Cuando cayere tu enemigo, no te regocijes

 

¿Qué le aconteció a los hijos de Amón,… por decir, ¡Ea, Bien! cuando el santuario de Dios esa profanado,…?

 

1Vino a mí palabra de Jesús, diciendo: 2Hijo de hombre, pon tu rostro hacia los hijos de Amón, y profetiza contra ellos. 3Y dirás a los hijos de Amón: Oíd palabra de Jesús el Señor. Así dice Jesús el Señor: Por cuanto dijiste: ¡Ea, bien!, cuando mi santuario era profanado, y la tierra de Israel era asolada, y llevada en cautiverio la casa de Judá; 4por tanto, he aquí yo te entrego por heredad a los orientales, y pondrán en ti sus apriscos y plantarán en ti sus tiendas; ellos comerán tus sementeras, y beberán tu leche. 5Y pondré a Rabá por habitación de camellos, y a los hijos de Amón por majada de ovejas; y sabréis que yo soy Jesús. 6Porque así ha dicho Jesús el Señor: Por cuanto batiste tus manos, y golpeaste con tu pie, y te gozaste en el alma con todo tu menosprecio para la tierra de Israel, 7por tanto, he aquí yo extenderé mi mano contra ti, y te entregaré a las naciones para ser saqueada; te cortaré de entre los pueblos, y te destruiré de entre las tierras; te exterminaré, y sabrás que yo soy Jesús.” (Eze. 25:1-7)

 

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