Viento
“6Voz que decía:
Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba,
y toda su gloria como flor del campo. 7La hierba se
seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jesús sopló en ella;
ciertamente como hierba es el pueblo. 8Sécase la
hierba, marchitase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para
siempre.” (Isa.
40:6-8)
¿Qué
les ocurre en el viento tempestuoso a los que recubren con lodo suelto la pared
que otros edifican,…? “8Por tanto, así ha dicho Jesús el Señor:
Por cuanto vosotros habéis hablado vanidad, y habéis visto mentira, por tanto,
he aquí yo estoy contra vosotros, dice Jesús el Señor. 9Estará
mi mano contra los profetas que ven vanidad y adivinan mentira; no estarán en
la congregación de mi pueblo, ni serán inscritos en el libro de la casa de
Israel, ni a la tierra de Israel volverán; y sabréis que yo soy Jesús el
Señor. 10Sí, por cuanto engañaron a mi pueblo,
diciendo: Paz, no habiendo paz; y uno edificaba la pared, y he aquí que los
otros la recubrían con lodo suelto, 11di a los
recubridores con lodo suelto, que caerá; vendrá lluvia torrencial, y enviaré piedras
de granizo que la hagan caer, y viento tempestuoso la romperá. 12Y
he aquí cuando la pared haya caído, ¿no os dirán: ¿Dónde está la embarradura
con que la recubristeis? 13Por tanto, así ha dicho Jesús
el Señor: Haré que la rompa viento tempestuoso con mi ira, y lluvia torrencial vendrá
con mi furor, y piedras de granizo con enojo para consumir. 14Así
desbarataré la pared que vosotros recubristeis con lodo suelto, y la echaré a tierra,
y será descubierto su cimiento, y caerá, y seréis consumidos en medio de ella;
y sabréis que yo soy Jesús. 15Cumpliré así mi furor
en la pared y en los que la recubrieron con lodo suelto; y os diré: No existe
la pared, ni los que la recubrieron, 16los profetas
de Israel que profetizan acerca de Jerusalén, y ven para ella visión de paz, no
habiendo paz, dice Jesús el Señor.” (Eze. 13:8-16)
“4Y miré, y he aquí
venía del norte un viento tempestuoso” (Eze. 1:4)
¿Para
que utiliza Jesús el recio viento,… en el día que Jesús trilla desde el río
Éufrates hasta el torrente de Egipto,…? “8Con medida lo castigarás en sus
vástagos. El los remueve con su recio viento
en el día del aire solano. 9De esta manera, pues, será
perdonada la iniquidad de Jacob, y este será todo el fruto, la remoción de su pecado;
cuando haga todas las piedras del altar como piedras de cal desmenuzadas, y no
se levanten los símbolos de Asera ni las imágenes del sol. 10Porque la ciudad fortificada será
desolada, la ciudad habitada será abandonada y dejada como un desierto; allí
pastará el becerro, allí tendrá su majada, y acabará sus ramas. 11Cuando
sus ramas se sequen, serán quebradas; mujeres vendrán a encenderlas; porque
aquel no es pueblo de entendimiento; por tanto, su Hacedor no tendrá de él misericordia,
ni se compadecerá de él el que lo formó. 12Acontecerá en aquel día,
que trillará Jesús desde el río Éufrates hasta el torrente de Egipto, y
vosotros, hijos de Israel, seréis reunidos uno a uno. 13Acontecerá
también en aquel día, que se tocará con gran trompeta, y vendrán los que habían
sido esparcidos en la tierra de Asiría, y los que habían sido desterrados a Egipto,
y adorarán a Jesús en el monte santo, en Jerusalén.” (Isa. 27:8-13) Observe que el viento
recio va acompañado con el aire solano y sirve para desmenuzar los ídolos de
las personas,… y ser llevados por el viento,… esto también nos confirma la
siguiente cita: “13Cuando clames, que te libren tus ídolos; pero a
todos ellos llevará el viento, un soplo los arrebatará; mas el que en mí confía
tendrá la tierra por heredad, y poseerá mi santo monte.” (Isa. 57:13) Por la importancia de estos
textos, y aclarar algo más su contenido
veamos la siguientes citas Bíblicas “13Por tanto, así dijo Jesús: Preguntad ahora a
las naciones, quién ha oído cosa semejante. Gran fealdad ha hecho la virgen de
Israel. 14¿Faltará la nieve del Líbano de la piedra
del campo? ¿Faltarán las aguas frías que corren de lejanas tierras?
15Porque mi pueblo me ha olvidado, incensando a lo que es vanidad,
y ha tropezado en sus caminos, en las sendas antiguas, para que camine por
sendas y no por camino transitado, 16para poner su tierra
en desolación, objeto de burla perpetua; todo aquel que pasare por ella se
asombrará, y meneará la cabeza. 17Como viento solano
los esparciré delante del enemigo; les mostraré las espaldas y no el rostro, en
el día de su perdición.”
(Jer. 18:13-17; Eze. 19:1-14; Hag. 2:17-19) Observe que en el viento solano
utiliza Jesús para esparcir,… ya que muestra Jesús las espaldas y no el
rostro,…
Además
observe en el siguiente párrafo que el viento solano a utilizado Dios para
quebrar las naves de Tarsis: “7Con viento solano quiebras tú las naves de Tarsis.”
(Sal. 48:7)
Veamos
para que más utiliza Jesús el viento solano y que le puede acompañar
“12Pero fue arrancada
con ira, derribada en tierra, y el viento solano secó su fruto; sus ramas
fuertes fueron quebradas y se secaron; las consumió el fuego.” (Eze. 19:12)
“15Aunque él
fructifique entre los hermanos, vendrá el solano, viento de Jesús; se
levantará desde el desierto, y se secará su manantial, y se agotará su fuente;
él saqueará el tesoro de todas sus preciosas alhajas.” (Oseas 13:15)
“8Y
aconteció que al salir el sol, preparó Dios un recio viento solano, y el sol
hirió a Jonás en la cabeza, y se desmayaba, y deseaba la muerte, diciendo:
Mejor sería para mí la muerte que la vida.” (Jonás 4:8)
¿El
viento solano hace que el pueblo se vuelva a Jesús,…?
“9Os herí
con viento solano y con oruga; la langosta devoró vuestros muchos huertos y
vuestras viñas, y vuestros higuerales y vuestros olivares; pero nunca os
volvisteis a mí, dice Jesús.”
(Amos 4:9 ver también Hag. 2:17)
¿Para
qué utiliza Jesús el viento seco,… y sobre quién cae? “9En aquel día, dice
Jesús, desfallecerá el corazón del rey y el corazón de los príncipes, y los sacerdotes
estarán atónitos, y se maravillarán los profetas. 10Y dije: ¡Ay, ay,
Jesús Dios! Verdaderamente en gran manera has engañado a este pueblo y a Jerusalén,
diciendo: Paz tendréis; pues la espada ha venido hasta el alma. 11En
aquel tiempo se dirá a este pueblo y a Jerusalén: Viento seco de las alturas del desierto vino a la hija de mi pueblo,
no para aventar, ni para limpiar. 12Viento más vehemente que este
vendrá a mí; y ahora yo pronunciaré juicios contra ellos,… 21¿Hasta
cuándo he de ver bandera, he de oír sonido de trompeta? 22Porque mi pueblo
es necio, no me conocieron; son hijos ignorantes y no son entendidos; sabios
para hacer el mal, pero hacer el bien no supieron. 23Miré a la tierra,
y he aquí que estaba asolada y vacía; y a los cielos, y no había en ellos luz.
24Miré a los montes, y he aquí que temblaban, y todos los collados fueron
destruidos. 25Miré, y no había hombre, y todas las aves del cielo se
habían ido. 26Miré, y he aquí el campo fértil era un desierto, y
todas sus ciudades eran asoladas delante de Jesús, delante del ardor de su ira.
27Porque así dijo Jesús: Toda la tierra será asolada; pero no la
destruiré del todo. 28Por esto se enlutará la tierra, y los cielos
arriba se oscurecerán, porque hablé, lo pensé, y no me arrepentí, ni desistiré
de ello. 29Al estruendo de la gente de a caballo y de los flecheros
huyó toda la ciudad; entraron en las espesuras de los bosques, y subieron a los
peñascos; todas las ciudades fueron abandonadas, y no quedó en ellas morador
alguno. 30Y tú, destruida, ¿qué harás? Aunque te vistas de grana,
aunque te adornes con atavíos de oro, aunque pintes con antimonio tus ojos, en
vano te engalanas; te menospreciarán tus amantes, buscarán tu vida. 31Porque
oí una voz como de mujer que está de parto, angustia como de primeriza; voz de
la hija de Sion que lamenta y extiende sus manos, diciendo: ¡Ay ahora de mí!
que mi alma desmaya a causa de los asesinos.” (Jer. 4:9-31)
“18Di al rey y
a la reina: Humillaos, sentaos en tierra; porque la corona de vuestra gloria ha
caído de vuestras cabezas. 19Las ciudades del Neguev
fueron cerradas, y no hubo quien las abriese; toda Judá fue transportada,
llevada en cautiverio fue toda ella. 20Alzad
vuestros ojos, y ved a los que vienen del norte. ¿Dónde está el rebaño que te
fue dado, tu hermosa grey? 21¿Qué dirás cuando él
ponga como cabeza sobre ti a aquellos a quienes tú enseñaste a ser tus amigos?
¿No te darán dolores como de mujer que está de parto? 22Si
dijeres en tu corazón: ¿Por qué me ha sobrevenido esto? Por la enormidad de tu maldad
fueron descubiertas tus faldas, fueron desnudados tus calcañares.
23¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así
también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?
24Por tanto, yo los esparciré al viento del desierto, como tamo
que pasa. 25Esta es tu suerte, la porción que yo he
medido para ti, dice Jesús, porque te olvidaste de mí y confiaste en la mentira.
26Yo, pues, descubriré también tus faldas delante de tu rostro, y
se manifestará tu ignominia, 27tus adulterios, tus relinchos,
la maldad de tu fornicación sobre los collados; en el campo vi tus
abominaciones. ¡Ay de ti, Jerusalén! ¿No serás al fin limpia? ¿Cuánto tardarás
tú en purificarte?” (Jer. 13:18-27) Observe que
Jesús hace esparcir por el viento del desierto o seco a los que se olvidan de
él y confían en la mentira.
“34Estabas
mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en
sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. 35Entonces
fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y
el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin
que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue
hecha un gran monte que llenó toda la tierra.” (Dan. 2:35) Observe
que Dios utiliza el viento para deshacer a los reinos del mundo inclusive
Babilonia,… Para complementar este texto veamos los siguientes textos: “15El hombre, como la hierba son sus días; Florece como la flor
del campo, 16Que pasó el viento por ella, y pereció, Y su lugar no
la conocerá más. 17Mas la misericordia de Jesús es desde la eternidad y hasta
la eternidad sobre los que le temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos;”
(Sal. 103:15-17) “7La
hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jesús sopló en
ella; ciertamente como hierba es el pueblo. 8Sécase
la hierba, marchitase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para
siempre.” (Isa. 40:7-8) Ahora,
para ver que Jesús levanta viento destruidor contra Babilonia y contra sus
moradores que se levantan en contra de Jesús veamos los siguientes párrafos
de las Sagradas Escrituras: “1Así ha dicho
Jesús: He aquí que yo levanto un viento destruidor contra Babilonia, y contra
sus moradores que se levantan contra mí. 2Y enviaré
a Babilonia aventadores que la avienten, y vaciarán su tierra; porque se
pondrán contra ella de todas partes en el día del mal. 3Diré
al flechero que entesa su arco, y al que se enorgullece de su coraza: No
perdonéis a sus jóvenes, destruid todo su ejército. 4Y
caerán muertos en la tierra de los caldeos, y alanceados en sus calles.
5Porque Israel y Judá no han enviudado de su Dios, Jesús de los ejércitos,
aunque su tierra fue llena de pecado contra el Santo de Israel. 6Huid
de en medio de Babilonia, y librad cada uno su vida, para que no perezcáis a
causa de su maldad; porque el tiempo es de venganza de Jesús; le dará su pago.
7Copa de oro fue Babilonia en la mano de Jesús, que embriagó a
toda la tierra; de su vino bebieron los pueblos; se aturdieron, por tanto, las naciones.
8En un momento cayó Babilonia, y se despedazó; gemid sobre ella;
tomad bálsamo para su dolor, quizá sane. 9Curamos a Babilonia,
y no ha sanado; dejadla, y vámonos cada uno a su tierra; porque ha llegado
hasta el cielo su juicio, y se ha alzado hasta las nubes. 10Jesús
sacó a luz nuestras justicias; venid, y contemos en Sion la obra de Jesús
nuestro Dios. 11Limpiad las saetas, embrazad los
escudos; ha despertado Jesús el espíritu de los reyes de Media; porque contra Babilonia
es su pensamiento para destruirla; porque venganza es de Jesús, y venganza de
su templo. 12Levantad bandera sobre los muros de
Babilonia, reforzad la guardia, poned centinelas, disponed celadas; porque
deliberó Jesús, y aun pondrá en efecto lo que ha dicho contra los moradores de
Babilonia. 13Tú, la que moras entre muchas aguas,
rica en tesoros, ha venido tu fin, la medida de tu codicia. 14Jesús
de los ejércitos juró por sí mismo, diciendo: Yo te llenaré de hombres como de
langostas, y levantarán contra ti gritería. 15El es
el que hizo la tierra con su poder, el que afirmó el mundo con su sabiduría, y
extendió los cielos con su inteligencia. 16A su voz
se producen tumultos de aguas en los cielos, y hace subir las nubes de lo último
de la tierra; él hace relámpagos con la lluvia, y saca el viento de sus
depósitos. 17Todo hombre se ha infatuado, y no tiene
ciencia; se avergüenza todo artífice de su escultura, porque mentira es su ídolo,
no tiene espíritu. 18Vanidad son, obra digna de
burla; en el tiempo del castigo perecerán. 19No es
como ellos la porción de Jacob; porque él es el Formador de todo, e Israel es
el cetro de su herencia; Jesús de los ejércitos es su nombre. 20Martillo
me sois, y armas de guerra; y por medio de ti quebrantaré naciones, y por medio
de ti destruiré reinos. 21Por tu medio quebrantaré
caballos y a sus jinetes, y por medio de ti quebrantaré carros y a los que en
ellos suben. 22Asimismo por tu medio quebrantaré
hombres y mujeres, y por medio de ti quebrantaré viejos y jóvenes, y por tu
medio quebrantaré jóvenes y vírgenes. 23También
quebrantaré por medio de ti al pastor y a su rebaño; quebrantaré por tu medio a
labradores y a sus yuntas; a jefes y a príncipes quebrantaré por medio de ti. 24Y
pagaré a Babilonia y a todos los moradores de Caldea, todo el mal que ellos
hicieron en Sion delante de vuestros ojos, dice Jesús. 25He
aquí yo estoy contra ti, oh monte destruidor, dice Jesús, que destruiste toda la tierra; y
extenderé mi mano contra ti, y te haré rodar de las peñas, y te reduciré a monte
quemado. 26Y nadie tomará de ti piedra para esquina,
ni piedra para cimiento; porque perpetuo asolamiento serás, ha dicho Jesús. 27Alzad
bandera en la tierra, tocad trompeta en las naciones, preparad pueblos contra
ella; juntad contra ella los reinos de Ararat, de Mini y de Askenaz; señalad
contra ella capitán, haced subir caballos como langostas erizadas.
28Preparad contra ella naciones; los reyes de Media, sus
capitanes y todos sus príncipes, y todo territorio de su dominio.
29Temblará la tierra, y se afligirá; porque es confirmado contra Babilonia
todo el pensamiento de Jesús, para poner la tierra de Babilonia en soledad,
para que no haya morador en ella. 30Los valientes de
Babilonia dejaron de pelear, se encerraron en sus fortalezas; les faltaron las fuerzas,
se volvieron como mujeres; incendiadas están sus casas, rotos sus cerrojos.
31Correo se encontrará con correo, mensajero se encontrará con
mensajero, para anunciar al rey de Babilonia que su ciudad es tomada por todas
partes. 32Los vados fueron tomados, y los baluartes
quemados a fuego, y se consternaron los hombres de guerra. 33Porque
así ha dicho Jesús de los ejércitos, Dios de Israel: La hija de Babilonia es
como una era cuando está de trillar; de aquí a poco le vendrá el tiempo de la
siega. 34Me devoró, me desmenuzó Nabucodonosor rey
de Babilonia, y me dejó como vaso vacío; me tragó como dragón, llenó su vientre
de mis delicadezas, y me echó fuera. 35Sobre Babilonia
caiga la violencia hecha a mí y a mi carne, dirá la moradora de Sion; y mi sangre
caiga sobre los moradores de Caldea, dirá Jerusalén. 36Por
tanto, así ha dicho Jesús: He aquí que yo juzgo tu causa y haré tu venganza; y
secaré su mar, y haré que su corriente quede seca. 37Y
será Babilonia montones de ruinas, morada de chacales, espanto y burla, sin
morador. 38Todos a una rugirán como leones; como
cachorros de leones gruñirán. 39En medio de su calor
les pondré banquetes, y haré que se embriaguen, para que se alegren, y duerman
eterno sueño y no despierten, dice Jesús. 40Los
haré traer como corderos al matadero, como carneros y machos cabríos. 41¡Cómo
fue apresada Babilonia, y fue tomada la que era alabada por toda la tierra!
¡Cómo vino a ser Babilonia objeto de espanto entre las naciones!
42Subió el mar sobre Babilonia; de la multitud de sus olas fue
cubierta. 43Sus ciudades fueron asoladas, la tierra
seca y desierta, tierra en que no morará nadie, ni pasará por ella hijo de hombre.
44Y juzgaré a Bel en Babilonia, y sacaré de su boca lo que se ha
tragado; y no vendrán más naciones a él, y el muro de Babilonia caerá. 45Salid
de en medio de ella, pueblo mío, y salvad cada uno su vida del ardor de la ira
de Jesús. 46Y no desmaye vuestro corazón, ni temáis
a causa del rumor que se oirá por la tierra; en un año vendrá el rumor, y
después en otro año rumor, y habrá violencia en la tierra, dominador contra dominador.
47Por tanto, he aquí vienen días en que yo destruiré
los ídolos de Babilonia, y toda su tierra será avergonzada, y todos sus muertos
caerán en medio de ella. 48Los cielos y la tierra y
todo lo que está en ellos cantarán de gozo sobre Babilonia; porque del norte
vendrán contra ella destruidores, dice Jesús. 49Por
los muertos de Israel caerá Babilonia, como por Babilonia cayeron los muertos
de toda la tierra. 50Los que escapasteis de la
espada, andad, no os detengáis; acordaos por muchos días de Jesús, y acordaos
de Jerusalén. 51Estamos avergonzados, porque oímos
la afrenta; la confusión cubrió nuestros rostros, porque vinieron extranjeros
contra los santuarios de la casa de Jesús. 52Por
tanto, vienen días, dice Jesús, en que yo destruiré sus ídolos, y en toda su
tierra gemirán los heridos. 53Aunque suba Babilonia
hasta el cielo, y se fortifique en las alturas, de mí vendrán a ella
destruidores, dice Jesús. 54¡Oyese el clamor de
Babilonia, y el gran quebrantamiento de la tierra de los caldeos!
55Porque Jesús destruirá a Babilonia, y quitará de ella la mucha
jactancia; y bramarán sus olas, y como sonido de muchas aguas será la voz de
ellos. 56Porque vino destruidor contra ella, contra Babilonia,
y sus valientes fueron apresados; el arco de ellos fue quebrado; porque Jesús,
Dios de retribuciones, dará la paga. 57Y embriagaré
a sus príncipes y a sus sabios, a sus capitanes, a sus nobles y a sus fuertes;
y dormirán sueño eterno y no despertarán, dice el Rey, cuyo nombre es Jesús de
los ejércitos. 58Así ha dicho Jesús de los
ejércitos: El muro ancho de Babilonia será derribado enteramente, y sus altas puertas
serán quemadas a fuego; En vano
trabajaron los pueblos, y las naciones se cansaron sólo para el fuego. 59Palabra
que envió el profeta Jeremías a Seraías hijo de Nerías, hijo de Maasías, cuando
iba con Sedequías rey de Judá a Babilonia, en el cuarto año de su reinado. Y
era Seraías el principal camarero. 60Escribió, pues,
Jeremías en un libro todo el mal que había de venir sobre Babilonia, todas las
palabras que están escritas contra Babilonia. 61Y
dijo Jeremías a Seraías: Cuando llegues a Babilonia, y veas y leas todas estas
cosas, 62dirás: Oh Jesús, tú has dicho contra este
lugar que lo habías de destruir, hasta no quedar en él morador, ni hombre ni
animal, sino que para siempre ha de ser asolado. 63Y
cuando acabes de leer este libro, le atarás una piedra, y lo echarás en medio
del Éufrates, 64y dirás: Así se hundirá Babilonia, y
no se levantará del mal que yo traigo sobre ella; y serán rendidos. Hasta aquí
son las palabras de Jeremías.”
(Jer. 51:1-64; ver además Apoc. 18:1-24) Observe que cuando se refiere a
Babilonia se refiere a los pueblos y naciones,… leer de nuevo Jer. 51:58
“2Daniel
dijo: Miraba yo en mi visión de noche, y he aquí que los cuatro vientos del
cielo combatían en el gran mar. 3Y cuatro bestias
grandes, diferentes la una de la otra, subían del mar.” (Dan. 7:2-3)
“6Eh, eh, huid
de la tierra del norte, dice Jesús, pues por los cuatro vientos de los cielos
os esparcí, dice Jesús. 7Oh Sion, la que moras con
la hija de Babilonia, escápate.” (Zac. 2:6)
“7Porque sembraron viento, y torbellino segarán; no tendrán mies, ni su espiga
hará harina; y si la hiciere, extraños la comerán. 8Devorado será
Israel; pronto será entre las naciones como vasija que no se estima.” (Oseas 8:7)
¿Cuál es la
función del viento,… cuando Dios a los pocos de Israel que han quedado les
convierte en trillo nuevo, lleno de dientes,…?
“14No temas, gusano
de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy tu socorro, dice Jesús; el Santo
de Israel es tu Redentor. 15He aquí que yo te he
puesto por trillo, trillo nuevo, lleno de dientes; trillarás montes y los
molerás, y collados reducirás a tamo. 16Los
aventarás, y los llevará el viento, y los esparcirá el torbellino; pero tú te
regocijarás en Jesús, te gloriarás en el Santo de Israel.” (Isa. 41:14-16)
“1De nuevo
alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro carros que salían de entre dos montes; y
aquellos montes eran de bronce. 2En el primer carro
había caballos alazanes, en el segundo carro caballos negros, 3en
el tercer carro caballos blancos, y en el cuarto carro caballos overos
rucios rodados. 4Respondí entonces y dije al ángel
que hablaba conmigo: Señor mío, ¿qué es esto? 5Y el
ángel me respondió y me dijo: Estos son los cuatro vientos de los cielos, que
salen después de presentarse delante del Señor de toda la tierra.
6El carro con los caballos
negros salía hacia la tierra del norte, y los blancos salieron tras ellos, y los overos salieron hacia
la tierra del sur. 7Y los alazanes salieron y se
afanaron por ir a recorrer la tierra. Y dijo: Id, recorred la tierra. Y
recorrieron la tierra. 8Luego me llamó, y me habló
diciendo: Mira, los que salieron hacia la tierra del norte hicieron reposar mi Espíritu
en la tierra del norte.”
(Zac. 6:1-8)
“8No obstante,
de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad
y blasfeman de las potestades superiores. 9Pero
cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el
cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra
él, sino que dijo: El Señor te reprenda. 10Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen;
y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales.
11¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se
lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.
12Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo
impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas
de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos
y desarraigados; 13fieras ondas del mar, que espuman
su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada
eternamente la oscuridad de las tinieblas.” (Judas 1:10-13)
“1Después de
esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que
detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno
sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. 2Vi
también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo;
y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder
de hacer daño a la tierra y al mar, 3diciendo: No
hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado
en sus frentes a los siervos de nuestro Dios. 4Y oí
el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus
de los hijos de Israel.” (Apoc. 7:1-4) Observe
que los ángeles dañan a la tierra y el mar
“1Efraín
se apacienta de viento, y sigue al solano; mentira y destrucción aumenta
continuamente; porque hicieron pacto con los asirios, y el aceite se lleva a
Egipto.” (Oseas 12:1)
“6Si
bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo
de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos
llevaron como viento.”
(Isa. 64:6)
“16Jesús, en
la tribulación te buscaron; derramaron oración cuando los castigaste.
17Como la mujer encinta cuando se acerca el alumbramiento gime y
da gritos en sus dolores, así hemos sido delante de ti, oh Jesús.
18Concebimos, tuvimos dolores de parto, dimos a luz viento;
ninguna liberación hicimos en la tierra, ni cayeron los moradores del mundo.” (Isa. 26:16-29)
“4El
que al viento observa, no sembrará; y el que mira a las nubes, no segará. 5Como
tú no sabes cuál es el camino del viento, o cómo crecen los huesos en el
vientre de la mujer encinta, así ignoras la obra de Dios, el cual hace todas
las cosas.” (Ecle. 11:4-5)
“2Una
tercera parte quemarás a fuego en medio de la ciudad, cuando se cumplan los
días del asedio; y tomarás una tercera parte y la cortarás con espada alrededor
de la ciudad; y una tercera parte esparcirás al viento, y yo desenvainaré espada
en pos de ellos.” (Eze. 5:2)