Los probaré como se prueba el oro
¿Quién es probado y saldrá como oro?
“10Mas él
conoce mi camino; Me probará, y
saldré como oro. 11Mis pies han seguido sus pisadas; Guardé su camino, y no me
aparté. 12Del mandamiento de sus labios nunca me separé; Guardé las palabras de su boca más
que mi comida.” (Job. 3:10-12) ¿A quien prueba Jesús,…? “5Jesús prueba al justo; Pero al
malo y al que ama la violencia, su
alma los aborrece.” (Sal. 11:5; Ver además Jer. 20:12) ¿Qué prueba el Dios justo,…? “9Fenezca
ahora la maldad de los inicuos, mas establece tú al
justo; Porque el Dios justo prueba la mente y el corazón.” (Sal.
7:9 Ver también Prov. 17:3; Jer. 17:9-11)
¿Qué produce la prueba?
“3Y no sólo
esto, sino que también nos gloriamos en las
tribulaciones, sabiendo que la
tribulación produce paciencia; 4y la paciencia, prueba; y la prueba,
esperanza; 5y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que
nos fue dado.” (Rom. 5:3-4) ¿Qué produce cuando es probada la fe de uno? “2Hermanos
míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, 3sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.”
(Sant. 1:2)
¿Quiénes al tiempo de la prueba se apartan de la
palabra de Dios?
“5El sembrador
salió a sembrar su semilla (la palabra de Dios Luc. 8:11); y mientras sembraba,
una parte cayó junto al camino, y fue hollada (estos son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de
su corazón la palabra, para que no crean y se salven. Luc. 8:12), y las
aves del cielo la comieron. 6Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida,
se secó, porque no tenía humedad. (13Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo;
pero éstos no tienen raíces; creen
por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan Luc. 8:13) 7Otra parte cayó entre espinos, y los
espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron. (Éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto) 8Y otra parte cayó
en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno.... 15Mas la
que cayó en buena
tierra, éstos son los que con corazón
bueno y recto retienen la palabra
oída, y dan fruto con perseverancia.” (Luc. 8:5-15)
¿Cómo ser probados?
“3Porque el que
se cree ser algo, no siendo nada, a
sí mismo se engaña. 4Así que, cada
uno someta a prueba su propia obra,
y entonces tendrá motivo de gloriarse
sólo respecto de sí mismo, y no en otro;
5porque cada uno llevará su propia carga.”
(Gál. 6:3-4) ¿Qué hay que
tener presente cuando uno es probado,…? “12Amados, no
os sorprendáis del fuego de prueba
que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, 13sino
gozaos por cuanto sois participantes
de los padecimientos de Cristo, para
que también en la revelación de su gloria
os gocéis con gran alegría. 14Si sois vituperados por el
nombre de Cristo, sois bienaventurados,
porque el glorioso Espíritu de Dios
reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. 15Así
que, ninguno de vosotros padezca como homicida,
o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno; 16pero
si alguno padece como cristiano, no
se avergüence, sino glorifique a Dios por ello.
17Porque es tiempo de que el juicio
comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio
de Dios? 18Y: Si el justo
con dificultad se salva, ¿En dónde
aparecerá el impío y el pecador? 19De modo que los
que padecen según la voluntad de Dios,
encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien.”
(1Ped. 4:12-19)
¿Quién no será probado de la hora de la prueba que
ha de venir sobre el mundo entero,…?
“10Por
cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te
guardaré de la hora de la prueba que
ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la
tierra.” (Apoc. 3:10)
¿Cuál es la
consecuencia de resistir la prueba?
“12Bienaventurado el varón
que soporta la
tentación; porque cuando haya resistido
la prueba,
recibirá la corona de vida, que
Dios ha prometido a los que le aman.” (Sant. 1:12)