Su santa morada

 

¿Quién habitará en el tabernáculo de Jesús y morará en su santo monte?

 

1Jesús, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? 2El que anda en integridad y hace justicia, Y habla verdad en su corazón. 3El que no calumnia con su lengua, Ni hace mal a su prójimo, Ni admite reproche alguno contra su vecino. 4Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado, Pero honra a los que temen a Jesús. El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia; 5Quien su dinero no dio a usura, Ni contra el inocente admitió cohecho. El que hace estas cosas, no resbalará jamás.” (Sal. 15:1-5)

 

¿Cuando Jesús hace beber su copa de su mano a todas las naciones,… entonces ruge desde lo alto, y desde su santa morada de voces, en contra de su morada, y canta canción de lagareros contra todas los moradores de la tierra, porque estruendo llega hasta los fines de la tierra,… ya que es juicio de Jesús para entregar a los impíos a la espada,… y se levantará  grande tempestad de los fines de la tierra, y yacerán los muertos de Jesús en aquel día desde un extremo de la tierra hasta el otro; no se endecharán ni se recogerán ni serán enterrados; como estiércol quedan sobre la faz de la tierra,… y los pastores y los mayorales serán degollados y esparcidos,… y los pastos delicados serán destruidos por el ardor de la ira de Jesús,…?

 

27Les dirás, pues: Así ha dicho Jesús de los ejércitos, Dios de Israel: Bebed, y embriagaos, y vomitad, y caed, y no os levantéis, a causa de la espada que yo envío entre vosotros. 28Y si no quieren tomar la copa de tu mano para beber, les dirás tú: Así ha dicho Jesús de los ejércitos: Tenéis que beber. 29Porque he aquí que a la ciudad en la cual es invocado mi nombre yo comienzo a hacer mal; ¿y vosotros seréis absueltos? No seréis absueltos; porque espada traigo sobre todos los moradores de la tierra, dice Jesús de los ejércitos. 30Tú, pues, profetizarás contra ellos todas estas palabras y les dirás: Jesús rugirá desde lo alto, y desde su morada santa dará su voz; rugirá fuertemente contra su morada; canción de lagareros cantará contra todos los moradores de la tierra. 31Llegará el estruendo hasta el fin de la tierra, porque Jesús tiene juicio contra las naciones; él es el Juez de toda carne; entregará los impíos a espada, dice Jesús. 32Así ha dicho Jesús de los ejércitos: He aquí que el mal irá de nación en nación, y grande tempestad se levantará de los fines de la tierra. 33Y yacerán los muertos de Jesús en aquel día desde un extremo de la tierra hasta el otro; no se endecharán ni se recogerán ni serán enterrados; como estiércol quedarán sobre la faz de la tierra. 34Aullad, pastores, y clamad; revolcaos en el polvo, mayorales del rebaño; porque cumplidos son vuestros días para que seáis degollados y esparcidos, y caeréis como vaso precioso. 35Y se acabará la huida de los pastores, y el escape de los mayorales del rebaño. 36¡Voz de la gritería de los pastores, y aullido de los mayorales del rebaño! porque Jesús asoló sus pastos. 37Y los pastos delicados serán destruidos por el ardor de la ira de Jesús. 38Dejó cual leoncillo su guarida; pues asolada fue la tierra de ellos por la ira del opresor, y por el furor de su saña.” (Jer. 25:30-38)

 

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