor fue
crucificado.” (Apoc. 11:8)
Con este antecedente veamos qué
es lo que a aborrece y abomina Jesús de los pueblos y lo seca, para esto
comencemos viendo las siete cosas que abomina Jesús, viendo la siguiente
cita:
“Seis cosas aborrece Jesús, Y aun siete abomina
su alma:
-
Los ojos altivos,
-
La lengua mentirosa,
-
Las manos derramadoras de sangre
inocente,
-
El corazón que maquina pensamientos
inicuos (téngase presente que los inicuos son los que dejan la ley de Jesús.
Prov. 6:18),
-
Los pies presurosos para correr al
mal (Este abominación está relacionado con el pecado y la codicia. Prov.
1:10-19, Sal. 10:3-8, Mat. 5:28, Rom. 7:7-8),
-
El testigo falso que habla mentiras,
-
Y el que siembra discordia entre
hermanos.” (Prov. 6:16-19)
Ahora veamos que hace Jesús para herir a algunos de
estos siete brazos:
-
Para herir a los ojos altivos crea el día de Jesús.
(Isa. 2:12)
-
Para herir a la lengua mentirosa: ajustaré el juicio a cordel, y a nivel la
justicia; y granizo barrerá el refugio de la mentira, y aguas arrollarán el
escondrijo. (Isa. 28:14-29)
-
Para herir a los derramadores de sangre inocente
hacen que se quemen en el fuego las armas por 7 años. (Eze. 39:6-10)
-
Para herir a los inicuos o los que
dejan la ley de Jesús: para ellos Dios crea a cinco que hacen huir a todos
ellos de tal manera que los sobrevivientes llegan a tener un solo estandarte y
es servir a Jesús cumpliendo sus leyes. (Isa. 30:8-26)
-
Para los que corren hacia el mal es
decir son codiciosos, Dios esconde el rostro de ellos y les hiere. (Isa. 57:17)
Para confirmar que estos son los brazos que hiere Jesús
recordemos que Isaías dice que el remanente que se salva de estos pueblos, es
el que se prepara como se preparó Israel cuando salió de Egipto, veamos:
“Y habrá camino para el remanente de su pueblo, el que quedó
de Asiria, de la manera que lo hubo
para Israel el día que subió de la tierra de Egipto” (Isa. 11:16)
Sería bueno recordar que los Israelitas cuando salieron
de Egipto, pintaron los dinteles de sus puertas con la sangre de un cordero sin
defecto,… (Exo. 12:1-25) que en nuestros días representaría pintar los dinteles
de nuestro corazón con la sangre de Cristo y no salir de ese lugar hasta que
pase la destrucción, en otras palabras pudiéramos decir vestirnos con la vida
santa de Cristo,… esto confirma las siguientes citas:
“9Cantad alabanzas, alegraos
juntamente, soledades de Jerusalén; porque Jesús ha consolado a su pueblo, a
Jerusalén ha redimido. 10Jesús desnudó su santo
brazo ante los ojos de todas las naciones, y todos los confines de la tierra
verán la salvación del Dios nuestro. 11Apartaos, apartaos, salid de ahí, no toquéis cosa inmunda; salid de en medio de ella;
purificaos los que lleváis los utensilios de
Jesús. 12Porque no saldréis apresurados, ni iréis
huyendo; porque Jesús irá delante de vosotros, y os congregará el Dios de Israel.” (Isa. 52:9-12)
“10Toda la tierra se volverá
como llanura desde Geba hasta Rimón al sur de Jerusalén; y ésta será enaltecida,
y habitada en su lugar desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la
puerta primera, hasta la puerta del Angulo, y desde la torre de Hananeel hasta los lagares del rey. 11Y morarán
en ella, y no habrá nunca más maldición, sino que Jerusalén será habitada
confiadamente. 12Y esta será la plaga con que herirá Jesús a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en
las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca. 13Y acontecerá en aquel día que habrá
entre ellos gran pánico enviado por Jesús; y trabará cada uno de la mano de su
compañero, y levantará su mano contra la mano de su compañero. 14Y
Judá también peleará en Jerusalén. Y serán reunidas las riquezas de todas las
naciones de alrededor: oro y plata, y ropas de vestir, en gran abundancia. 15Así
también será la plaga de los caballos, de los mulos, de los camellos, de los
asnos, y de todas las bestias que estuvieren en aquellos campamentos. 16Y todos los que
sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén,
subirán de año en año para adorar al Rey, a Jesús de los ejércitos, y a
celebrar la fiesta de los tabernáculos. 17Y acontecerá que los de
las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, Jesús de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia. 18Y si la familia de Egipto no subiere y no viniere,
sobre ellos no habrá lluvia; vendrá la plaga con que Jesús herirá las naciones que no subieren a celebrar la fiesta de los tabernáculos. 19Esta
será la pena del pecado de Egipto, y del pecado de todas las naciones que no subieren para celebrar la fiesta de los tabernáculos. 20En
aquel día estará
grabado sobre las campanillas de los caballos: SANTIDAD A Jesús; y las ollas de la casa de Jesús serán como los
tazones del altar. 21Y toda olla en Jerusalén y Judá será consagrada a Jesús de los ejércitos; y todos los que sacrificaren vendrán y tomarán de ellas, y
cocerán en ellas; y no habrá en aquel día más mercader en la casa de Jesús de los ejércitos.” (Zac. 14:18-21)
En este valle los
Israelitas hicieron un sacrificio a Jesús después de que Jesús derroto el
solo a los de Moab y fue tal la derrota que los Israelitas estuvieron cogiendo
el botín durante tres días, el pueblo de Israel solo se santifico y alabo a
Jesús esto fue en tiempos del rey Josafat.
“1Pasadas estas
cosas, aconteció que los hijos de Moab y de Amón, y con ellos otros de los amonitas, vinieron contra Josafat a la guerra. 2Y acudieron
algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Contra ti viene una gran multitud
del otro lado del mar, y de Siria; y he aquí están en Hazezon-tamar, que es
En-gadi. 3Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jesús, e hizo
pregonar ayuno a todo Judá. 4Y se reunieron
los de Judá para pedir socorro a Jesús; y también de todas las ciudades de Judá
vinieron a pedir ayuda a Jesús. 5Entonces Josafat se puso en pie en la asamblea de Judá
y de Jerusalén, en la casa de Jesús, delante del atrio nuevo; 6y
dijo: Jesús Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y tienes
dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza
y poder, que no hay quien te resista? 7Dios nuestro, ¿no echaste tú
los moradores de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la
descendencia de Abraham tu amigo para siempre? 8Y ellos han habitado
en ella, y te han edificado en ella santuario a tu nombre, diciendo: 9Si
mal viniere sobre nosotros, o espada de castigo, o pestilencia, o hambre, nos
presentaremos delante de esta casa, y delante de ti (porque tu nombre está en
esta casa), y a causa de nuestras tribulaciones clamaremos a ti, y tú nos oirás
y salvarás. 10Ahora, pues, he aquí los hijos
de Amón y de Moab, y los del monte de Seir, a cuya tierra no quisiste que pasase Israel
cuando venía de la tierra de Egipto, sino que se apartase
de ellos, y
no los destruyese; 11he aquí ellos nos dan el pago viniendo a
arrojarnos de la heredad que tú nos diste en posesión. 12¡Oh
Dios nuestro! ¿No los juzgarás tú? Porque en nosotros no hay fuerza contra tan
grande multitud que viene contra nosotros; no sabemos qué hacer, y a ti
volvemos nuestros ojos. 13Y todo Judá estaba en pie delante de
Jesús, con sus niños y sus mujeres y sus hijos. 14Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino
el Espíritu de
Jesús en
medio de la reunión; 15y dijo: Oíd, Judá
todo, y vosotros
moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jesús os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud
tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. 16Mañana descenderéis
contra ellos;
he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel. 17No
habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jesús con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos,
porque Jesús estará
con vosotros.
18Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén
se postraron delante de Jesús, y adoraron a Jesús. 19Y
se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar a Jesús el Dios de Israel con fuerte y alta voz. 20Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Y mientras ellos
salían, Josafat,
estando en pie,
dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jesús vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis
prosperados. 21Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jesús, vestidos de ornamentos sagrados,
mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a Jesús, porque su misericordia es para
siempre. 22Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jesús puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte
de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían
contra Judá, y se mataron los unos a los otros. 23Porque
los hijos de
Amón y Moab se levantaron
contra los del monte de Seir para matarlos y destruirlos; y cuando hubieron acabado
con los del monte de Seir, cada cual ayudó a la destrucción de su compañero. 24Y
luego que vino Judá a la torre del desierto, miraron hacia la multitud, y he aquí yacían ellos en tierra muertos, pues
ninguno había escapado. 25Viniendo entonces Josafat y su pueblo a despojarlos,
hallaron entre los cadáveres muchas riquezas, así vestidos como alhajas
preciosas, que tomaron para sí, tantos, que
no los podían llevar; tres días estuvieron recogiendo el botín, porque era mucho. 26Y
al cuarto día se
juntaron en el valle de Beraca; porque allí bendijeron a Jesús, y por esto llamaron el nombre de aquel paraje
el valle de
Beraca,
hasta hoy. 27Y todo Judá y los de Jerusalén, y Josafat a la
cabeza de ellos, volvieron para regresar a Jerusalén gozosos, porque Jesús les
había dado gozo librándolos de sus enemigos. 28Y vinieron a
Jerusalén con salterios, arpas y trompetas, a la casa de Jesús. 29Y el pavor de Dios cayó sobre todos los reinos de aquella tierra, cuando oyeron que Jesús había peleado contra los enemigos de Israel. 30Y
el reino de Josafat tuvo paz, porque su Dios le dio paz por todas partes.” (2Cron. 20:1-30)
Valle de Beraca
¿Qué
tienen que saber los pueblos respecto a Jesús?
“13A Jesús de los ejércitos, a él santificad; sea
él vuestro temor, y él sea vuestro miedo. 14Entonces él será por
santuario; pero a las dos casas de Israel, por piedra para tropezar, y por
tropezadero para caer, y por lazo y por red al morador de Jerusalén. 15Y
muchos tropezarán entre ellos, y caerán, y serán quebrantados; y se enredarán y
serán apresados.” (Isa. 8:13-15)
¿Qué
puede utilizar Dios para destruir a los pueblos?
“27He aquí que el nombre de Jesús viene de lejos; su
rostro encendido, y con llamas de fuego devorador; sus labios llenos de ira, y su lengua como fuego que consume. 28Su
aliento, cual torrente que inunda; llegará hasta el cuello, para zarandear a
las naciones con criba de destrucción; y el freno estará en las quijadas de los
pueblos, haciéndoles errar. 29Vosotros tendréis cántico como de noche en que se
celebra pascua, y alegría de corazón, como el que va con flauta para venir al
monte de Jesús, al Fuerte de Israel. 30Y Jesús hará oír su potente voz, y hará ver el descenso de su brazo, con furor de
rostro y llama de fuego consumidor, con torbellino, tempestad y piedra de granizo.” (Isa. 30:27-30)
En este valle fue
muerto Moisés y llorado, aquí también puso Moisés las manos sobre Josué y fue
lleno del Espíritu Santo.
“5Y murió
allí Moisés siervo de Jesús, en la tierra de Moab, conforme al dicho de
Jesús. 6Y lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y
ninguno conoce el lugar de su sepultura hasta hoy. 7Era Moisés de edad de ciento
veinte años cuando murió; sus ojos
nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor. 8Y lloraron los hijos de Israel
a Moisés en los campos de Moab treinta días; y así se cumplieron los días del
lloro y del luto de Moisés.”
(Deut. 34:5-8)
Este Valle dio en
posición Moisés a la tribu de Rubén, este valle fue conquistado por Moisés
siervo de Dios después de salir de Egipto,...
“15Dio, pues, Moisés a la tribu de los hijos de Rubén conforme a sus familias. 16Y fue
el territorio de ellos desde Aroer, que está a la orilla del arroyo de
Arnón, y la ciudad que está en medio del valle, y toda la llanura hasta Medeba;
17Hesbón, con todas sus ciudades que están en la llanura; Dibón,
Bamot-baal, Bet-baal-meón, 18Jahaza, Cademot, Mefaat, 19Quiriataim,
Sibma, Zaret-sahar en el monte del valle, 20Bet-peor, las laderas de Pisga, Bet-jesimot, 21todas
las ciudades de la llanura, y todo el reino de Sehón rey de los amorreos, que
reinó en Hesbón, al cual derrotó Moisés, y a los príncipes de Madián, Evi,
Requem, Zur, Hur y Reba, príncipes de Sehón que habitaban en aquella tierra.” (Jos. 13:15-21)
“46a este
lado del Jordán, en el valle delante de Bet-peor, en la tierra de Sehón rey de los amorreos que habitaba en Hesbón, al cual derrotó Moisés con los hijos de Israel, cuando salieron de Egipto;
47y poseyeron su tierra, y la tierra de Og rey de Basán; dos reyes de los
amorreos que estaban de este lado del Jordán, al oriente.” (Deut. 4:46-48)
A este valle
volvió el arca de Dios llevado por dos vacas después de estar seis meses con
los filisteos y los de Bet-semes por no tener respeto al arca de Dios murieron
de ellos cincuenta mil setenta hombres ya que
la miraron por dentro.
“1Estuvo el
arca de Jesús en la tierra de los filisteos siete meses. 2Entonces
los filisteos, llamando a los sacerdotes y adivinos, preguntaron: ¿Qué haremos
del arca de Jesús? Hacednos saber de qué manera la hemos de volver a enviar a
su lugar. 3Ellos dijeron: Si enviáis el arca del Dios de Israel, no
la enviéis vacía, sino pagadle la expiación; entonces seréis sanos, y
conoceréis por qué no se apartó de vosotros su mano. 4Y ellos dijeron:
¿Y qué será la expiación que le pagaremos? Ellos respondieron: Conforme al
número de los príncipes de los filisteos, cinco tumores de oro, y cinco ratones
de oro, porque una misma plaga ha afligido a todos vosotros y a vuestros
príncipes. 5Haréis, pues, figuras de vuestros tumores, y de vuestros
ratones que destruyen la tierra, y daréis gloria al Dios de Israel; quizá
aliviará su mano de sobre vosotros y de sobre vuestros dioses, y de sobre
vuestra tierra. 6¿Por qué endurecéis vuestro corazón, como los egipcios
y Faraón endurecieron su corazón? Después que los había tratado así, ¿no los
dejaron ir, y se fueron? 7Haced, pues, ahora un carro nuevo, y tomad
luego dos vacas que críen, a las cuales no haya sido puesto yugo, y uncid las
vacas al carro, y haced volver sus becerros de detrás de ellas a casa. 8Tomaréis
luego el arca de Jesús, y la pondréis sobre el carro, y las joyas de oro que
le habéis de pagar en ofrenda por la culpa, las pondréis en una caja al lado de
ella; y la dejaréis que se vaya. 9Y observaréis; si sube por el
camino de su tierra a Bet-semes, él nos ha hecho este mal tan grande; y si no,
sabremos que no es su mano la que nos ha herido, sino que esto ocurrió por
accidente. 10Y aquellos hombres lo hicieron así; tomando dos vacas
que criaban, las uncieron al carro, y encerraron en casa sus becerros. 11Luego
pusieron el arca de Jesús sobre el carro, y la caja con los ratones de oro y
las figuras de sus tumores. 12Y las vacas se encaminaron por el
camino de Bet-semes, y seguían camino recto, andando y bramando, sin apartarse
ni a derecha ni a izquierda; y los príncipes de los filisteos fueron tras ellas
hasta el límite de Bet-semes. 13Y los de Bet-semes segaban el trigo
en el valle; y alzando los ojos vieron el arca, y se regocijaron cuando la
vieron. 14Y el carro vino al campo de Josué de Bet-semes, y paró
allí donde había una gran piedra; y ellos cortaron la madera del carro, y
ofrecieron las vacas en holocausto a Jesús. 15Y los levitas bajaron
el arca de Jesús, y la caja que estaba junto a ella, en la cual estaban las
joyas de oro, y las pusieron sobre aquella gran piedra; y los hombres de
Bet-semes sacrificaron holocaustos y dedicaron sacrificios a Jesús en aquel
día. 16Cuando vieron esto los cinco príncipes de los filisteos,
volvieron a Ecrón el mismo día. 17Estos fueron los tumores de oro
que pagaron los filisteos en expiación a Jesús: por Asdod uno, por Gaza uno,
por Ascalón uno, por Gat uno, por Ecrón uno. 18Y los ratones de oro
fueron conforme al número de todas las ciudades de los filisteos pertenecientes
a los cinco príncipes, así las ciudades fortificadas como las aldeas sin muro.
La gran piedra sobre la cual pusieron el arca de Jesús está en el campo de
Josué de Bet-semes hasta hoy.19Entonces Dios hizo morir a los hombres
de Bet-semes, porque habían mirado dentro del arca de Jesús; hizo morir del pueblo a cincuenta mil
setenta hombres.
Y lloró el pueblo, porque Jesús lo había herido con tan gran
mortandad. 20Y dijeron los de Bet-semes: ¿Quién podrá estar delante
de Jesús el Dios santo? ¿A quién subirá desde nosotros? 21Y
enviaron mensajeros a los habitantes de Quiriat-jearim, diciendo: Los filisteos
han devuelto el arca de Jesús; descended, pues, y llevadla a vosotros.” (1 Sam. 6:1-21)
En este valle moraron los
artífices de Judá
“1Los hijos de Judá: Fares, Hezrón, Carmi, Hur y
Sobal. 2Reaía hijo de Sobal engendró a Jahat, y Jahat engendró a
Ahumai y a Lahad. Estas son las familias de los zoratitas. 3Y estas
son las del padre de Etam: Jezreel, Isma e Ibdas. Y el nombre de su hermana fue
Haze-lelponi. 4Penuel fue padre de Gedor, y Ezer padre de Husa.
Estos fueron los hijos de Hur primogénito de Efrata, padre de Belén. 5Asur
padre de Tecoa tuvo dos mujeres, Hela y Naara. 6Y Naara dio a luz a
Ahuzam, Hefer, Temeni y Ahastari. Estos fueron los hijos de Naara. 7Los
hijos de Hela: Zeret, Jezoar y Etnán. 8Cos engendró a Anub, a
Zobeba, y la familia de Aharhel hijo de Harum. 9Y Jabes fue más
ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo
di a luz en dolor. 10E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo:
¡Oh, sí me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano
estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios
lo que pidió. 11Quelub hermano de Súa engendró a Mehir, el cual fue
padre de Estón. 12Y Estón engendró a Bet-rafa, a Paseah, y a Tehina
padre de la ciudad de Nahas; éstos son los varones de Reca. 13Los
hijos de Cenaz: Otoniel y Seraías. Los hijos de Otoniel: Hatat, 14y
Meonotai, el cual engendró a Ofra. Y Seraías engendró a Joab, padre de los habitantes del valle de Carisim, porque fueron
artífices.”
(1Cron. 4:1-14)
Este valle fue
poblado por los de la tribu de Benjamín después del exilio
“31Y los hijos
de Benjamín habitaron desde Geba, en Micmas, en Aía, en Bet-el y sus aldeas,
32en Anatot, Nob, Ananías, 33Hazor, Ramá, Gitaim, 34Hadid,
Seboim, Nebalat, 35Lod, y Ono, valle de los artífices; 36y
algunos de los levitas, en los repartimientos de Judá y de Benjamín.” (Neh. 11:31-36)
Josías que hizo lo
recto ante los ojos de Jesús, en este valle quemo la imagen de Asera que
había fuera de la casa de Jesús y la convirtió en polvo.
“5Y quitó a los sacerdotes idólatras que habían puesto
los reyes de Judá para que quemasen incienso en los lugares altos en las
ciudades de Judá, y en los alrededores de Jerusalén; y asimismo a los que
quemaban incienso a Baal, al sol y a la luna, y a los signos del zodíaco, y a
todo el ejército de los cielos. 6Hizo también sacar la imagen
de Asera fuera de la casa de Jesús, fuera de Jerusalén, al valle del Cedrón, y la quemó en el valle del Cedrón, y la convirtió en polvo, y echó el polvo sobre los sepulcros de los hijos del pueblo. 7Además derribó los lugares
de prostitución idolátrica que estaban en la casa de Jesús, en los cuales
tejían las mujeres tiendas para Asera.” (2Rey. 23:5-7)
En los tiempos de
Ezequías en este valle limpiaron la casa de Jesús y Jerusalén y llevaron toda
la inmundicia al valle de Cedrón para convertirlo en polvo.
“15Estos reunieron a sus hermanos, y se santificaron, y
entraron, conforme al mandamiento del rey y las palabras de Jesús, para
limpiar la casa de Jesús. 16Y entrando los sacerdotes
dentro de la casa
de Jesús para limpiarla, sacaron toda la inmundicia que hallaron
en el templo de
Jesús, al
atrio de la casa de Jesús; y de allí los levitas la llevaron fuera al torrente de Cedrón.” (2Cron. 29:15-16)
“13Y se reunió en Jerusalén mucha gente para celebrar
la fiesta solemne de los panes sin levadura en el mes
segundo, una vasta reunión. 14Y levantándose, quitaron los altares que había en Jerusalén; quitaron
también todos los altares de incienso, y los echaron al torrente de Cedrón.” (2Cron. 30:13-14)
Este valle es
rodeado por la ciudad que se construye a Jesús la cual no será arrancada ni
destruida más para siempre.
"38He aquí que vienen días, dice Jesús, en
que la ciudad será edificada a Jesús,
desde la torre de
Hananeel [Torre de las ovejas,... (Zac. 14:10; Neh.
3:1)] Hasta la puerta del Angulo. 39Y saldrá más allá el cordel de la medida delante de él sobre el collado de Gareb [O
el collado de los leprosos, sarnosos,.. (Lev. 21:20-24)], y rodeará a Goa [Los
que están mugiendo por ayuda,...]. 40Y todo el valle de los
cuerpos muertos y de la ceniza, y todas las llanuras hasta el arroyo de Cedrón [o
el arroyo sucio, donde se hacía polvo los ídolos de Israel,... (2Cron. 29:15-16; 2Cron. 30:13-14)],
hasta la esquina de la puerta de los caballos al oriente, será santo a Jesús; no
será arrancada ni destruida más para siempre." (Jer.
31:38-40)
En este valle Jesús
manda que se posen sobre él a la mosca que viene desde los confines de Egipto [Donde mora Satanás,… (Eze. 29:3)] y a la abeja [Se traduce como también como Devora דְּבוֹרָה que era profetiza y se sentaba en el monte de Efraín hacer juicio y los hijos
de Israel subían a ella a juicio,… (Jueces 4:4-5)] Que está en la
tierra de Asiria, en aquel día el Señor raerá con
navaja alquilada, con los que habitan al otro lado del río, esto es, con el rey
de Asiria, cabeza y pelo de los pies, y aun la barba también quitará y el que
quede en medio de la tierra comerá mantequilla y miel.
“17Jesús hará venir sobre ti,
sobre tu pueblo y sobre la casa de tu padre, días cuales nunca vinieron
desde el día que Efraín se apartó de Judá, esto es, al rey de Asiria. 18Y
acontecerá que aquel día silbará Jesús a la mosca que está en el fin de los ríos de Egipto, y a la abeja que
está en la tierra de Asiria; 19y vendrán y acamparán
todos en los valles desiertos, y en las cavernas de las piedras, y en todos los
zarzales, y en todas las matas. 20En aquel día el Señor raerá con navaja alquilada, con los que habitan al otro lado del río, esto es, con el rey de Asiria, cabeza y pelo de los pies, y aun la barba también quitará.
21Acontecerá en aquel tiempo, que criará un hombre una vaca y dos
ovejas; 22y a causa de la abundancia de leche que darán, comerá
mantequilla; ciertamente mantequilla y miel comerá el que quede en medio de la
tierra.” (Isa. 7:17-22)
En este valle David
un niño con cinco piedras y una onda vence a Goliat un gigante en el nombre de
Jesús de los ejércitos y el pueblo de Israel viendo esto toma valor y mata a
los filisteos hasta las puertas Ecrón.
“1Los
filisteos juntaron sus ejércitos para la guerra, y se congregaron en Soco, que
es de Judá, y acamparon entre Soco y Azeca, en Efes-damim. 2También
Saúl y los hombres de Israel se juntaron, y acamparon en el valle de Ela, y se pusieron en orden de batalla contra los filisteos. 3Y los filisteos estaban sobre un monte a un lado, e Israel estaba sobre otro monte al otro lado, y el valle entre ellos. 4Salió
entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura
seis codos y un palmo. 5Y traía un casco de bronce en su cabeza, y llevaba una cota de malla; y era el peso de la cota cinco mil
siclos de bronce. 6Sobre sus piernas traía grebas de bronce, y jabalina de bronce entre sus hombros. 7El asta de su lanza era como un rodillo de telar, y
tenía el hierro de su lanza seiscientos siclos de hierro; e iba su escudero delante de él. 8Y se paró y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué os habéis
puesto en orden de batalla? ¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí. 9Si él pudiere pelear conmigo, y me
venciere, nosotros seremos vuestros siervos; y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis. 10Y
añadió el filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento
de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo. 11Oyendo
Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y
tuvieron gran miedo. 12Y David era hijo de aquel hombre efrateo
de Belén de Judá, cuyo nombre era Isaí, el cual tenía ocho hijos; y en el
tiempo de Saúl este hombre era viejo y de gran edad entre los hombres. 13Y
los tres hijos mayores de Isaí habían ido para seguir a Saúl a la guerra. Y los
nombres de sus tres hijos que habían ido a la guerra eran: Eliab el
primogénito, el segundo Abinadab, y el tercero Sama; 14y David era
el menor. Siguieron, pues, los tres mayores a Saúl. 15Pero David
había ido y vuelto, dejando a Saúl, para apacentar las ovejas de su padre en
Belén. 16Venía, pues, aquel filisteo por la mañana y por la tarde, y
así lo hizo durante cuarenta días. 17Y dijo Isaí a David su hijo:
Toma ahora para tus hermanos un efa de este grano tostado, y estos diez panes,
y llévalo pronto al campamento a tus hermanos. 18Y estos diez quesos
de leche los llevarás al jefe de los mil; y mira si tus hermanos están buenos,
y toma prendas de ellos. 19Y Saúl y ellos y todos los de Israel
estaban en el valle de Ela, peleando contra los filisteos. 20Se levantó,
pues, David de
mañana, y dejando las ovejas al cuidado de un guarda, se fue con su carga como Isaí le había mandado; y
llegó al campamento cuando el ejército salía en orden de batalla, y daba el grito de combate. 21Y se pusieron
en orden de
batalla Israel y
los filisteos,
ejército frente
a ejército. 22Entonces David dejó su carga en mano del que guardaba el bagaje, y corrió al ejército; y cuando
llegó, preguntó por sus hermanos, si estaban bien. 23Mientras él hablaba con ellos, he aquí que aquel
paladín que
se ponía en medio de los dos campamentos, que se llamaba Goliat, el filisteo de Gat, salió de entre las filas de los filisteos y habló las
mismas palabras,
y las oyó David.
24Y todos los varones de Israel que veían aquel hombre huían de su presencia, y tenían gran temor. 25Y
cada uno de los de Israel decía: ¿No habéis visto aquel hombre que ha salido? El
se adelanta para provocar a Israel. Al que le venciere, el rey
le enriquecerá con grandes riquezas, y le dará su hija, y eximirá de
tributos a la casa de su padre en Israel. 26Entonces habló David a los que estaban
junto a él,
diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el
oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo
incircunciso, para que provoque a los
escuadrones del Dios viviente? 27Y el pueblo le
respondió las mismas palabras, diciendo: Así se hará al hombre que le venciere.
28Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, se
encendió en ira contra David y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y a quién
has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la
malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido. 29David
respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No es esto mero hablar? 30Y
apartándose de él hacia otros, preguntó de igual manera; y le dio el pueblo la
misma respuesta de antes. 31Fueron oídas las palabras que David
había dicho, y las refirieron delante de Saúl; y él lo hizo venir. 32Y
dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo
irá y peleará contra este filisteo. 33Dijo Saúl a David: No podrás
tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él
un hombre de guerra desde su juventud. 34David respondió a Saúl: Tu
siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso,
y tomaba algún cordero de la manada, 35salía yo tras él, y lo hería,
y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la
quijada, y lo hería y lo mataba. 36Fuese león, fuese oso, tu siervo
lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha
provocado al ejército del Dios viviente. 37Añadió David: Jesús, que
me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me
librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jesús esté
contigo. 38Y Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su
cabeza un casco de bronce, y le armó de coraza. 39Y ciñó David su
espada sobre sus vestidos, y probó a andar, porque nunca había hecho la prueba.
Y dijo David a Saúl: Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y
David echó de sí aquellas cosas. 40Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras
lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo. 41Y
el filisteo venía
andando y acercándose a David, y su escudero delante de él. 42Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco;
porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer. 43Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a
mí con palos?
Y maldijo a David por sus dioses. 44Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré
tu carne a
las aves del
cielo y a
las bestias del
campo. 45Entonces
dijo David al
filisteo:
Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre
de Jesús de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. 46Jesús te
entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los
cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. 47Y sabrá toda esta congregación que Jesús no salva con espada y con lanza; porque de Jesús es la batalla, y él os
entregará en nuestras manos. 48Y aconteció que cuando el filisteo
se levantó y echó a andar para ir al
encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. 49Y
metiendo David su
mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en
la frente,
y cayó sobre su rostro en tierra. 50Así venció David
al filisteo
con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David
espada en su mano. 51Entonces corrió David y se puso sobre el
filisteo; y
tomando la espada de él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos
vieron a su paladín
muerto, huyeron. 52Levantándose
luego los de Israel y los de Judá, gritaron, y siguieron a los filisteos hasta llegar
al valle, y
hasta las puertas de Ecrón. Y cayeron los heridos de los filisteos por el camino de Saaraim hasta Gat y Ecrón. 53Y volvieron los hijos de
Israel de seguir tras los filisteos, y saquearon su campamento. 54Y
David tomó la cabeza del filisteo y la trajo a Jerusalén, pero las armas de él
las puso en su tienda. 55Y cuando Saúl vio a David que salía a
encontrarse con el filisteo, dijo a Abner general del ejército: Abner, ¿de
quién es hijo ese joven? Y Abner respondió: 56Vive tu alma, oh rey,
que no lo sé. Y el rey dijo: Pregunta de quién es hijo ese joven. 57Y
cuando David volvía de matar al filisteo, Abner lo tomó y lo llevó delante de
Saúl, teniendo David la cabeza del filisteo en su mano. 58Y le dijo
Saúl: Muchacho, ¿de quién eres hijo? Y David respondió: Yo soy hijo de tu
siervo Isaí de Belén.” (1Sam.
17_1-58)
En este valle el
pueblo de Israel hacía sacrificios por las víctimas que no se sabían quién lo
mato, para que Jesús no inculpe de pecado a su pueblo.
“Si en la tierra que Jesús
tu Dios te da para que la poseas, fuere hallado alguien muerto, tendido en el
campo, y no se supiere quién lo mató, 2entonces tus ancianos y tus
jueces saldrán y medirán la distancia hasta las ciudades que están alrededor
del muerto. 3Y los ancianos de la ciudad más cercana al lugar donde
fuere hallado el muerto, tomarán de las vacas una becerra que no haya
trabajado, que no haya llevado yugo; 4y los ancianos de aquella ciudad traerán la becerra a un valle escabroso, que nunca
haya sido arado ni sembrado, y quebrarán la cerviz de la becerra allí en el valle. 5Entonces vendrán los sacerdotes hijos de Leví, porque a ellos
escogió Jesús tu Dios para que le sirvan, y
para bendecir en el nombre de Jesús; y por la palabra de ellos se decidirá toda disputa y
toda ofensa. 6Y todos los
ancianos de la ciudad más cercana al lugar donde fuere hallado el muerto
lavarán sus manos sobre la becerra cuya cerviz fue quebrada en el valle; 7y
protestarán y dirán: Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros
ojos lo han visto. 8Perdona a tu pueblo Israel, al cual redimiste, oh Jesús; y no culpes de sangre inocente a tu pueblo Israel. Y la sangre les será perdonada. 9Y
tú quitarás la culpa de la sangre inocente de en medio de ti, cuando hicieres
lo que es recto ante los ojos de Jesús.” (Deut. 21:1-9)
En los valles se puede encontrar alimentación en
abundancia que Dios quiere dar a su pueblo, pero el pueblo por desobedecer a
Jesús y desconfiar de él, puede perder este alimento.
“Y llegaron hasta el arroyo de Escol,
y de allí cortaron un sarmiento con un racimo de uvas, el cual trajeron dos en
un palo, y de las granadas y de los higos. 24Y se llamó aquel lugar el Valle de Escol, por el racimo que cortaron de allí los
hijos de Israel.” (Núm. 13:23-24)
“22Y vinisteis a mí todos vosotros, y
dijisteis: Enviemos varones delante de nosotros que nos reconozcan la tierra, y
a su regreso nos traigan razón del camino por donde hemos de subir, y de las
ciudades adonde hemos de llegar. 23Y el dicho me pareció bien; y
tomé doce varones de entre vosotros, un varón por cada tribu. 24Y se
encaminaron, y subieron al monte, y llegaron hasta el valle de Escol, y reconocieron
la tierra. 25Y tomaron en sus manos del fruto del país, y nos lo trajeron, y nos dieron cuenta, y dijeron: Es
buena la tierra que Jesús nuestro Dios nos da. 26Sin embargo, no quisisteis subir,
antes fuisteis rebeldes al mandato de Jesús vuestro Dios;” (Deut. 1:22-26)
Cuando nosotros desobedecemos, pueden otros obedecer a
Dios y tomar en posesión estos valles que Jesús les da.
“31Y me dijo Jesús: He aquí yo he comenzado a entregar delante
de ti a Sehón y a su tierra; comienza a tomar posesión de ella para que la
heredes. 32Y nos salió Sehón al encuentro, él y todo su pueblo, para
pelear en Jahaza. 33Mas Jesús nuestro Dios lo entregó delante
de nosotros;
y lo derrotamos a él y a sus hijos, y a todo su pueblo. 34Tomamos entonces todas sus ciudades, y destruimos
todas las ciudades, hombres, mujeres y niños; no dejamos ninguno. 35Solamente tomamos para
nosotros los
ganados, y los despojos de las ciudades que habíamos tomado. 36Desde Aroer, que está junto a
la ribera del
arroyo de Arnón, y la ciudad que está en el valle, hasta Galaad, no hubo ciudad
que escapase de nosotros; todas las entregó Jesús
nuestro Dios
en nuestro poder. 37Solamente
a la tierra de los hijos de Amón no llegamos; ni
a todo lo que está a la orilla del arroyo de Jaboc ni a las ciudades del monte, ni a lugar alguno que Jesús
nuestro Dios
había prohibido.” (Deut. 2:30-37)
Antes de estudiar el valle fértil hay que tener presente
que el valle de Gabaón, el siervo de Dios Josué hizo detener el sol para
poder exterminar a los enemigos de Jesús, veamos:
“12Entonces Josué habló a Jesús el día en que Jesús
entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los
israelitas: Sol, detente en Gabaón; Y tú, luna, en el valle de Ajalón. 13Y el sol se detuvo y la luna se paró, Hasta que la gente se hubo vengado de
sus enemigos. ¿No está escrito esto en el libro de Jaser? Y el sol se paró en medio
del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero. 14Y no
hubo día como aquel, ni antes ni después de él, habiendo atendido Jesús a la
voz de un hombre; porque Jesús peleaba por Israel.” (Jos. 10:12-14)
Igual que ocurrió
en los días de Josué ocurre en el valle fértil, ya que Dios en este valle pasa
el turbión día y noche hasta destruir a sus enemigos, de tal manera que el
entender esto será espanto para el que lo oiga.
Ahora veamos que profetizo el profeta Isaías de lo que
ocurrirá en este valle, para esto comencemos haciendo un pequeño resumen:
En este valle dice que se encuentra la flor caduca de los
que están aturdidos por el vino [es decir que los que dicen que la profecía
de Dios,… es caduca], pero
llegara el día en que esta flor caduca será como la fruta temprana, la primera del verano, la cual, apenas la ve el que la
mira, se la traga tan luego como la tiene a mano, también en aquel tiempo Jesús de los ejércitos será por corona de gloria y diadema de hermosura al remanente de su pueblo;
y por espíritu de juicio al que se sienta en juicio, y por fuerzas a los que
rechacen la batalla en la puerta; pero tristemente también el remanente
erraron con el vino, y con sidra se entontecieron; el sacerdote y el profeta
erraron con sidra, fueron trastornados por el vino; se aturdieron con la sidra,
erraron en la visión, tropezaron en el juicio,… por lo cual Jesús a este
pueblo hablo en lengua de tartamudos, y en extraña lengua diciendo: Este es el reposo; dad
reposo al cansado; y este es el refrigerio; mas no quisieron oír [Cuantos hoy en día están a tu lado llevando el estandarte
de Dios solos y se sienten cansados les darás reposo,…] por tanto, la palabra, de Jesús les será mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí,
otro poquito allá; hasta que vayan y caigan de espaldas, y sean quebrantados, enlazados y presos; a pesar que pongan como refugio la
mentira y la falsedad se escondan, pero Jesús dice: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular,
preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure. y ajustaré el juicio a cordel, y a nivel la justicia; y granizo barrerá el refugio de
la mentira, y aguas arrollarán el
escondrijo. Y será anulado vuestro pacto con la muerte, y vuestro
convenio con el Seol no será firme; cuando pase el turbión
del azote, seréis
de él pisoteados. Luego que
comience a pasar, él os arrebatará; porque de mañana
en mañana pasará, de día y de noche; y será ciertamente espanto el entender lo oído.
La cama será corta para poder estirarse, y la manta estrecha para
poder envolverse. Porque Jesús se levantará como en el monte
Perazim, como en el valle de Gabaón [donde Josué hizo
detener el sol para poder exterminar a los enemigos] se enojará; para hacer
su obra, su extraña obra, y para hacer su operación, su
extraña operación. Ahora, pues, no os burléis, para que no se
aprieten más vuestras ataduras; porque destrucción
ya determinada sobre toda la tierra he oído del Señor, Jesús de los ejércitos. Estad atentos, y oíd mi voz; atended, y oíd mi dicho. El
que ara para sembrar, ¿arará todo el día? ¿Romperá y quebrará los terrones de
la tierra? 25Cuando ha igualado su superficie, ¿no derrama el
eneldo, siembra el comino, pone el trigo en hileras, y la cebada en el lugar
señalado, y la avena en su borde apropiado? Porque su Dios le instruye, y le
enseña lo recto; que el eneldo no se trilla con trillo, ni sobre el comino se
pasa rueda de carreta; sino que con un palo se sacude el eneldo, y el comino
con una vara. El grano se trilla; pero no lo trillará para siempre, ni lo
comprime con la rueda de su carreta, ni lo quebranta con los dientes de su
trillo. También esto salió de Jesús de los ejércitos, para hacer maravilloso
el consejo y engrandecer la sabiduría.
Ahora leamos tal como está escrito esta profecía en las
Sagradas Escrituras:
“1¡Ay de la corona de soberbia de los ebrios de Efraín, y de la flor caduca de la hermosura de su gloria, que está sobre la cabeza del valle fértil de los
aturdidos del vino! 2He aquí,
Jesús tiene uno que es fuerte y poderoso; como turbión de granizo y como
torbellino trastornador, como ímpetu de recias aguas que inundan, con fuerza
derriba a tierra. 3Con los pies será pisoteada la corona de soberbia de los ebrios de Efraín. 4Y será la flor caduca de la hermosura de su gloria que está sobre la cabeza del valle fértil, como la fruta temprana, la primera del verano, la cual, apenas la ve el que la mira,
se la traga tan luego como la tiene a mano. 5En aquel día Jesús de los ejércitos será por corona de gloria y diadema de hermosura al remanente de su pueblo; 6y por espíritu de juicio al que se sienta
en juicio,
y por fuerzas a los que rechacen la batalla en la puerta.
7Pero también éstos erraron con el vino, y con sidra se
entontecieron; el sacerdote y el profeta erraron con sidra, fueron trastornados
por el vino; se aturdieron con la sidra, erraron en la visión, tropezaron en el
juicio. 8Porque toda mesa está llena de vómito y suciedad, hasta no
haber lugar limpio. 9¿A quién se enseñará ciencia, o a quién se hará
entender doctrina? ¿A los destetados? ¿A los arrancados de los pechos? 10Porque
mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón,
línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá; 11porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo, 12a los cuales él dijo: Este es el reposo; dad reposo al cansado; y
este es el refrigerio; mas no quisieron oír. 13La palabra, pues, de Jesús les será mandamiento tras mandamiento, mandato
sobre mandato,
renglón tras
renglón, línea sobre línea, un poquito allí,
otro poquito allá; hasta que vayan y caigan de espaldas, y sean quebrantados, enlazados y presos. 14Por
tanto, varones burladores que gobernáis a este pueblo que está en Jerusalén,
oíd la palabra de Jesús. 15Por cuanto habéis dicho: Pacto
tenemos hecho con la muerte, e hicimos
convenio con el Seol; cuando pase el turbión
del azote, no llegará a nosotros, porque hemos puesto nuestro refugio en la mentira, y en la falsedad nos
esconderemos; 16por tanto, Jesús el Señor dice así: He aquí que yo
he puesto en Sion
por fundamento una piedra, piedra probada, angular,
preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure.
17Y
ajustaré el juicio a cordel, y a nivel la justicia; y granizo barrerá el refugio de la mentira, y aguas arrollarán el escondrijo. 18Y será
anulado vuestro pacto con la muerte, y vuestro convenio con el Seol no será
firme; cuando pase el turbión del azote,
seréis de él pisoteados. 19Luego que comience a pasar, él os
arrebatará; porque de mañana en mañana pasará, de día y de noche; y será ciertamente espanto el entender lo oído.
20La
cama será
corta para poder estirarse, y la manta estrecha para poder envolverse. 21Porque Jesús se levantará como
en el monte Perazim,
como en el valle de Gabaón se enojará; para hacer su obra, su extraña obra, y para hacer su
operación, su extraña operación. 22Ahora, pues, no os burléis, para
que no se aprieten más vuestras ataduras; porque destrucción ya determinada sobre toda la tierra he oído del Señor, Jesús de los ejércitos. 23Estad
atentos, y oíd mi voz; atended, y oíd mi dicho. 24El que ara para sembrar,
¿arará todo el día? ¿Romperá y quebrará los terrones de la tierra? 25Cuando
ha igualado su superficie, ¿no derrama el eneldo, siembra el comino, pone el
trigo en hileras, y la cebada en el lugar señalado, y la avena en su borde
apropiado? 26Porque su Dios le instruye, y le enseña lo recto; 27que
el eneldo no se trilla con trillo, ni sobre el comino se pasa rueda de carreta;
sino que con un palo se sacude el eneldo, y el comino con una vara. 28El
grano se trilla; pero no lo trillará para siempre, ni lo comprime con la rueda
de su carreta, ni lo quebranta con los dientes de su trillo. 29También
esto salió de Jesús de los ejércitos, para hacer maravilloso el consejo y
engrandecer la sabiduría.” (Isa.
28:1-29)
Hay veces que cuando la gente que no cree en Dios,
tenemos algo nos quiere arrebatar es mejor dárselos para vivir en paz y luego
hacer lo mismo, y lo mismo hasta que nos dejen de molestar, ya que donde
estemos Dios nos prosperará. Esto sucedió al pueblo de Dios que moraba en el
valle de Gerar.
“17E Isaac se fue de allí, y acampó en
el valle de Gerar, y habitó allí. 18Y
volvió a abrir Isaac los pozos de agua que habían abierto en los días de
Abraham su padre, y que los filisteos habían cegado después de la muerte de Abraham;
y los llamó por los nombres que su padre los había llamado. 19Pero cuando
los siervos de
Isaac cavaron
en el valle,
y hallaron allí un pozo de aguas vivas, 20los pastores de Gerar riñeron con los pastores de Isaac, diciendo: El
agua es nuestra. Por eso llamó el nombre del pozo Esek, porque habían altercado
con él. 21Y abrieron otro pozo, y también riñeron sobre él; y llamó
su nombre Sitna. 22Y se apartó de allí, y abrió otro pozo, y no riñeron sobre él; y llamó su nombre
Rehobot, y dijo: Porque ahora Jesús nos ha prosperado, y fructificaremos en la
tierra.” (Gén 26:17-22)
Este valle es dado por Jesús para sepultar a Gog su
tropa y los pueblos que moran con seguridad al cabo de los años, cuando quiera subir contra una tierra indefensa, contra gentes tranquilas que habitan
confiadamente; todas ellas habitan sin muros, y no tienen cerrojos ni puertas
“1Vino a mí
palabra de Jesús, diciendo: 2Hijo de hombre, pon tu rostro contra
Gog en tierra de Magog, príncipe soberano de Mesec y Tubal, y
profetiza contra él, 3y di: Así ha dicho Jesús el Señor: He aquí,
yo estoy contra ti, oh Gog, príncipe soberano de Mesec y Tubal. 4Y
te quebrantaré, y pondré garfios en tus quijadas, y te sacaré a ti y a todo tu
ejército, caballos y jinetes, de todo en todo equipados, gran multitud con
paveses y escudos, teniendo todos ellos espadas; 5Persia, Cus y Fut
con ellos; todos ellos con escudo y yelmo; 6Gomer, y todas sus
tropas; la casa de Togarma, de los confines del norte, y todas sus tropas;
muchos pueblos contigo. 7Prepárate y
apercíbete, tú y toda tu multitud que se ha reunido a
ti, y sé tú su guarda. 8De aquí a muchos días serás visitado; al
cabo de años vendrás a la tierra salvada de la espada, recogida de muchos pueblos, a los montes de Israel, que siempre fueron
una desolación; mas fue sacada de las naciones, y todos ellos
morarán confiadamente. 9Subirás tú, y vendrás como tempestad; como
nublado para cubrir la tierra serás tú y todas tus tropas, y muchos pueblos contigo. 10Así
ha dicho Jesús el Señor: En aquel día subirán
palabras en tu corazón, y concebirás mal pensamiento, 11y
dirás: Subiré contra una tierra indefensa, iré contra gentes tranquilas que habitan
confiadamente; todas ellas habitan sin muros, y no tienen cerrojos ni puertas; 12para
arrebatar despojos y para tomar botín, para poner tus manos sobre las tierras desiertas ya pobladas,
y sobre el pueblo recogido de entre las naciones, que se hace de ganado y posesiones, que mora
en la parte central de la tierra. 13Sabá y Dedán, y los
mercaderes de Tarsis y todos sus príncipes, te dirán: ¿Has venido a arrebatar
despojos? ¿Has reunido tu multitud para tomar botín, para quitar plata y oro,
para tomar ganados y posesiones, para tomar grandes despojos? 14Por
tanto, profetiza, hijo de hombre, y di a Gog: Así
ha dicho Jesús el Señor: En aquel tiempo, cuando mi pueblo
Israel habite con seguridad, ¿no lo sabrás
tú? 15Vendrás de tu lugar, de las regiones del norte, tú y muchos pueblos contigo, todos
ellos a caballo,
gran multitud y poderoso ejército, 16y subirás contra mi pueblo Israel como
nublado para cubrir la tierra; será al cabo de los días; y te traeré sobre mi tierra, para que las naciones me conozcan, cuando sea santificado en ti, oh Gog, delante de sus ojos. 17Así
ha dicho Jesús el Señor: ¿No eres tú aquel de quien hablé yo en tiempos
pasados por mis siervos los profetas de Israel, los cuales profetizaron en
aquellos tiempos que yo te había de traer sobre ellos? 18En aquel tiempo, cuando venga Gog contra la tierra de Israel, dijo Jesús el Señor, subirá mi ira y
mi enojo. 19Porque he hablado en mi celo, y en el fuego de mi ira: Que en aquel tiempo
habrá gran temblor sobre la tierra de Israel; 20que
los peces del mar, las aves del cielo, las bestias del campo y toda serpiente que se arrastra sobre la tierra, y todos los hombres que están sobre la faz de la tierra, temblarán ante mi presencia; y se desmoronarán los montes, y los vallados caerán, y todo muro caerá a tierra. 21Y
en todos mis montes llamaré contra él la espada, dice Jesús el Señor; la espada de cada cual será contra su hermano. 22Y
yo litigaré contra él con pestilencia y con sangre; y haré llover sobre él, sobre sus tropas y sobre los muchos pueblos
que están con él, impetuosa lluvia, y piedras de granizo, fuego y azufre. 23Y seré engrandecido y
santificado, y seré conocido ante los ojos de muchas naciones; y sabrán que yo
soy Jesús.” (Eze. 38:1-23)
“1Tú pues, hijo de hombre, profetiza contra Gog, y di:
Así ha dicho Jesús el Señor: He aquí yo estoy contra ti, oh Gog, príncipe
soberano de Mesec y Tubal. 2Y te quebrantaré, y te conduciré y te
haré subir de las partes del norte, y te traeré sobre los montes de Israel;
3y sacaré tu arco de tu mano izquierda, y derribaré tus saetas de tu mano
derecha. 4Sobre los montes de Israel caerás tú y todas tus tropas, y los pueblos que fueron contigo; a aves de rapiña de toda especie, y a las fieras del campo, te he dado por comida. 5Sobre la faz del campo caerás; porque yo he hablado, dice Jesús el Señor. 6Y enviaré fuego sobre Magog, y sobre los que moran con seguridad en las costas; y sabrán que yo soy Jesús. 7Y haré notorio mi santo nombre en
medio de mi pueblo Israel, y nunca más dejaré profanar mi santo nombre; y sabrán
las naciones que yo soy Jesús, el Santo en Israel. 8He aquí viene,
y se cumplirá, dice Jesús el Señor; este es el día del cual he hablado. 9Y los moradores
de las ciudades de Israel saldrán, y encenderán y quemarán armas, escudos, paveses, arcos y saetas, dardos de mano y lanzas; y los quemarán
en el fuego por
siete años. 10No traerán leña del campo, ni cortarán de los bosques, sino quemarán las armas
en el fuego; y despojarán a sus despojadores, y robarán a los que les robaron, dice Jesús el Señor. 11En aquel tiempo yo daré a Gog lugar para sepultura allí en Israel, el valle de los
que pasan al oriente del mar; y obstruirá el paso a los transeúntes, pues allí
enterrarán a Gog y a toda su multitud; y lo llamarán el Valle de Hamón-gog. 12Y la casa de Israel los estará
enterrando por siete meses, para limpiar la tierra. 13Los enterrará
todo el pueblo de la tierra; y será para ellos célebre el día en que yo sea
glorificado, dice Jesús el Señor. 14Y tomarán hombres a jornal que
vayan por el país con los que viajen, para enterrar a los que queden sobre la
faz de la tierra, a fin de limpiarla; al cabo de siete meses harán el
reconocimiento. 15Y pasarán los que irán por el país, y el que vea los huesos de algún hombre pondrá junto a
ellos una señal, hasta que los entierren los sepultureros en el valle de Hamón-gog. 16Y también el nombre de
la ciudad será Hamona; y limpiarán la tierra. 17Y tú, hijo de
hombre, así ha dicho Jesús el Señor: Di a las aves de toda especie, y a toda
fiera del campo: Juntaos, y venid; reuníos de todas partes a mi víctima que
sacrifico para vosotros, un sacrificio grande sobre los montes de Israel; y
comeréis carne y beberéis sangre. 18Comeréis carne de fuertes, y
beberéis sangre de príncipes de la tierra; de carneros, de corderos, de machos
cabríos, de bueyes y de toros, engordados todos en Basán. 19Comeréis
grosura hasta saciaros, y beberéis hasta embriagaros de sangre de las víctimas
que para vosotros sacrifiqué. 20Y os saciaréis sobre mi mesa, de
caballos y de jinetes fuertes y de todos los hombres de guerra, dice Jesús el
Señor. 21Y pondré mi gloria entre las naciones, y todas las naciones
verán mi juicio que habré hecho, y mi mano que sobre ellos puse. 22Y de aquel día en adelante sabrá la
casa de Israel que yo soy Jesús su Dios. 23Y sabrán las naciones que la
casa de Israel fue llevada cautiva por su pecado, por cuanto se rebelaron
contra mí, y yo escondí de ellos mi rostro, y los entregué en manos de sus
enemigos, y cayeron todos a espada. 24Conforme a su inmundicia y
conforme a sus rebeliones hice con ellos, y de ellos escondí mi rostro. 25Por
tanto, así ha dicho Jesús el Señor: Ahora volveré la cautividad de Jacob, y
tendré misericordia de toda la casa de Israel, y me mostraré celoso por mi
santo nombre. 26Y ellos sentirán su vergüenza, y toda su rebelión
con que prevaricaron contra mí, cuando habiten en su tierra con seguridad, y no
haya quien los espante; 27cuando los saque de entre los pueblos, y los reúna de
la tierra de
sus enemigos,
y sea santificado en ellos ante los ojos de muchas naciones. 28Y sabrán que yo soy Jesús su
Dios, cuando después de haberlos llevado al cautiverio entre las naciones, los
reúna sobre su tierra, sin dejar allí a ninguno de ellos. 29Ni esconderé
más de ellos mi rostro; porque habré derramado de mi Espíritu sobre la casa de
Israel, dice Jesús el Señor.” (Eze. 39:1-29)
Para comprender a que tiempo sube Gog al campamento de
los santos veamos la siguiente cita siguiente:
“4Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que
recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del
testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la
bestia ni a su imagen, y que no recibieron la
marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. 5Pero
los otros muertos no volvieron a vivir hasta
que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. 6Bienaventurado
y santo el que tiene parte en la primera resurrección;
la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de
Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años. 7Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, 8y saldrá a engañar
a las naciones que
están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la
arena del mar. 9Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon
el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y
los consumió. 10Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago
de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán
atormentados día y noche por los siglos de los siglos.” (Apoc. 20:6-10)
Obsérvese que la
batalla de Gog y Magog contra el campamento de los santos y la ciudad amada es
después de los mil años y de haber pasado la primera resurrección.
Para entender
cuáles intervienen en el ataca a la ciudad amada ver el siguiente mapa que nos
indica cómo se distribuyeron los descendientes de los hijos de Noé:
En los valles no solo existen personajes malas, hay
personajes que inclusive nos puede ayudar a encontrar lo que estamos buscando, esto
aconteció en este valle
“12Después fueron sus hermanos a
apacentar las ovejas de su padre en Siquem. 13Y dijo Israel a José:
Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem: ven, y te enviaré a ellos. Y él
respondió: Heme aquí. 14E Israel le dijo: Ve ahora, mira cómo están
tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la respuesta. Y lo envió del valle de Hebrón, y llegó a Siquem. 15Y lo halló un hombre, andando él
errante por el campo, y le preguntó aquel hombre, diciendo: ¿Qué buscas? 16José respondió: Busco a mis hermanos; te ruego que me muestres dónde están apacentando. 17Aquel
hombre respondió:
Ya se han ido de aquí; y yo les oí decir: Vamos a Dotán. Entonces José fue tras de sus hermanos, y
los halló en Dotán.” (Gén. 37:12-17)
Imágenes de Hebrón
Es el valle que fue dado a la tribu de
Judá por posesión donde queda Jerusalén.
“1La parte que tocó en
suerte a la tribu de los hijos de Judá, conforme a sus familias,
llegaba hasta la frontera de Edom, teniendo el desierto de Zin al sur como
extremo meridional. 2Y su límite por el lado del sur fue desde la
costa del Mar Salado, desde la bahía que mira hacia el sur; 3y salía
hacia el sur de la subida de Acrabim, pasando hasta Zin; y subiendo por el sur
hasta Cades-barnea, pasaba a Hezrón, y subiendo por Adar daba vuelta a Carca.
4De allí pasaba a Asmón, y salía al arroyo de Egipto, y terminaba en el
mar. Este, pues, os será el límite del sur. 5El límite oriental es
el Mar Salado hasta la desembocadura del Jordán. Y el límite del lado del
norte, desde la bahía del mar en la desembocadura del Jordán; 6y
sube este límite por Bet-hogla, y pasa al norte de Bet-arabá, y de aquí sube a
la piedra de Bohán hijo de Rubén. 7Luego sube a Debir desde el valle
de Acor; y al norte mira sobre Gilgal, que está enfrente de la subida de
Adumín, que está al sur del arroyo; y pasa hasta las aguas de En-semes, y sale
a la fuente de Rogel. 8Y sube este límite por el valle del hijo de Hinom al lado sur del jebuseo, que es Jerusalén.” (Jos. 15:1-8)
“25Tocante a las aldeas y sus tierras, algunos de los hijos de Judá habitaron en
Quiriat-arba y sus aldeas, en Dibón y sus aldeas, en Jecabseel y sus aldeas,
26en Jesúa, Molada y Bet-pelet, 27en Hazar-sual, en Beerseba y
sus aldeas, 28en Siclag, en Mecona y sus aldeas, 29en
En-rimón, en Zora, en Jarmut, 30en Zanoa, en Adulam y sus aldeas, en
Laquis y sus tierras, y en Azeca y sus aldeas. Y habitaron desde Beerseba hasta el valle de Hinom.” (Neh. 11:25-31)
Veamos imágenes del valle de Himom
ocupado por Israel tal como dice las Sagradas Escrituras
En este valle el rey Acaz que hizo lo
malo ante los ojos de Jesús quemo incienso en este valle
“1De veinte
años era Acaz cuando comenzó a reinar, y dieciséis años reinó en Jerusalén; mas no hizo lo recto ante los ojos de Jesús, como David su padre. 2Antes anduvo
en los caminos de los reyes de Israel, y además hizo imágenes fundidas a los
baales. 3Quemó también incienso en el valle de los hijos de Hinom, e hizo pasar a sus hijos
por fuego, conforme a las abominaciones de las naciones que Jesús había
arrojado de la presencia de los hijos de Israel. 4Asimismo sacrificó
y quemó incienso en los lugares altos, en los collados, y debajo de todo árbol
frondoso. 5Por lo cual Jesús su Dios lo entregó en manos del rey
de los sirios, los cuales lo derrotaron, y le tomaron gran número de
prisioneros que llevaron a Damasco. Fue también entregado en manos del rey de
Israel, el cual lo batió con gran mortandad.” (2Cron. 28:1-5)
En ente valle Manases que hizo lo malo
ante los ojos de Jesús paso a sus hijos por fuego
“1De doce años era Manasés cuando comenzó a reinar, y cincuenta y cinco años reinó en Jerusalén. 2Pero hizo lo malo ante los ojos de Jesús, conforme a las abominaciones de las naciones que Jesús había echado de
delante de los hijos de Israel. 3Porque él
reedificó los lugares altos que Ezequías su padre había derribado, y levantó
altares a los baales, e hizo imágenes de Asera, y adoró a todo el ejército de
los cielos, y les rindió culto. 4Edificó también altares en la casa
de Jesús, de la cual había dicho Jesús: En Jerusalén estará mi nombre
perpetuamente. 5Edificó asimismo altares a todo el ejército de los cielos en los dos atrios de la casa de Jesús. 6Y pasó sus hijos por fuego en el valle del hijo de Hinom; y observaba los tiempos,
miraba en agüeros, era dado a adivinaciones, y consultaba a adivinos y
encantadores; se excedió en hacer lo malo ante los ojos de Jesús, hasta
encender su ira.” (2Cron.
33:1-6)
En este valle los
hijos de Judá hicieron lo malo ante los ojos de Jesús y Jesús les entrego
para que sean comidos por las aves ya que con sus abominaciones contaminaron la
casa donde se invocaba el nombre de Dios este valle fue cambiado de nombre por
Dios por valle de matanza.
“30Porque los hijos de Judá han hecho lo malo ante
mis ojos, dice Jesús; pusieron sus
abominaciones en la casa sobre la cual fue invocado mi nombre, amancillándola. 31Y han edificado los lugares altos de
Tofet, que está en el valle del hijo de Hinom, para quemar al fuego a sus hijos
y a sus hijas, cosa que yo no les mandé, ni subió en mi corazón. 32Por tanto, he aquí vendrán días, ha dicho Jesús, en que no se
diga más, Tofet,
ni valle del
hijo de Hinom,
sino Valle de
la Matanza;
y serán enterrados en Tofet, por no haber lugar. 33Y serán los cuerpos muertos de este pueblo para comida de
las aves del
cielo y de
las bestias de
la tierra;
y no habrá quien las espante. 34Y haré cesar de las
ciudades de Judá, y de las calles de Jerusalén, la voz de gozo y la voz de
alegría, la voz del esposo y la voz de la esposa; porque
la tierra será
desolada.” (Jer. 7:30-34)
Imágenes de Tofet
hecho cementerio tal como dice las Sagradas Escrituras
“1Así dijo Jesús: Ve y compra una vasija de barro del alfarero, y lleva contigo de los ancianos
del pueblo, y de los ancianos de los sacerdotes; 2y saldrás al valle del hijo de Hinom, que está
a la entrada de la puerta oriental, y proclamarás allí las palabras que yo te
hablaré. 3Dirás, pues: Oíd palabra de Jesús, oh reyes de Judá, y moradores de Jerusalén. Así dice Jesús de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo traigo mal sobre este lugar, tal que a todo el que lo oyere, le
retiñan los oídos. 4Porque me dejaron, y enajenaron este lugar, y
ofrecieron en él incienso a dioses ajenos, los cuales no habían
conocido ellos, ni sus padres, ni los reyes de Judá; y llenaron este
lugar de sangre de inocentes. 5Y
edificaron lugares altos a Baal, para quemar con fuego a sus hijos en holocaustos al mismo Baal; cosa que no les mandé, ni hablé, ni me vino al
pensamiento. 6Por tanto, he aquí vienen días, dice
Jesús, que este lugar no se llamará más Tofet, ni valle del hijo de Hinom, sino Valle de la Matanza. 7Y desvaneceré el consejo de Judá y de Jerusalén en este lugar, y les haré caer a
espada delante de sus enemigos, y en las manos de los que buscan sus vidas; y daré sus cuerpos para comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra. 8Pondré a
esta ciudad por espanto y burla; todo aquel que pasare por ella se asombrará, y
se burlará sobre toda su destrucción. 9Y les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas, y cada uno comerá la carne de su amigo, en el asedio y
en el apuro con que los estrecharán sus enemigos y los que buscan sus vidas. 10Entonces quebrarás la vasija ante los ojos de los varones que van contigo, 11y les
dirás: Así ha dicho Jesús de los ejércitos: Así quebrantaré a este pueblo y a esta ciudad, como quien quiebra una vasija de barro, que no se puede
restaurar más; y en Tofet se enterrarán, porque no habrá otro
lugar para enterrar. 12Así haré a este lugar, dice Jesús, y a sus
moradores, poniendo esta ciudad como Tofet. 13Las casas de
Jerusalén, y las casas de los reyes de Judá, serán como el lugar de Tofet,
inmundas, por todas las casas sobre cuyos tejados ofrecieron incienso a todo el
ejército del cielo, y vertieron libaciones a dioses ajenos.” (Jer. 19:1-13)
Dios en este valle da camino para que
su pueblo Israel le tema perpetuamente y Dios les haga bien a ellos y a sus
hijos, y les pondrá temor en el corazón de ellos para que no se aparten de él y
les plantara en esta tierra en verdad con todo su corazón y con toda su alma.
“30Porque los hijos de Israel y los
hijos de Judá no han hecho sino lo malo delante de mis ojos desde su juventud;
porque los hijos de Israel no han hecho más que provocarme a ira con la obra de
sus manos, dice Jesús. 31De tal manera que para enojo mío y para
ira mía me ha sido esta ciudad desde el día que la edificaron hasta hoy, para
que la haga quitar de mi presencia, 32por toda la maldad de los
hijos de Israel y de los hijos de Judá, que han hecho para enojarme, ellos, sus
reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas, y los varones de Judá y
los moradores de Jerusalén. 33Y me volvieron la cerviz, y no el
rostro; y cuando los enseñaba desde temprano y sin cesar, no escucharon para
recibir corrección. 34Antes pusieron sus abominaciones en la casa en
la cual es invocado mi nombre, contaminándola. 35Y edificaron
lugares altos a Baal, los cuales están en el valle del hijo de Hinom, para
hacer pasar por el fuego sus hijos y sus hijas a Moloc; lo cual no les mandé,
ni me vino al pensamiento que hiciesen esta abominación, para hacer pecar a
Judá. 36Y con todo, ahora así dice Jesús Dios de Israel a esta ciudad, de la cual decís
vosotros: Entregada será en mano del rey de Babilonia a espada, a hambre y a pestilencia: 37He aquí
que yo los reuniré de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo e indignación grande;
y los haré volver a este lugar, y los haré habitar seguramente; 38y me serán
por pueblo,
y yo seré a ellos por Dios. 39Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman
perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos. 40Y
haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y
pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí. 41Y me alegraré con ellos
haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra
en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma.”
(Jer. 32:30-41)
Este valle representa al pueblo de
Dios que él les hace vivir a pesar que sus huesos estén secos.
“1La mano de Jesús vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jesús, y me puso en medio
de un valle que estaba lleno de huesos. 2Y me hizo pasar cerca
de ellos por todo en derredor; y he aquí que
eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos
en gran manera. 3Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jesús, tú lo sabes. 4Me dijo
entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jesús. 5Así ha
dicho Jesús el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. 6Y
pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis;
y sabréis que yo soy Jesús. 7Profeticé, pues, como
me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. 8Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en
ellos espíritu. 9Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jesús el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. 10Y
profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron,
y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo. 11Me
dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos. 12Por
tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jesús el Señor: He aquí yo abro
vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir
de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. 13Y
sabréis que yo soy Jesús, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de
vuestras sepulturas, pueblo mío. 14Y
pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os
haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jesús hablé, y lo hice, dice
Jesús.”
(Eze. 37:1-14)
Estos valles fueron tomados por Josué
derrotando a sus enemigos, ya que Jesús endureció el corazón de sus enemigos
para que resistieran con guerra a Israel para destruirlos y que no les fuera
hecho misericordia sino que fueran desarraigados.
“16Tomó, pues, Josué toda aquella tierra, las montañas, todo el Neguev, toda la tierra de Gosén, los llanos, el Arabá, las montañas de Israel y sus valles. 17Desde el monte Halac, que sube hacia Seir, hasta Baal-gad en la llanura del Líbano, a la falda del monte Hermón; tomó asimismo a todos sus reyes, y los hirió y mató. 18Por mucho tiempo tuvo guerra Josué con estos reyes. 19No hubo ciudad que hiciese paz con los hijos de Israel, salvo los heveos que moraban en Gabaón; todo lo tomaron en guerra. 20Porque esto vino de Jesús, que endurecía el corazón de ellos para que resistiesen con guerra a Israel, para destruirlos, y que no les fuese hecha misericordia, sino que fuesen desarraigados, como Jesús lo había mandado a Moisés.” (Jos. 11:16-20)
Los que toman los montes y valles de
Israel a la fuerza pensando que es dado a ellos por heredad Dios toma venganza
de ellos y llevan su afrenta.
“1Tú, hijo de hombre, profetiza a los montes de Israel, y di: Montes de Israel, oíd palabra de Jesús. 2Así ha
dicho Jesús el Señor: Por cuanto el enemigo dijo de vosotros: ¡Ea! también las alturas eternas nos han sido dadas por heredad; 3profetiza, por tanto,
y di: Así ha dicho Jesús el Señor: Por cuanto os
asolaron y os tragaron de todas partes, para que fueseis heredad de las otras naciones, y se os ha hecho caer en boca de habladores y ser el oprobio de los pueblos, 4por tanto, montes de Israel, oíd palabra de Jesús el Señor: Así ha dicho Jesús el Señor a los montes y a los collados, a los arroyos y a los valles, a las ruinas y asolamientos y a las ciudades desamparadas, que fueron puestas por
botín y escarnio de las otras naciones alrededor; 5por
eso, así ha dicho Jesús el Señor: He hablado por cierto en el fuego de mi celo
contra las demás naciones, y contra todo Edom, que se disputaron mi tierra por
heredad con alegría, de todo corazón y con enconamiento de ánimo, para que sus
expulsados fuesen presa suya. 6Por
tanto, profetiza sobre la tierra de Israel, y di a los montes y a los collados, y a los arroyos y a los valles: Así ha dicho Jesús el Señor: He aquí, en mi celo
y en mi furor he hablado, por cuanto habéis llevado el oprobio de las naciones. 7Por lo cual así ha
dicho Jesús el Señor: Yo he alzado mi mano, he jurado que las naciones que están a vuestro
alrededor han de llevar su afrenta. 8Mas vosotros, oh montes de Israel,
daréis vuestras ramas, y llevaréis vuestro fruto para mi pueblo Israel; porque
cerca están para venir. 9Porque he aquí, yo
estoy por vosotros, y a vosotros me volveré, y seréis labrados y sembrados. 10Y haré
multiplicar sobre vosotros hombres, a toda la casa de Israel, toda ella; y las ciudades
serán habitadas, y edificadas las ruinas. 11Multiplicaré sobre vosotros
hombres y ganado, y serán multiplicados y crecerán; y os haré morar como
solíais antiguamente, y os haré mayor bien que en vuestros principios; y
sabréis que yo soy Jesús. 12Y haré andar hombres sobre vosotros, a
mi pueblo Israel; y tomarán posesión de ti, y les serás por heredad, y nunca
más les matarás los hijos. 13Así ha dicho Jesús el Señor: Por
cuanto dicen de vosotros: Comedora de hombres, y matadora de los hijos de tu
nación has sido; 14por tanto, no devorarás más hombres, y nunca más
matarás a los hijos de tu nación, dice Jesús el Señor. 15Y nunca
más te haré oír injuria de naciones, ni más llevarás denuestos de pueblos, ni
harás más morir a los hijos de tu nación, dice Jesús el Señor. 16Vino
a mí palabra de Jesús, diciendo: 17Hijo de hombre, mientras la casa de Israel moraba en su tierra, la contaminó con
sus caminos y
con sus obras;
como inmundicia de menstruosa fue su camino delante de mí. 18Y derramé mi ira sobre ellos por la sangre que derramaron
sobre la tierra;
porque con sus ídolos la contaminaron. 19Les
esparcí por las naciones, y fueron dispersados por las tierras; conforme a sus
caminos y conforme a sus obras les juzgué. 20Y cuando llegaron a las
naciones adonde fueron, profanaron mi santo nombre, diciéndose de ellos: Estos
son pueblo de Jesús, y de la tierra de él han salido. 21Pero he tenido
dolor al ver mi santo nombre profanado por la casa de Israel entre las naciones adonde fueron. 22Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho Jesús el Señor: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa
de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis
llegado. 23Y santificaré mi grande nombre, profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y
sabrán las naciones que yo soy Jesús, dice Jesús el Señor, cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos. 24Y yo
os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a
vuestro país. 25Esparciré sobre vosotros agua limpia, y
seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos
os limpiaré. 26Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de
vosotros; y
quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. 27Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que
andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. 28Habitaréis en la tierra que di a vuestros
padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios. 29Y os guardaré de todas vuestras
inmundicias; y llamaré al trigo, y lo multiplicaré, y no os daré hambre. 30Multiplicaré
asimismo el fruto de los árboles, y el fruto de los campos, para que nunca más recibáis
oprobio de hambre entre las naciones. 31Y os acordaréis de vuestros
malos caminos, y de vuestras obras que no fueron buenas; y os avergonzaréis de
vosotros mismos por vuestras iniquidades y por vuestras abominaciones. 32No lo hago por
vosotros,
dice Jesús el
Señor,
sabedlo bien; avergonzaos y cubríos de confusión por vuestras iniquidades, casa de Israel. 33Así
ha dicho Jesús el Señor: El día que os limpie de todas vuestras iniquidades, haré
también que sean habitadas las ciudades, y las ruinas serán reedificadas. 34Y la tierra
asolada será labrada, en lugar de haber permanecido asolada a ojos de todos los
que pasaron. 35Y dirán: Esta tierra que era asolada ha venido a ser como
huerto del Edén; y estas ciudades que eran desiertas y asoladas y
arruinadas, están fortificadas y habitadas. 36Y las naciones que queden en
vuestros alrededores sabrán que yo reedifiqué lo que estaba derribado, y planté
lo que estaba desolado; yo Jesús he hablado, y lo haré. 37Así ha
dicho Jesús el Señor: Aún seré solicitado por la casa de Israel, para hacerles
esto; multiplicaré los hombres como se multiplican los rebaños. 38Como
las ovejas consagradas, como las ovejas de Jerusalén en sus fiestas solemnes,
así las ciudades desiertas serán llenas de rebaños de hombres; y sabrán que yo
soy Jesús.” (Eze. 36:1-38)
Este valle es
dado en posesión a la tribu de Zabulón en los tiempos de Josué.
“10La tercera suerte tocó
a los hijos de Zabulón conforme a sus familias; y el
territorio de su heredad fue hasta Sarid. 11Y su límite sube hacia
el occidente a Marala, y llega hasta Dabeset, y de allí hasta el arroyo que
está delante de Jocneam; 12y gira de Sarid hacia el oriente, hacia
donde nace el sol, hasta el límite de Quislot-tabor, sale a Daberat, y sube a
Jafía. 13Pasando de allí hacia el lado oriental a Gat-hefer y a
Ita-cazín, sale a Rimón rodeando a Nea. 14Luego, al norte, el límite
gira hacia Hanatón, viniendo a salir al valle de Jefte-el; 15y abarca Catat, Naalal,
Simrón, Idala y Belén; doce ciudades con sus aldeas. 16Esta es la
heredad de los hijos de Zabulón conforme a sus familias; estas ciudades con sus
aldeas.” (Jos. 19:10-16)
En este valle
derroto Gedeón con 300 hombres a los madianitas y amalecitas y los hijos del oriente cuyo ejército
superaba a 120.000 hombres de Guerra.
“1Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jesús; y Jesús los entregó en mano de
Madián por siete años. 2Y la mano de
Madián prevaleció contra Israel. Y los hijos de Israel, por causa de los
madianitas, se hicieron cuevas en los montes, y cavernas, y lugares
fortificados. 3Pues sucedía que cuando Israel había sembrado, subían los madianitas y amalecitas y los hijos del oriente contra ellos; subían y los atacaban. 4Y
acampando contra ellos destruían los frutos de la tierra, hasta llegar a Gaza;
y no dejaban qué comer en Israel, ni ovejas, ni bueyes, ni asnos. 5Porque
subían ellos y sus ganados, y venían con sus tiendas en grande multitud como
langostas; ellos y sus camellos eran innumerables; así venían a la tierra para
devastarla. 6De este modo
empobrecía Israel en gran manera por causa de Madián; y los hijos de Israel clamaron a Jesús. 7Y cuando los hijos de Israel
clamaron a Jesús, a causa de los madianitas, 8Jesús envió a los
hijos de Israel un varón profeta, el cual les dijo: Así ha dicho Jesús Dios de
Israel: Yo os hice salir de Egipto, y os saqué de la casa de servidumbre. 9Os
libré de mano de los egipcios, y de mano de todos los que os afligieron, a los
cuales eché de delante de vosotros, y os di su tierra; 10y os dije: Yo soy Jesús vuestro Dios; no temáis a los dioses
de los amorreos, en cuya tierra habitáis; pero no habéis obedecido a mi voz. 11Y vino el ángel de Jesús, y
se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita;
y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los
madianitas. 12Y el ángel de Jesús se le apareció, y le dijo: Jesús
está contigo, varón esforzado y valiente. 13Y Gedeón le respondió:
Ah, señor mío, si Jesús está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo
esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado,
diciendo: ¿No nos sacó Jesús de Egipto? Y ahora Jesús nos ha desamparado, y
nos ha entregado en mano de los madianitas. 14Y mirándole Jesús, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y
salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo? 15Entonces
le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor
en la casa de mi padre. 16Jesús le dijo: Ciertamente yo
estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre. 17Y
él respondió: Yo te ruego que si he hallado gracia delante de ti, me des señal
de que tú has hablado conmigo. 18Te ruego que no te vayas de aquí
hasta que vuelva a ti, y saque mi ofrenda y la ponga delante de ti. Y él
respondió: Yo esperaré hasta que vuelvas. 19Y entrando Gedeón,
preparó un cabrito, y panes sin levadura de un efa de harina; y puso la carne
en un canastillo, y el caldo en una olla, y sacándolo se lo presentó debajo de
aquella encina. 20Entonces el ángel de Dios le dijo: Toma la carne y
los panes sin levadura, y ponlos sobre esta peña, y vierte el caldo. Y él lo
hizo así. 21Y extendiendo el ángel de Jesús el báculo que tenía en
su mano, tocó con la punta la carne y los panes sin levadura; y subió fuego de
la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel de
Jesús desapareció de su vista. 22Viendo entonces Gedeón que era el
ángel de Jesús, dijo: Ah, Señor Jesús, que he visto al ángel de Jesús cara a
cara. 23Pero Jesús le dijo: Paz a ti; no tengas temor, no morirás. 24Y
edificó allí Gedeón altar a Jesús, y lo llamó Jesús-salom; el cual permanece
hasta hoy en Ofra de los abiezeritas. 25Aconteció que la misma noche
le dijo Jesús: Toma un toro del hato de tu padre, el segundo toro de siete años, y derriba
el altar de Baal que tu padre tiene, y corta
también la imagen de Asera que está junto a él; 26y edifica altar a Jesús tu
Dios en la cumbre de este peñasco en lugar conveniente; y tomando el segundo
toro, sacrifícalo en holocausto con la madera de la imagen de Asera que habrás
cortado. 27Entonces Gedeón tomó diez hombres de sus siervos, e hizo
como Jesús le dijo. Mas temiendo hacerlo de día, por la familia de su padre y
por los hombres de la ciudad, lo hizo de noche. 28Por la mañana,
cuando los de la ciudad se levantaron, he aquí que el altar de Baal estaba
derribado, y cortada la imagen de Asera que estaba junto a él, y el segundo
toro había sido ofrecido en holocausto sobre el altar edificado. 29Y
se dijeron unos a otros: ¿Quién ha hecho esto? Y buscando e inquiriendo, les
dijeron: Gedeón hijo de Joás lo ha hecho. Entonces los hombres de la ciudad
dijeron a Joás: 30Saca a tu hijo para que muera, porque ha derribado
el altar de Baal y ha cortado la imagen de Asera que estaba junto a él. 31Y
Joás respondió a todos los que estaban junto a él: ¿Contenderéis vosotros por
Baal? ¿Defenderéis su causa? Cualquiera que contienda por él, que muera esta
mañana. Si es un dios, contienda por sí mismo con el que derribó su altar. 32Aquel día Gedeón fue llamado Jerobaal, esto es: Contienda
Baal contra
él, por cuanto derribó su altar. 33Pero todos los madianitas
y amalecitas
y los del oriente
se juntaron a una, y pasando acamparon en el
valle de Jezreel. 34Entonces el Espíritu de Jesús vino sobre Gedeón, y cuando éste tocó el cuerno, los abiezeritas se reunieron con él. 35Y envió
mensajeros por todo Manasés, y ellos también se juntaron con él; asimismo envió
mensajeros a Aser, a Zabulón y a Neftalí, los cuales salieron a encontrarles. 36Y Gedeón dijo a Dios: Si has de
salvar a Israel por mi mano, como has dicho, 37he aquí que yo pondré
un vellón de lana en la era; y si el rocío estuviere en el vellón solamente,
quedando seca toda la otra tierra, entonces entenderé que salvarás a Israel por
mi mano, como lo has dicho. 38Y aconteció así, pues cuando se
levantó de mañana, exprimió el vellón y sacó de él el rocío, un tazón lleno de
agua. 39Mas Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si
aún hablare esta vez; solamente probaré ahora otra vez con el vellón. Te ruego
que solamente el vellón quede seco, y el rocío sobre la tierra. 40Y
aquella noche lo hizo Dios así; sólo el vellón quedó seco, y en toda la tierra
hubo rocío. 1Levantándose, pues, de mañana Jerobaal, el cual es Gedeón,
y todo el pueblo que estaba con él, acamparon junto a la fuente de Harod; y
tenía el campamento de los madianitas al norte, más allá del collado de More,
en el valle. 2Y Jesús dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para
que yo entregue a los madianitas en
su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado. 3Ahora,
pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca,
madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del
pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil. 4Y Jesús dijo a Gedeón:
Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que
yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga:
Este no vaya contigo, el tal no irá. 5Entonces llevó el pueblo a las
aguas; y Jesús dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua
como lame el perro, a aquél pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se
doblare sobre sus rodillas para beber. 6Y fue el número de los que lamieron llevando el agua con la mano a su boca, trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló
sobre sus rodillas para beber las aguas. 7Entonces Jesús dijo a
Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré
a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su
lugar. 8Y habiendo tomado provisiones para el pueblo, y sus
trompetas, envió a todos los israelitas cada uno a su tienda, y retuvo a
aquellos trescientos hombres; y tenía el campamento
de Madián abajo
en el valle. 9Aconteció
que aquella noche Jesús le dijo: Levántate, y desciende al campamento; porque
yo lo he entregado en tus manos. 10Y si tienes temor de descender,
baja tú con Fura tu criado al campamento, 11y oirás lo que hablan; y
entonces tus manos se esforzarán, y descenderás al campamento. Y él descendió
con Fura su criado hasta los puestos avanzados de la gente armada que estaba en
el campamento. 12Y los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente estaban tendidos
en el valle como
langostas en
multitud, y sus camellos eran innumerables como la arena
que está a la ribera del mar en multitud.
13Cuando llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando a su
compañero un sueño, diciendo: He aquí yo soñé un sueño: Veía un pan de cebada
que rodaba hasta el campamento de Madián, y llegó a la tienda, y la golpeó de
tal manera que cayó, y la trastornó de arriba abajo, y la tienda cayó. 14Y
su compañero respondió y dijo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón
hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas
con todo el campamento. 15Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su
interpretación, adoró; y vuelto al campamento de Israel, dijo: Levantaos,
porque Jesús ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos. 16Y
repartiendo los trescientos hombres en tres escuadrones, dio a todos ellos
trompetas en sus manos, y cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los
cántaros. 17Y les dijo: Miradme a mí, y haced como hago yo; he aquí
que cuando yo llegue al extremo del campamento, haréis vosotros como hago yo. 18Yo
tocaré la trompeta, y todos los que estarán conmigo; y vosotros tocaréis
entonces las trompetas alrededor de todo el campamento, y diréis: ¡Por Jesús y
por Gedeón! 19Llegaron, pues, Gedeón y los cien hombres que llevaba
consigo, al extremo del campamento, al principio de la guardia de la
medianoche, cuando acababan de renovar los centinelas; y tocaron las trompetas,
y quebraron los cántaros que llevaban en sus manos. 20Y los tres
escuadrones tocaron las trompetas, y quebrando los cántaros tomaron en la mano
izquierda las teas, y en la derecha las trompetas con que tocaban, y gritaron:
¡Por la espada de Jesús y de Gedeón! 21Y
se estuvieron firmes cada uno en su puesto en derredor del campamento; entonces
todo el ejército echó a correr dando gritos y huyendo. 22Y los trescientos tocaban las trompetas; y Jesús puso la espada de cada uno
contra su compañero en todo el campamento. Y el ejército huyó hasta Bet-sita, en dirección de Zerera, y hasta la frontera de Abel-mehola en Tabat. 23Y juntándose los de Israel,
de Neftalí, de Aser y de todo Manasés, siguieron a los madianitas. 24Gedeón
también envió mensajeros por todo el monte de Efraín, diciendo: Descended al
encuentro de los madianitas, y tomad los vados de Bet-bara y del Jordán antes
que ellos lleguen. Y juntos todos los hombres de Efraín, tomaron los vados de
Bet-bara y del Jordán. 25Y tomaron a dos príncipes de los
madianitas, Oreb y Zeeb; y mataron a Oreb en la peña de Oreb, y a Zeeb lo
mataron en el lagar de Zeeb; y después que siguieron a los madianitas, trajeron
las cabezas de Oreb y de Zeeb a Gedeón al otro lado del Jordán.” (Jue.
6:1-40 y Jue. 7:1-25)
Jesús en este valle
quiebra el arco de Israel, porque Dios salvara a su pueblo sin arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos ni jinetes, así
como Gedeón guiado por Dios solo con trompetas y tiestos mato a más de 120.000
hombres de Guerra
“1Palabra de Jesús que vino a Oseas hijo de Beeri, en días de Uzías,
Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey
de Israel. 2El principio de la palabra de Jesús por medio de
Oseas. Dijo Jesús
a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria, e hijos de fornicación; porque la tierra
fornica apartándose de Jesús. 3Fue,
pues, y tomó a Gomer hija de Diblaim, la cual concibió y le dio a luz un hijo. 4Y le dijo Jesús: Ponle por nombre
Jezreel; porque de aquí a poco yo castigaré a la casa de Jehú por causa de la sangre de Jezreel, y haré cesar el reino de la casa de Israel. 5Y en aquel día
quebraré yo el arco de Israel en el valle de Jezreel. 6Concibió
ella otra vez, y dio a luz una hija. Y le dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ruhama,
porque no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del
todo. 7Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y los
salvaré por Jesús su Dios; y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos ni jinetes. 8Después de haber destetado a
Lo-ruhama, concibió y dio a luz un hijo. 9Y dijo Dios: Ponle por
nombre Lo-ammi, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios. 10Con todo, será
el número de los hijos de Israel como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el lugar en donde
les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío, les será dicho: Sois hijos
del Dios viviente. 11Y se congregarán los hijos de Judá y de Israel, y nombrarán un
solo jefe,
y subirán de la tierra; porque el día de Jezreel será grande.” (Oseas 1:1-11)
Primeramente
veamos quien era Josafat
“41Josafat hijo de Asa comenzó a reinar sobre Judá en el
cuarto año de Acab rey de Israel. 42Era Josafat de treinta y cinco años
cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén. El nombre de su
madre fue Azuba hija de Silhi. 43Y anduvo en todo el camino
de Asa su padre, sin desviarse de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jesús. Con todo eso, los lugares altos no
fueron quitados; porque el pueblo sacrificaba aún, y quemaba incienso en ellos” (1Rey. 22:41-43)
En este valle
conocido también como el valle de la decisión, Jesús se sienta para juzgar a
las naciones que están alrededor de Israel, y Jesús rugirá desde Sion y dará
su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra;
pero Jesús será la esperanza de su pueblo
“1Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré volver la
cautividad de Judá y de Jerusalén, 2reuniré
a todas las naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quien
ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra; 3y echaron
suertes sobre mi pueblo, y dieron los niños por una ramera, y vendieron las
niñas por vino para beber. 4Y también, ¿qué tengo
yo con vosotras, Tiro y Sidón, y todo el territorio
de Filistea? ¿Queréis vengaros de mí? Y si de
mí os vengáis, bien pronto haré yo recaer la paga sobre vuestra cabeza. 5Porque habéis llevado mi plata y mi
oro, y mis cosas preciosas y hermosas metisteis en vuestros templos; 6y
vendisteis los hijos de Judá y los hijos de Jerusalén a los hijos de los
griegos, para alejarlos de su tierra. 7He
aquí yo los levantaré del lugar donde los vendisteis, y volveré vuestra paga sobre vuestra cabeza; 8y
venderé vuestros hijos y vuestras hijas a los hijos de Judá, y ellos los venderán a los sabeos, nación lejana;
porque Jesús ha
hablado. 9Proclamad esto entre las naciones, proclamad
guerra, despertad a los valientes, acérquense, vengan todos los hombres de
guerra. 10Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras
hoces; diga el débil: Fuerte soy. 11Juntaos
y venid, naciones todas de alrededor, y congregaos; haz venir allí, oh Jesús, a tus fuertes. 12Despiértense
las naciones,
y suban al valle de Josafat; porque allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de alrededor. 13Echad la hoz, porque la mies está
ya madura. Venid, descended, porque el lagar está lleno, rebosan las cubas;
porque mucha es la maldad de ellos. 14Muchos pueblos en el valle de la decisión; porque cercano está el día de Jesús en el valle de la decisión. 15El
sol y la luna se oscurecerán, y
las estrellas retraerán
su resplandor. 16Y Jesús rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos
y la tierra; pero Jesús será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos
de Israel. 17Y conoceréis que yo soy Jesús
vuestro Dios, que habito en Sion, mi santo monte; y Jerusalén será santa, y extraños no
pasarán más por ella.” (Joel 3:1-17)
Este valle es
convertido en fuente por los que en su corazón tienen los caminos de Jesús y
tienen en Jesús sus fuerzas
“5Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos. 6Atravesando
el valle de lágrimas lo cambia en fuente, cuando la lluvia llena los estanques. 7Irán de poder en
poder; Verán a Dios en Sion.”
(Sal. 84:5-6)
En este valle los
hijos de Judá hicieron lo malo ante los ojos de Jesús y Jesús les entrego
para que sean comidos por las aves ya que con sus abominaciones contaminaron la
casa donde se invocaba el nombre de Dios
“30Porque los hijos de Judá han hecho lo malo ante
mis ojos, dice Jesús; pusieron sus
abominaciones en la casa sobre la cual fue invocado mi nombre, amancillándola. 31Y han edificado los lugares altos de
Tofet, que está en el valle del hijo de Hinom, para quemar al fuego a sus hijos
y a sus hijas, cosa que yo no les mandé, ni subió en mi corazón. 32Por tanto, he aquí vendrán días, ha dicho Jesús, en que no se
diga más, Tofet,
ni valle del
hijo de Hinom,
sino Valle de
la Matanza;
y serán enterrados en Tofet, por no haber lugar. 33Y serán los cuerpos muertos de este pueblo para comida de
las aves del
cielo y de
las bestias de
la tierra;
y no habrá quien las espante. 34Y haré cesar de las
ciudades de Judá, y de las calles de Jerusalén, la voz de gozo y la voz de
alegría, la voz del esposo y la voz de la esposa; porque
la tierra será
desolada.” (Jer. 7:30-34)
Este valle es
conocido como valle del llanto se dice que cuando reconozcan las naciones lo
que han hecho con Cristo lloraran como se lloró en este valle
“11Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los
moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a
quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito,
afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito. 11En
aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadadrimón en el valle de Meguido. 12Y la tierra lamentará,
cada linaje aparte; los descendientes de la casa de David por sí, y sus mujeres
por sí; los descendientes de la casa de Natán por sí, y sus mujeres por sí; 13los
descendientes de la casa de Leví por sí, y sus mujeres por sí; los
descendientes de Simei por sí, y sus mujeres por sí; 14todos los
otros linajes, cada uno por sí, y sus mujeres por sí. 1En aquel
tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes
de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia. 2Y en aquel día, dice Jesús de los
ejércitos, quitaré de la tierra los nombres de las imágenes, y nunca más serán
recordados; y también haré cortar de la tierra a los profetas y al espíritu de
inmundicia. 3Y acontecerá que cuando alguno profetizare aún, le
dirán su padre y su madre que lo engendraron: No vivirás, porque has hablado
mentira en el nombre de Jesús; y su padre y su madre que lo engendraron le
traspasarán cuando profetizare.”
(Zac. 12:10-13; Zac. 13:1-3)
Recuerde que el
valle de lágrimas es convertido en fuente por los que en su corazón tienen los
caminos de Jesús y tienen en Jesús sus fuerzas.
“5Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos. 6Atravesando
el valle de lágrimas lo cambia en fuente, cuando la lluvia llena los estanques. 7Irán de poder en
poder; Verán a Dios en Sion.”
(Sal. 84:5-6)
Este valle se hace
referencia a los que son contumaces y confían en sus riquezas los cuales
Jesús les envía a cautiverio ya que glorían en sus valles
“1Acerca de los hijos de Amón. Así ha dicho Jesús: ¿No tiene
hijos Israel? ¿No tiene heredero? ¿Por qué Milcom ha desposeído a Gad, y su
pueblo se ha establecido en sus ciudades? 2Por tanto, vienen días,
ha dicho Jesús, en que haré oír clamor de guerra en Rabá de los hijos de Amón;
y será convertida en montón de ruinas, y sus ciudades serán puestas a fuego, e
Israel tomará por heredad a los que los tomaron a ellos, ha dicho Jesús. 3Lamenta, oh Hesbón, porque destruida es Hai; clamad, hijas de Rabá, vestíos de cilicio, endechad, y rodead
los vallados, porque Milcom fue llevado en
cautiverio, sus sacerdotes y sus príncipes juntamente. 4¿Por
qué te glorías de los valles? Tu valle se deshizo, oh hija contumaz, la que
confía en sus tesoros, la que dice: ¿Quién vendrá contra
mí? 5He
aquí yo traigo
sobre ti espanto, dice el Señor, Jesús de los ejércitos, de todos tus alrededores; y seréis lanzados cada uno
derecho hacia adelante, y no habrá quien recoja a los fugitivos. 6Y después de
esto haré volver a los cautivos de los hijos de Amón, dice Jesús.” (Jer. 49:1-6)
Dios arruina el
valle de Moab y destruye las ciudades de Moab porque sus moradores confiaron en
sus bienes y en sus tesoros, ya que desde su juventud astado quieto, y sobre su sedimento ha estado reposado, y no fue vaciado de vasija en
vasija, ni nunca estuvo en cautiverio; por tanto, quedó su sabor en él, y su
olor no se ha cambiado.
“1Acerca de Moab. Así ha dicho Jesús de los ejércitos, Dios de Israel: ¡Ay de Nebo!
porque fue destruida y avergonzada: Quiriataim fue tomada; fue confundida
Misgab, y desmayó. 2No se alabará ya más Moab; en Hesbón maquinaron
mal contra ella, diciendo: Venid, y quitémosla de entre las naciones. También
tú, Madmena, serás cortada; espada irá en pos de ti. 3¡Voz de clamor de Horonaim,
destrucción y gran quebrantamiento! 4Moab fue quebrantada; hicieron
que se oyese el clamor de sus pequeños. 5Porque a la subida de Luhit
con llanto subirá el que llora; porque a la bajada de Horonaim los enemigos
oyeron clamor de quebranto. 6Huid, salvad vuestra vida, y sed como retama en el desierto. 7Pues por cuanto confiaste en tus bienes y en tus tesoros, tú también
serás tomada; y Quemos será llevado en cautiverio, sus sacerdotes y
sus príncipes juntamente. 8Y vendrá destruidor a cada una de las ciudades, y ninguna ciudad escapará; se
arruinará también el valle, y será destruida la llanura, como ha dicho Jesús. 9Dad alas a Moab, para que se vaya
volando; pues serán desiertas sus ciudades hasta no quedar en ellas morador. 10Maldito
el que hiciere indolentemente la obra de Jesús, y maldito el que detuviere de
la sangre su espada. 11Quieto estuvo Moab desde su juventud, y sobre su sedimento ha estado reposado, y no fue
vaciado de vasija en vasija, ni nunca estuvo en cautiverio; por tanto, quedó su
sabor en él,
y su olor no
se ha cambiado. 12Por
eso vienen días, ha dicho Jesús, en que yo le enviaré trasvasadores que le
trasvasarán; y vaciarán sus vasijas, y romperán sus odres. 13Y se
avergonzará Moab de Quemos, como la casa de Israel se avergonzó de Bet-el, su
confianza. 14¿Cómo, pues, diréis: Somos hombres valientes, y
robustos para la guerra? 15Destruido fue Moab, y sus ciudades
asoladas, y sus jóvenes escogidos descendieron al degolladero, ha dicho el Rey,
cuyo nombre es Jesús de los ejércitos. 16Cercano está el
quebrantamiento de Moab para venir, y su mal se apresura mucho. 17Compadeceos
de él todos los que estáis alrededor suyo; y todos los que sabéis su nombre,
decid: ¡Cómo se quebró la vara fuerte, el báculo hermoso! 18Desciende
de la gloria, siéntate en tierra seca, moradora hija de Dibón; porque el
destruidor de Moab subió contra ti, destruyó tus fortalezas. 19Párate
en el camino, y mira, oh moradora de Aroer; pregunta a la que va huyendo, y a
la que escapó; dile: ¿Qué ha acontecido? 20Se avergonzó Moab, porque
fue quebrantado; lamentad y clamad; anunciad en Arnón que Moab es destruido. 21Vino
juicio sobre la tierra de la llanura; sobre Holón, sobre Jahaza, sobre Mefaat, 22sobre
Dibón, sobre Nebo, sobre Bet-diblataim, 23sobre Quiriataim, sobre
Bet-gamul, sobre Bet-meón, 24sobre Queriot, sobre Bosra y sobre
todas las ciudades de tierra de Moab, las de lejos y las de cerca. 25Cortado
es el poder de Moab, y su brazo quebrantado, dice Jesús. 26Embriagadle,
porque contra Jesús se engrandeció; y revuélquese Moab sobre su vómito, y sea
también él por motivo de escarnio. 27¿Y no te fue a ti Israel por
motivo de escarnio, como si lo tomaran entre ladrones? Porque cuando de él
hablaste, tú te has burlado. 28Abandonad las ciudades y habitad en
peñascos, oh moradores de Moab, y sed como la paloma que hace nido en la boca
de la caverna. 29Hemos oído la soberbia de Moab, que es muy
soberbio, arrogante, orgulloso, altivo y altanero de corazón. 30Yo
conozco, dice Jesús, su cólera, pero no tendrá efecto; sus jactancias no le
aprovecharán. 31Por tanto, yo aullaré sobre Moab; sobre todo Moab
haré clamor, y sobre los hombres de Kir-hares gemiré. 32Con llanto
de Jazer lloraré por ti, oh vid de Sibma; tus sarmientos pasaron el mar,
llegaron hasta el mar de Jazer; sobre tu cosecha y sobre tu vendimia vino el
destruidor. 33Y será cortada la alegría y el regocijo de los campos
fértiles, de la tierra de Moab; y de los lagares haré que falte el vino; no
pisarán con canción; la canción no será canción. 34El clamor de
Hesbón llega hasta Eleale; hasta Jahaza dieron su voz; desde Zoar hasta
Horonaim, becerra de tres años; porque también las aguas de Nimrim serán destruidas.
35Y exterminaré de Moab, dice Jesús, a quien sacrifique sobre los
lugares altos, y a quien ofrezca incienso a sus dioses. 36Por tanto,
mi corazón resonará como flautas por causa de Moab, asimismo resonará mi
corazón a modo de flautas por los hombres de Kir-hares; porque perecieron las
riquezas que habían hecho. 37Porque toda cabeza será rapada, y toda
barba raída; sobre toda mano habrá rasguños, y cilicio sobre todo lomo. 38Sobre
todos los terrados de Moab, y en sus calles, todo él será llanto; porque yo
quebranté a Moab como a vasija que no agrada, dice Jesús. 39¡Lamentad!
¡Cómo ha sido quebrantado! ¡Cómo volvió la espalda Moab, y fue avergonzado! Fue
Moab objeto de escarnio y de espanto a todos los que están en sus alrededores. 40Porque
así ha dicho Jesús: He aquí que como águila volará, y extenderá sus alas
contra Moab. 41Tomadas serán las ciudades, y tomadas serán las
fortalezas; y será aquel día el corazón de los valientes de Moab como el
corazón de mujer en angustias. 42Y Moab será destruido hasta dejar
de ser pueblo, porque se engrandeció contra Jesús. 43Miedo y hoyo y
lazo contra ti, oh morador de Moab, dice Jesús. 44El que huyere del
miedo caerá en el hoyo, y el que saliere del hoyo será preso en el lazo; porque
yo traeré sobre él, sobre Moab, el año de su castigo, dice Jesús. 45A
la sombra de Hesbón se pararon sin fuerzas los que huían; mas salió fuego de
Hesbón, y llama de en medio de Sehón, y quemó el rincón de Moab, y la coronilla
de los hijos revoltosos. 46¡Ay de ti, Moab! pereció el pueblo de
Quemos; porque tus hijos fueron puestos presos para cautividad, y tus hijas
para cautiverio. 47Pero haré volver a los cautivos de Moab en lo postrero de
los tiempos,
dice Jesús.
Hasta aquí es el juicio de Moab.” (Jer. 48:1-47)
Veamos imágenes de
Moab cumpliendo la profecía
A este valle
Jesús dice hay que huir cuando se afirme sus pies sobre el monte de los
olivos en el día de Jesús
“1He aquí, el día de Jesús viene, y en
medio de ti serán repartidos tus despojos. 2Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y la
ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la
mitad de la ciudad irá en cautiverio, más el resto del pueblo no será cortado
de la ciudad. 3Después saldrá Jesús y peleará con aquellas
naciones, como peleó en el día de la batalla. 4Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el
oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad
del monte se apartará hacia el norte, y la
otra mitad hacia el sur. 5Y huiréis al valle de los montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; huiréis
de la manera que huisteis por causa del terremoto en los días de Uzías rey de
Judá; y vendrá Jesús mi Dios, y con él todos los santos.” (Zac. 14:1-5)
Este valle es dado
en posesión a la tribu de Judá en los tiempos de Josué.
“1La parte que tocó en suerte a la tribu de los hijos de Judá, conforme a sus familias,
llegaba hasta la frontera de Edom, teniendo el desierto de Zin al sur como
extremo meridional. 2Y su límite por el lado del sur fue desde la
costa del Mar Salado, desde la bahía que mira hacia el sur; 3y salía
hacia el sur de la subida de Acrabim, pasando hasta Zin; y subiendo por el sur
hasta Cades-barnea, pasaba a Hezrón, y subiendo por Adar daba vuelta a Carca.
4De allí pasaba a Asmón, y salía al arroyo de Egipto, y terminaba en el
mar. Este, pues, os será el límite del sur. 5El límite oriental es
el Mar Salado hasta la desembocadura del Jordán. Y el límite del lado del
norte, desde la bahía del mar en la desembocadura del Jordán; 6y
sube este límite por Bet-hogla, y pasa al norte de Bet-arabá, y de aquí sube a
la piedra de Bohán hijo de Rubén. 7Luego sube a Debir desde el valle
de Acor; y al norte mira sobre Gilgal, que está enfrente de la subida de
Adumín, que está al sur del arroyo; y pasa hasta las aguas de En-semes, y sale
a la fuente de Rogel. 8Y sube este límite por el valle del hijo de Hinom al lado sur del jebuseo, que es Jerusalén. Luego sube por la cumbre del monte que está enfrente del valle de Hinom hacia el occidente, el cual está al extremo del valle de Refaim, por el lado del norte.” (Jos. 15:1-8)
En este valle
David libra las dos primeras batallas cundo fue ungido rey de Israel contra los
filisteos y Dios le dice a David que no vaya de frente a la batalla sino que
los rodee, porque Jesús ira delante de David y así venció a los filisteos
desde Geba hasta llegar a Gezer y quemo sus dioses a fuego por eso aquel lugar
llamo Baal-perazim
“17Oyendo los filisteos que David había sido ungido por
rey sobre Israel, subieron todos los filisteos para buscar a David; y cuando David lo oyó, descendió a la
fortaleza. 18Y vinieron los filisteos, y se extendieron por
el valle de Refaim. 19Entonces consultó
David a Jesús, diciendo: ¿Iré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mi
mano? Y Jesús respondió a David: Ve, porque ciertamente entregaré a los filisteos en tu mano. 20Y vino David a Baal-perazim, y allí los venció David, y dijo: Quebrantó Jesús
a mis enemigos
delante de mí, como corriente impetuosa. Por
esto llamó el nombre de aquel lugar Baal-perazim. 21Y dejaron allí sus ídolos, y David y sus hombres los quemaron. 22Y los
filisteos volvieron
a venir, y se extendieron en el valle de Refaim. 23Y consultando David a Jesús, él le respondió:
No subas, sino rodéalos, y vendrás a ellos enfrente de las balsameras. 24Y
cuando oigas ruido como de marcha por las copas de las balsameras, entonces te moverás; porque Jesús saldrá delante de
ti a herir el campamento de los filisteos. 25Y David lo hizo así, como Jesús
se lo había mandado; e hirió a los filisteos desde Geba hasta llegar a Gezer.” (2Sam. 5:17-25)
El profeta Isaías
profetizo de este valle una profecía que ocurre cuando Damasco deje de ser
ciudad, esta profecía consiste que la gloria de Jacob se atenuará, y se
enflaquecerá la grosura de su carne, ya que las espigas serán cortadas, así
como se recoge espigas en el valle de Refaim, donde el rey David destruyo todos
los dioses de los filisteos, ya que en aquel día
mirará el hombre a su hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel, ya
que no mirará a los altares que hicieron sus manos, ni mirará a lo que hicieron
sus dedos, ni a los símbolos de Asera, ni a las imágenes del sol. En aquel día
sus ciudades fortificadas serán como los frutos que quedan en los renuevos y en
las ramas, los cuales fueron dejados a causa de los hijos de Israel; y habrá
desolación.
“1Profecía sobre Damasco. He aquí que Damasco dejará de ser ciudad, y será montón de ruinas. 2Las
ciudades de Aroer están desamparadas, en majadas se convertirán; dormirán allí,
y no habrá quien los espante. 3Y cesará el socorro de Efraín, y el reino de Damasco; y lo que quede de Siria será como la gloria de los hijos de Israel, dice Jesús de los ejércitos. 4En aquel tiempo la gloria de Jacob se atenuará, y se
enflaquecerá la grosura de su carne. 5Y será
como cuando el segador recoge la mies, y con su brazo siega las espigas; será también como el
que recoge espigas en el valle de Refaim. 6Y quedarán en él rebuscos, como cuando sacuden
el olivo; dos o tres frutos en la punta de la rama, cuatro o cinco en
sus ramas más fructíferas, dice Jesús Dios de Israel. 7En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos
contemplarán al Santo de Israel. 8Y no mirará a los altares que
hicieron sus manos, ni mirará a lo que hicieron sus dedos, ni a los símbolos de
Asera, ni a las imágenes del sol. 9En aquel día sus ciudades fortificadas serán como los frutos que quedan en los
renuevos y
en las ramas,
los cuales fueron dejados a causa de los hijos
de Israel; y habrá desolación.
10Porque te olvidaste del Dios de tu salvación, y no te
acordaste de la roca de tu refugio; por tanto, sembrarás plantas hermosas, y
plantarás sarmiento extraño. 11El día que las plantes, las harás crecer, y harás que su simiente brote de mañana; pero la cosecha será arrebatada
en el día de
la angustia,
y del dolor desesperado. 12¡Ay! multitud de muchos pueblos que
harán ruido como estruendo del mar, y murmullo de naciones que harán alboroto
como bramido de muchas aguas. 13Los pueblos harán estrépito como de
ruido de muchas aguas; pero Dios los reprenderá, y huirán lejos; serán
ahuyentados como el tamo de los montes delante del viento, y como el polvo
delante del torbellino. 14Al tiempo de la tarde, he aquí la turbación, pero antes de la mañana
[es decir antes que
brote la simiente (Isa. 17:11)] el enemigo ya no existe. Esta es
la parte de los que nos aplastan, y la suerte de los que nos saquean.” (Isa. 17:1-14)
En este valle
derroto el rey David a manos de Abisai hijo de Sarvia a dieciocho mil edonitas,
porque Jesús le daba la victoria por donde quiera que él iba.
“13Así ganó David fama. Cuando regresaba
de derrotar a los sirios, destrozó a dieciocho mil edomitas en el Valle de la Sal. 14Y puso guarnición en
Edom; por todo Edom puso guarnición, y todos los edomitas fueron siervos de
David. Y Jesús dio la victoria a David por dondequiera que fue.” (2Sam. 8:13-14)
“12Además de esto, Abisai hijo de Sarvia destrozó en el valle de la Sal a dieciocho mil edomitas. 13Y puso guarnición en
Edom, y todos los edomitas fueron siervos de David; porque Jesús daba el
triunfo a David dondequiera que iba.” (1Cron. 18:12-13)
En ente valle Amasías y la tribu de Judá que hacia lo
recto a los ojos de Jesús mato a veinte mil Edonitas
“1En el año
segundo de Joás hijo de Joacaz rey de Israel, comenzó a reinar Amasías hijo de Joás rey de Judá. 2Cuando
comenzó a reinar era de veinticinco años, y veintinueve años reinó en Jerusalén;
el nombre de su madre fue Joadán, de Jerusalén. 3Y él hizo lo recto ante los ojos de Jesús, aunque no como David su padre; hizo conforme a todas las
cosas que había hecho Joás su padre. 4Con todo eso, los lugares altos
no fueron quitados, porque el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en esos
lugares altos. 5Y cuando hubo afirmado en sus manos el reino, mató a
los siervos que habían dado muerte al rey su padre. 6Pero no mató a
los hijos de los que le dieron muerte, conforme a lo que está escrito en el
libro de la ley de Moisés, donde Jesús mandó diciendo: No matarán a los padres
por los hijos, ni a los hijos por los padres, sino que cada uno morirá por su
propio pecado. 7Este mató asimismo a diez mil edomitas en el Valle de la Sal, y tomó a Sela en batalla, y la
llamó Jocteel, hasta hoy.”
(2Rey. 14:1-7)
“De veinticinco años era
Amasías cuando comenzó a reinar, y veintinueve años reinó en Jerusalén; el
nombre de su madre fue Joadán, de Jerusalén. 2Hizo él lo recto ante
los ojos de Jesús, aunque no de perfecto corazón. 3Y luego que fue
confirmado en el reino, mató a los siervos que habían matado al rey su padre.
4Pero no mató a los hijos de ellos, según lo que está escrito en la ley,
en el libro de Moisés, donde Jesús mandó diciendo: No morirán los padres por
los hijos, ni los hijos por los padres; mas cada uno morirá por su pecado. 5Reunió luego Amasías a Judá, y con
arreglo a las familias les puso jefes de millares y de centenas sobre todo Judá
y Benjamín. Después puso en lista a todos los de veinte años arriba, y fueron
hallados trescientos mil escogidos para salir a la guerra, que tenían lanza y
escudo. 6Y de Israel tomó a sueldo por cien talentos de plata, a
cien mil hombres valientes. 7Mas un varón de Dios vino a él y le dijo: Rey, no vaya contigo el ejército
de Israel; porque Jesús no está con Israel, ni con todos los hijos
de Efraín. 8Pero si vas así, si lo haces, y te
esfuerzas para pelear, Dios te hará caer delante de los enemigos; porque en Dios está el poder, o
para ayudar, o para derribar. 9Y Amasías dijo al varón de
Dios: ¿Qué, pues, se hará de los cien talentos que he dado al ejército de
Israel? Y el varón de Dios respondió: Jesús puede darte mucho más que esto. 10Entonces
Amasías apartó
el ejército de
la gente que
había venido a él de Efraín, para que se fuesen a sus casas; y ellos se enojaron
grandemente contra Judá, y
volvieron a sus casas encolerizados. 11Esforzándose entonces Amasías, sacó a su pueblo, y vino al Valle de la Sal, y mató de los hijos de Seir diez mil. 12Y los hijos de Judá tomaron vivos a otros diez mil, los cuales llevaron a la
cumbre de un peñasco, y de allí los despeñaron, y todos se hicieron pedazos.
13Mas los del ejército que Amasías había despedido, para que no
fuesen con él a la guerra, invadieron las ciudades de Judá, desde Samaria hasta
Bet-horón, y mataron a tres mil de ellos, y tomaron gran despojo.” (2Cron. 25:1-13)
Jesús por este
valle hace rodar piedras para destruir los cimientos de Samaria y sus ídolos
“2Oíd, pueblos todos; está atenta, tierra, y cuanto hay
en ti; y Jesús el Señor, el Señor desde su santo templo, sea testigo contra
vosotros. 3Porque he aquí, Jesús sale de su lugar, y descenderá y
hollará las alturas de la tierra. 4Y se derretirán los montes debajo
de él, y los valles se hendirán como la cera delante del fuego, como las aguas
que corren por un precipicio. 5Todo esto por la rebelión de Jacob, y
por los pecados de la casa de Israel. ¿Cuál es la rebelión de Jacob? ¿No es
Samaria? ¿Y cuáles son los lugares altos de Judá? ¿No es Jerusalén? 6Haré, pues, de Samaria montones de ruinas, y tierra para plantar viñas; y derramaré sus piedras por el valle, y descubriré sus cimientos. 7Y
todas sus estatuas serán despedazadas, y todos sus dones serán quemados en fuego, y asolaré todos
sus ídolos;
porque de dones de rameras los juntó, y a dones de rameras volverán.” (Miq. 1:2-7)
Veamos imágenes
de Samaria
En este valle por
orden de Jesús caen muertos los de las ciudades de Seir por tener enemistad
perpetua, ya que entrego a los hijos de Israel al poder de la espada en el tiempo de su
aflicción, en el tiempo extremadamente malo
“1Vino a mí palabra de Jesús, diciendo: 2Hijo de hombre, pon tu rostro hacia el monte de Seir, y profetiza contra él, 3y dile: Así ha dicho Jesús el Señor: He aquí yo estoy
contra ti, oh monte de Seir, y extenderé mi mano contra ti, y te convertiré en desierto y en soledad. 4A tus ciudades asolaré, y tú serás asolado; y
sabrás que yo soy Jesús. 5Por cuanto tuviste enemistad perpetua, y entregaste a los hijos de Israel al poder de la espada en
el tiempo de su aflicción, en el tiempo extremadamente malo, 6por
tanto, vivo yo, dice Jesús el Señor, que a sangre te destinaré, y sangre te perseguirá; y porque la sangre no aborreciste, sangre te perseguirá. 7Y
convertiré al monte de Seir en desierto y en soledad, y cortaré de él al que
vaya y al que venga. 8Y llenaré sus montes de sus muertos; en tus
collados, en tus valles y en todos tus arroyos, caerán muertos a espada. 9Yo te pondré en
asolamiento perpetuo, y tus ciudades nunca más se restaurarán; y sabréis
que yo soy Jesús.” (Eze. 35:1-9)
Veamos imágenes
de Seir
En este valle pelearon cinco reyes contra cuatro y luego Abran
el hijo de Dios le venció al ganador de ellos que le gustaba tener a la gente
bajo servidumbre por mucho tiempo.
“1Aconteció
en los días de Amrafel rey de Sinar, Arioc rey de Elasar, Quedorlaomer rey de Elam, y Tidal
rey de Goim, 2que éstos hicieron guerra contra Bera rey de Sodoma, contra
Birsa rey de Gomorra, contra Sinab rey de Adma, contra Semeber rey de Zeboim, y
contra el rey de Bela, la cual es Zoar. 3Todos éstos se juntaron en el valle de Sidim, que es el Mar Salado. 4Doce años habían servido a Quedorlaomer, y en el
decimotercero se rebelaron. 5Y en el año
decimocuarto vino Quedorlaomer, y los reyes que estaban de su parte, y
derrotaron a los refaítas en Astarot Karnaim, a los zuzitas en Ham, a los
emitas en Save-quiriataim, 6y a los horeos en el monte de Seir,
hasta la llanura de Parán, que está junto al desierto. 7Y volvieron
y vinieron a En-mispat, que es Cades, y devastaron todo el país de los
amalecitas, y también al amorreo que habitaba en Hazezontamar. 8Y salieron el rey de Sodoma, el rey de Gomorra, el rey de Adma, el rey de Zeboim y el rey de Bela, que es Zoar, y ordenaron contra ellos batalla en el valle de Sidim; 9esto es,
contra Quedorlaomer rey de Elam, Tidal rey de Goim, Amrafel rey de Sinar, y Arioc rey de Elasar; cuatro reyes contra cinco. 10Y
el valle de Sidim estaba lleno de pozos de asfalto; y cuando huyeron el rey de
Sodoma y el de Gomorra, algunos cayeron allí; y los demás huyeron al monte.
11Y tomaron toda la riqueza de Sodoma y de Gomorra, y todas sus provisiones,
y se fueron. 12Tomaron también a Lot, hijo del hermano de Abram, que
moraba en Sodoma, y sus bienes, y se fueron. 13Y vino uno de los que escaparon, y
lo anunció a Abram el hebreo, que habitaba en el encinar de Mamre el amorreo,
hermano de Escol y hermano de Aner, los cuales eran aliados de Abram. 14Oyó Abram que su pariente
estaba prisionero, y armó a sus criados, los nacidos en su casa, trescientos dieciocho, y los siguió hasta Dan. 15Y cayó sobre ellos de noche, él y sus siervos, y les atacó, y les
fue siguiendo hasta Hoba al norte de Damasco. 16Y recobró todos los bienes, y también a Lot su pariente y sus bienes, y a las mujeres y demás gente.” (Gén. 14:1-16)
Este valle cuando Jesús ruja sobre el monte de Sion y
las naciones estén en juicio delante de Jesús saldrá una fuente de la casa de Jesús, y regará este valle
“1Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré volver la
cautividad de Judá y de Jerusalén, 2reuniré
a todas las naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quien
ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra; 3y
echaron suertes sobre mi pueblo, y dieron los niños por una ramera, y vendieron
las niñas por vino para beber. 4Y también, ¿qué tengo
yo con vosotras, Tiro y Sidón, y todo el territorio
de Filistea? ¿Queréis vengaros de mí? Y si de
mí os vengáis, bien pronto haré yo recaer la paga sobre vuestra cabeza. 5Porque habéis llevado mi plata y mi oro,
y mis cosas preciosas y hermosas metisteis en vuestros templos; 6y
vendisteis los hijos de Judá y los hijos de Jerusalén a los hijos de los
griegos, para alejarlos de su tierra. 7He
aquí yo los levantaré del lugar donde los vendisteis, y volveré vuestra paga sobre vuestra cabeza; 8y
venderé vuestros hijos y vuestras hijas a los hijos de Judá, y ellos los venderán a los sabeos, nación lejana;
porque Jesús ha
hablado. 9Proclamad esto entre las naciones, proclamad
guerra, despertad a los valientes, acérquense, vengan todos los hombres de
guerra. 10Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras
hoces; diga el débil: Fuerte soy. 11Juntaos
y venid, naciones todas de alrededor, y congregaos; haz venir allí, oh Jesús, a tus fuertes. 12Despiértense
las naciones,
y suban al valle de Josafat; porque allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de alrededor. 13Echad la hoz, porque la mies está
ya madura. Venid, descended, porque el lagar está lleno, rebosan las cubas; porque
mucha es la maldad de ellos. 14Muchos pueblos en el valle de la decisión; porque cercano está el día de Jesús en el valle de la decisión. 15El
sol y la luna se oscurecerán, y
las estrellas retraerán
su resplandor. 16Y Jesús rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos
y la tierra; pero Jesús será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos
de Israel. 17Y conoceréis que yo soy Jesús
vuestro Dios, que habito en Sion, mi santo monte; y Jerusalén será santa, y extraños no
pasarán más por ella.
18Sucederá
en aquel tiempo,
que los montes destilarán
mosto, y los collados fluirán leche, y por todos los arroyos de Judá correrán aguas; y saldrá una
fuente de la casa de Jesús, y regará el valle de Sitim. 19Egipto será destruido, y Edom
será vuelto en desierto asolado, por la injuria hecha a los hijos de Judá;
porque derramaron en su tierra sangre inocente. 20Pero Judá será
habitada para siempre, y Jerusalén por generación y generación. 21Y limpiaré la sangre de los que no
había limpiado; y Jesús morará en Sion.” (Joel 3:1-15)
En este valle Sansón
fue engañado por Dalila para sacarle los ojos.
“1Fue
Sansón a Gaza, y vio allí a una mujer ramera, y se llegó a
ella. 2Y fue dicho a los de Gaza: Sansón ha venido acá. Y lo
rodearon, y acecharon toda aquella noche a la puerta de la ciudad; y estuvieron
callados toda aquella noche, diciendo: Hasta la luz de la mañana; entonces lo
mataremos. 3Mas Sansón durmió hasta la medianoche; y a la medianoche
se levantó, y tomando las puertas de la ciudad con sus dos pilares y su
cerrojo, se las echó al hombro, y se fue y las subió a la cumbre del monte que
está delante de Hebrón. 4Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec, la cual se llamaba Dalila. 5Y vinieron a ella
los príncipes de los filisteos, y le dijeron: Engáñale e infórmate en qué
consiste su gran fuerza, y cómo lo podríamos vencer, para que lo atemos y lo
dominemos; y cada uno de nosotros te dará mil cien siclos de plata. 6Y
Dalila dijo a Sansón: Yo te ruego que me declares en qué consiste tu gran
fuerza, y cómo podrás ser atado para ser dominado. 7Y le respondió
Sansón: Si me ataren con siete mimbres verdes que aún no estén enjutos,
entonces me debilitaré y seré como cualquiera de los hombres. 8Y los
príncipes de los filisteos le trajeron siete mimbres verdes
que aún no estaban enjutos, y ella le ató con ellos. 9Y ella tenía
hombres en acecho en el aposento. Entonces ella le dijo: ¡Sansón, los filisteos
contra ti! Y él rompió los mimbres, como se rompe una cuerda de estopa cuando
toca el fuego; y no se supo el secreto de su fuerza. 10Entonces Dalila dijo a Sansón: He
aquí tú me has engañado, y me has dicho mentiras; descúbreme, pues, ahora, te
ruego, cómo podrás ser atado. 11Y él le dijo: Si me ataren fuertemente
con cuerdas nuevas que no se hayan usado, yo me debilitaré, y seré como
cualquiera de los hombres. 12Y Dalila tomó cuerdas nuevas, y le ató
con ellas, y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y los espías estaban en
el aposento. Más él las rompió de sus brazos como un hilo. 13Y
Dalila dijo a Sansón: Hasta ahora me engañas, y tratas conmigo con mentiras.
Descúbreme, pues, ahora, cómo podrás ser atado. El entonces le dijo: Si
tejieres siete guedejas de mi cabeza con la tela y las asegurares con la estaca.
14Y ella las aseguró con la estaca, y le dijo: ¡Sansón, los
filisteos sobre ti! Mas despertando él de su sueño, arrancó la estaca del telar
con la tela. 15Y ella le dijo: ¿Cómo dices: Yo te amo, cuando tu
corazón no está conmigo? Ya me has engañado tres veces, y no me has descubierto
aún en qué consiste tu gran fuerza. 16Y aconteció que, presionándole
ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal
angustia. 17Le descubrió, pues, todo su corazón, y le dijo: Nunca a mi
cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre.
Si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mí, y me debilitaré y seré como todos
los hombres. 18Viendo Dalila que él le había descubierto todo su
corazón, envió a llamar a los principales de los filisteos, diciendo: Venid
esta vez, porque él me ha descubierto todo su corazón. Y los principales de los
filisteos vinieron a ella, trayendo en su mano el dinero. 19Y ella
hizo que él se durmiese sobre sus rodillas, y llamó a un hombre, quien le rapó
las siete guedejas de su cabeza; y ella comenzó a afligirlo, pues su fuerza se
apartó de él. 20Y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y luego
que despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como las otras y me
escaparé. Pero él no sabía que Jesús ya se había apartado de él. 21Mas los filisteos le echaron mano, y le sacaron los ojos, y le llevaron a Gaza; y le ataron con cadenas
para que moliese en la cárcel. 22Y
el cabello de su cabeza comenzó a crecer, después que fue rapado.” (Jue.
16:1-22)
Este valle es medido por Dios
“ 6Dios ha dicho en su santuario: Yo me alegraré; Repartiré a Siquem, y mediré el valle de Sucot.” (Sal. 60:6)
En Sucot Jacob edifico una casa
“17Y Jacob fue a Sucot, y edificó allí casa para sí, e hizo
cabañas para su ganado; por tanto, llamó el nombre de aquel lugar Sucot.” (Gén. 33:17)
El profeta Isaías de este valle dijo que aquí se encuentra
la ciudad turbulenta y alegra cuyos muertos no son muertos a espada ni en
guerra ya que sus príncipes les justa huir lejos; pero llegara el día en que
esto no les servirá y serán destruidos, por eso en este día tienen que derivar
el muro viejo de maldad, egoísmo, envidia,… y clamar al monte, porque si en
aquel día dice Jesús te gozas y alegras, y matas
vacas y degolláis ovejas, comiendo carne y bebiendo vino, y si dices: Comamos y
bebamos, porque mañana moriremos; entonces este pecado no será perdonado hasta
que muráis, dice el Señor Jesús de los ejércitos.
“1Profecía sobre el valle de la visión. ¿Qué tienes ahora, que con todos los
tuyos has subido sobre los terrados? 2Tú, llena de alborotos, ciudad turbulenta, ciudad alegre; tus muertos no son muertos a espada, ni muertos en guerra. 3Todos
tus príncipes juntos huyeron del arco, fueron atados; todos los que en ti se hallaron, fueron
atados juntamente, aunque habían huido lejos. 4Por esto dije:
Dejadme, lloraré amargamente; no os afanéis por consolarme de la destrucción de
la hija de mi pueblo. 5Porque día es de alboroto, de angustia y de confusión, de parte del Señor, Jesús de los ejércitos, en el valle de la visión, para derribar el muro, y clamar al monte. 6Y Elam tomó aljaba, con
carros y con jinetes, y Kir sacó el escudo. 7Tus hermosos valles
fueron llenos de carros, y los de a caballo acamparon a la puerta. 8Y desnudó la cubierta de
Judá; y miraste en aquel día hacia la casa de armas del bosque. 9Visteis las brechas de la ciudad
de David, que se multiplicaron; y recogisteis las aguas del estanque de
abajo. 10Y contasteis las casas de Jerusalén, y
derribasteis casas para fortificar el muro. 11Hicisteis foso entre
los dos muros para las aguas del estanque viejo; y no tuvisteis respeto al que
lo hizo, ni mirasteis de lejos al que lo labró. 12Por tanto, el Señor, Jesús de los ejércitos, llamó en este día a llanto y a endechas, a raparse el cabello y a vestir cilicio; 13y
he aquí gozo y
alegría,
matando vacas y
degollando ovejas, comiendo carne y bebiendo vino, diciendo: Comamos y bebamos, porque mañana moriremos. 14Esto
fue revelado a mis oídos de parte de Jesús de los ejércitos: Que este pecado no os será perdonado hasta que muráis, dice el Señor, Jesús de los ejércitos.” (Isa. 22:1-14)
No debemos amar lo que hay en los valles, debemos de
dejarlos si Dios nos dice que salgamos de allí, ya que si obedecemos a
Dios nos puede dar aguas.
“10Después
partieron los hijos de Israel y acamparon en Obot. 11Y partiendo de
Obot, acamparon en Ije-abarim, en el desierto que está enfrente de Moab, al
nacimiento del sol. 12Partieron de allí, y acamparon en el
valle de Zered. 13De allí partieron, y acamparon al
otro lado de Arnón, que está
en el desierto, y que sale del territorio del amorreo; porque Arnón es límite
de Moab, entre Moab y el amorreo. 14Por tanto se dice en el libro de
las batallas de Jesús: Lo que hizo en el Mar Rojo, Y en los arroyos de Arnón; 15Y
a la corriente de los arroyos que va a parar en Ar, Y descansa en el límite de
Moab. 16De allí vinieron a Beer: este es el pozo del cual Jesús dijo a Moisés: Reúne al pueblo, y les daré agua.
17Entonces,
cantó Israel este
cántico:
Sube, oh pozo;
a él cantad; 18Pozo, el cual cavaron
los señores. Lo cavaron los
príncipes del pueblo, Y el legislador, con sus báculos. Del desierto vinieron a
Matana, 19y de Matana a Nahaliel, y de Nahaliel a Bamot; 20y
de Bamot al valle
que está en los campos de Moab, y a la cumbre de Pisga, que mira hacia el
desierto.” (Núm. 21:10-19)
Aquí murió Sísara
por una mujer, Sísara era capitán del ejército de Jabín rey de Canaán el cual oprimía
con crueldad a los hijos de Israel habían hecho lo malo, pero los
Israelitas clamaron a Dios. De esta forma profetizo Débora que morirán todos
los enemigos de Israel.
“1Después de
la muerte de Aod, los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos
de Jesús. 2Y Jesús los vendió en mano de Jabín rey de Canaán, el
cual reinó en Hazor; y el capitán de su ejército se llamaba Sísara, el cual
habitaba en Haroset-goim. 3Entonces los hijos de Israel clamaron a
Jesús, porque aquél tenía novecientos carros herrados, y había oprimido con crueldad a los hijos de Israel por veinte años. 4Gobernaba en aquel tiempo a Israel
una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot; 5y acostumbraba
sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín;
y los hijos de Israel subían a ella a juicio. 6Y ella envió a llamar
a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: ¿No te ha mandado
Jesús Dios de Israel, diciendo: Ve, junta a tu gente en el monte de Tabor, y
toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón; 7y
yo atraeré hacia ti al arroyo de Cisón a Sísara, capitán del ejército de Jabín,
con sus carros y su ejército, y lo entregaré en tus manos? 8Barac le
respondió: Si tú fueres conmigo, yo iré; pero si no fueres conmigo, no iré. 9Ella
dijo: Iré contigo; mas no será tuya la gloria de la jornada que emprendes,
porque en mano de mujer venderá Jesús a Sísara. Y levantándose Débora, fue con
Barac a Cedes. 10Y juntó Barac a Zabulón y a Neftalí en Cedes, y
subió con diez mil hombres a su mando; y Débora subió con él. 11Y
Heber ceneo, de los hijos de Hobab suegro de Moisés, se había apartado de los
ceneos, y había plantado sus tiendas en el valle de Zaanaim, que está junto
a Cedes. 12Vinieron,
pues, a Sísara las nuevas de que Barac hijo de Abinoam había subido al monte de
Tabor. 13Y reunió Sísara todos sus carros, novecientos carros
herrados, con todo el pueblo que con él estaba, desde Haroset-goim hasta el
arroyo de Cisón. 14Entonces Débora dijo a Barac: Levántate, porque
este es el día en que Jesús ha entregado a Sísara en tus manos. ¿No ha salido
Jesús delante de ti? Y Barac descendió del monte de Tabor, y diez mil hombres
en pos de él. 15Y Jesús quebrantó a Sísara, a todos sus carros y a
todo su ejército, a filo de espada delante de Barac; y Sísara descendió del
carro, y huyó a pie. 16Mas Barac siguió los carros y el ejército
hasta Haroset-goim, y todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada, hasta
no quedar ni uno. 17Y Sísara huyó a pie a la tienda de Jael mujer de
Heber ceneo; porque había paz entre Jabín rey de Hazor y la casa de Heber
ceneo. 18Y saliendo Jael a recibir a Sísara, le dijo: Ven, señor
mío, ven a mí, no tengas temor. Y él vino a ella a la tienda, y ella le cubrió
con una manta. 19Y él le dijo: Te ruego me des de beber un poco de
agua, pues tengo sed. Y ella abrió un odre de leche y le dio de beber, y le
volvió a cubrir. 20Y él le dijo: Estate a la puerta de la tienda; y
si alguien viniere, y te preguntare, diciendo: ¿Hay aquí alguno? tú responderás
que no. 21Pero Jael mujer de Heber tomó una estaca de la tienda, y
poniendo un mazo en su mano, se le acercó calladamente y le metió la estaca por
las sienes, y la enclavó en la tierra, pues él estaba cargado de sueño y
cansado; y así murió. 22Y siguiendo Barac a Sísara, Jael salió a
recibirlo, y le dijo: Ven, y te mostraré al varón que tú buscas. Y él entró
donde ella estaba, y he aquí Sísara yacía muerto con la estaca por la sien. 23Así
abatió Dios aquel día a Jabín, rey de Canaán, delante de los hijos de Israel. 24Y
la mano de los hijos de Israel fue endureciéndose más y más contra Jabín rey de
Canaán, hasta que lo destruyeron.” (Jue. 4:1-24)
“1Aquel día cantó Débora con Barac hijo de Abinoam, diciendo: 2Por haberse puesto al frente los caudillos
en Israel, Por haberse ofrecido voluntariamente el pueblo, Load a Jesús. 3Oíd,
reyes; escuchad, oh príncipes; Yo cantaré a Jesús, Cantaré salmos a Jesús, el
Dios de Israel. 4Cuando saliste de Seir, oh Jesús, Cuando te
marchaste de los campos de Edom, La tierra tembló, y los cielos destilaron, Y las nubes gotearon aguas. 5Los montes temblaron delante de
Jesús, Aquel Sinaí, delante de Jesús Dios de Israel. 6En los días
de Samgar hijo de Anat, En los días de Jael, quedaron abandonados los caminos,
Y los que andaban por las sendas se apartaban por senderos torcidos. 7Las
aldeas quedaron abandonadas en Israel, habían decaído, Hasta que yo Débora me
levanté, Me levanté como madre en Israel. 8Cuando escogían nuevos
dioses, La guerra estaba a las puertas; ¿Se veía escudo o lanza Entre cuarenta
mil en Israel? 9Mi corazón es para vosotros, jefes de Israel, Para
los que voluntariamente os ofrecisteis entre el pueblo. Load a Jesús. 10Vosotros
los que cabalgáis en asnas blancas, Los que presidís en juicio, Y vosotros los
que viajáis, hablad. 11Lejos del ruido de los arqueros, en los
abrevaderos, Allí repetirán los triunfos de Jesús, Los triunfos de sus aldeas
en Israel; Entonces marchará hacia las puertas el pueblo de Jesús. 12Despierta,
despierta, Débora; Despierta, despierta, entona cántico. Levántate, Barac, y
lleva tus cautivos, hijo de Abinoam. 13Entonces marchó el resto de
los nobles; El pueblo de Jesús marchó por él en contra de los poderosos. 14De Efraín vinieron los radicados en Amalec, En pos de ti, Benjamín, entre tus pueblos; De Maquir descendieron príncipes, Y de Zabulón los que tenían vara de mando.
15Caudillos también de Isacar fueron con Débora; Y como Barac,
también Isacar Se precipitó a pie en el valle. Entre
las familias de Rubén hubo grandes resoluciones del corazón. 16¿Por qué te quedaste entre
los rediles, Para oír los balidos de los rebaños? Entre las familias de Rubén
Hubo grandes propósitos del corazón. 17Galaad se quedó al otro lado
del Jordán; Y Dan,
¿por qué se estuvo junto a las naves? Se mantuvo Aser a la ribera del mar, Y se quedó en sus puertos. 18El pueblo de Zabulón expuso su vida a la muerte, Y Neftalí en las alturas
del campo. 19Vinieron
reyes y pelearon; Entonces pelearon los reyes de Canaán, En Taanac, junto a las
aguas de Meguido, Mas no llevaron ganancia alguna de dinero. 20Desde los cielos pelearon las estrellas; Desde sus órbitas pelearon contra Sísara. 21Los barrió
el torrente de Cisón, El antiguo
torrente, el torrente de Cisón. Marcha, oh alma mía, con poder. 22Entonces
resonaron los cascos de los caballos por el galopar, por el galopar de sus
valientes. 23Maldecid a Meroz, dijo el ángel de Jesús; Maldecid
severamente a sus moradores, Porque no vinieron al socorro de Jesús, Al
socorro de Jesús contra los fuertes. 24Bendita sea entre las
mujeres Jael, Mujer de Heber ceneo; Sobre las mujeres bendita sea en la tienda.
25El pidió agua, y ella le dio leche; En tazón de nobles le presentó
crema. 26Tendió su mano a la estaca, Y su diestra al mazo de
trabajadores, Y golpeó a Sísara; hirió su cabeza, Y le horadó, y atravesó sus
sienes. 27Cayó encorvado entre sus pies, quedó tendido; Entre sus
pies cayó encorvado; Donde se encorvó, allí cayó muerto. 28La madre de
Sísara se asoma a la ventana, Y por entre las celosías a voces dice: ¿Por qué
tarda su carro en venir? ¿Por qué las ruedas de sus carros se detienen? 29Las
más avisadas de sus damas le respondían, Y aun ella se respondía a sí misma: 30¿No
han hallado botín, y lo están repartiendo? A cada uno una doncella, o dos; Las
vestiduras de colores para Sísara, Las vestiduras bordadas de colores; La ropa
de color bordada de ambos lados, para los jefes de los que tomaron el botín. 31Así perezcan
todos tus enemigos, oh Jesús; Mas los que te aman, sean como el sol cuando sale en su fuerza. Y la tierra reposó cuarenta años.” (Jue. 5:1-23)
En este valle
Dios les causo confusión a los filisteos utilizando a un solo hombre y se
mataban entre ellos.
“16Saúl, pues, y Jonatán
su hijo, y el pueblo que con ellos se hallaba, se quedaron en Gabaa de
Benjamín; pero los filisteos habían acampado en Micmas. 17Y salieron
merodeadores del campamento de los filisteos en tres escuadrones; un escuadrón
marchaba por el camino de Ofra hacia la tierra de Sual, 18otro
escuadrón marchaba hacia Bet-horón, y el tercer
escuadrón marchaba hacia la región que mira al valle de Zeboim, hacia el desierto.
19Y en toda la tierra de Israel no se hallaba herrero; porque los
filisteos habían dicho: Para que los hebreos no hagan espada o lanza. 20Por
lo cual todos los de Israel tenían que descender a los filisteos para afilar
cada uno la reja de su arado, su azadón, su hacha o su hoz. 21Y el
precio era un pim por las rejas de arado y por los azadones, y la tercera parte
de un siclo por afilar las hachas y por componer las aguijadas. 22Así
aconteció que en el día de la batalla no se halló espada ni lanza en mano de
ninguno del pueblo que estaba con Saúl y con Jonatán, excepto Saúl y Jonatán su
hijo, que las tenían. 23Y la guarnición de los filisteos avanzó
hasta el paso de Micmas. 1Aconteció
un día, que Jonatán hijo de Saúl dijo a su criado que le traía las armas: Ven y pasemos a
la guarnición de los filisteos, que está de aquel lado. Y no lo hizo saber a su padre. 2Y Saúl se hallaba al extremo
de Gabaa, debajo de un granado que hay en Migrón, y la gente que estaba con él
era como seiscientos hombres. 3Y Ahías hijo de Ahitob, hermano de
Icabod, hijo de Finees, hijo de Elí, sacerdote de Jesús en Silo, llevaba el
efod; y no sabía el pueblo que Jonatán se hubiese ido. 4Y entre los
desfiladeros por donde Jonatán procuraba pasar a la guarnición de los
filisteos, había un peñasco agudo de un lado, y otro del otro lado; el uno se
llamaba Boses, y el otro Sene. 5Uno de los peñascos estaba situado
al norte, hacia Micmas, y el otro al sur, hacia Gabaa. 6Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la
guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jesús
por nosotros, pues no es difícil para Jesús salvar con muchos
o con pocos. 7Y su paje de armas le respondió: Haz todo lo que tienes en tu corazón; ve, pues aquí
estoy contigo a tu voluntad. 8Dijo entonces Jonatán: Vamos a pasar a
esos hombres,
y nos mostraremos a ellos. 9Si nos dijeren así: Esperad hasta que
lleguemos a vosotros, entonces nos estaremos en nuestro lugar, y no subiremos
a ellos. 10Mas
si nos dijeren así: Subid a nosotros, entonces subiremos, porque Jesús los ha entregado
en nuestra mano;
y esto nos será por señal. 11Se mostraron, pues, ambos a la guarnición
de los filisteos, y los filisteos dijeron: He aquí los hebreos, que salen de las cavernas
donde se habían escondido. 12Y
los hombres de la guarnición respondieron a Jonatán y a su paje de armas, y dijeron: Subid a nosotros, y os haremos saber una cosa. Entonces Jonatán dijo a su paje de armas: Sube tras mí,
porque Jesús los
ha entregado en manos de Israel. 13Y subió Jonatán
trepando con sus manos y sus pies, y tras él su paje de armas; y a los que caían
delante de Jonatán, su paje de armas que iba tras él los mataba. 14Y fue
esta primera matanza que hicieron Jonatán y su paje de armas, como veinte
hombres, en el espacio de una media yugada de tierra. 15Y hubo pánico
en el campamento y por el campo, y entre toda la gente de la guarnición; y los que
habían ido a merodear, también ellos tuvieron pánico, y la tierra tembló; hubo,
pues, gran consternación. 16Y los centinelas de Saúl vieron
desde Gabaa de Benjamín cómo la multitud estaba turbada, e iba de un lado a
otro y era deshecha. 17Entonces Saúl dijo al pueblo que estaba con
él: Pasad ahora revista, y ved quién se haya ido de los nuestros. Pasaron
revista, y he aquí que faltaba Jonatán y su paje de armas. 18Y Saúl
dijo a Ahías: Trae el arca de Dios. Porque el arca de Dios estaba entonces con
los hijos de Israel. 19Pero aconteció que mientras aún hablaba Saúl
con el sacerdote, el alboroto que había en el campamento de los filisteos
aumentaba, e iba creciendo en gran manera. Entonces dijo Saúl al sacerdote:
Detén tu mano. 20Y juntando Saúl a todo el pueblo que con él
estaba, llegaron hasta el lugar de la batalla; y he aquí que la espada
de cada uno estaba vuelta contra su compañero, y había gran
confusión. 21Y los hebreos que habían estado con los filisteos
de tiempo atrás, y habían venido con ellos de los alrededores
al campamento,
se pusieron también del lado de los israelitas
que estaban con Saúl y con Jonatán. 22Asimismo
todos los israelitas que se habían escondido en el monte de Efraín, oyendo que los filisteos huían, también
ellos los persiguieron en aquella batalla. 23Así salvó Jesús
a Israel aquel día. Y llegó la batalla hasta Bet-avén.” (1Sam 13:16-23; 1 Sam 14:1-23)