Versión 2.1.01
Introducción
Hay gente que se pregunta, ¿Qué
ventaja existe entre una persona que nunca ha servido a Dios y a dedicado todo
los días de su vida tan solo a la vanidad de sus ojos, y se ve que llega los
días de su muerte y muere en paz, sus arcas llenas, y con herederos,… con un
hombre que se dedico muchos días a servir a Dios de tal manera que trae dolores
y aflicción a su cuerpo y su espíritu, y lo peor de todo que no tiene herederos
de todas las obras que hizo para Dios, y al final de sus días peca,…?
Esto me lleva a preguntar lo siguiente:
¿Hay ventaja en servir a Dios mucho,
poco o nada,…?
¿Cómo Dios se comporta con la persona
que nunca ha servido a Dios y ha dedicado todos los días de su vida solo a la
vanidad de sus ojos,…?
¿Qué pasara con las obras del siervo
de Dios, cuando el muera… a pesar que un tiempo de su vida se hayan apartado de
Dios,…?
¿Qué hace Dios por con su siervos y su
pueblo que se aparta de él,… para traerle de nuevo a su redil,…?
A
continuación, pasaremos a contestar estas y otras preguntas:
¿Hay ventaja en servir a Dios mucho,
poco o nada,…?
Veamos
que nos contesta las Sagradas Escrituras respecto a esta pregunta:
“13Vuestras palabras contra mí han sido violentas,
dice Jesús. Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado contra ti? 14Habéis
dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos
afligidos en presencia de Jesús de los ejércitos?
15Decimos, pues, ahora: Bienaventurados son los soberbios, y los
que hacen impiedad no sólo son prosperados, sino que tentaron a Dios y
escaparon. 16Entonces los que temían a Jesús
hablaron cada uno a su compañero; y Jesús escuchó y oyó, y fue escrito libro
de memoria delante de él para los que temen a Jesús, y para los que piensan en su nombre. 17Y serán para mí
especial tesoro,
ha dicho Jesús de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve.
18Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo,
entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.” (Mal. 3:13-17)
“8Así ha dicho Jesús: Como si alguno hallase mosto
en un racimo, y dijese: No lo desperdicies, porque bendición hay en él; así haré yo por
mis siervos,
que no lo destruiré todo. 9Sacaré
descendencia de Jacob, y de Judá heredero de mis montes; y mis escogidos
poseerán por heredad la tierra, y mis siervos habitarán allí. 10Y será Sarón para habitación de ovejas, y el valle de Acor para majada de vacas, para mi pueblo que me buscó.
11Pero vosotros los que dejáis a Jesús, que olvidáis mi
santo monte,
que ponéis mesa para la Fortuna, y suministráis libaciones para el Destino; 12yo
también os destinaré a la espada, y todos vosotros os arrodillaréis al degolladero, por cuanto llamé, y no
respondisteis; hablé, y no oísteis, sino que hicisteis lo malo delante de mis ojos, y escogisteis lo que
me desagrada. 13Por tanto,
así dijo Jesús
el Señor: He
aquí que mis siervos comerán, y vosotros tendréis hambre; he aquí que mis siervos beberán, y vosotros tendréis sed; he
aquí que mis siervos se alegrarán, y vosotros seréis avergonzados; 14he aquí
que mis siervos
cantarán por júbilo del corazón, y vosotros clamaréis por el dolor del corazón, y por el quebrantamiento de espíritu aullaréis. 15Y
dejaréis vuestro nombre por maldición a mis escogidos, y Jesús el Señor te matará,
y a sus siervos
llamará por otro nombre. 16El que se
bendijere en la tierra, en el Dios de verdad se bendecirá; y el que jurare en
la tierra, por el Dios de verdad jurará; porque las angustias primeras serán
olvidadas, y serán cubiertas de mis ojos.” (Isa. 65:8-16)
“16Porque
no contenderé para siempre, ni para siempre me enojaré; pues decaería ante mí
el espíritu, y las almas que yo he creado. 17Por la
iniquidad de su codicia me enojé, y le herí, escondí mi rostro y me indigné; y
él siguió rebelde por el camino de su corazón. 18He
visto sus caminos; pero le sanaré, y le pastorearé, y le daré consuelo a él y a
sus enlutados; 19produciré
fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo Jesús; y lo sanaré.
20Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede
estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo. 21No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos.”
(Isa. 57:16-21)
¿Cómo Dios se comporta con la persona
que nunca ha servido a Dios y ha dedicado todos los días de su vida solo a la
vanidad de sus ojos,…?
Veamos
que nos dice las Sagradas escrituras respecto a esta pregunta:
“6El hombre necio no sabe, y el insensato no
entiende esto. 7Cuando brotan los impíos
como la hierba, y florecen todos los que hacen iniquidad, es para ser destruidos eternamente.” (Sal. 92:6) Observe que la
obra del impío que brota como la hierba y que el que florece haciendo iniquidad
es destruida durante toda la eternidad,…
“24No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y
beba, y que su alma se alegre en su trabajo. También he visto que esto es de la
mano de Dios. 25Porque ¿quién comerá, y quién se
cuidará, mejor que yo? 26Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; más al pecador da el trabajo de recoger y
amontonar, para darlo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción
de espíritu.”
(Ecle. 2:24-26)
“24Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; 25Mas la palabra del Señor permanece para siempre,…” (1Ped. 1:24-25)
“4Oíd esto, los que explotáis a los menesterosos, y arruináis a los pobres de la tierra, 5diciendo: ¿Cuándo
pasará el mes, y venderemos el trigo; y la semana, y abriremos los graneros del
pan, y achicaremos la medida, y subiremos el precio, y falsearemos con engaño
la balanza, 6para comprar los pobres por dinero, y
los necesitados por un par de zapatos, y venderemos los desechos del trigo?
7Jesús juró por la gloria de Jacob: No me olvidaré
jamás de todas sus obras.
8¿No se estremecerá la tierra sobre esto? ¿No llorará todo
habitante de ella? Subirá toda, como un río, y crecerá y mermará como el río de
Egipto. 9Acontecerá en aquel día, dice Jesús el
Señor, que haré que se ponga el sol a mediodía, y cubriré de tinieblas la
tierra en el día claro. 10Y cambiaré vuestras
fiestas en lloro, y todos vuestros cantares en lamentaciones; y haré poner
cilicio sobre todo lomo, y que se rape toda cabeza; y la volveré como en llanto
de unigénito, y su
postrimería como día amargo. 11He aquí
vienen días, dice Jesús el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no
hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jesús.
12E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente
discurrirán buscando palabra de Jesús, y no la hallarán. 13En
aquel tiempo las doncellas hermosas y los jóvenes desmayarán de sed.
14Los que juran por el pecado de Samaria, y dicen: Por tu Dios,
oh Dan, y: Por el camino de Beerseba,
caerán, y nunca
más se levantarán.” (Amos 8:4-14)
¿Qué pasara con las obras del siervo
de Dios, cuando el muera… a pesar que un tiempo de su vida se hayan apartado de
Dios,…?
Primeramente,
esta pregunta la podemos ver registrada en el siguiente salmo que lo compuso
Moisés:
“1Señor, tú nos has sido refugio de
generación en generación. 2Antes que naciesen los montes y formases
la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios. 3Vuelves al hombre hasta ser quebrantado, y dices: Convertíos, hijos de los hombres. 4Porque mil años delante de
tus ojos son como el día de ayer, que pasó, y como una de las vigilias de la
noche. 5Los arrebatas como con torrente de aguas; son como sueño, como la hierba que crece en la mañana. 6En la mañana florece y crece; a
la tarde es cortada, y se seca. 7Porque con tu furor somos consumidos, y con tu ira somos turbados. 8Pusiste nuestras maldades delante
de ti,
nuestros yerros
a la luz de tu
rostro. 9Porque
todos nuestros días declinan a causa de tu ira; Acabamos nuestros años como un pensamiento. 10Los días de
nuestra edad son setenta años; y si en los más robustos son ochenta años, con
todo, su fortaleza es molestia y
trabajo, porque pronto pasan, y volamos. 11¿Quién conoce
el poder de tu ira, y tu indignación según que debes ser temido? 12Enséñanos
de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría. 13Vuélvete, oh Jesús; ¿hasta cuándo? Y aplácate para con tus siervos. 14De
mañana sácianos de tu misericordia, y cantaremos y nos alegraremos todos
nuestros días. 15Alégranos conforme a los días que nos afligiste, y
los años en que vimos el mal. 16Aparezca en tus siervos tu obra, y tu gloria sobre sus hijos.
17Sea la luz de Jesús nuestro Dios sobre nosotros, y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros; Sí, la obra de nuestras manos confirma.” (Sal.
90:1-17)
“1Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y
da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto;
porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho
Jesús. 2Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa;
alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. 3Porque
te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia
heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas. 4No temas,
pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada, sino
que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez
no tendrás más memoria. 5Porque tu marido es tu
Hacedor; Jesús de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de
Israel; Dios de toda la tierra será llamado. 6Porque
como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jesús, y como a la
esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo. 7Por un breve
momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias. 8Con un
poco de ira
escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jesús tu Redentor. 9Porque
esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de
Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te
reñiré. 10Porque los montes se moverán, y los
collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de
mi paz se quebrantará, dijo Jesús, el que tiene misericordia de ti. 11Pobrecita,
fatigada con tempestad, sin consuelo; he aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundaré. 12Tus ventanas pondré de piedras preciosas, tus puertas de piedras de carbunclo, y toda tu muralla de piedras preciosas. 13Y todos tus hijos serán enseñados por Jesús; y se multiplicará
la paz de tus hijos. 14Con
justicia serás adornada; estarás lejos de opresión, porque no temerás, y de temor, porque no se
acercará a ti.
15Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin mí; el que contra ti conspirare, delante de
ti caerá. 16He aquí que yo hice al
herrero que sopla las ascuas en el fuego, y que saca la herramienta para su
obra; y yo he creado al destruidor para destruir. 17Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante
contra ti en juicio. Esta es la
herencia de los siervos de Jesús, y su salvación de mí vendrá, dijo Jesús.” (Isa. 54:1-17)
Hay sectas que piensan que
solo sus altos Sacerdotes o jerarquías pueden interpretar las Sagradas
Escrituras, pero las Sagradas Escrituras encomienda este trabajo a todos
veámoslo: “26¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo
para edificación.” (1Cor. 14:26) Obsérvese que este versículo pone
una condición para interpretar y es que la interpretación tiene que edificar.
Ahora surge la pregunta del millón:
¿Qué debemos tener presente para edificar,…?
Veamos que nos dice las Sagradas Escrituras:
“10Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica
encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. 11Porque
nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 12Y
si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 13la obra de cada uno se hará
manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 14Si
permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15Si la
obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo,
aunque así como por fuego.” (1Cor. 3:10) Observe que para edificar tiene que
estar como fundamento Cristo,… es decir que cualquiera que quiera interpretar,
o le sea revelado algo tiene que tener como fundamento a Cristo,… si tiene que
su obra reciba recompensa. Viene las preguntas: ¿Qué material estas utilizando
para edificar,…? ¿Cómo interpretas las Sagradas Escrituras,… utilizas cuentos
de viejas para ello,…? Antes de que contestes estas preguntas recuerda lo
siguiente hacia donde tiene que estar enfocada tu interpretación:
“2Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados,
unos para vida
eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. 3Los
entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la
justicia a la
multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.” (Dan. 12:2-3)
¿Qué hace Dios por con su siervos y su
pueblo que se aparta de él,… para traerle de nuevo a su redil,…?
“22Por tanto, di a
la casa de Israel: Así ha dicho Jesús el Señor: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre,
el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado.
23Y
santificaré mi grande nombre,
profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas;
y sabrán las naciones que yo soy Jesús, dice Jesús el Señor, cuando sea
santificado en vosotros delante de sus ojos. 24Y yo
os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a
vuestro país. 25Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos
vuestros ídolos
os limpiaré. 26Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. 27Y pondré
dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis
mis preceptos, y los pongáis por obra. 28Habitaréis
en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo
seré a vosotros por Dios. 29Y os guardaré de todas vuestras inmundicias; y llamaré al trigo, y lo multiplicaré, y
no os daré hambre. 30Multiplicaré
asimismo el fruto de los árboles, y el fruto de los campos, para que nunca más
recibáis oprobio de hambre entre las naciones. 31Y
os acordaréis de vuestros malos caminos, y de vuestras obras que no fueron
buenas; y os avergonzaréis de vosotros mismos por vuestras iniquidades y por
vuestras abominaciones. 32No lo hago por vosotros,
dice Jesús el Señor, sabedlo bien; avergonzaos y cubríos de confusión por
vuestras iniquidades, casa de Israel. 33Así ha dicho Jesús el Señor: El día que os limpie de todas vuestras iniquidades, haré también
que sean habitadas las ciudades, y las ruinas serán reedificadas. 34Y la tierra asolada será
labrada, en lugar de haber permanecido asolada a ojos de todos los que pasaron.
35Y dirán: Esta tierra que era asolada ha venido a ser como huerto del Edén; y estas ciudades que eran desiertas
y asoladas y arruinadas, están fortificadas y habitadas.
36Y las naciones que queden en vuestros alrededores sabrán que yo
reedifiqué lo que estaba derribado, y planté lo que estaba desolado; yo Jesús
he hablado, y lo haré. 37Así ha dicho Jesús el
Señor: Aún seré solicitado por la casa de Israel, para hacerles esto;
multiplicaré los hombres como se multiplican los rebaños. 38Como
las ovejas consagradas, como las ovejas de Jerusalén en sus fiestas solemnes,
así las ciudades desiertas serán llenas de rebaños de hombres; y sabrán que yo
soy Jesús.” (Eze. 36:22-38)
“12Porque así ha dicho Jesús: Incurable es tu quebrantamiento,
y dolorosa tu llaga. 13No hay quien juzgue tu causa
para sanarte; no hay para ti medicamentos eficaces. 14Todos
tus enamorados te olvidaron; no te buscan; porque como hiere un enemigo te
herí, con azote de adversario cruel, a causa de la magnitud de tu maldad y de
la multitud de tus pecados. 15¿Por qué gritas a
causa de tu quebrantamiento? Incurable es tu dolor, porque por la grandeza de
tu iniquidad y por tus muchos pecados te he hecho esto. 16Pero
serán consumidos todos los que te consumen; y todos tus adversarios, todos
irán en cautiverio; hollados serán los que te hollaron, y a todos los que
hicieron presa de ti daré en presa. 17Mas yo haré venir
sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jesús; porque desechada te
llamaron, diciendo: Esta es Sion, de la que nadie se acuerda. 18Así ha dicho
Jesús: He aquí yo hago volver los cautivos de las tiendas de Jacob, y de sus
tiendas tendré misericordia, y la ciudad será edificada sobre su colina, y el templo será
asentado según su forma. 19Y saldrá de
ellos acción de gracias, y voz de nación que está en regocijo, y los
multiplicaré, y no serán disminuidos; los multiplicaré, y no serán
menoscabados. 20Y serán sus hijos como antes, y su
congregación delante de mí será confirmada; y castigaré a todos sus opresores.
21De ella saldrá su príncipe, y de en medio de ella saldrá su
señoreador; y le haré llegar cerca, y él se acercará a mí; porque ¿quién es
aquel que se atreve a acercarse a mí? dice Jesús. 22Y
me seréis por pueblo, y yo seré vuestro Dios. 23He aquí, la
tempestad de Jesús sale con furor; la tempestad que se prepara, sobre la
cabeza de los impíos reposará. 24No se calmará el
ardor de la ira de Jesús, hasta que haya hecho y cumplido los pensamientos de
su corazón; en el fin de los días entenderéis esto.” (Jer. 30:12-22)
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