EL CÁNTICO DE LOS 144000

Las Puertas de nueva Jerusalén o de Sion:

José += Dios me quito la vergüenza, Jesús me añada otro hijo. (Gén. 30:24, Gén. 49:22-26; Deut 33:13-17)

Consejos de personas que han llegado a esta puerta o Bienaventuranzas a las personas que llegan a esta puerta:

1Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; 2Sino que en la ley de Jesús está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. 3Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará. 4No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento. 5Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, Ni los pecadores en la congregación de los justos. 6Porque Jesús conoce el camino de los justos; Mas la senda de los malos perecerá.” (Sal. 1:1-6)

1Oh Dios, da tus juicios al rey, y tu justicia al hijo del rey. 2El juzgará a tu pueblo con justicia, y a tus afligidos con juicio. 3Los montes llevarán paz al pueblo, y los collados justicia. 4Juzgará a los afligidos del pueblo, Salvará a los hijos del menesteroso, y aplastará al opresor. 5Te temerán mientras duren el sol y la luna, de generación en generación. 6Descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada; Como el rocío que destila sobre la tierra. 7Florecerá en sus días justicia, y muchedumbre de paz, hasta que no haya luna. 8Dominará de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la tierra. 9Ante él se postrarán los moradores del desierto, y sus enemigos lamerán el polvo. 10Los reyes de Tarsis y de las costas traerán presentes; Los reyes de Sabá y de Seba ofrecerán dones. 11Todos los reyes se postrarán delante de él; Todas las naciones le servirán. 12Porque él librará al menesteroso que clamare, y al afligido que no tuviere quien le socorra. 13Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso, y salvará la vida de los pobres. 14De engaño y de violencia redimirá sus almas, y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos. 15Vivirá, y se le dará del oro de Sabá, y se orará por él continuamente; Todo el día se le bendecirá. 16Será echado un puñado de grano en la tierra, en las cumbres de los montes; Su fruto hará ruido como el Líbano, y los de la ciudad florecerán como la hierba de la tierra. 17Será su nombre para siempre, se perpetuará su nombre mientras dure el sol. Benditas serán en él todas las naciones; Lo llamarán bienaventurado. 18Bendito Jesús Dios, el Dios de Israel, El único que hace maravillas. 19Bendito su nombre glorioso para siempre, y toda la tierra sea llena de su gloria. Amén y Amén.” (Sal. 72:1-19)

3He aquí, herencia de Jesús son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre. 4Como saetas en mano del valiente, Así son los hijos habidos en la juventud. 5Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; No será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta.” (Sal. 127:3-5) Para entender este cita tenga presente lo siguiente: 28Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por , sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos. 29Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no criaron. 30Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Cubridnos. 31Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará?” (Luc. 23:28-30)

1Bienaventurado todo aquel que teme a Jesús, que anda en sus caminos. 2Cuando comieres el trabajo de tus manos, Bienaventurado serás, y te irá bien. 3Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa. 4He aquí que así será bendecido el hombre que teme a Jesús. 5Bendígate Jesús desde Sion, y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida, 6Y veas a los hijos de tus hijos. Paz sea sobre Israel.” (Sal. 128:1-6)

“12Sean nuestros hijos como plantas crecidas en su juventud, Nuestras hijas como esquinas labradas como las de un palacio; 13Nuestros graneros llenos, provistos de toda suerte de grano; Nuestros ganados, que se multipliquen a millares y decenas de millares en nuestros campos; 14Nuestros bueyes estén fuertes para el trabajo; No tengamos asalto, ni que hacer salida, Ni grito de alarma en nuestras plazas. 15Bienaventurado el pueblo que tiene esto; Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jesús.” (Sal. 144:12-15)

10Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. 11El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias. 12Le da ella bien y no mal todos los días de su vida. 13Busca lana y lino, y con voluntad trabaja con sus manos. 14Es como nave de mercader; Trae su pan de lejos. 15Se levanta aun de noche y da comida a su familia y ración a sus criadas. 16Considera la heredad, y la compra, y planta viña del fruto de sus manos. 17Ciñe de fuerza sus lomos, y esfuerza sus brazos. 18Ve que van bien sus negocios; Su lámpara no se apaga de noche. 19Aplica su mano al huso, y sus manos a la rueca. 20Alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al menesteroso. 21No tiene temor de la nieve por su familia, porque toda su familia está vestida de ropas dobles. 22Ella se hace tapices; De lino fino y púrpura es su vestido. 23Su marido es conocido en las puertas, cuando se sienta con los ancianos de la tierra. 24Hace telas, y vende, y da cintas al mercader. 25Fuerza y honor son su vestidura; Y se ríe de lo por venir. 26Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua. 27Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde. 28Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba:” (Prov. 31:10-27)

10Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jesús de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. 11Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jesús de los ejércitos. 12Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jesús de los ejércitos.” (Mal. 3:10-12)

17Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos” (Mat. 16:17)

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