La Vida
“24El camino de la vida es hacia arriba al entendido, Para apartarse del Seol abajo.” (Prov. 15:24)
¿Qué
es vida,…?
¿Jesús es la vida,…? “25Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque
esté muerto, vivirá. 26Y
todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? 27Le
dijo: Sí, Señor; yo he creído
que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.” (Juan 11:25-27)
¿Cristo es nuestra vida,…? “1Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.” (Col. 3:1-4)
¿Qué
es camino de vida,…? “23Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, y camino de vida las reprensiones que te instruyen, 24Para que te guarden
de la mala mujer, de la blandura de la lengua de la mujer extraña.” (Prov. 6:23)
“30El corazón apacible es vida de la carne; Mas la envidia es carcoma de los huesos.” (Prov. 14:30)
“25Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.” (Juan 11:18)
“6Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6)
“6Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.” (Rom. 8:6)
¿Qué es manantial de vida,…?
¿La boca del justo es manantial de vida,…? “11Manantial de vida es la boca del justo; Pero violencia cubrirá la boca de los impíos.” (Prov. 10:11)
“14La ley del sabio es manantial de vida para apartarse de los lazos de la muerte.” (Prov. 13:14)
“27El temor de Jesús es manantial de vida para apartarse de los lazos de la muerte.” (Prov. 14:27)
“22Manantial de vida es el entendimiento al que lo posee; Mas la erudición de los necios es necedad.” (Prov. 16:22)
¿Qué
es árbol de vida,…?
“13Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia; 14Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus frutos más que el oro fino. 15Más
preciosa es que las piedras preciosas; Y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella. 16Largura
de días está en su mano derecha; En su izquierda, riquezas y honra. 17Sus caminos son caminos deleitosos, y todas sus
veredas paz. 18Ella
es árbol de vida a los que de ella echan mano, y bienaventurados son los que
la retienen.” (Prov. 3:13-17)
“30El fruto del justo es árbol de vida; Y el que gana almas es sabio.” (Prov. 11:30)
“12La esperanza que se demora es tormento del corazón; Pero árbol de vida es el deseo cumplido.” (Prov. 13:12)
“21La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos.” (Prov. 18:21)
“4La lengua apacible es árbol de vida; Mas la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu.” (Prov. 15:4)
¿Qué
es vida a nuestra alma,…?
“21Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos; Guarda la ley y el consejo, 22Y serán vida a tu alma, y gracia a tu cuello. 23Entonces andarás por tu camino confiadamente, y tu pie no tropezará.” (Prov. 3:21-23)
¿Qué
es vida para nosotros,…?
“13Retén el consejo, no lo dejes;
Guárdalo, porque eso es tu vida.”
(Prov. 4:13)
“20Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. 21No se aparten de
tus ojos; Guárdalas en
medio de tu corazón; 22Porque
son vida a los que las
hallan, y medicina a todo su cuerpo.” (Prov. 4:20-22)
¿La obra del justo es para vida,…? “16La obra del justo es para vida; Mas el fruto del impío es para pecado.” (Prov. 10:16)
¿Qué es preferible hacer antes de
perder la vida,…?
“43Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, 44donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. 45Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado, 46donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. 47Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno” (Mar. 9:43-47)
¿Qué
es fuente de agua viva,…?
“13Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.” (Jer. 2:13)
¿Qué
es andar en vida nueva,…?
“1¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 3¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. 5Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; 6sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 7Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. 8Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; 9sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. 10Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; más en cuanto vive, para Dios vive. 11Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. 12No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; 13ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. 14Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.” (Rom. 6:1-14)
¿Qué
era el vivir para el apóstol Pablo,…?
“21Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. 22Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. 23Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; 24pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.” (Fil 1:21-24)
¿Qué
nos conduce a la vida,…?
“19Como la justicia conduce a la vida, así el que sigue el mal lo hace para su muerte.” (Prov. 11:19)
23El temor de Jesús es para vida, y con él vivirá lleno de reposo el hombre; No será visitado de mal.” (Prov. 19:23)
“12Porque escudo es la ciencia, y escudo es el dinero; mas la sabiduría excede, en que da vida a sus poseedores.” (Ecle. 7:12)
“18Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!” (Hech. 11:18)
¿Qué
dura toda la vida,…?
¿El favor de Jesús dura toda su vida,…? “4Cantad a Jesús, vosotros sus santos, y celebrad la memoria de su santidad. 5Porque un momento será su ira, pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría.” (Sal. 30:4-5)
¿Qué corazón vivirá para siempre,…? “25De ti será mi alabanza en la gran congregación; Mis votos pagaré delante de los que le temen. 26Comerán los humildes, y serán saciados; Alabarán a Jesús los que le buscan; Vivirá vuestro corazón para siempre.” (Sal. 22:25-26)
¿Qué da vida,…?
“33Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. 34Le dijeron: Señor, danos siempre este pan. 35Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.” (Juan 6:33-35)
“63El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.” (Juan 6:63)
¿Qué
tienen que hacer las personas que desean vida,…?
“12¿Quién es el hombre que desea vida, Que desea muchos días para ver el bien? 13Guarda tu lengua del mal, Y tus labios de hablar engaño. 14Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela. 15Los ojos de Jesús están sobre los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos. 16La ira de Jesús contra los que hacen mal, Para cortar de la tierra la memoria de ellos. 17Claman los justos, y Jesús oye, y los libra de todas sus angustias. 18Cercano está Jesús a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu. 19Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jesús. 20El guarda todos sus huesos; Ni uno de ellos será quebrantado. 21Matará al malo la maldad, y los que aborrecen al justo serán condenados.” (Sal. 34:12-20)
¿Quién
tienen que hacer los que quieren amar la vida,…?
“10Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; 11Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala. 12Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.” (1Ped. 3:10-12)
¿Qué
se profetizo que acontecerá con los que no pueden conservar la vida a su propia
alma,…?
“28Porque de Jesús es el reino, y él regirá las naciones. 29Comerán y adorarán todos los poderosos de la tierra; Se postrarán delante de él todos los que descienden al polvo, Aun el que no puede conservar la vida a su propia alma. 30La posteridad le servirá; Esto será contado de Jesús hasta la postrera generación. 31Vendrán, y anunciarán su justicia; A pueblo no nacido aún, anunciarán que él hizo esto.” (Sal. 22:28-31)
¿Qué
se puede encontrar en la vida de los hombres,…?
“3Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol, que un mismo suceso acontece a todos, y también que el corazón de los hijos de los hombres está lleno de mal y de insensatez en su corazón durante su vida; y después de esto se van a los muertos. 4Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto. 5Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. 6También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol. 7Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; porque tus obras ya son agradables a Dios.” (Ecle. 9:3-7)
¿Qué podemos hacer en nuestra vida,…?
“10Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. 11Todo
lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin
que alcance el hombre a entender la
obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin. 12Yo he
conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida; 13y
también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor. 14He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo;
sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él teman los hombres. 15Aquello
que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó.” (Ecle. 3:10-15)
“18He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su
parte. 19Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad para
que coma de ellas, y tome su
parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios. 20Porque no se acordará mucho de los días de su vida; pues Dios le llenará de alegría el corazón.” (Ecle. 5:18-20)
“3Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol, que un mismo suceso acontece a todos, y también que el corazón de los hijos de los hombres está lleno de mal y de insensatez en su corazón durante su vida; y después de esto se van a los muertos. 4Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto. 5Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. 6También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol. 7Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; porque tus obras ya son agradables a Dios. 8En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza. 9Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol. 10Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.” (Ecle. 9:3-10)
¿Qué
podemos demandar de Jesús respecto a la vida,…?
“4Una cosa he demandado a Jesús, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jesús todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jesús, y para inquirir en su templo.” (Sal. 27:4)
¿Qué
podemos pedir a Dios que haga con los que buscan nuestra vida,…?
“9Ten misericordia de mí, oh Jesús, porque estoy en
angustia; Se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo. 10Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar; Se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido. 11De todos mis enemigos soy objeto de
oprobio, y de mis vecinos mucho más, y el horror de mis conocidos; Los que me ven fuera huyen de mí. 12He sido
olvidado de su corazón como un muerto; He venido a ser como un vaso quebrado. 13Porque oigo la calumnia de muchos; El miedo me asalta por todas
partes, Mientras consultan juntos contra
mí e idean quitarme la vida. 14Mas yo en ti confío, oh Jesús; Digo: Tú eres mi Dios. 15En tu mano están mis tiempos; Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores. 16Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; Sálvame por tu misericordia. 17No
sea yo avergonzado, oh Jesús, ya que te he invocado; Sean avergonzados los impíos, estén mudos en el Seol. 18Enmudezcan
los labios mentirosos, que hablan
contra el justo cosas duras con soberbia y menosprecio. 19¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has mostrado a
los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres! 20En lo secreto de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre; Los pondrás en un tabernáculo a cubierto de
contención de lenguas. 21Bendito sea Jesús, Porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fortificada. 22Decía yo en mi premura: Cortado soy de
delante de tus ojos; Pero tú oíste la voz de mis ruegos cuando a ti clamaba. 23Amad a Jesús, todos vosotros sus santos; A los fieles guarda
Jesús, y paga
abundantemente al que procede con soberbia. 24Esforzaos todos vosotros los que esperáis
en Jesús, y
tome aliento vuestro corazón.” (Sal. 31:9-24)
“4Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; Sean vueltos atrás y
avergonzados los que mi mal intentan. 5Sean como el tamo delante del viento, y el ángel de Jesús los acose. 6Sea su camino tenebroso y resbaladizo, y el ángel de Jesús los persiga. 7Porque
sin causa escondieron para mí su red en un hoyo; Sin causa cavaron hoyo para mi alma. 8Véngale el quebrantamiento sin que lo sepa,
y la red que él escondió
lo prenda; Con quebrantamiento caiga en ella. 9Entonces mi alma se alegrará en Jesús; Se regocijará en su salvación. 10Todos mis huesos dirán: Jesús, ¿quién como tú, que libras al afligido del
más fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que le
despoja?” (Sal. 35:4-10)
“11Jesús, no retengas de mí tus misericordias; Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre. 12Porque
me han rodeado males sin número; Me
han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista. Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla. 13Quieras,
oh Jesús, librarme; Jesús, apresúrate a socorrerme. 14Sean
avergonzados y confundidos a una los que buscan mi vida para destruirla. Vuelvan atrás
y avergüéncense los que mi mal desean; 15Sean asolados en pago de su afrenta los que me dicen: ¡Ea, ea!” (Sal. 40:11-15)
“1Oh Dios, acude a librarme; Apresúrate, oh Dios, a socorrerme. 2Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; Sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal desean. 3Sean vueltos atrás, en pago de su afrenta hecha, Los que dicen: ¡Ah! ¡Ah! 4Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan, y digan siempre los que aman tu salvación: Engrandecido sea Dios. 5Yo estoy afligido y menesteroso; Apresúrate a mí, oh Dios. Ayuda mía y mi libertador eres tú; Oh Jesús, no te detengas.” (Sal. 70:1-5)
¿Qué podemos obtener por la vida de
Cristo,…?
“10Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.” (Rom. 5:10)
¿Qué no debemos hacer para mantener
nuestra vida,… con sustento,…?
“7Y tú, hijo de hombre, pon tu rostro contra las hijas de tu pueblo que profetizan de su propio corazón, y profetiza contra ellas, 18y di: Así ha dicho Jesús el Señor: ¡Ay de aquellas que cosen vendas mágicas para todas las manos, y hacen velos mágicos para la cabeza de toda edad, para cazar las almas! ¿Habéis de cazar las almas de mi pueblo, para mantener así vuestra propia vida? 19¿Y habéis de profanarme entre mi pueblo por puñados de cebada y por pedazos de pan, matando a las personas que no deben morir, y dando vida a las personas que no deben vivir, mintiendo a mi pueblo que escucha la mentira? 20Por tanto, así ha dicho Jesús el Señor: He aquí yo estoy contra vuestras vendas mágicas, con que cazáis las almas al vuelo; yo las libraré de vuestras manos, y soltaré para que vuelen como aves las almas que vosotras cazáis volando. 21Romperé asimismo vuestros velos mágicos, y libraré a mi pueblo de vuestra mano, y no estarán más como presa en vuestra mano; y sabréis que yo soy Jesús. 22Por cuanto entristecisteis con mentiras el corazón del justo, al cual yo no entristecí, y fortalecisteis las manos del impío, para que no se apartase de su mal camino, infundiéndole ánimo, 23por tanto, no veréis más visión vana, ni practicaréis más adivinación; y libraré mi pueblo de vuestra mano, y sabréis que yo soy Jesús.” (Eze. 13:7-23)
¿Qué sustenta la vida del hombre,…?
“14El hace producir el heno para las bestias, y la hierba para el servicio del hombre, sacando el pan de la tierra, 15Y el vino que alegra el corazón del hombre, El aceite que hace brillar el rostro, y el pan que sustenta la vida del hombre.” (Sal. 104:14-15)
¿Qué hace Jesús al que pone por
expiación su vida,… y derrama su vida hasta la muerte,…?
“10Con todo eso, Jesús quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jesús será en su mano prosperada. 11Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. 12Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.” (Isa. 53:10-12)
¿Qué hacen a los que resucita
Jesús,…?
“1Venid y volvamos a Jesús; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará. 2Nos
dará vida después de dos
días; en el tercer día nos resucitará,
y viviremos delante de él. 3Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jesús; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.” (Oseas 6:1-3)
¿Qué hacen los hombres para entretener
su vida,…?
“19Di voces a mis amantes, mas ellos me han engañado; Mis sacerdotes y mis ancianos en la ciudad perecieron, Buscando comida para sí con que entretener su vida.” (Lam. 1:19)
¿Qué puede pasar con los que amenazan
a los profetas de Dios,…?
“18Y Jesús me lo hizo saber, y lo conocí; entonces me hiciste ver sus obras. 19Y yo era como cordero inocente que llevan a degollar, pues no entendía que maquinaban designios contra mí, diciendo: Destruyamos el árbol con su fruto, y cortémoslo de la tierra de los vivientes, para que no haya más memoria de su nombre. 20Pero, oh Jesús de los ejércitos, que juzgas con justicia, que escudriñas la mente y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque ante ti he expuesto mi causa. 21Por tanto, así ha dicho Jesús acerca de los varones de Anatot que buscan tu vida, diciendo: No profetices en nombre de Jesús, para que no mueras a nuestras manos; 22así, pues, ha dicho Jesús de los ejércitos: He aquí que yo los castigaré; los jóvenes morirán a espada, sus hijos y sus hijas morirán de hambre, 23y no quedará remanente de ellos, pues yo traeré mal sobre los varones de Anatot, el año de su castigo.” (Jer. 11:18-23)
¿Qué puede hacer Dios para redimir la
vida de las personas,…?
“22Por la misericordia de Jesús no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. 23Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. 24Mi porción es Jesús, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré. 25Bueno es Jesús a los que en él esperan, al alma que le busca. 26Bueno es esperar en silencio la salvación de Jesús. 27Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud. 28Que se siente solo y calle, porque es Dios quien se lo impuso; 29Ponga su boca en el polvo, por si aún hay esperanza; 30Dé la mejilla al que le hiere, y sea colmado de afrentas. 31Porque el Señor no desecha para siempre; 32Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias; 33Porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres. 34Desmenuzar bajo los pies a todos los encarcelados de la tierra, 35Torcer el derecho del hombre delante de la presencia del Altísimo, 36Trastornar al hombre en su causa, el Señor no lo aprueba. 37¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mandó? 38¿De la boca del Altísimo no sale lo malo y lo bueno? 39¿Por qué se lamenta el hombre viviente? Laméntese el hombre en su pecado. 40Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jesús; 41Levantemos nuestros corazones y manos a Dios en los cielos; 42Nosotros nos hemos rebelado, y fuimos desleales; tú no perdonaste. 43Desplegaste la ira y nos perseguiste; mataste, y no perdonaste; 44Te cubriste de nube para que no pasase la oración nuestra; 45Nos volviste en oprobio y abominación en medio de los pueblos. 46Todos nuestros enemigos abrieron contra nosotros su boca; 47Temor y lazo fueron para nosotros, asolamiento y quebranto; 48Ríos de aguas echan mis ojos por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo. 49Mis ojos destilan y no cesan, porque no hay alivio 50Hasta que Jesús mire y vea desde los cielos; 51Mis ojos contristaron mi alma por todas las hijas de mi ciudad. 52Mis enemigos me dieron caza como a ave, sin haber por qué; 53Ataron mi vida en cisterna, pusieron piedra sobre mí; 54Aguas cubrieron mi cabeza; yo dije: Muerto soy. 55Invoqué tu nombre, oh Jesús, desde la cárcel profunda; 56Oíste mi voz; no escondas tu oído al clamor de mis suspiros. 57Te acercaste el día que te invoqué; dijiste: No temas. 58Abogaste, Señor, la causa de mi alma; redimiste mi vida. 59Tú has visto, oh Jesús, mi agravio; defiende mi causa. 60Has visto toda su venganza, todos sus pensamientos contra mí. 61Has oído el oprobio de ellos, oh Jesús, todas sus maquinaciones contra mí; 62Los dichos de los que contra mí se levantaron, y su designio contra mí todo el día. 63Su sentarse y su levantarse mira; yo soy su canción. 64Dales el pago, oh Jesús, según la obra de sus manos. 65Entrégalos al endurecimiento de corazón; tu maldición caiga sobre ellos. 66Persíguelos en tu furor, y quebrántalos de debajo de los cielos, oh Jesús.” (Lam. 3:22-66)
¿Qué puede hacer la vida,…?
¿Puede la vida absorber lo mortal,…? “1Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. 2Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; 3pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. 4Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.” (2Cor. 5:1-4)
¿Qué hay que considerar para los que quieren
entrar en la vida,…?
“7¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo! 8Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno. 9Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego.” (Mat. 18:7-9)
¿Qué dijo Jesús que hay que
hacer para entrar en la vida,…?
“16Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? 17El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Más si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. 18Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. 19Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 20El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? 21Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. 22Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.” (Mat. 19:16-22)
¿Qué tiene vida,…?
“12Otra vez Jesús les habló,
diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”
(Juan 8:12)
“3Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos” (1Ped. 1:3)
¿Qué nos muestra cuando ponemos
nuestra vida por nuestros amigos,…?
“12Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. 13Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.” (Juan 15:12)
¿Qué tiene vida,…?
“2Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.” (Rom. 8:2)
“4Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa” (1Ped. 2:4)
¿Qué tiene promesas de vida,…?
“8porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.” (1Tim. 4:8)
¿Qué consideraciones tienen los que en
la vida solo esperan en Cristo,…?
“19Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.” (1Cor. 15:19)
¿Qué obtenemos por la vida,…?
“3Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 4por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia” (2Ped. 1:3-4)
¿Qué les acontece a los que no están
inscritos en el libro de la vida,…?
“11Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. 12Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 13Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.” (Apoc. 20:11-15)
¿Qué hay que hacer para vivir,…?
“6Dejad las simplezas, y vivid, y andad por el camino de la inteligencia.”
(Prov. 9:6)
“6Buscad a Jesús, y vivid; no sea que acometa como fuego a la casa de José y la consuma, sin haber en Bet-el quien lo apague.” (Amos 5:6)
¿Qué hay que hacer a fin de que el
impío viva y Dios no demande de nosotros nuestra vida,…?
“18Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. 19Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma.” (Eze. 3:18-19)
¿Qué hacer para vivir,…?
“1Hijo mío, guarda mis razones, y
atesora contigo mis mandamientos. 2Guarda mis mandamientos y vivirás, y mi ley como las niñas de tus ojos.” (Prov. 7:1-2)
“25Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? 26Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? 27Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. 28Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás.” (Luc. 10:25)
¿Qué saben los vivos,…?
“5Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido.” (Ecle. 9:5)
¿Para qué sirve la vida,…?
¿La vida sirve para magnificar a Cristo,…? “19Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación, 20conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte.” (Fil. 1:19-20)
¿Por qué debemos estar ácidos de la
palabra de Dios,…?
“14Haced todo sin murmuraciones y contiendas, 15para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; 16asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado. 17Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros. 18Y asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo.” (Fil. 2:14-18)
¿Es la misericordia de Jesús mayor
que la vida,…?
“3Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán.” (Sal. 63:3)
¿Se
puede pedir a Dios que nos guarde de los que buscan nuestra vida,…?
“8Guárdame como a la niña de tus ojos; Escóndeme bajo la sombra de tus alas, 9De la vista de los malos que me oprimen, de mis enemigos que buscan mi vida.” (Sal. 117:8-9)
¿Se
puede pedir a Dios que os guarde del temor del enemigo,…?
“1Escucha, oh Dios, la voz de mi queja; Guarda mi vida del temor del enemigo. 2Escóndeme del consejo secreto de los malignos, de la conspiración de los que hacen iniquidad, 3Que afilan como espada su lengua; Lanzan cual saeta suya, palabra amarga, 4Para asaetear a escondidas al íntegro; De repente lo asaetean, y no temen. 5Obstinados en su inicuo designio, Tratan de esconder los lazos, y dicen: ¿Quién los ha de ver? 6Inquieren iniquidades, hacen una investigación exacta; y el íntimo pensamiento de cada uno de ellos, así como su corazón, es profundo. 7Mas Dios los herirá con saeta; De repente serán sus plagas. 8Sus propias lenguas los harán caer; Se espantarán todos los que los vean. 9Entonces temerán todos los hombres, y anunciarán la obra de Dios, y entenderán sus hechos. 10Se alegrará el justo en Jesús, y confiará en él; Y se gloriarán todos los rectos de corazón.” (Sal. 64:1-5)
¿Se
puede pedir a Dios que nos libre del poder del perro,…?
“19Mas tú, Jesús, no te alejes; Fortaleza mía, apresúrate a socorrerme. 20Libra de la espada mi alma, del poder del perro mi vida.” (Sal. 22:19-20)
¿Se
puede pedir a Dios que nos libre nuestra vida de los leones,…?
“11Se levantan testigos malvados; De lo que no sé me preguntan; 12Me devuelven mal por bien, Para afligir a mi alma. 13Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; Afligí con ayuno mi alma, y mi oración se volvía a mi seno. 14Como por mi compañero, como por mi hermano andaba; Como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba. 15Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; Se juntaron contra mí gentes despreciables, y yo no lo entendía; Me despedazaban sin descanso; 16Como lisonjeros, escarnecedores y truhanes, crujieron contra mí sus dientes. 17Señor, ¿hasta cuándo verás esto? Rescata mi alma de sus destrucciones, mi vida de los leones. 18Te confesaré en grande congregación; Te alabaré entre numeroso pueblo. 19No se alegren de mí los que sin causa son mis enemigos, Ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo. 20Porque no hablan paz; y contra los mansos de la tierra piensan palabras engañosas. 21Ensancharon contra mí su boca; Dijeron: ¡Ea, ea, nuestros ojos lo han visto! 22Tú lo has visto, oh Jesús; no calles; Señor, no te alejes de mí. 23Muévete y despierta para hacerme justicia, Dios mío y Señor mío, para defender mi causa. 24Júzgame conforme a tu justicia, Jesús Dios mío, y no se alegren de mí. 25No digan en su corazón: ¡Ea, alma nuestra! No digan: ¡Le hemos devorado! 26Sean avergonzados y confundidos a una los que de mi mal se alegran; Vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí.” (Sal. 35:11-26)
¿Se puede pedir a Jesús que libre la
vida de otros pero Jesús no hace caso,…?
“18El corazón de ellos clamaba al Señor; Oh hija de Sion, echa lágrimas cual arroyo día y noche; No descanses, ni cesen las niñas de tus ojos. 19Levántate, da voces en la noche, al comenzar las vigilias; Derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor; alza tus manos a él implorando la vida de tus pequeñitos, que desfallecen de hambre en las entradas de todas las calles. 20Mira, oh Jesús, y considera a quién has hecho así. ¿Han de comer las mujeres el fruto de sus entrañas, los pequeñitos a su tierno cuidado? ¿Han de ser muertos en el santuario del Señor el sacerdote y el profeta? 21Niños y viejos yacían por tierra en las calles; Mis vírgenes y mis jóvenes cayeron a espada; Mataste en el día de tu furor; degollaste, no perdonaste. 22Has convocado de todas partes mis temores, como en un día de solemnidad; Y en el día del furor de Jesús no hubo quien escapase ni quedase vivo; Los que crié y mantuve, mi enemigo los acabó.” (Lam. 2:18-22)
¿Se puede pedir a Dios que nos salve y
con su poder nos defienda de los hombres violentos,…?
“1Oh Dios, sálvame por tu nombre, y con tu poder defiéndeme. 2Oh Dios, oye mi oración; Escucha las razones de mi boca. 3Porque extraños se han levantado contra mí, y hombres violentos buscan mi vida; No han puesto a Dios delante de sí. 4He aquí, Dios es el que me ayuda; El Señor está con los que sostienen mi vida. 5El devolverá el mal a mis enemigos; Córtalos por tu verdad.” (Sal. 54:1-3)
¿Se
puede pedir a Dios que no arrebate nuestra vida juntamente con la de los
hombres sanguinarios,…?
“8Jesús, la habitación de tu casa he amado, y el lugar de la morada de tu gloria. 9No arrebates con los pecadores mi alma, Ni mi vida con hombres sanguinarios, 10En cuyas manos está el mal, y su diestra está llena de sobornos.” (Sal.26:8-10)
¿Se puede pedir ayuda a Dios cuando
nuestra vida ha bajado hasta estar en tierra,…?
“1Oh Jesús, oye mi oración, escucha mis ruegos; Respóndeme por tu verdad, por tu justicia. 2Y no entres en juicio con tu siervo; Porque no se justificará delante de ti ningún ser humano. 3Porque ha perseguido el enemigo mi alma; Ha postrado en tierra mi vida; Me ha hecho habitar en tinieblas como los ya muertos. 4Y mi espíritu se angustió dentro de mí; Está desolado mi corazón. 5Me acordé de los días antiguos; Meditaba en todas tus obras; Reflexionaba en las obras de tus manos. 6Extendí mis manos a ti, mi alma a ti como la tierra sedienta. 7Respóndeme pronto, oh Jesús, porque desmaya mi espíritu; No escondas de mí tu rostro, no venga yo a ser semejante a los que descienden a la sepultura. 8Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado; Hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he elevado mi alma. 9Líbrame de mis enemigos, oh Jesús; En ti me refugio. 10Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud. 11Por tu nombre, oh Jesús, me vivificarás; Por tu justicia sacarás mi alma de angustia. 12Y por tu misericordia disiparás a mis enemigos, y destruirás a todos los adversarios de mi alma, porque yo soy tu siervo.” (Sal. 143:1-12)
¿Se
puede pedir a Dios por la vida de otros,…?
“16Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida. 17Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte.” (1Juan 5:16-17)
¿Se
puede salvar la vida en día de sábado,…?
“1Otra vez entró Jesús en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una mano. 2Y le acechaban para ver si en el día de sábado le sanaría, a fin de poder acusarle. 3Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte en medio. 4Y les dijo: ¿Es lícito en los días de sábado hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban. 5Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana.” (Mar. 3:1-5) “9Entonces Jesús les dijo: Os preguntaré una cosa: ¿Es lícito en día de sábado hacer bien, o hacer mal? ¿Salvar la vida, o quitarla? 10Y mirándolos a todos alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano fue restaurada. 11Y ellos se llenaron de furor, y hablaban entre sí qué podrían hacer contra Jesús.” (Luc. 6:9-11)
¿Se
puede juzgar las cosas de la vida,…?
“1¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos? 2¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? 3¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida? 4Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son de menor estima en la iglesia? 5Para avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos, 6sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos?” (1Cor. 6:1-4)
¿Puede
darnos Dios vida para que no descendamos a la sepultura,…?
“3Oh Jesús, hiciste subir mi alma del Seol; Me diste vida, para que no descendiese a la sepultura.” (Sal. 30:3)
¿Puede
estar nuestra vida estar amenazada por leones,…?
“4Mi vida está entre leones; Estoy echado entre hijos de hombres que vomitan llamas; Sus dientes son lanzas y saetas, y su lengua espada aguda. 5Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios; Sobre toda la tierra sea tu gloria. 6Red han armado a mis pasos; Se ha abatido mi alma; Hoyo han cavado delante de mí; en medio de él han caído ellos mismos.” (Sal. 57:4-6)
¿Puede Dios darnos muchas angustias y
males,… pero luego nos puede dar nuevamente vida,…?
“17Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, y hasta ahora he manifestado tus maravillas. 18Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares, Hasta que anuncie tu poder a la posteridad, y tu potencia a todos los que han de venir, 19Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso. Tú has hecho grandes cosas; Oh Dios, ¿quién como tú? 20Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males, volverás a darme vida, y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra. 21Aumentarás mi grandeza, y volverás a consolarme. 22Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio, Oh Dios mío; tu verdad cantaré a ti en el arpa, Oh Santo de Israel. 23Mis labios se alegrarán cuando cante a ti, y mi alma, la cual redimiste. 24Mi lengua hablará también de tu justicia todo el día; Por cuanto han sido avergonzados, porque han sido confundidos los que mi mal procuraban.” (Sal. 71:17-24)
¿Puede Dios darnos vida a pesar de
estar sentenciados a muerte,…?
“1En aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le
dijo: Jesús dice así: Ordena
tu casa, porque morirás,
y no vivirás. 2Entonces volvió Ezequías su rostro a la pared, e hizo oración a Jesús, 3y
dijo: Oh Jesús, te ruego que te
acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos. Y lloró Ezequías con gran lloro. 4Entonces
vino palabra de Jesús a Isaías, diciendo: 5Ve y di
a Ezequías: Jesús Dios de David tu padre dice así: He oído tu oración, y visto tus lágrimas; he aquí que yo añado a tus días quince años. 6Y te
libraré a ti y a esta ciudad, de mano del rey de Asiria; y a esta ciudad ampararé. 7Y esto
te será señal de parte de Jesús, que Jesús hará esto que ha
dicho: 8He aquí yo haré volver la sombra por los grados que ha descendido con el sol, en el reloj de Acaz, diez grados atrás. Y volvió
el sol diez grados
atrás, por los cuales había ya descendido. 9Escritura de Ezequías rey de Judá, de cuando enfermó y sanó de
su enfermedad: 10Yo dije: A la mitad de mis días iré a las puertas del Seol; privado soy del resto de mis años. 11Dije: No veré a JAH, a JAH en la tierra de los vivientes; ya no veré
más hombre con los
moradores del mundo. 12Mi
morada ha sido movida y traspasada de mí, como tienda de pastor. Como tejedor corté mi vida; me cortará con la enfermedad; me consumirás entre el día y la noche. 13Contaba yo hasta
la mañana. Como un león molió todos mis huesos; de la mañana a la noche me acabarás. 14Como
la grulla y como la golondrina me quejaba; gemía como la paloma; alzaba en alto mis ojos. Jesús, violencia padezco;
fortaléceme. 15¿Qué diré? El que me lo dijo, él mismo lo ha hecho.
Andaré humildemente todos mis años, a causa de aquella amargura de mi alma. 16Oh Señor, por todas estas cosas los hombres vivirán, y en
todas ellas está la vida de mi espíritu; pues tú me restablecerás, y harás que viva. 17He aquí, amargura grande me sobrevino en la paz, mas a ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción;
porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados. 18Porque
el Seol no te exaltará,
ni te alabará la muerte; ni los que descienden al sepulcro esperarán tu verdad. 19El que vive, el
que vive, éste te dará alabanza, como yo hoy; el padre hará notoria tu verdad a los hijos. 20Jesús me salvará; por tanto
cantaremos nuestros cánticos en la casa de Jesús todos los días de nuestra vida.” (Isa. 38:1-19)
“5Las aguas me rodearon hasta el alma, Rodeóme el abismo; El alga se enredó a mi cabeza. 6Descendí a los cimientos de los montes; La tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; Mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jesús Dios mío. 7Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jesús, y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo. 8Los que siguen vanidades ilusorias, su misericordia abandonan. 9Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; Pagaré lo que prometí. La salvación es de Jesús. 10Y mandó Jesús al pez, y vomitó a Jonás en tierra.” (Jonás 2:5-10)
¿Puede Dios tener compasión de los que
son menospreciados cuando nacen,… pero ellos pueden alejarse de él cuando
crecen prostituyéndose,… y cuál es el proceder de Dios con ellos,…?
“1Vino a mí palabra de Jesús, diciendo: 2Hijo de hombre, notifica a Jerusalén sus abominaciones, 3y di: Así ha dicho Jesús el Señor sobre Jerusalén: Tu origen, tu nacimiento, es de la tierra de Canaán; tu padre fue amorreo, y tu madre hetea. 4Y en cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas. 5No hubo ojo que se compadeciese de ti para hacerte algo de esto, teniendo de ti misericordia; sino que fuiste arrojada sobre la faz del campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste. 6Y yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y cuando estabas en tus sangres te dije: ¡Vive! Sí, te dije, cuando estabas en tus sangres: ¡Vive! 7Te hice multiplicar como la hierba del campo; y creciste y te hiciste grande, y llegaste a ser muy hermosa; tus pechos se habían formado, y tu pelo había crecido; pero estabas desnuda y descubierta. 8Y pasé yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto contigo, dice Jesús el Señor, y fuiste mía. 9Te lavé con agua, y lavé tus sangres de encima de ti, y te ungí con aceite; 10y te vestí de bordado, te calcé de tejón, te ceñí de lino y te cubrí de seda. 11Te atavié con adornos, y puse brazaletes en tus brazos y collar a tu cuello. 12Puse joyas en tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza. 13Así fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido era de lino fino, seda y bordado; comiste flor de harina de trigo, miel y aceite; y fuiste hermoseada en extremo, prosperaste hasta llegar a reinar. 14Y salió tu renombre entre las naciones a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice Jesús el Señor. 15Pero confiaste en tu hermosura, y te prostituiste a causa de tu renombre, y derramaste tus fornicaciones a cuantos pasaron; suya eras. 16Y tomaste de tus vestidos, y te hiciste diversos lugares altos, y fornicaste sobre ellos; cosa semejante nunca había sucedido, ni sucederá más. 17Tomaste asimismo tus hermosas alhajas de oro y de plata que yo te había dado, y te hiciste imágenes de hombre y fornicaste con ellas; 18y tomaste tus vestidos de diversos colores y las cubriste; y mi aceite y mi incienso pusiste delante de ellas. 19Mi pan también, que yo te había dado, la flor de la harina, el aceite y la miel, con que yo te mantuve, pusiste delante de ellas para olor agradable; y fue así, dice Jesús el Señor. 20Además de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que habías dado a luz para mí, y los sacrificaste a ellas para que fuesen consumidos. ¿Eran poca cosa tus fornicaciones, 21para que degollases también a mis hijos y los ofrecieras a aquellas imágenes como ofrenda que el fuego consumía? 22Y con todas tus abominaciones y tus fornicaciones no te has acordado de los días de tu juventud, cuando estabas desnuda y descubierta, cuando estabas envuelta en tu sangre. 23Y sucedió que después de toda tu maldad (¡ay, ay de ti! dice Jesús el Señor), 24te edificaste lugares altos, y te hiciste altar en todas las plazas. 25En toda cabeza de camino edificaste lugar alto, e hiciste abominable tu hermosura, y te ofreciste a cuantos pasaban, y multiplicaste tus fornicaciones. 26Y fornicaste con los hijos de Egipto, tus vecinos, gruesos de carnes; y aumentaste tus fornicaciones para enojarme. 27Por tanto, he aquí que yo extendí contra ti mi mano, y disminuí tu provisión ordinaria, y te entregué a la voluntad de las hijas de los filisteos, que te aborrecen, las cuales se avergüenzan de tu camino deshonesto. 28Fornicaste también con los asirios, por no haberte saciado; y fornicaste con ellos y tampoco te saciaste. 29Multiplicaste asimismo tu fornicación en la tierra de Canaán y de los caldeos, y tampoco con esto te saciaste. 30¡Cuán inconstante es tu corazón, dice Jesús el Señor, habiendo hecho todas estas cosas, obras de una ramera desvergonzada, 31edificando tus lugares altos en toda cabeza de camino, y haciendo tus altares en todas las plazas! Y no fuiste semejante a ramera, en que menospreciaste la paga, 32sino como mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a ajenos. 33A todas las rameras les dan dones; mas tú diste tus dones a todos tus enamorados; y les diste presentes, para que de todas partes se llegasen a ti en tus fornicaciones. 34Y ha sucedido contigo, en tus fornicaciones, lo contrario de las demás mujeres: porque ninguno te ha solicitado para fornicar, y tú das la paga, en lugar de recibirla; por esto has sido diferente. 35Por tanto, ramera, oye palabra de Jesús. 36Así ha dicho Jesús el Señor: Por cuanto han sido descubiertas tus desnudeces en tus fornicaciones, y tu confusión ha sido manifestada a tus enamorados, y a los ídolos de tus abominaciones, y en la sangre de tus hijos, los cuales les diste; 37por tanto, he aquí que yo reuniré a todos tus enamorados con los cuales tomaste placer, y a todos los que amaste, con todos los que aborreciste; y los reuniré alrededor de ti y les descubriré tu desnudez, y ellos verán toda tu desnudez. 38Y yo te juzgaré por las leyes de las adúlteras, y de las que derraman sangre; y traeré sobre ti sangre de ira y de celos. 39Y te entregaré en manos de ellos; y destruirán tus lugares altos, y derribarán tus altares, y te despojarán de tus ropas, se llevarán tus hermosas alhajas, y te dejarán desnuda y descubierta. 40Y harán subir contra ti muchedumbre de gente, y te apedrearán, y te atravesarán con sus espadas. 41Quemarán tus casas a fuego, y harán en ti juicios en presencia de muchas mujeres; y así haré que dejes de ser ramera, y que ceses de prodigar tus dones. 42Y saciaré mi ira sobre ti, y se apartará de ti mi celo, y descansaré y no me enojaré más. 43Por cuanto no te acordaste de los días de tu juventud, y me provocaste a ira en todo esto, por eso, he aquí yo también traeré tu camino sobre tu cabeza, dice Jesús el Señor; pues ni aun has pensado sobre toda tu lujuria. 44He aquí, todo el que usa de refranes te aplicará a ti el refrán que dice: Cual la madre, tal la hija. 45Hija eres tú de tu madre, que desechó a su marido y a sus hijos; y hermana eres tú de tus hermanas, que desecharon a sus maridos y a sus hijos; vuestra madre fue hetea, y vuestro padre amorreo. 46Y tu hermana mayor es Samaria, ella y sus hijas, que habitan al norte de ti; y tu hermana menor es Sodoma con sus hijas, la cual habita al sur de ti. 47Ni aun anduviste en sus caminos, ni hiciste según sus abominaciones; antes, como si esto fuera poco y muy poco, te corrompiste más que ellas en todos tus caminos. 48Vivo yo, dice Jesús el Señor, que Sodoma tu hermana y sus hijas no han hecho como hiciste tú y tus hijas. 49He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso. 50Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de mí, y cuando lo vi las quité. 51Y Samaria no cometió ni la mitad de tus pecados; porque tú multiplicaste tus abominaciones más que ellas, y has justificado a tus hermanas con todas las abominaciones que tú hiciste. 52Tú también, que juzgaste a tus hermanas, lleva tu vergüenza en los pecados que tú hiciste, más abominables que los de ellas; más justas son que tú; avergüénzate, pues, tú también, y lleva tu confusión, por cuanto has justificado a tus hermanas. 53Yo, pues, haré volver a sus cautivos, los cautivos de Sodoma y de sus hijas, y los cautivos de Samaria y de sus hijas, y haré volver los cautivos de tus cautiverios entre ellas, 54para que lleves tu confusión, y te avergüences de todo lo que has hecho, siendo tú motivo de consuelo para ellas. 55Y tus hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas, volverán a su primer estado; tú también y tus hijas volveréis a vuestro primer estado. 56No era tu hermana Sodoma digna de mención en tu boca en el tiempo de tus soberbias, 57antes que tu maldad fuese descubierta. Así también ahora llevas tú la afrenta de las hijas de Siria y de todas las hijas de los filisteos, las cuales por todos lados te desprecian. 58Sufre tú el castigo de tu lujuria y de tus abominaciones, dice Jesús. 59Pero más ha dicho Jesús el Señor: ¿Haré yo contigo como tú hiciste, que menospreciaste el juramento para invalidar el pacto? 60Antes yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto sempiterno. 61Y te acordarás de tus caminos y te avergonzarás, cuando recibas a tus hermanas, las mayores que tú y las menores que tú, las cuales yo te daré por hijas, mas no por tu pacto, 62sino por mi pacto que yo confirmaré contigo; y sabrás que yo soy Jesús; 63para que te acuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca, a causa de tu vergüenza, cuando yo perdone todo lo que hiciste, dice Jesús el Señor.” (Eze. 16:1-63)
¿Puede el justo que peca obtener
vida,…?
“20Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano. 21Pero si al justo amonestares para que no peque, y no pecare, de cierto vivirá, porque fue amonestado; y tú habrás librado tu alma.” (Eze. 3:20-21)
¿Pueden asechar hombres nuestra vida a
pesar que no hemos cometido pecado,…?
“1Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío; Ponme a salvo de los que se levantan contra mí. 2Líbrame de los que cometen iniquidad, y sálvame de hombres sanguinarios. 3Porque he aquí están acechando mi vida; Se han juntado contra mí poderosos. No por falta mía, ni pecado mío, oh Jesús; 4Sin delito mío corren y se aperciben. Despierta para venir a mi encuentro, y mira. 5Y tú, Jesús Dios de los ejércitos, Dios de Israel, Despierta para castigar a todas las naciones; No tengas misericordia de todos los que se rebelan con iniquidad. 6Volverán a la tarde, ladrarán como perros, y rodearán la ciudad. 7He aquí proferirán con su boca; Espadas hay en sus labios, Porque dicen: ¿Quién oye? 8Mas tú, Jesús, te reirás de ellos; Te burlarás de todas las naciones. 9A causa del poder del enemigo esperaré en ti, porque Dios es mi defensa. 10El Dios de mi misericordia irá delante de mí; Dios hará que vea en mis enemigos mi deseo. 11No los mates, para que mi pueblo no olvide; Dispérsalos con tu poder, y abátelos, Oh Jesús, escudo nuestro. 12Por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios, sean ellos presos en su soberbia, y por la maldición y mentira que profieren. 13Acábalos con furor, acábalos, para que no sean; y sépase que Dios gobierna en Jacob hasta los fines de la tierra. 4Vuelvan, pues, a la tarde, y ladren como perros, y rodeen la ciudad. 15Anden ellos errantes para hallar qué comer; Y si no se sacian, pasen la noche quejándose. 16Pero yo cantaré de tu poder, Y alabaré de mañana tu misericordia; Porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia. 17Fortaleza mía, a ti cantaré; Porque eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia.” (Sal. 59:1-17)
¿Quién
nos puede mostrar las sendas de la vida,…?
“8A Jesús he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido. 9Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente; 10Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción. 11Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.” (Sal. 16:8-11)
¿Quién nos da el bien todos los días
de nuestra vida,…?
“10Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. 11El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias. 12Le da ella bien y no mal todos los días de su vida.” (Prov. 31:10-12)
¿Quién nos puede dar vida en
abundancia,…?
“10El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” (Juan 10:7)
¿Quién nos da vida,…?
“24El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, 25ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.” (Hech. 17:24-25)
¿Quién nos puede quitar la vida,…?
“4Mas os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer. 5Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed.” (Luc. 12:4-5)
¿Quién nos puede rescatar del hoyo
nuestra vida,…?
“1Bendice, alma mía, a Jesús, y bendiga todo mi ser su santo nombre. 2Bendice, alma mía, a Jesús, y no olvides ninguno de sus beneficios. 3El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; 4El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; 5El que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.” (Sal. 103:1-5)
¿Quién nos puede hacer conocer los
caminos de la vida,…?
“25Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido. 26Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua, y aun mi carne descansará en esperanza; 27Porque no dejarás mi alma en el Hades, Ni permitirás que tu Santo vea corrupción. 28Me hiciste conocer los caminos de la vida; Me llenarás de gozo con tu presencia.” (Hech. 2:25-28)
¿Quién nos hace vivir confiados,…?
“8En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jesús, me haces vivir confiado.” (Sal. 4:8)
¿Quién es la fortaleza de la vida,…?
“1Jesús es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jesús es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?” (Sal. 27:1)
¿Quién es el pan de vida,…?
“33Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. 34Le dijeron: Señor, danos siempre este pan. 35Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.” (Juan 6:33-35)
¿Quién es el que persevera nuestra
vida a nuestra alma,…?
“8Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, y haced oír la voz de su alabanza. 9El es quien preservó la vida a nuestra alma, y no permitió que nuestros pies resbalasen. 10Porque tú nos probaste, oh Dios; Nos ensayaste como se afina la plata. 11Nos metiste en la red; Pusiste sobre nuestros lomos pesada carga. 12Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza; Pasamos por el fuego y por el agua, y nos sacaste a abundancia.” (Sal. 66:8-12)
¿Quién nos sostiene nuestra vida,…
para que los enemigos no nos maten,…?
“1Oh Dios, sálvame por tu nombre, y con tu poder defiéndeme. 2Oh Dios, oye mi oración; Escucha las razones de mi boca. 3Porque extraños se han levantado contra mí, y hombres violentos buscan mi vida; No han puesto a Dios delante de sí. 4He aquí, Dios es el que me ayuda; El Señor está con los que sostienen mi vida. 5El devolverá el mal a mis enemigos; Córtalos por tu verdad.” (Sal. 54:1-3)
¿Quién le pidió vida y le dio larguras
de días eternamente y para siempre,…?
“1El rey se alegra en tu poder, oh Jesús; y en tu salvación, ¡cómo se goza! 2Le has concedido el deseo de su corazón, y no le negaste la petición de sus labios. 3Porque le has salido al encuentro con bendiciones de bien; Corona de oro fino has puesto sobre su cabeza. 4Vida te demandó, y se la diste; Largura de días eternamente y para siempre. 5Grande es su gloria en tu salvación; Honra y majestad has puesto sobre él. 6Porque lo has bendecido para siempre; Lo llenaste de alegría con tu presencia. 7Por cuanto el rey confía en Jesús, y en la misericordia del Altísimo, no será conmovido.” (Sal. 21:1-7)
¿Quién cuida la vida de su bestia,…?
“10El justo cuida de la vida de su bestia; Mas el corazón de los impíos es cruel.” (Prov. 12:10)
¿Quién dio su vida en rescate por
muchos,…?
“28como el Hijo del Hombre no vino para ser
servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” (Mat. 20:28) “45Porque
el Hijo del Hombre no vino para ser
servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” (Mar. 10:41)
“16En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.” (1Juan 3:16)
¿Quién da la vida por sus ovejas,…?
“11Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. 12Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. 13Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. 14Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, 15así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.” (Juan 10:11-15)
¿Quién da vida a los muertos,…?
“16Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros 17(como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen.” (Rom. 4:16-17)
¿Quién da vida a pesar de estar
muertos en pecados,…?
“1Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. 4Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo” (Efe. 2:1-4)
“12sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. 13Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, 14anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 15y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.” (Col. 2:12-15)
¿Quién da vida a todas las cosas,…?
“13Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato” (1Tim. 6:13)
¿Quién es el que puede pasar de muerte
a vida,…?
“24De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” (Juan 5:24)
¿Quién no tiene principio de vida y
fin de vida,…?
“1Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, 2a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz; 3sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.” (Heb. 7:1-3)
¿Quién puede poner su vida para
volverle a tomar,…?
“16También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. 17Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. 18Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.” (Juan 10:16-18)
¿Quién puede dar agua viva,…?
“10Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.” (Juan 4:10)
¿Quién recibió palabras de vida,…?
“38Este es aquel Moisés que estuvo en la congregación en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y que recibió palabras de vida que darnos” (Hech. 7:38)
¿Quién recibe la corona de vida,…?
“12Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.” (Sant. 1:12)
“10No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.” (Apoc. 2:10)
¿Quién saco a luz la vida,…?
“8Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, 9quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, 10pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio, 11del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles.” (2Tim. 1:8-11)
¿Quién libra la vida de servidumbre,…?
“14Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.” (Heb. 2:14-15)
¿Quién tiene la vida,…?
“12El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.” (1Juan 5:12)
¿Quién vivirá por largos días,…?
“7Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. 8Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. 9Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. 10Con todo eso, Jesús quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jesús será en su mano prosperada.” (Isa. 53:7-10)
¿Quién vivirá tranquilo,…?
“10Tú, pues, siervo mío Jacob, no temas, dice Jesús, ni te atemorices, Israel; porque he aquí que yo soy el que te salvo de lejos a ti y a tu descendencia de la tierra de cautividad; y Jacob volverá, descansará y vivirá tranquilo, y no habrá quien le espante. 11Porque yo estoy contigo para salvarte, dice Jesús, y destruiré a todas las naciones entre las cuales te esparcí; pero a ti no te destruiré, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo.” (Jer. 30:10-11)
¿Quiénes tienen la reservada porción
en esta vida,…?
“13Levántate, oh Jesús; Sal a su encuentro, póstrales; Libra mi alma de los malos con tu espada, 14De los hombres con tu mano, oh Jesús, de los hombres mundanos, cuya porción la tienen en esta vida, y cuyo vientre está lleno de tu tesoro. Sacian a sus hijos, y aun sobra para sus pequeñuelos.” (Sal. 17:13-14)
¿Quiénes se juntan contra la vida del
justo,… y cuál es su paga por ello,…?
“16¿Quién se levantará por mí contra los malignos? ¿Quién estará por mí contra los que hacen iniquidad? 17Si no me ayudara Jesús, pronto moraría mi alma en el silencio. 18Cuando yo decía: Mi pie resbala, Tu misericordia, oh Jesús, me sustentaba. 19En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, Tus consolaciones alegraban mi alma. 20¿Se juntará contigo el trono de iniquidades que hace agravio bajo forma de ley? 21Se juntan contra la vida del justo, y condenan la sangre inocente. 22Mas Jesús me ha sido por refugio, y mi Dios por roca de mi confianza. 23Y él hará volver sobre ellos su iniquidad, y los destruirá en su propia maldad; Los destruirá Jesús nuestro Dios.” (Sal. 94:20-23)
¿Quiénes se encuentran el libro de la
vida,…?
“2Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor. 3Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.” (Fil. 4:2-3)
¿Quiénes pueden ver el bien de
Jerusalén todos los días de su vida,…?
“1Bienaventurado todo aquel que teme a Jesús, que anda en sus caminos. 2Cuando comieres el trabajo de tus manos, Bienaventurado serás, y te irá bien. 3Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa. 4He aquí que así será bendecido el hombre que teme a Jesús. 5Bendígate Jesús desde Sion, y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida, 6Y veas a los hijos de tus hijos. Paz sea sobre Israel.” (Sal. 128:1-6)
¿Quiénes tienen derecho al árbol de la
vida,…?
“14Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.” (Apoc. 22:14)
¿Quiénes escoge la muerte en vez de la
vida,… y cuáles son sus causas,…?
“1En aquel tiempo, dice Jesús, sacarán los huesos de los reyes de Judá, y los huesos de sus príncipes, y los huesos de los sacerdotes, y los huesos de los profetas, y los huesos de los moradores de Jerusalén, fuera de sus sepulcros; 2y los esparcirán al sol y a la luna y a todo el ejército del cielo, a quienes amaron y a quienes sirvieron, en pos de quienes anduvieron, a quienes preguntaron, y ante quienes se postraron. No serán recogidos ni enterrados; serán como estiércol sobre la faz de la tierra. 3Y escogerá la muerte antes que la vida todo el resto que quede de esta mala generación, en todos los lugares adonde arroje yo a los que queden, dice Jesús de los ejércitos. 4Les dirás asimismo: Así ha dicho Jesús: El que cae, ¿no se levanta? El que se desvía, ¿no vuelve al camino? 5¿Por qué es este pueblo de Jerusalén rebelde con rebeldía perpetua? Abrazaron el engaño, y no han querido volverse. 6Escuché y oí; no hablan rectamente, no hay hombre que se arrepienta de su mal, diciendo: ¿Qué he hecho? Cada cual se volvió a su propia carrera, como caballo que arremete con ímpetu a la batalla. 7Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el juicio de Jesús.” (Jer. 8:1-7)
¿Quiénes son ahogados con los placeres
de la vida,…?
“9Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Qué significa esta parábola? 10Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan. 11Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios. 12Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven. 13Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan. 14La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto. 15Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.” (Luc. 8:9-15)
¿Quiénes son olor de vida,…?
“15Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; 16a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente? 17Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.” (2Cor. 2:15-17)
¿Quiénes mataron al autor de la
vida,…?
“11Y teniendo asidos a Pedro y a Juan el cojo que había sido sanado, todo el pueblo, atónito, concurrió a ellos al pórtico que se llama de Salomón. 12Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿O por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a éste? 13El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús, a quien vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilato, cuando éste había resuelto ponerle en libertad. 14Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida, 15y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos.” (Hech. 3:11-15)
¿Quiénes comerán el árbol de la
vida,…?
“7El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.” (Apoc. 2:7)
¿Quiénes no están en el libro de la
vida del cordero,…?
“1Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo. 2Y
la bestia que vi era
semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y
grande autoridad. 3Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue
sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia, 4y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra
ella? 5También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. 6Y
abrió su boca en blasfemias
contra Dios, para blasfemar
de su nombre, de su tabernáculo, y de los que
moran en el cielo. 7Y
se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. 8Y
la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo. 9Si alguno tiene oído, oiga.” (Apoc. 13:1-9)
“7Y el ángel me dijo: ¿Por qué te
asombras? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos. 8La
bestia que has
visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores
de la tierra,
aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo
la bestia que
era y no es, y será. 9Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se
sienta la mujer,
10y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha
venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo. 11La
bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a
la perdición.” (Apoc. 17:7-11)
“18Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. 19Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.” (Apoc. 22:18-19)
¿Quiénes vivirán por siempre en la
tierra,…?
“29Los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella.” (Sal. 37:29)
¿A quien el bien y la misericordia le
siguen todos los días de su vida,…?
“1Jesús es mi pastor; nada me faltará. 2En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. 3Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. 4Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. 5Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. 6Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jesús moraré por largos días.” (Sal. 23:1-6)
¿A quién Jesús da vida en los
tiempos de hambre,…?
“18He aquí el ojo de Jesús sobre los que le temen, Sobre los que esperan en su misericordia, 19Para librar sus almas de la muerte, y para darles vida en tiempo de hambre.” (Sal. 33:18-19)
¿A quién Jesús da vida,…?
“1Bienaventurado el que piensa en el pobre; En el día malo lo librará Jesús. 2Jesús lo guardará, y le dará vida; Será bienaventurado en la tierra, y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos. 3Jesús lo sustentará sobre el lecho del dolor; Mullirás toda su cama en su enfermedad.” (Sal. 41:1-3)
¿A
quién Jesús le sacia de larga vida,…?
“1El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. 2Diré yo a Jesús: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré. 3El te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. 4Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. 5No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, 6Ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. 7Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará. 8Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos. 9Porque has puesto a Jesús, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, 10No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada. 11Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. 12En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. 13Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón. 14Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. 15Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré. 16Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación.” (Sal. 91-1-15)
¿A
quién Jesús salva su vida,…?
“1Oh Dios, da tus juicios al rey, y tu justicia al hijo del rey. 2El juzgará a tu pueblo con justicia, y a tus afligidos con juicio. 3Los montes llevarán paz al pueblo, y los collados justicia. 4Juzgará a los afligidos del pueblo, Salvará a los hijos del menesteroso, y aplastará al opresor,… 12Porque él librará al menesteroso que clamare, y al afligido que no tuviere quien le socorra. 13Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso, y salvará la vida de los pobres. 14De engaño y de violencia redimirá sus almas, y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos. 15Vivirá, y se le dará del oro de Sabá, y se orará por él continuamente; Todo el día se le bendecirá. 16Será echado un puñado de grano en la tierra, en las cumbres de los montes; Su fruto hará ruido como el Líbano, y los de la ciudad florecerán como la hierba de la tierra. 17Será su nombre para siempre, Se perpetuará su nombre mientras dure el sol. Benditas serán en él todas las naciones; Lo llamarán bienaventurado.” (Sal. 72:12-17)
“21Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida.” (Juan 5:21)
¿A
quién da Jesús por botín su vida,…?
“1Palabra que habló el profeta Jeremías a Baruc hijo de Nerías, cuando escribía en el libro estas palabras de boca de Jeremías, en el año cuarto de Joacim hijo de Josías rey de Judá, diciendo: 2Así ha dicho Jesús Dios de Israel a ti, oh Baruc: 3Tú dijiste: ¡Ay de mí ahora! porque ha añadido Jesús tristeza a mi dolor; fatigado estoy de gemir, y no he hallado descanso. 4Así le dirás: Ha dicho Jesús: He aquí que yo destruyo a los que edifiqué, y arranco a los que planté, y a toda esta tierra. 5¿Y tú buscas para ti grandezas? No las busques; porque he aquí que yo traigo mal sobre toda carne, ha dicho Jesús; pero a ti te daré tu vida por botín en todos los lugares adonde fueres.” (Jer. 45:1-5)
¿A quién Jesús redime la vida del
Seol y a quienes no,…?
“5¿Por
qué he de temer en los días de adversidad, cuando la iniquidad de mis opresores me rodeare? 6Los que confían en sus bienes, y de la muchedumbre de sus riquezas se jactan, 7Ninguno
de ellos podrá
en manera alguna redimir al hermano, Ni dar a Dios su rescate 8(Porque la redención de su vida es de gran precio, y
no se logrará jamás), 9Para que viva en adelante para siempre, y
nunca vea corrupción. 10Pues verá que aun los sabios mueren; Que perecen
del mismo modo que el insensato y el necio, y dejan a otros sus riquezas. 11Su íntimo pensamiento es que sus casas serán eternas, Y sus habitaciones para generación y generación; Dan sus nombres a sus tierras. 12Mas el hombre no permanecerá en honra; Es
semejante a las bestias que perecen. 13Este su camino es locura; Con todo, sus descendientes se complacen en el dicho de ellos.
14Como a rebaños que son conducidos al Seol, La muerte los pastoreará, y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana; Se consumirá su buen parecer, y el Seol será su morada. 15Pero
Dios redimirá
mi vida del
poder del Seol,
Porque él me tomará consigo. 16No temas cuando se enriquece alguno,
cuando aumenta la gloria de su casa; 17Porque cuando muera no llevará nada, Ni
descenderá tras él su gloria. 18Aunque mientras viva, llame dichosa a su alma, y sea loado cuando prospere,
19Entrará en la generación de sus padres, y nunca más verá la luz.
20El hombre que está en honra y no entiende, Semejante es a las bestias que perecen.”
(Sal. 49:5-15)
¿A
quienes Jesús entrego su vida a mortandad,…?
“49Envió sobre ellos el ardor de su ira; Enojo, indignación y angustia, Un ejército de ángeles destructores. 50Dispuso
camino a su furor; No eximió la vida de ellos de
la muerte, Sino que
entregó su vida a la mortandad. 51Hizo
morir a todo primogénito en Egipto, Las primicias de su fuerza en las tiendas de Cam.” (Sal. 78:49-51)
“13¡Ay del que edifica su casa sin justicia, y sus salas sin equidad, sirviéndose de su prójimo de balde, y no dándole el salario de su trabajo! 14Que
dice: Edificaré para mí casa espaciosa, y salas airosas; y le abre ventanas, y la cubre de cedro, y la pinta de bermellón.
15¿Reinarás, porque te rodeas de cedro? ¿No comió y bebió tu padre, e hizo juicio y justicia, y entonces le fue bien?
16El juzgó la causa del afligido y del menesteroso, y entonces estuvo bien. ¿No es esto conocerme a mí? dice Jesús. 17Mas
tus ojos y tu corazón no son sino para tu avaricia, y para derramar sangre inocente, y para opresión y
para hacer agravio. 18Por
tanto, así ha dicho Jesús acerca de Joacim hijo de Josías, rey de Judá: No lo llorarán, diciendo:
¡Ay, hermano mío! y ¡Ay, hermana! ni lo lamentarán, diciendo:
¡Ay, señor! ¡Ay, su
grandeza! 19En sepultura de asno será enterrado,
arrastrándole y echándole fuera de las puertas de Jerusalén. 20Sube
al Líbano y clama, y en Basán da tu voz, y grita hacia todas
partes; porque todos tus enamorados son destruidos. 21Te he hablado en tus prosperidades, mas dijiste: No
oiré. Este fue tu camino desde tu juventud, que nunca oíste mi voz. 22A todos tus pastores pastoreará el viento, y tus enamorados irán en cautiverio; entonces te avergonzarás y te confundirás a causa de toda tu maldad. 23Habitaste
en el Líbano, hiciste tu nido en los cedros. ¡Cómo gemirás cuando te
vinieren dolores, dolor como de mujer que está de parto! 24Vivo
yo, dice Jesús, que si Conías hijo de Joacim rey de Judá fuera anillo en mi mano derecha, aun de allí te
arrancaría. 25Te entregaré en mano de los que buscan tu vida, y en mano de aquellos cuya vista temes; sí,
en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y en mano de los caldeos. 26Te
haré llevar cautivo a ti y a tu madre que te dio a luz, a tierra ajena en que no nacisteis; y
allá moriréis. 27Y a la tierra a la cual ellos con toda el alma anhelan volver, allá no
volverán. 28¿Es este hombre Conías una vasija despreciada y quebrada? ¿Es un
trasto que nadie estima? ¿Por qué fueron arrojados él y su generación, y echados a tierra que no habían conocido?
29¡Tierra, tierra, tierra! oye palabra de Jesús. 30Así
ha dicho Jesús: Escribid lo que
sucederá a este hombre privado de descendencia, hombre a quien nada próspero sucederá en todos los días de su vida; porque ninguno de su
descendencia logrará sentarse sobre el trono de David, ni reinar sobre
Judá.”
(Jer. 22:13-30)
“13Así dice Jesús Dios de Israel: Yo hice pacto con vuestros padres el día que los saqué
de tierra de Egipto, de casa de
servidumbre, diciendo: 14Al cabo de siete años dejará cada uno a su hermano hebreo que le fuere vendido;
le servirá seis años, y lo enviará libre; pero vuestros padres no me oyeron, ni
inclinaron su oído. 15Y vosotros os habíais hoy
convertido, y hecho lo recto delante de mis ojos, anunciando cada uno libertad a su prójimo; y habíais hecho pacto en mi presencia, en
la casa en la
cual es invocado mi nombre. 16Pero os habéis vuelto y
profanado mi nombre, y habéis vuelto a tomar cada uno a su siervo y cada uno a su sierva, que habíais dejado
libres a su voluntad; y los habéis sujetado para que os sean siervos y siervas. 17Por
tanto, así ha dicho Jesús: Vosotros no me habéis oído para promulgar cada uno libertad a su hermano, y cada uno a su compañero; he aquí que yo
promulgo libertad, dice Jesús, a la espada y a la pestilencia y al hambre; y os pondré por afrenta ante todos los reinos de la tierra. 18Y
entregaré a los hombres que traspasaron mi pacto, que no han llevado a efecto las palabras del pacto que celebraron en mi
presencia, dividiendo en dos partes el becerro y pasando por medio de ellas; 19a los príncipes de Judá y a los príncipes de Jerusalén, a los oficiales y a los sacerdotes y a todo el pueblo de la tierra, que pasaron entre
las partes del
becerro, 20los entregaré en mano de sus enemigos y en mano de los que buscan su vida; y sus cuerpos muertos serán
comida de las aves del cielo, y de las bestias de la tierra. 21Y a Sedequías rey de Judá y a sus príncipes los entregaré en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan su vida, y en mano del ejército del rey de Babilonia, que se ha ido de
vosotros.
22He aquí, mandaré yo, dice Jesús, y los haré volver a esta ciudad, y pelearán contra ella y la tomarán, y la quemarán con fuego; y reduciré a soledad
las ciudades
de Judá, hasta
no quedar morador.”
(Jer. 34:13-22)
“24Y dijo Jeremías a todo el pueblo, y a todas las mujeres: Oíd palabra de Jesús, todos los de Judá que estáis en tierra de Egipto. 25Así
ha hablado Jesús de los ejércitos, Dios de Israel, diciendo: Vosotros y vuestras mujeres hablasteis con vuestras bocas, y con vuestras manos lo ejecutasteis, diciendo:
Cumpliremos efectivamente nuestros votos que hicimos, de ofrecer incienso a la reina del cielo y derramarle
libaciones; confirmáis a la verdad vuestros votos, y ponéis
vuestros votos por obra. 26Por
tanto, oíd palabra de Jesús, todo Judá que habitáis en tierra de Egipto: He aquí he jurado por mi
grande nombre, dice Jesús, que mi nombre no será invocado más en toda
la tierra de Egipto por boca de ningún hombre de Judá, diciendo: Vive Jesús el Señor. 27He
aquí que yo velo sobre ellos para mal, y no para bien; y todos los hombres de Judá que están en tierra de Egipto serán consumidos a espada y de hambre, hasta que perezcan del todo.
28Y los que escapen de la espada volverán de la tierra de Egipto a la tierra de Judá, pocos hombres; sabrá, pues, todo el resto de
Judá que ha entrado
en Egipto a morar allí, la
palabra de quién ha de
permanecer: si la mía, o la suya. 29Y esto tendréis
por señal, dice Jesús, de que en este lugar os
castigo, para que sepáis que de cierto permanecerán mis palabras para mal sobre vosotros. 30Así
ha dicho Jesús: He aquí que yo
entrego a Faraón Hofra rey de Egipto en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan su vida, así como entregué a Sedequías rey de Judá en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, su enemigo que buscaba su vida.” (Jer. 44:24-30)
“25Jesús de los ejércitos, Dios de Israel, ha dicho: He aquí que yo
castigo a Amón dios de Tebas, a Faraón, a Egipto, y a sus dioses y a sus reyes; así a Faraón como a los que en él confían.
26Y los entregaré en mano de los que buscan su vida, en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia y en mano de sus siervos; pero después será habitado
como en los días pasados, dice Jesús.” (Jer. 46:25-26)
“3¡Voz de clamor de Horonaim, destrucción y gran quebrantamiento! 4Moab fue quebrantada; hicieron que se oyese el clamor de sus pequeños. 5Porque a la subida de Luhit con llanto subirá el que llora; porque a la bajada de Horonaim los enemigos oyeron clamor de quebranto. 6Huid, salvad vuestra vida, y sed como retama en el desierto. 7Pues por cuanto confiaste en tus bienes y en tus tesoros, tú también serás tomada; y Quemos será llevado en cautiverio, sus sacerdotes y sus príncipes juntamente. 8Y vendrá destruidor a cada una de las ciudades, y ninguna ciudad escapará; se arruinará también el valle, y será destruida la llanura, como ha dicho Jesús. 9Dad alas a Moab, para que se vaya volando; pues serán desiertas sus ciudades hasta no quedar en ellas morador. 10Maldito el que hiciere indolentemente la obra de Jesús, y maldito el que detuviere de la sangre su espada. 11Quieto estuvo Moab desde su juventud, y sobre su sedimento ha estado reposado, y no fue vaciado de vasija en vasija, ni nunca estuvo en cautiverio; por tanto, quedó su sabor en él, y su olor no se ha cambiado. 12Por eso vienen días, ha dicho Jesús, en que yo le enviaré trasvasadores que le trasvasarán; y vaciarán sus vasijas, y romperán sus odres. 13Y se avergonzará Moab de Quemos, como la casa de Israel se avergonzó de Bet-el, su confianza. 14¿Cómo, pues, diréis: Somos hombres valientes, y robustos para la guerra? 15Destruido fue Moab, y sus ciudades asoladas, y sus jóvenes escogidos descendieron al degolladero, ha dicho el Rey, cuyo nombre es Jesús de los ejércitos. 16Cercano está el quebrantamiento de Moab para venir, y su mal se apresura mucho. 17Compadeceos de él todos los que estáis alrededor suyo; y todos los que sabéis su nombre, decid: ¡Cómo se quebró la vara fuerte, el báculo hermoso! 18Desciende de la gloria, siéntate en tierra seca, moradora hija de Dibón; porque el destruidor de Moab subió contra ti, destruyó tus fortalezas. 19Párate en el camino, y mira, oh moradora de Aroer; pregunta a la que va huyendo, y a la que escapó; dile: ¿Qué ha acontecido? 20Se avergonzó Moab, porque fue quebrantado; lamentad y clamad; anunciad en Arnón que Moab es destruido. 21Vino juicio sobre la tierra de la llanura; sobre Holón, sobre Jahaza, sobre Mefaat, 22sobre Dibón, sobre Nebo, sobre Bet-diblataim, 23sobre Quiriataim, sobre Bet-gamul, sobre Bet-meón, 24sobre Queriot, sobre Bosra y sobre todas las ciudades de tierra de Moab, las de lejos y las de cerca. 25Cortado es el poder de Moab, y su brazo quebrantado, dice Jesús. 26Embriagadle, porque contra Jesús se engrandeció; y revuélquese Moab sobre su vómito, y sea también él por motivo de escarnio. 27¿Y no te fue a ti Israel por motivo de escarnio, como si lo tomaran entre ladrones? Porque cuando de él hablaste, tú te has burlado. 28Abandonad las ciudades y habitad en peñascos, oh moradores de Moab, y sed como la paloma que hace nido en la boca de la caverna. 29Hemos oído la soberbia de Moab, que es muy soberbio, arrogante, orgulloso, altivo y altanero de corazón. 30Yo conozco, dice Jesús, su cólera, pero no tendrá efecto; sus jactancias no le aprovecharán. 31Por tanto, yo aullaré sobre Moab; sobre todo Moab haré clamor, y sobre los hombres de Kir-hares gemiré. 32Con llanto de Jazer lloraré por ti, oh vid de Sibma; tus sarmientos pasaron el mar, llegaron hasta el mar de Jazer; sobre tu cosecha y sobre tu vendimia vino el destruidor. 33Y será cortada la alegría y el regocijo de los campos fértiles, de la tierra de Moab; y de los lagares haré que falte el vino; no pisarán con canción; la canción no será canción. 34El clamor de Hesbón llega hasta Eleale; hasta Jahaza dieron su voz; desde Zoar hasta Horonaim, becerra de tres años; porque también las aguas de Nimrim serán destruidas. 35Y exterminaré de Moab, dice Jesús, a quien sacrifique sobre los lugares altos, y a quien ofrezca incienso a sus dioses. 36Por tanto, mi corazón resonará como flautas por causa de Moab, asimismo resonará mi corazón a modo de flautas por los hombres de Kir-hares; porque perecieron las riquezas que habían hecho. 37Porque toda cabeza será rapada, y toda barba raída; sobre toda mano habrá rasguños, y cilicio sobre todo lomo. 38Sobre todos los terrados de Moab, y en sus calles, todo él será llanto; porque yo quebranté a Moab como a vasija que no agrada, dice Jesús. 39¡Lamentad! ¡Cómo ha sido quebrantado! ¡Cómo volvió la espalda Moab, y fue avergonzado! Fue Moab objeto de escarnio y de espanto a todos los que están en sus alrededores. 40Porque así ha dicho Jesús: He aquí que como águila volará, y extenderá sus alas contra Moab. 41Tomadas serán las ciudades, y tomadas serán las fortalezas; y será aquel día el corazón de los valientes de Moab como el corazón de mujer en angustias. 42Y Moab será destruido hasta dejar de ser pueblo, porque se engrandeció contra Jesús. 43Miedo y hoyo y lazo contra ti, oh morador de Moab, dice Jesús. 44El que huyere del miedo caerá en el hoyo, y el que saliere del hoyo será preso en el lazo; porque yo traeré sobre él, sobre Moab, el año de su castigo, dice Jesús. 45A la sombra de Hesbón se pararon sin fuerzas los que huían; mas salió fuego de Hesbón, y llama de en medio de Sehón, y quemó el rincón de Moab, y la coronilla de los hijos revoltosos. 46¡Ay de ti, Moab! pereció el pueblo de Quemos; porque tus hijos fueron puestos presos para cautividad, y tus hijas para cautiverio. 47Pero haré volver a los cautivos de Moab en lo postrero de los tiempos, dice Jesús. Hasta aquí es el juicio de Moab.” (Jer. 48:3-47)
“34Palabra de Jesús que vino al profeta Jeremías acerca de Elam, en el principio del reinado de Sedequías rey de Judá, diciendo: 35Así ha
dicho Jesús de los
ejércitos: He aquí que yo quiebro el arco de Elam, parte principal
de su fortaleza. 36Traeré sobre Elam los cuatro vientos de los cuatro puntos del cielo, y los aventaré a todos estos vientos; y no habrá nación a donde no vayan fugitivos de Elam. 37Y
haré que Elam se intimide
delante de sus enemigos, y delante de los que buscan su vida; y traeré sobre ellos mal, y el ardor de mi ira, dice Jesús; y enviaré en
pos de ellos espada hasta que los
acabe. 38Y pondré mi trono en Elam, y destruiré a
su rey y a su príncipe, dice Jesús. 39Pero
acontecerá en los últimos días, que haré volver a los cautivos de Elam, dice Jesús.” (Jer. 49:34-39)
“6Huid de en medio de Babilonia, y librad cada uno su vida, para que no perezcáis a causa de su maldad; porque el tiempo es de venganza de Jesús; le dará su pago. 7Copa de oro fue Babilonia en la mano de Jesús, que embriagó a toda la tierra; de su vino bebieron los pueblos; se aturdieron, por tanto, las naciones. 8En un momento cayó Babilonia, y se despedazó; gemid sobre ella; tomad bálsamo para su dolor, quizá sane. 9Curamos a Babilonia, y no ha sanado; dejadla, y vámonos cada uno a su tierra; porque ha llegado hasta el cielo su juicio, y se ha alzado hasta las nubes. 10Jesús sacó a luz nuestras justicias; venid, y contemos en Sion la obra de Jesús nuestro Dios. 11Limpiad las saetas, embrazad los escudos; ha despertado Jesús el espíritu de los reyes de Media; porque contra Babilonia es su pensamiento para destruirla; porque venganza es de Jesús, y venganza de su templo. 12Levantad bandera sobre los muros de Babilonia, reforzad la guardia, poned centinelas, disponed celadas; porque deliberó Jesús, y aun pondrá en efecto lo que ha dicho contra los moradores de Babilonia. 13Tú, la que moras entre muchas aguas, rica en tesoros, ha venido tu fin, la medida de tu codicia. 14Jesús de los ejércitos juró por sí mismo, diciendo: Yo te llenaré de hombres como de langostas, y levantarán contra ti gritería. 15El es el que hizo la tierra con su poder, el que afirmó el mundo con su sabiduría, y extendió los cielos con su inteligencia. 16A su voz se producen tumultos de aguas en los cielos, y hace subir las nubes de lo último de la tierra; él hace relámpagos con la lluvia, y saca el viento de sus depósitos. 17Todo hombre se ha infatuado, y no tiene ciencia; se avergüenza todo artífice de su escultura, porque mentira es su ídolo, no tiene espíritu. 18Vanidad son, obra digna de burla; en el tiempo del castigo perecerán. 19No es como ellos la porción de Jacob; porque él es el Formador de todo, e Israel es el cetro de su herencia; Jesús de los ejércitos es su nombre. 20Martillo me sois, y armas de guerra; y por medio de ti quebrantaré naciones, y por medio de ti destruiré reinos. 21Por tu medio quebrantaré caballos y a sus jinetes, y por medio de ti quebrantaré carros y a los que en ellos suben. 22Asimismo por tu medio quebrantaré hombres y mujeres, y por medio de ti quebrantaré viejos y jóvenes, y por tu medio quebrantaré jóvenes y vírgenes. 23También quebrantaré por medio de ti al pastor y a su rebaño; quebrantaré por tu medio a labradores y a sus yuntas; a jefes y a príncipes quebrantaré por medio de ti. 24Y pagaré a Babilonia y a todos los moradores de Caldea, todo el mal que ellos hicieron en Sion delante de vuestros ojos, dice Jesús. 25He aquí yo estoy contra ti, oh monte destruidor, dice Jesús, que destruiste toda la tierra; y extenderé mi mano contra ti, y te haré rodar de las peñas, y te reduciré a monte quemado. 26Y nadie tomará de ti piedra para esquina, ni piedra para cimiento; porque perpetuo asolamiento serás, ha dicho Jesús. 27Alzad bandera en la tierra, tocad trompeta en las naciones, preparad pueblos contra ella; juntad contra ella los reinos de Ararat, de Mini y de Askenaz; señalad contra ella capitán, haced subir caballos como langostas erizadas. 28Preparad contra ella naciones; los reyes de Media, sus capitanes y todos sus príncipes, y todo territorio de su dominio. 29Temblará la tierra, y se afligirá; porque es confirmado contra Babilonia todo el pensamiento de Jesús, para poner la tierra de Babilonia en soledad, para que no haya morador en ella. 30Los valientes de Babilonia dejaron de pelear, se encerraron en sus fortalezas; les faltaron las fuerzas, se volvieron como mujeres; incendiadas están sus casas, rotos sus cerrojos. 31Correo se encontrará con correo, mensajero se encontrará con mensajero, para anunciar al rey de Babilonia que su ciudad es tomada por todas partes. 32Los vados fueron tomados, y los baluartes quemados a fuego, y se consternaron los hombres de guerra. 33Porque así ha dicho Jesús de los ejércitos, Dios de Israel: La hija de Babilonia es como una era cuando está de trillar; de aquí a poco le vendrá el tiempo de la siega. 34Me devoró, me desmenuzó Nabucodonosor rey de Babilonia, y me dejó como vaso vacío; me tragó como dragón, llenó su vientre de mis delicadezas, y me echó fuera. 35Sobre Babilonia caiga la violencia hecha a mí y a mi carne, dirá la moradora de Sion; y mi sangre caiga sobre los moradores de Caldea, dirá Jerusalén. 36Por tanto, así ha dicho Jesús: He aquí que yo juzgo tu causa y haré tu venganza; y secaré su mar, y haré que su corriente quede seca. 37Y será Babilonia montones de ruinas, morada de chacales, espanto y burla, sin morador. 38Todos a una rugirán como leones; como cachorros de leones gruñirán. 39En medio de su calor les pondré banquetes, y haré que se embriaguen, para que se alegren, y duerman eterno sueño y no despierten, dice Jesús. 40Los haré traer como corderos al matadero, como carneros y machos cabríos. 41¡Cómo fue apresada Babilonia, y fue tomada la que era alabada por toda la tierra! ¡Cómo vino a ser Babilonia objeto de espanto entre las naciones! 42Subió el mar sobre Babilonia; de la multitud de sus olas fue cubierta. 43Sus ciudades fueron asoladas, la tierra seca y desierta, tierra en que no morará nadie, ni pasará por ella hijo de hombre. 44Y juzgaré a Bel en Babilonia, y sacaré de su boca lo que se ha tragado; y no vendrán más naciones a él, y el muro de Babilonia caerá. 45Salid de en medio de ella, pueblo mío, y salvad cada uno su vida del ardor de la ira de Jesús. 46Y no desmaye vuestro corazón, ni temáis a causa del rumor que se oirá por la tierra; en un año vendrá el rumor, y después en otro año rumor, y habrá violencia en la tierra, dominador contra dominador. 47Por tanto, he aquí vienen días en que yo destruiré los ídolos de Babilonia, y toda su tierra será avergonzada, y todos sus muertos caerán en medio de ella. 48Los cielos y la tierra y todo lo que está en ellos cantarán de gozo sobre Babilonia; porque del norte vendrán contra ella destruidores, dice Jesús. 49Por los muertos de Israel caerá Babilonia, como por Babilonia cayeron los muertos de toda la tierra.” (Jer. 51:6-49)
¿A quienes
Jesús por su vida da a naciones,… cuando los redime,…?
“1Ahora, así dice Jesús, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. 2Cuando
pases por las aguas, yo estaré
contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. 3Porque
yo Jesús, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. 4Porque
a mis ojos fuiste de gran
estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida.” (Isa. 43:1-4)
¿A quien el Cordero le guía a fuentes
de agua viva,…?
“13Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? 14Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. 15Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. 16Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; 17porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.” (Apoc. 7:13-17)
¿Con quién Jesús hizo pacto de vida
y de paz,…?
“1Ahora, pues, oh sacerdotes, para vosotros es este mandamiento. 2Si no oyereis, y si no decidís de corazón dar gloria a mi nombre, ha dicho Jesús de los ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y aun las he maldecido, porque no os habéis decidido de corazón. 3He aquí, yo os dañaré la sementera, y os echaré al rostro el estiércol, el estiércol de vuestros animales sacrificados, y seréis arrojados juntamente con él. 4Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese mi pacto con Leví, ha dicho Jesús de los ejércitos. 5Mi pacto con él fue de vida y de paz, las cuales cosas yo le di para que me temiera; y tuvo temor de mí, y delante de mi nombre estuvo humillado. 6La ley de verdad estuvo en su boca, e iniquidad no fue hallada en sus labios; en paz y en justicia anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de la iniquidad. 7Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de Jesús de los ejércitos. 8Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jesús de los ejércitos. 9Por tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley hacéis acepción de personas.” (Mal. 2:1-9)
¿Cuándo la vida se puede ir gastando a
causa de dolor,…?
“9Ten misericordia de mí, oh Jesús, porque estoy en angustia; Se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo. 10Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar; Se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido.” (Sal. 31:9-10)
¿Cuándo la vida es neblina,…?
“13¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; 14cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. 15En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. 16Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala; 17y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.” (Sant. 4:13-17)
¿Cuándo se puede perder los senderos
de la vida,…?
“16Serás librado de la mujer extraña, de la ajena que halaga con sus palabras, 17La cual abandona al compañero de su juventud, y se olvida del pacto de su Dios. 18Por lo cual su casa está inclinada a la muerte, y sus veredas hacia los muertos; 19Todos los que a ella se lleguen, no volverán, ni seguirán otra vez los senderos de la vida.” (Prov. 2:16-19)
¿Cuándo se puede llegar a aborrecer la
vida,… y tener aflicción de espíritu,…?
“1Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad. 2A la risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto? 3Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo
del cielo todos los días de su vida. 4Engrandecí
mis obras, edifiqué para
mí casas, planté para mí viñas; 5me
hice huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todo fruto. 6Me
hice estanques de aguas, para regar de
ellos el bosque donde crecían
los árboles. 7Compré
siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa; también tuve posesión grande
de vacas y de ovejas, más que todos los que fueron
antes de mí en Jerusalén. 8Me amontoné también plata y oro, y tesoros preciados de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, de los deleites de los hijos de los hombres, y de toda clase de
instrumentos de música. 9Y fui engrandecido y aumentado más que todos
los que fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto, conservé conmigo mi sabiduría. 10No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni
aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda
mi faena. 11Miré
yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he
aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol. 12Después
volví yo a mirar para ver
la sabiduría y los desvaríos y la necedad; porque ¿qué podrá hacer el hombre que venga después del rey? Nada, sino lo que ya ha sido hecho. 13Y he
visto que la sabiduría sobrepasa a la necedad, como la luz a las tinieblas. 14El
sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el necio anda en tinieblas; pero también entendí yo que
un mismo suceso acontecerá al uno como al otro. 15Entonces
dije yo en mi corazón: Como sucederá al necio, me sucederá también a mí. ¿Para qué, pues, he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Y dije en mi corazón, que también esto era vanidad. 16Porque ni del sabio ni del necio habrá memoria para siempre; pues en los días venideros ya todo será
olvidado, y también morirá el sabio como el necio. 17Aborrecí, por tanto, la vida, porque la obra que se hace
debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu. 18Asimismo
aborrecí todo mi trabajo que había hecho debajo del sol, el cual tendré que dejar a otro que vendrá después de mí. 19Y
¿quién sabe si será sabio o necio el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que yo me afané
y en que ocupé debajo del sol mi sabiduría? Esto también es vanidad. 20Volvió, por tanto, a
desesperanzarse mi corazón acerca de todo el trabajo en que me afané, y en que había ocupado debajo del sol mi sabiduría. 21¡Que
el hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia y con rectitud, y que haya de dar su hacienda a hombre que nunca trabajó en ello! También es esto vanidad y mal grande. 22Porque ¿qué tiene el hombre de todo su trabajo, y de la fatiga de
su corazón,
con que se afana debajo del sol? 23Porque todos sus días no son sino dolores, y sus trabajos molestias; aun de noche su corazón no reposa. Esto
también es vanidad. 24No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y
beba, y que su alma se alegre en su trabajo. También he visto que esto es de la mano de Dios. 25Porque
¿quién comerá, y quién se cuidará, mejor que yo? 26Porque
al hombre que
le agrada, Dios
le da sabiduría,
ciencia y gozo; más al pecador da el trabajo de recoger y
amontonar, para darlo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.”
(Ecle. 2:1-25)
“1Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó. 2Y oró a Jesús y dijo: Ahora, oh Jesús, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal. 3Ahora pues, oh Jesús, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida. 4Y Jesús le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto? 5Y salió Jonás de la ciudad, y acampó hacia el oriente de la ciudad, y se hizo allí una enramada, y se sentó debajo de ella a la sombra, hasta ver qué acontecería en la ciudad. 6Y preparó Jesús Dios una calabacera, la cual creció sobre Jonás para que hiciese sombra sobre su cabeza, y le librase de su malestar; y Jonás se alegró grandemente por la calabacera. 7Pero al venir el alba del día siguiente, Dios preparó un gusano, el cual hirió la calabacera, y se secó. 8Y aconteció que al salir el sol, preparó Dios un recio viento solano, y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y se desmayaba, y deseaba la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que la vida. 9Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte. 10Y dijo Jesús: Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció. 11¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?” (Jonás 4:1-11)
¿Cuándo toda la tierra sea asolada,…
quien será menospreciado por sus amantes y buscarán su vida,…?
“27Porque así dijo Jesús: Toda la tierra será asolada; pero no la destruiré del todo. 28Por esto se enlutará la tierra, y los cielos arriba se oscurecerán, porque hablé, lo pensé, y no me arrepentí, ni desistiré de ello. 29Al estruendo de la gente de a caballo y de los flecheros huyó toda la ciudad; entraron en las espesuras de los bosques, y subieron a los peñascos; todas las ciudades fueron abandonadas, y no quedó en ellas morador alguno. 30Y tú, destruida, ¿qué harás? Aunque te vistas de grana, aunque te adornes con atavíos de oro, aunque pintes con antimonio tus ojos, en vano te engalanas; te menospreciarán tus amantes, buscarán tu vida. 31Porque oí una voz como de mujer que está de parto, angustia como de primeriza; voz de la hija de Sion que lamenta y extiende sus manos, diciendo: ¡Ay ahora de mí! que mi alma desmaya a causa de los asesinos.” (Jer. 4:27-31)
¿Cuándo a causa de la maldad nadie
podrá amparar su vida,…?
“5Así ha dicho Jesús el Señor: Un mal, he aquí que viene un mal. 6Viene el fin, el fin viene; se ha despertado contra ti; he aquí que viene. 7La mañana viene para ti, oh morador de la tierra; el tiempo viene, cercano está el día; día de tumulto, y no de alegría, sobre los montes. 8Ahora pronto derramaré mi ira sobre ti, y cumpliré en ti mi furor, y te juzgaré según tus caminos; y pondré sobre ti tus abominaciones. 9Y mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia; según tus caminos pondré sobre ti, y en medio de ti estarán tus abominaciones; y sabréis que yo Jesús soy el que castiga. 10He aquí el día, he aquí que viene; ha salido la mañana; ha florecido la vara, ha reverdecido la soberbia. 11La violencia se ha levantado en vara de maldad; ninguno quedará de ellos, ni de su multitud, ni uno de los suyos, ni habrá entre ellos quien se lamente. 12El tiempo ha venido, se acercó el día; el que compra, no se alegre, y el que vende, no llore, porque la ira está sobre toda la multitud. 13Porque el que vende no volverá a lo vendido, aunque queden vivos; porque la visión sobre toda la multitud no se revocará, y a causa de su iniquidad ninguno podrá amparar su vida. 14Tocarán trompeta, y prepararán todas las cosas, y no habrá quien vaya a la batalla; porque mi ira está sobre toda la multitud. 15De fuera espada, de dentro pestilencia y hambre; el que esté en el campo morirá a espada, y al que esté en la ciudad lo consumirá el hambre y la pestilencia. 16Y los que escapen de ellos huirán y estarán sobre los montes como palomas de los valles, gimiendo todos, cada uno por su iniquidad. 17Toda mano se debilitará, y toda rodilla será débil como el agua. 18Se ceñirán también de cilicio, y les cubrirá terror; en todo rostro habrá vergüenza, y todas sus cabezas estarán rapadas. 19Arrojarán su plata en las calles, y su oro será desechado; ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día del furor de Jesús; no saciarán su alma, ni llenarán sus entrañas, porque ha sido tropiezo para su maldad. 20Por cuanto convirtieron la gloria de su ornamento en soberbia, e hicieron de ello las imágenes de sus abominables ídolos, por eso se lo convertí en cosa repugnante.” (Eze. 7:5-20)
¿Cuándo los muertos que están en el
polvo resucitar para vida eterna,…?
“1En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. 2Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. 3Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. 4Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Mucho